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Revista Española de Enfermedades Digestivas

versión impresa ISSN 1130-0108

Rev. esp. enferm. dig. vol.96 no.10 Madrid oct. 2004

 

Cartas al Director

 

Hepatotoxicidad por propafenona


Key words: Propafenone. Hepatotoxicity

Palabras clave: Propafenona. Hepatotoxicidad.


Sr. Director:

La propafenona es un antiarrítmico de la clase IC de elevada eficacia. Se utiliza en las taquicardias supraventriculares y ventriculares. Puede inducir trastornos gastrointestinales (náuseas, sabor amargo, inapetencia, etc.); también se han descrito casos de bloqueos y bradicardias (1). Más raramente colestasis en probable relación con hipersensibilidad individual ya que no parece depender de la dosis y es completamente reversible tras la supresión. Hemos realizado una búsqueda bibliográfica en Medline con los términos “propafenone” y “hepatotoxicity” encontrando 11 casos recogidos en la literatura y, en principio, ninguno que haya provocado el fallecimiento del paciente. Presentamos el caso de un paciente que desarrollo un cuadro de colestasis hepática tras la administración de este fármaco.

Mujer de 76 años de edad con antecedentes de alergia a aminoglucósidos, hipertensión arterial en control con doxazosina, lisinoprilo/hidroclorotiazida y dipiridamo y episodios repetidos de taquicardia supraventricular que revirtieron con amiodarona; en el último de ellos presentó intolerancia en forma de hipotensión. Dos años más tarde ingresó por episodio brusco de palpitaciones. En la exploración física lo único llamativo era la auscultación cardiaca arrítmica a 130 latidos/minuto. La bioquímica, incluyendo el perfil hepático, fue rigurosamente normal. Hemograma y coagulación normales. El electrocardiograma mostraba fibrilación auricular a 130 latidos/minuto. Con el diagnóstico de crisis fibrilación auricular y dada la mala tolerancia al tratamiento previo con amiodarona se decidió tratamiento con propafenona endovenosa revirtiendo en unas horas a ritmo sinusal. Fue dada de alta con su tratamiento hipotensor más propafenona 150 mg cada 8 horas. Al mes de evolución acudió a consulta externa de cardiología refiriendo astenia y sensación de fatiga, se realizó un nuevo electrocardiograma persistiendo en ritmo sinusal a 78 latidos/minuto; en el análisis bioquímico realizado destacaban una GGT de 1506 U/L, fosfatasa alcalina 1257 U/L, GOT 99 U/L, GPT 208 U/L, bilirrubina total 1,6 mg/dl (0,9 mg/dl de bilirrubina directa). Con estos hallazgos se envió a la paciente a consulta externa de digestivo donde se realizó una ecografía abdominal que descartó la existencia de dilatación de la vía biliar, así como de alteraciones de la ecoestructura hepática. Los marcadores serológicos de hepatitis viral (HbsAg, IgM anti-HBc, IgM anti-VHA, anti-VHC) fueron negativos así como los marcadores de autoinmunidad, metabolismo del hierro, ceruloplasmina, cobre y hormonas tiroideas. Ante la sospecha de una etiología farmacológica por propafenona se suspendió dicho fármaco. A los 20 días de la supresión se encontraba asintomática y la bioquímica demostraba una franca mejoría (GOT 35 U/L, GPT 53 U/L, fosfatasa alcalina 709 U/L, GGT 712 U/L y bilirrubina total 0,6 mg/dl). A los cuatro meses la bioquímica era rigurosamente normal.

Discusión

Para la atribución de la existencia de una reacción hepatotóxica a un determinado medicamento es necesario que cumpla una serie de condiciones relacionadas con el tiempo de aparición, la evolución tras la supresión y la respuesta a la administración, si esta se lleva a cabo. Debe excluirse hepatotoxicidad por etanol, alteraciones hepatobiliares por ecografía, infección por el virus de la hepatitis A, B y C, enfermedades autoinmunes y por depósito de hierro y cobre.

La fecha de inicio de la colestasis intrahepática (menos de cuatro semanas), la ausencia de otras posibles etiologías y la buena evolución hasta la completa resolución de la alteración analítica tras suspender el tratamiento, permiten relacionar el cuadro clínico y bioquímico con la administración de propafenona.

La incidencia recogida de daño hepático es de 0,1-0,2% (2) por lo que no puede recomendarse la monitorización rutinaria de las pruebas de función hepática en todos los pacientes. Sin embargo, cuando las pruebas de función hepática están alteradas al inicio del tratamiento se debiera hacer un control de la función hepática en los meses siguientes al inicio del fármaco (3) y si desarrolla un cuadro de alteración bioquímica hepática pensar en la posibilidad de hepatotoxicidad por propafenona y sustituirla por un antiarrítmico alternativo (4).

A pesar de esta rara complicación la propafenona debe ser incluida dentro de los fármacos capaces de provocar cuadros de hepatitis colestásica.

E. P. Martín, J. L. Cervantes y J. Yangüela

Complejo Hospitalario San Millán-San Pedro. Logroño, La Rioja

 

Bibliografía

1. Shen EN. Propafenone: a promising new antiarrhytmic agent. Chest 1990; 98: 434-41.

2. Cocozzella D, Curciarello J, Corallini O, Olivera A, Alburquerque MM, Fraquelli E, et al. Propafenone hepatotoxicity: report of two new cases. Dig Dis Sci 2003; 48 (2): 354-7.

3. La Brocca A. Hepatic toxicity of propafenone: a case description. Ann Ital Med Int 2002; 17 (4): 261-4.

4. Elizalde JI, Bataller R, Bruix J, Rodés J. Hepatotoxicidad por propafenona. Gastroenterol Hepatol 1994; 17: 382-3.

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