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Revista Española de Cirugía Oral y Maxilofacial
versión On-line ISSN 2173-9161versión impresa ISSN 1130-0558
Rev Esp Cirug Oral y Maxilofac vol.30 no.2 Madrid mar./abr. 2008
DISCUSIÓN
"Telemedicina en cirugía maxilofacial"
"Telemedicine in maxillofacial surgery"
L.M. Junquera Gutiérrez
Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial. Hospital Central de Asturias. Oviedo, España
La palabra telemedicina procede del griego Τελε (tele) que significa distancia y medicina. Sería por tanto, etimológicamente, la medicina practicada a distancia. Inicialmente surgió por un simple hecho: la presencia de un médico cerca de un teléfono, pero el paso del tiempo y la evolución tecnológica la convirtieron en una herramienta social, profesional, educativa, económica y de gestión sanitaria. La Organización Mundial de la Salud define a la telemedicina como "el suministro de servicios de atención sanitaria, en los casos en que la distancia es un factor crítico, llevado a cabo por profesionales sanitarios que utilizan tecnologías de la información y la comunicación para el intercambio de información válida para hacer diagnósticos, prevención y tratamiento de enfermedades, formación continuada de profesionales en atención a la salud, así como para actividades de investigación y evaluación, con el fin de mejorar la salud de las personas y de sus comunidades".1
En su concepto actual, los servicios de telemedicina incluyen aplicaciones asistenciales, otras relacionadas con la administración y gestión de los pacientes y también de información y formación a distancia para usuarios y profesionales. Entre las principales aplicaciones de la telemedicina en los procesos asistenciales puede incluirse la teleconsulta/telediagnóstico con diversas aplicaciones en diferentes especialidades, como radiología, cirugía (visualización de intervenciones), dermatología (diagnóstico y tratamiento a distancia de patología dermatológica), cardiología, otorrinolaringología, psiquiatría y otras muchas.2
Por otra parte, desde la década de los 90, los sistemas sanitarios buscan nuevas fórmulas de organización y alternativas a los modos tradicionales de gestión. Las tecnologías de la información y las comunicaciones se han revelado como elementos importantes, haciendo viables modelos organizativos, como la continuidad asistencial o el acercamiento de la atención al entorno del paciente. Es por esto que el concepto de telemedicina asociado, exclusivamente, a la superación de barreras geográficas, ha perdido peso. Hoy en día se pretende que la telemedicina no sea un mero elemento tecnológico, sino que configure una nueva manera de hacer y organizar la provisión de los servicios sanitarios. Por su relativa novedad, la práctica de la telemedicina no está definitivamente asentada ni integrada en los procedimientos habituales de las organizaciones sanitarias; algunas aplicaciones han alcanzado la madurez y demostrado su utilidad, mientras otras están emergiendo. Muchos aspectos relacionados con telemedicina, por tanto, constituyen todavía incertidumbres ó están pendientes de ser evaluados definitivamente. En ésta consideración, podemos incluir la evaluación de la efectividad y eficiencia de las prácticas de telemedicina, en comparación con las prácticas tradicionales; la aceptación de pacientes y profesionales; todo lo relacionado con el coste de implantación de estos servicios y las fórmulas de pago a los profesionales, o los diferentes aspectos legales relacionados con la seguridad, confidencialidad, acreditación, etc.
En Europa, el país que primero introdujo las técnicas de teledermatología fue Noruega. En 1989 se estableció un servicio de teledermatología en tiempo real entre el Hospital de Tromso y el centro de atención primaria de Kirkenes, a 800 km de distancia. En un primer estudio piloto entre publicado por estos centros se consiguió un 100% de coincidencia diagnóstica entre la consulta cara a cara y la de la teledermatología.3 Los resultados de otros autores también reflejan niveles de concordancia en el diagnóstico, y grados de satisfacción por parte de los enfermos más que aceptables.4,5 Cuatro años más tarde en el centro de Kirkenes se disponía de material quirúrgico que evitaba el desplazamiento de los pacientes hasta Tromso. Este ejemplo constituye el modelo de lo que se denomina telemedicina en diferido (Store-and-Forward, almacenaje y envío) o asíncrona.
En 1995, la Clínica Mayo (EE.UU.) puso en marcha una conexión permanente con el Hospital Real de Amman en Jordania, se realizaban consultas diarias entre un médico nativo y otros de Estados Unidos. El médico jordano presentaba, como si de una sesión clínica del hospital se tratase, a los pacientes de forma sucesiva; en directo los médicos americanos preguntaban o pedían al médico nativo que preguntara a su vez al paciente por sus dolencias. Años después los médicos jordanos prescindieron de esta tecnología por su grado de formación. Este ejemplo representa el modelo de la denominada telemedicina en tiempo real (en línea).
Los autores de este interesante artículo presentan un proyecto de trabajo de telemedicina en diferido centrado sobre la patología de la articulación temporomandibular (ATM) como una herramienta provechosa para la sanidad pública. Proponen el sistema Storeand- Forward por su mayor sencillez y menor coste. Si bien en el ejercicio privado de nuestra especialidad la telemedicina es conocida y empleada por diferentes grupos de trabajo con plena satisfacción, sus aportaciones en la red sanitaria pública puede abarcar un mayor número de aspectos. Los autores justifican claramente su proyecto por el beneficio que tanto social como económico y administrativo significaría el diagnóstico de la patología no quirúrgica de la ATM en los centros de salud. Es común realidad en los servicios de cirugía oral y maxilofacial de nuestro país la valoración de un elevado número de pacientes con patología no quirúrgica de la ATM. Sin embargo, uno de los puntos de mayor interés para el buen desarrollo del proceso es el cuestionario "que representa el soporte físico mediante el cual el odontólogo/estomatólogo transmite la información clínica del paciente al especialista". Posiblemente debería alcanzarse un mayor consenso en la elaboración de este informe (Tabla 1. Formulario de petición de consulta). Por otra parte, no deja de ser curioso que estando los dentistas capacitados para el diagnóstico y el tratamiento no quirúrgico de esta patología, se remitan a los servicios de cirugía oral y maxilofacial un volumen tan elevado (cerca del 70% de los casos) de pacientes cuyo tratamiento básico es la férula oclusal. Las razones de este hecho nos son desconocidas y tal vez el proyecto de trabajo que los autores nos presentan colabore en su resolución.
Bibliografía
1. Palau E. Telemedicina: Un intento de aproximación desde la gestión sanitaria. Revista de Administración Sanitaria 2001;19:45. [ Links ]
2. Eedy DJ, Wootton R. Teledermatology. A review. Br J Dermatol 2001; 144:696-707. [ Links ]
3. Bergmo T. A cost-minimization analysis of a realtime teledermatology service in northen Norway. J Telemed Telecare 2000;6:273-7. [ Links ]
4. High WA, Houston MS, Calobrisi SD, Drage LA, McEvoy MT. Assessment of the accuracy of low-cost store-and-forward teledermatology consultation. J Am Acad Dermatol 2000;42:776-83. [ Links ]
5. Weinstock MA, Nguyen FQ, Risica PM. Patient and referring provider satisfaction with teledermatology. J Am Acad Dermatol 2002;47:68-72. [ Links ]