Introducción
El tejo común o tejo negro (Taxusbaccata) es una conífera que se puede encontrar en España, principalmente en los sistemas montañosos septentrionales. Excepto los arilos de las semillas, todas las partes del árbol contienen una sustancia tóxica denominada taxina, que es una mezcla de alcaloides que generan irritación gastrointestinal y efectos cardiotóxicos, antagonizando los canales de sodio y calcio en el miocito. Se considera dosis letal en humanos el líquido resultante de la cocción de 50 a 100 g de hojas de tejo1. Paradójicamente, del tejo se obtienen también sustancias como los taxanos, que han sido utilizadas en el tratamiento de varios tipos de cáncer como el de mama, ovario, pulmón, cabeza y cuello, entre otros.
El mencionado antagonismo de los canales de sodio es similar a los antiarrítmicos de clase I, provocando un aumento del intervalo QT y ensanchamiento del complejo QRS. Con respecto al antagonismo de los canales de calcio, es similar al de los de clase IV, afectando a la fase 2 del potencial de acción y dando lugar a un aumento del intervalo PR y bloqueo auriculoventricular2.
Entre las antiguas poblaciones del norte de España estuvo muy extendido el suicidio con veneno de tejo. En la actualidad es muy rara la intoxicación por ingesta de partes del tejo, pudiendo resultar de extrema gravedad o fatal en caso de producirse3.
Descripción del caso
Se presenta el caso de una paciente que ingiere un preparado de hoja triturada de tejo común en cantidad suficiente como para superar con creces la dosis letal.
Mujer de 32 años de edad, sin alergias registradas ni consumo de tóxicos conocidos. Presenta antecedentes psiquiátricos de esquizofrenia paranoide y dos intentos previos de suicidio.
Es trasladada al Servicio de Urgencias dos horas y media después de la ingesta de un preparado de hojas triturada de tejo común, presentando dolor abdominal difuso, vértigo y náuseas. Durante el traslado en ambulancia de su domicilio al hospital recibe lavado gástrico prolongado con salida abundante de restos de planta, 50 g de carbón activo por sonda nasogástrica, sueroterapia, tres bolos de lidocaína de 50 mg y tratamiento cardioeléctrico.
Una vez en el Servicio de Urgencias presenta una presión arterial de 70/40 mmHg, pulso de 55 lpm, y puntuación de Glasgow de 3/15 y pupilas midriáticas y reactivas. Se realiza electrocardiograma, presentando QRS ensanchado, alternando con rachas de taquicardia ventricular (TV), bigeminismo y trigeminismo. En la analítica de urgencia destaca una acidosis metabólica no compensada (pH 7,27, bicarbonato 17,5 mmol/l, pCO2 37,4 mmHg, lactato 2,16 mmol/l).
Se traslada a la unidad de cuidados intensivos (UCI), donde se le administra 120 mEq de bicarbonato sódico en dos dosis y una dosis de 300 mg de amiodarona en perfusión intermitente. Se le administra también adrenalina en perfusión, aunque se le retira a las pocas horas debido a su buena evolución y su buen estado hemodinámico. La paciente reconoce ideación suicida. Es dada de alta con seguimiento psiquiátrico tras 6 días de estancia hospitalaria.
Discusión
Los primeros síntomas tras la intoxicación con tejo suelen aparecer en la primera hora postingesta y destacan, por un lado, los síntomas neurológicos, como son mareo, debilidad muscular, astenia y vértigo y, por otro, los gastrointestinales, como son diarrea, dolor abdominal difuso y náuseas-vómitos. Durante la evolución de la intoxicación puede aparecer midriasis, taquicardia, hipersalivación, confusión, letargia y convulsiones, pudiendo acabar en coma4. Las alteraciones en el electrocardiograma suelen aparecer a las 3 horas postingesta y, si la evolución es favorable, se normalizan en 24 horas5. En intoxicaciones graves aparecen manifestaciones neurológicas y cardiovasculares, con hipotensión severa y parada cardiaca en diástole.
Varias sociedades científicas como son la American Association of Poison Centers (AAPC) y la European Association of Poisons Centers and Clinical Toxicolologists (EAPCCT) no recomiendan como norma general el uso sistemático de lavado gástrico6 en caso de intoxicación ni el empleo sistemático de carbón activo tras una hora postingestión7. Sin embargo, debido a la gravedad de la paciente, unido a que existe evidencia sobre el enlentecimiento del vaciado gástrico en los casos de ingestión de hojas de tejo, se podría justificar ambas medidas terapéuticas en este caso.
Es recomendable el uso de lidocaína (o fenitoína), que disminuye la excitabilidad ventricular y no empeora la conducción auriculoventricular8. También se puede recurrir a la amiodarona2.
En resumen, aunque la intoxicación por tejo es infrecuente en nuestro ámbito, puede resultar letal. El tratamiento con carbón activo y la realización de lavado gástrico, aunque no está recomendado de forma general en las intoxicaciones tras 1 hora postingesta, podría haber contribuido a la rápida y buena evolución en este caso concreto.