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Medifam
versión impresa ISSN 1131-5768
Medifam vol.11 no.8 ago./sep. 2001
BIBLIOGRAFÍA COMENTADA
E. Duro Mota, S. Causín Serrano, Mª T. Campillos Páez, Mª L. Vallés Ugarte
Consumo de cafeína y riesgo de aborto espontáneo en el primer trimestre
Cnattingius S, Signorello LB, Annerén G, Clausson B, Ekbom A, Ljunger E, et al. Caffeine intake and the risk of first-trimester spontaneous abortion. N Engl J. Med. 2000; 343: 1839-45.
La cafeína es una sustancia que presenta un metabolismo más lento en la mujer embarazada que en la no gestante. Atraviesa la barrera placentaria pero se desconocen los mecanismos por los cuales podría inducir abortos espontáneos. Los estudios epidemiológicos realizados sobre el consumo de cafeína y el riesgo de abortos espontáneos arrojan resultados no conclusivos, debidos en parte a la compleja relación entre el consumo de cafeína, los síntomas de embarazo y la viabilidad fetal. Es en el primer trimestre del embarazo cuando ocurren fundamentalmente los cambios en la ingesta de cafeína, los síntomas relacionados con el embarazo y los abortos espontáneos. Síntomas como náuseas o aversión hacia el olor o sabor del café, tan comunes en el embarazo, son responsables de que muchas gestantes reduzcan el consumo de cafeína durante el embarazo. Estos síntomas son más comunes entre las mujeres con fetos viables, de manera que el consumo de cafeína podría reflejar, más que afectar, la viabilidad fetal.
El objetivo del estudio fue analizar el consumo de cafeína, el consumo de tabaco, los síntomas de embarazo y el riesgo de aborto espontáneo.
Es un estudio de casos y controles, realizado en Suecia, en el condado de Uppsala, entre los años 1996 y 1998. Durante el periodo señalado, se identificaron 562 mujeres con aborto espontáneo entre la semana 6 y 12 de gestación, con gestación confirmada con test positivo. Los controles (953 mujeres sin aborto espontáneo) fueron seleccionados en las clínicas de cuidados prenatales de la ciudad. Se hicieron grupos comparativos según tiempo de gestación (en semanas completas) y municipio de residencia. Se les realizó una ecografía vaginal para confirmar viabilidad fetal, y los embarazos no viables encontrados se sumaron al grupo de casos. Para limitar factores de confusión en la selección del grupo control, los abortos inducidos se incluyeron en el grupo control.
Se llevaron a cabo entrevistas personales con las mujeres de ambos grupos, utilizando entrevistas estructuradas. El 90% de las entrevistas realizadas a las mujeres del grupo de casos se hicieron en las dos primeras semanas posteriores al aborto espontáneo, y el 10% restante en las 7 primeras semanas posteriores al aborto. Las mujeres del grupo control lo fueron en los primeros 6 días posteriores a la semana de gestación utilizada para emparejarlas con las mujeres del grupo de casos. Se pidió a todas las mujeres que informaran de la ingesta diaria de fuentes específicas de cafeína (café, te, cacao, chocolate, refrescos y medicamentos que contienen cafeína) semana a semana, desde 4 semanas antes del último ciclo menstrual hasta la semana de gestación completa más reciente. Se utilizaron factores de conversión para estimar el consumo de cafeína y se calculó el consumo diario medio de cafeína desde el tiempo estimado de gestación hasta la semana de gestación completa más reciente. Las principales fuentes de consumo de cafeína fueron el café (76%) y el té (23%).
El criterio utilizado para clasificar a la mujer como fumadora fue valores de nicotina plasmática por encima de 15 ng/ml. En las mujeres en las que se perdió estos resultados, el criterio utilizado fue el consumo diario de cigarros durante toda la gestación. Se establecieron escalas de puntuación para medir los síntomas relacionados con la gestación cada semana (náuseas, vómitos y fatiga).
El análisis estadístico de los datos se realizó mediante el análisis de regresión logístico, para cada semana de gestación. Se calculó la odds ratio ajustada por edad, número de embarazos previos, historia de aborto espontáneo, consumo de tabaco, consumo de alcohol durante el embarazo, y la presencia o ausencia de náuseas, vómitos y fatiga como síntomas de embarazo.
El consumo medio de cafeína previo al embarazo fue similar en ambos grupos. Durante el embarazo, las mujeres con aborto presentaron un mayor consumo de cafeína que las mujeres del grupo control. Los síntomas de náuseas y cansancio fueron más prevalentes y severos en el grupo control. Se observa un descenso marcado en el consumo de cafeína en ambos grupos a partir de la 4ª semana después de la última menstruación, mucho más acusado en el grupo control, que coincide con un incremento en la severidad de los síntomas relacionados con el embarazo, que también viene a ser más pronunciado entre las mujeres del grupo control.
En el análisis multivariante, las odds ratios ajustadas de aborto espontáneo en mujeres con consumos de cafeína de al menos 100 mg diarios, en comparación con mujeres con consumos inferiores a 100 mg/día fueron las siguientes: 100 a 299 mg/día - odds ratio, 1,3 (IC al 95%, 0,9-1,7); 300 a 499 mg/día - odds ratio, 1,5 (IC al 95%, 1,0-2,1); 500 mg o más al día - odds ratio, 1,4 (IC al 95%, 0,9-2,2). La odds ratio ajustada de abortos espontáneos en fumadoras en comparación con no fumadoras fue de 1,5 (IC al 95% , 1,1-2,1). Entre las mujeres fumadoras, el consumo de cafeína no se asociaba con un exceso de riesgo de aborto espontáneo, mientras que en las no fumadoras, consumos altos de cafeína, de al menos 500 mg por día multiplicaban el riesgo por dos. Cuando se restringe el análisis a las mujeres no fumadoras que no muestran aversión al café, el riesgo de aborto espontáneo relacionado con el consumo de cafeína, aumenta. Cuando se mide el riesgo de aborto espontaneo entre mujeres no fumadoras y no bebedoras de café, la odds ratio se incrementa también, pero con unos intervalos de confianza muy amplios. Entre las mujeres fumadoras, no se observó efectos del consumo de cafeína en ninguno de estos análisis.
No se encontró relación entre la ingesta de cafeína y la presencia de abortos espontáneos de fetos con cariotipo anormal. Entre las no fumadoras, el consumo de cantidades moderadas y altas de cafeína se asoció con un incremento del riesgo de aborto espontáneo de fetos con cariotipos normales y desconocidos. Entre las fumadoras los consumos elevados de cafeína se asociaron con incrementos del riesgo de aborto espontáneo de fetos con cariotipo normal, con intervalos de confianza muy amplios.
CONCLUSIONES
1. La ingesta de cafeína en el primer trimestre del embarazo se asocia con un incremento del riesgo de aborto espontáneo de fetos con cariotipo normal, y este incremento del riesgo está presente de manera consistente sólo entre las mujeres no fumadoras.
2. De acuerdo con la mayoría de estudios previos, también se encuentra asociación entre el consumo de tabaco y un incremento del riesgo de aborto espontáneo, no pudiéndose detectar un efecto de la cafeína entre las mujeres fumadoras. Se ha sugerido previamente una posible interacción entre la ingesta de cafeína y el consumo de tabaco con respecto al riesgo de aborto espontáneo.
3. La proporción de mujeres que incrementaron el consumo de cafeína en al menos un 20% durante las dos últimas semanas de gestación fue pequeña (4%) en ambos grupos, pero se encontró que cuando no se incluían en el análisis el consumo de cafeína de las dos últimas semanas, el riesgo de aborto espontáneo de fetos con cariotipo normal se reducía entre las no fumadoras. Este análisis, amparado por un poder estadístico limitado, no permite descartar la posibilidad de resultados positivos falsos debido al incremento de la ingesta de cafeína entre las mujeres del grupo de casos en respuesta a una disminución de la severidad de los síntomas de embarazo.
4. La ingesta de cafeína no se encuentra relacionada con riesgo de abortos espontáneos de fetos con cariotipo anormal, hallazgo éste en concordancia con la falta de evidencia respecto a la potencial capacidad mutagénica de la cafeína en humanos.
5. Dadas las limitaciones del presente estudio, y los resultados contradictorios de estudios previos, los hallazgos deben ser interpretados cautelosamente. Sin embargo, reducir la ingesta de cafeína durante el primer trimestre de embarazo sería prudente.