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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.15 no.55 Granada  2006

 

ORIGINALES

 

Obesidad en la población escolar y la relación con el consumo de comida rápida

Obesity in scholar population and the relation whith the concump of fast food

 

 

Nora Ramos-Morales,1 Juana Marín-Flores,2 Sandra Rivera-Maldonado,3 Yolanda Silva-Ramales4

1Enf. Gral. UMAE Hospital de Pediatría CMN SXXI
2Enf. Gral. Unidad de Consulta Externa UMAE Hospital de Especialidades CM la Raza
3HGZ 194 El Molinito IMSS
4Enf. Gral. HGZ 1 A Los Venados IMSS, México

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Introducción: La OMS ha considerado la obesidad como epidemia. En México el abandono de patrones de alimentación tradicionales y la adopción de consumo de alimentos de alto valor energético se ha favorecido en el medio escolar y familiar en los niños, incrementándose la obesidad y la aparición de enfermedades consideradas del adulto.
Objetivo: Identificar la relación que existe entre el frecuente consumo de comida rápida (CR) y la obesidad en niños escolares.
Metodología: El estudio se llevó a cabo con 202 niños y niñas de 9 a 12 años en una escuela primaria, excluyéndose aquellos bajo régimen dietético u otras deficiencias hormonales. Se preguntó edad, se determinó peso y talla para el cálculo del índice de masa corporal y en base a ello se les asignó categoría de normal, sobrepeso u obesidad. A cada sujeto se asignó un nivel de ingesta de comida rápida frecuente, habitual u ocasional, de acuerdo al número de alimentos cuya ingesta se reportó como diaria por medio de un cuestionario autoaplicable.
Resultados: La proporción de sujetos normales, con sobrepeso y obesidad de acuerdo a la frecuencia de la ingesta de CR fue analizada con chi cuadrado. Se encontró asociación significativa entre el consumo de CR y el nivel de peso, más evidente para el sexo femenino (p 0.09 para los hombres y 0.007 para la mujer). En ambos sexos, la diferencia observada es atribuible a un incremento en la proporción de sujetos obesos en el grupo con frecuente consumo de CR así como un mayor número de sujetos normales que consumen este tipo de alimentos en forma ocasional. Se calculó razón de momios para el riesgo de sobrepeso u obesidad de acuerdo al nivel de ingesta de comida rápida encontrándose que en los hombres la ingesta frecuente de CR aumenta 3.33 veces el riesgo. En las mujeres, el OR fue de 2.4 para el alto consumo de CR. El riesgo atribuible al consumo frecuente de este tipo de alimento fue de 20%.
Conclusiones: Más del 50% de los niños estudiados cursan con sobrepeso u obesidad, sobretodo en el sexo masculino. Se encontró asociación entre la ingesta de CR y el grado de obesidad, más evidente en el sexo femenino. El riesgo de presentar sobrepeso u obesidad en sujetos con alta ingesta de CR es de 3.0.


ABSTRACT

Introduction: The who has considered the obesity like epidemic. In Mexico the abandonment of traditional patterns of feeding and the adoption of food consumption of high power value, in the average student and relative, the scholastic children the consumption has favored the increase of obesity and the appearance of considered diseases of adults.
Objective: To identify the relation that exists between the frequent consumption of fast food and the obesity in children of scholastic.
Methodology: The study included children and children of 9 to 12 years, excluding itself those under dietetic regime or other hormonal deficiencies. To ask age, determined the weight and the stature of each subject for the calculation of the index of corporal mass and on the basis of it assigned category of normal, overweight or obesity. To each subject a level of ingestion of frequent food fast, habitual or occasional was assigned, according to the number of foods whose ingestion was reported like daily by means of a autoaplicable questionnaire. 
Results:
The proportion of normal subjects was analyzed, with overweight and obesity according to the frequency of the ingestion of CR by means with square chi. Was a significant association between the consumption of CR and the level of weight, more evident for feminine sex (p 0,09 for men and 0,007 for the woman). In both sexes, the observed difference is atribuíble to an increase in the proportion of obese subjects in the group with frequent consumption of CR as well as a greater number of normal subjects that they consume this type of foods in occasional form. Was calculated reason of momios for the risk of obesity according to the level of fast ingestion of food. One was that in the men, the frequent ingestion of CR increases to 3,33 times the risk of in the women, the OR was of 2,4 for the high consumption of CR. The atribuíble risk to the frequent consumption of this type of food was of a 20%.
Conclusions: More of 50% of the studied children they attend with overweight or obesity, coverall in masculine sex. Was association between the ingestion of CR and the degree of obesity, more evident in feminine sex. The risk of presenting/displaying overweight or obesity in subjects with high ingestion of CR is of 3.0.


 

Introducción

La mayoría de los procesos del cuerpo humano requieren energía y ésta se obtiene de los alimentos en forma de energía química, que al transformarse en energía metabólica permite la síntesis de compuestos de estructura, hormonales y para la actividad enzimática, entre otros. En los niños las necesidades energéticas son principalmente aquellas asociadas con la formación de tejidos. Los factores que determinan estas necesidades, son el metabolismo basal, la actividad física y el crecimiento.1 Para permitir un crecimiento y desarrollo adecuado, la dieta normal del ser humano debe proporcionarse en una cantidad acorde a la edad, sexo y actividad física, manteniendo una proporción adecuada de los nutrientes principales (carbohidratos, lípidos y proteínas).

La obesidad es una enfermedad caracterizada por un incremento en la grasa corporal, que se acompaña de morbimortalidad elevada. Entre los factores asociados al desarrollo de la obesidad se encuentran los factores genéticos, una dieta inadecuada y el sedentarismo. Estos últimos característicos de buena parte de la población actual. La prevalencia de obesidad en niños y adultos ha aumentado cerca del 50 % en los últimos 10 años, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha considerado a la obesidad como una verdadera enfermedad epidémica, "El nuevo azote de la Humanidad".3

México no está libre de esta epidemia. El aparente desarrollo económico en la última década es un factor que ha contribuido en el estilo de vida y los hábitos alimentarios, por lo que se ha producido una transición nutricional hacia una alimentación cada día más parecida a la de algunos países industrializados (dieta con elevado contenido energético, proteínas y grasa saturada de origen animal, baja en fibra).

Se está dejando a un lado la dieta tradicional rica en cereales como el maíz, del que se hacen las tortillas, y leguminosas como el frijol, para adoptar una nueva cultura de comida rápida, con alto valor energético, pero pobre en nutrimentos esenciales, encaminándonos finalmente a otra forma de mala nutrición.

Por lo tanto, a pesar de que nuestra población se consideraba tradicionalmente desnutrida por una nutrición deficiente en calidad y cantidad, desde hace algunos años también se ve aquejada por sobrepeso u obesidad. Estudios recientes realizados en nuestro país muestran cambios importantes en el estado de nutrición de la población mexicana, especialmente la pediátrica. De acuerdo con el XII Censo General de Población y Vivienda,3 24 millones 157 mil 894 mexicanos tienen problemas de sobrepeso y obesidad, es decir el 44.1 % del total, cifra que parece estar por encima de la registrada en población de Estados Unidos. Según las diferentes regiones, la frecuencia de obesidad es mayor en la región norte del país (frontera con Estados Unidos) y en la Ciudad de México, comparada con la prevalencia del 19.9 % en la zona rural, usualmente un área pobre en recursos económicos.

En un estudio efectuado en población pediátrica mexicana por Levi4 se evaluaron 11415 niños de 5 a 11 años de edad, tanto en el área urbana como en la rural del norte - centro del país y se encontró una prevalencia global del 27 %. La mayor prevalencia de obesidad (38.6 %) se encontró en los niños de 5 a 6 años de edad comparado con el 21% de niños entre 7 y 11 años.4 Al igual que en otros países, los niños mexicanos se ven expuestos a una cultura "pago-ahorro" es decir, pague menos y obtenga más, por lo que resulta más barato ser obeso. Este fenómeno se ve en restaurantes y tiendas de autoservicio entre otros. Otro ejemplo es el aumento desmedido en el número de establecimientos de comida rápida en los últimos años. A finales de 1960 en México existían 1800 comercios de este tipo dedicados a la venta de hamburguesas, actualmente existen más de 30000.6 La industrialización ha ocasionado que estos productos contengan una materia prima deficiente, disfrazada con saborizantes que dan por resultados productos de buen sabor pero bajo valor nutritivo, además de estar respaldados con una estrategia de mercadotecnia, enfocada especialmente hacia los niños. La posible explicación sería el consumo elevado de azúcares simples (en forma de refrescos) y de grasa (como frituras), lo que ocasiona un aporte elevado de energía en la dieta.

El mexicano destina el 30 % de su ingreso a la alimentación y de este porcentaje el 10% se destina a refrescos. México es el segundo consumidor de refrescos en el mundo, sólo después de Estados Unidos. El 60 % de las familias incluyen el refresco en la dieta habitual dentro de los primeros diez productos de consumo, esto ha venido sustituyendo nuestras tradicionales aguas frescas de frutas.5

Respecto al estilo de vida, el gran auge de la televisión y de los juegos de video han sido otro factor de gran influencia. Hernández et al6 en 1999 estudiaron a 7112 niños mexicanos entre 9 y 16 años de edad y observaron una clara asociación entre la obesidad, la actividad física y el tiempo empleado en ver televisión: aquellos que veían más tiempo la televisión presentaban mayor riesgo de desarrollar obesidad. En México se lee muy poco, pero en contraposición se ve la televisión. En este sentido, la televisión no sólo modifica conductas y hábitos, sino que promueve el consumo de ciertos productos. De los anuncios publicitarios de televisión destinados a alimentos, el 85% están destinados a la promoción de refrescos, pastelitos y frituras.

Otro aspecto que se debe comentar es la presencia de las tiendas en las escuelas. Según la Secretaría de Educación Pública, el objetivo de las tiendas en las escuelas es la enseñanza de los grupos de alimentos, la promoción de alimentos nutritivos, el manejo racional del dinero y aprendizaje del funcionamiento del mercado; sin embargo esto no sucede en la mayoría de los casos y son verdaderos promotores del consumo de frituras, refrescos, etc.

El excesivo consumo de comida rápida o "chatarra" y golosinas se convierte en un hábito para lograr que el niño se "alimente". Por comodidad, a modo de premio, o por falta de tiempo para cocinar, los niños y adolescentes ingieren comida rápida que aporta muchas calorías y grasas y contribuye al aumento de enfermedades crónicas no transmisibles. Además, el alto consumo de bebidas carbonatadas a base de cola y con cafeína disminuyen o retardan la absorción de calcio. Todo esto forma parte de hábitos alimentarios distorsionados.

El incremento en el número de niños obesos se ha reflejado en la presencia de enfermedades asociadas a la obesidad y que antes eran características de la edad adulta. Como consecuencia de la obesidad, ha incrementado la prevalencia de algunas enfermedades asociadas como Diabetes Mellitus tipo 2, Hipertensión Arterial, dislipidemias, enfermedades cardiovasculares y colelitiasis.6 Lo anterior lleva a un incremento en la morbilidad de la población pediátrica con disminución en la calidad de vida.

Ya que en la infancia es cuando se desarrollan los hábitos alimentarios, es importante identificar la relación que existe entre el consumo de comida rápida y la obesidad en niños de edad escolar, identificar la frecuencia con que se ingiere la comida rápida o chatarra en el grupo de edad de 9 a 12 años en una escuela primaria de nivel socioeconómico medio. Identificar los antecedentes familiares de obesidad en los padres y hermanos de los niños del grupo propuesto. Correlacionar la frecuencia de la ingesta de este tipo de alimentos con el grado de obesidad (medido a través del índice de masa corporal, IMC) para implementar medidas de modificación de hábitos en esta población.

 

Metodología

En la Escuela Primaria "Defensores de la República" de la Secretaría de Educación Pública en el Distrito Federal a través de visitas a la misma, previo consentimiento informado, se aplicó un cuestionario para identificar la relación que existe entre el consumo de comida rápida y la obesidad así como la frecuencia de consumo de comida rápida en una muestra por conveniencia de 202 niños de 9 a 12 años de edad, excluyéndose aquellos bajo régimen dietético u otras deficiencias hormonales.

Previa autorización de la SEP y a la recolección de la información, se estableció un procedimiento de estandarización de cuatro alumnas del Curso Postécnico de Enfermería Pediátrica para vigilancia de la aplicación del cuestionario y la toma de mediciones de talla y peso. Los investigadores acudieron el día señalado para la obtención de información sobre la edad, antecedentes heredo familiares de obesidad,7 y actividad física por medio de un instrumento tipo cuestionario auto aplicable, así como la determinación del peso y la talla de cada sujeto para el cálculo del índice de masa corporal. El cuestionario fue diseñado por las participantes explorando la frecuencia de alimentos que habitualmente están disponibles para su consumo por el niño, tanto en el ámbito escolar como extraescolar. El instrumento se aplicó previamente a un grupo piloto de 10 adolescentes, posterior a lo cual se hicieron modificaciones en el mismo. A cada sujeto se asignó un nivel de ingesta de comida rápida (CR) frecuente, habitual u ocasional, de acuerdo al número de alimentos cuya ingesta se reportó como diaria, así como la categoría de normal, sobrepeso u obesidad de acuerdo al índice de masa corporal. El sobrepeso y obesidad se diagnosticó como IMC por arriba del percentil (PC) 85 y PC 95 respectivamente para edad y sexo.7 El estudio cumplió con las reglas nacionales e internacionales en materia de investigación e implica un riesgo menor al mínimo.

 

Resultados

Se estudió una muestra a conveniencia de 202 niños que reunieron los criterios de estudio (cuadro I), sin diferencia significativa en cuanto a edad. Se analizó la proporción de sujetos normales, con sobrepeso y obesidad de acuerdo a la frecuencia de la ingesta de comida rápida por medio de la prueba de Chi cuadrado. Se encontró una asociación significativa entre el consumo de comida rápida y el nivel de peso, más evidente para el sexo femenino (p 0.09 para los hombres y 0.007 para la mujer). En ambos sexos, la diferencia observada es atribuible a un incremento en la proporción de sujetos obesos en el grupo con frecuente consumo de comida rápida así como un mayor número de sujetos normales que consumen este tipo de alimentos en forma ocasional (cuadros II, III).

De acuerdo a los datos disponibles, se calculó la razón de momios para el riesgo de presentar el evento adverso sobrepeso u obesidad de acuerdo al nivel de ingesta de comida rápida. Se encontró que en los hombres, la ingesta frecuente de CR aumenta 3.33 veces el riesgo de presentar sobrepeso u obesidad. En las mujeres, el OR fue de 2.4 para el alto consumo de CR, que incluso resultó evidente con la ingesta en forma habitual, comparada con la ingesta ocasional (OR 3.42). El riesgo atribuible al consumo frecuente de este tipo de alimento fue de aproximadamente un 20%.

Discusión

En las escuelas públicas de nivel primario del DF, no existe reglamentación sobre la venta de alimentos a los alumnos y no existe control del tipo de alimentos expedidos y consumidos por los niños. Habitualmente se maneja en forma de cooperativa en la que los niños participan activamente como vendedores, al mismo tiempo que los consumen diariamente. Por precio, facilidad en la conservación de los alimentos y atractivo visual, predomina la venta de alimentos que en la mayoría de los casos no cumplen con los requerimientos nutricionales y tiene un alto valor energético a expensas de grasa y azúcares.

En este estudio, encontramos una alta prevalencia de sobrepeso y obesidad, incluso mayor que la reportada para la población general. Esto fue más evidente para el sexo masculino, donde el 32.7% de los varones tuvo un índice de masa corporal mayor del 95% para su edad comparado con el 28.3% en las mujeres.Se ha reportado que en algunas poblaciones, el sobrepeso y la obesidad predomina en el sexo femenino, lo cual no se evidenció en este estudio. Lo anterior podría explicarse porque en esta edad se da mucha importancia a la imagen corporal.

Similar a lo reportado por Levi y colaboradores4, que estudiaron niños de 7 a 11 años del medio rural y urbano se observó asociación entre el grado de obesidad y la ingesta de comida rápida, aunque significativa principalmente en el sexo femenino. Esto último, probablemente se explique por el número de sujetos estudiados y por la posibilidad de influencia de otros factores sobre el peso de los sujetos.

Ya que el riesgo de presentar sobrepeso u obesidad parece incrementar en forma significativa con el mayor consumo de este tipo de alimentos, vale la pena considerar el retomar la política original de la Secretaría de Educación Pública, cuya intención es que las cooperativas sean una forma a través de la cual los niños conozcan los grupos de alimentos y tomen decisiones adecuados en cuanto a alimento nutritivos. El implementar medidas para disminuir esta ingesta, ya sea a través de maniobras educativas en el niño, su familia y sus maestros y en el control sobre el tipo de alimentos que consumen, podría dar lugar a un descenso en el número de niños con problemas de sobrepeso y obesidad.

 

Bibliografía

1. Rojas M, Guerrero L. Nutrición clínica y gastroenterología. Bogotá, Colombia, Médica Panamericana, 1998.        [ Links ]

2. Instituto Nacional de Salud Pública. Encuesta Nacional de Nutrición 1999. Niños menores de 5 años. Tomo I. Cuernavaca, Mor. INSP, 2000.        [ Links ]

3. Instituto Nacional de la Nutrición. Encuestas Nutricionales en México. México: División de Nutrición, 1963.         [ Links ]

4. Levi S, Rivera DJ, Ramírez SC. Sobrepeso y obesidad en población escolar mexicana. Libro de resúmenes del IX Congreso Nacional de Investigación en Salud Pública, 2001: 34-35.        [ Links ]

5. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, México: INEGI, 2000.        [ Links ]

6. Hernández B, Gortmakers SL, Goldiestz GA. Association of obesity with physical activities, television programs and other forms of video viewing among children in Mexico City. Int Obesity 1999; 23: 845-54.        [ Links ]

7. Sheldon WH, Stevens SS, Tucker WB. The varieties of human psyque an induction to constitutional psychology. EUA: Harper & Brothers, 1940.        [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Nora Ramos Morales
Calle 67 No. 91 Col. Puebla CP 15020
México DF, México
E-mail: nora_ramos@terra.com.mx

Recibido el 23.09.2005
Aceptado el 22.12.2005

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