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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.16 no.57 Granada nov. 2007

 

MISCELÁNEA

CARTAS AL DIRECTOR

 

Cuidadoras en el hospital: de acompañantes a cuidadoras domiciliarias en breve

Hospital caregivers: from accompanying persons to home caregivers in a short period of time

 

 

Sr. Director. Si analizáramos la labor de la persona que ejerce su función de cuidadora domiciliaria, cabrían bastantes distinciones en función a distintas variables que se utilizasen; así por ejemplo, podríamos distinguir las cuidadoras en base a las horas que le dedican al cuidado, según el grado de dependencia que presentan las personas a las que atienden y que además en la mayor parte de los casos, también suplen. Se podrían establecer tantas clasificaciones como criterios imaginemos.

Hay un tipo de cuidadora que a nivel de planificación del alta, causa especial dificultad, es la que podríamos denominar cuidadora por dependencia de instauración brusca. Aquella que debe convertirse en cuidadora vulgarmente “de hoy para mañana”. Esta persona sería la que tendría que asumir el cuidado de una persona que sufre un problema de salud que le genera una dependencia total o severa; sería el claro ejemplo del paciente que sufre un accidente cerebrovascular o también el del enfermo traumatológico del tipo del anciano con fractura de cadera. Habitualmente este tipo de pacientes acude al medio hospitalario durante la fase aguda de la enfermedad y una vez superadas las posibilidades diagnóstica y/o terapéuticas, es dado de alta a domicilio.

Estas cuidadoras, ya que en un alto porcentaje de los casos son mujeres,1 presentan unas características propias que le confieren un papel especial de cuidadora. En primer lugar, si se trata de un paciente que ha sido sometido a una intervención quirúrgica de cirugía mayor, al alta tendrá los requerimientos habituales de un postoperatorio. En segundo lugar, esta persona ha de adaptarse bruscamente para poder ejercer de agente de autonomía del propio paciente.2 En tercer lugar, esta persona pasará en el momento del alta al domicilio a encontrarse en su domicilio con menos recursos de lo que se dispone en el hospital para ejercer su tarea de cuidado. Todos estos motivos y en especial los dos últimos, constituyen factores relacionados para la aparición de respuestas de afrontamiento no adecuadas a la situación.

Mucho se ha discutido acerca de si la persona cuidadora es un cliente o un recurso de nuestro sistema sanitario y más aún, de nuestra sociedad,3 ya que la repercusión de la labor de cuidado informal supera los límites de lo sanitario y se enmarca en el ámbito social.

Los investigadores que han estudiado esta problemática apuntan varias líneas de trabajo para los profesionales, por una parte una necesidad imperiosa en el área de seguridad y fiabilidad4 que tengan como base una labor personalizada de información y de colaboración;5 de otra parte, se identifica un vacío sobre la relación que se establece en el medio hospitalario entre los profesionales y las personas que acompañan a estos pacientes y que habitualmente serán las encargadas de asumir la función de cuidado en el domicilio.6 Es posible maximizar la relación y obtener mayores frutos.

Por todo lo expuesto, el medio hospitalario se ofrece no como una debilidad sino como una auténtica oportunidad especial para abordar esta problemática; para ello es preciso que las enfermeras hospitalarias adopten una visión y enfoque domiciliario. Dentro de la actuación en cuidados, es preciso conocer tanto las necesidades actuales como establecer las que en un futuro se pueden generar, siempre desde la óptica del domicilio. Este abordaje hospitalario de este tipo de cuidadoras en particular y de las cuidadoras en general, permitirá mantener una sistemática de trabajo que nos lleve a mejorar la calidad de vida de estas personas y con ello, la de las propias personas cuidadas. Un planteamiento en esta línea podría suponer pasar página, cerrar el capítulo de “acompañantes” y abrir un nuevo capítulo como “cuidadoras domiciliarias en breve”.

 

Fernando Jesús Robledo Cárdenas

Enfermero Gestor de Casos. Hospital de Riotinto, Huelva, España

robledocardenas@hotmail.com

 

Bibliografía

1. García Caliente MM, Mateo Rodríguez I, Eguiguren AP. El sistema informal de cuidados en clave de desigualdades. Gaceta Sanitaria, 2004; 18(supl 1):132-139.

2. Flores Antigüedad ML, Amezcua M, Cano-Caballero MD, Castillo A. ¿Es posible el intercambio de ayuda entre cuidadores profesionales y cuidadores familiares en el contexto hospitalario? Evidentia 2005 sept-dic; 2(6). En: <http://www.index-f.com/evidentia/n6/157articulo.php> (Consultado el 7/5/2007).

3. Pereira Becerra F. La intervención de enfermería en el cuidado de la cuidadora principal de pacientes dependientes en casa. Inquietudes, 1999; IV(16):34-43.

4. Prieto Rodríguez MA, Gil García E, Heiderle Valero C, Frías Osuna A. La perspectiva de las cuidadoras informales sobre la atención domiciliaria. un estudio cualitativo con ayuda de un programa informático. Rev Esp Salud Pública. 2002; 76: 613-625.

5. Celma Vicente M. Cuidadoras informales en el medio hospitalario. Rev Rol Enferm. 2001, 24(7-8):503-511.

6. Celma Vicente M. Cuidadoras informales y enfermeras. Relaciones dentro del hospital. Rev Rol Enferm. 2003, 26(3):22-30.

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