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Index de Enfermería
versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296
Index Enferm vol.18 no.1 Granada ene./mar. 2009
ARTÍCULOS ESPECIALES
EDITORIALES
La Práctica basada en Evidencias en América Latina, ¿realidad o utopía?
Practice based in evidence in Latin America, reality or utopia?
María Nubia Romero B.
Coordinadora-investigadora Grupo de investigación GERCUS. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja, Colombia. mnromero@gmail.com
Compartir la VI reunión de EBE en territorio latinoamericano tiene dos motivaciones inseparables: una, ligada a la postura crítica que el Observatorio de Enfermería Basada en Evidencia (OEBE) de la Fundación Index ha liderado desde la primera reunión, en el 2002, en oposición al concepto ortodoxo de la MBE, que induce al reduccionismo metodológico y al artificio de eliminar las otras verdades que surgen de la auténtica interpretación y comprensión de las experiencias de vida de las personas que cuidamos, sin desconocer que esas verdades también pueden ser contingentes. Este movimiento crítico ha posicionado desde entonces una nueva definición de lo que ha de ser el horizonte de la EBE, así: Enfermería Basada en la Evidencia es sencillamente la búsqueda sistemática de una respuesta basada en la investigación, útil y pertinente para la práctica de las enfermeras, pero que considera un enfoque reflexivo e interpretativo que es el que permite hacer uso de los hallazgos de la investigación en la realidad particular de la enfermera;1 definición que ha orientado las preguntas centrales en cada una de las reuniones internacionales celebradas y ha impulsado a las enfermeras a pasar de un discurso de dependencia a otro profesional y de gran calado científico.2
La segunda motivación es la de reencontrarnos territorial y conceptualmente en un lugar de los Andes, donde el proceso de conquista y colonización se sobrepuso a muchas culturas autóctonas, entre ellas la muisca, y dio como resultado la simbiosis y sincretismo de una América hispana, representada en un mestizaje cultural que distingue, entre otros, a los pobladores de la región cundiboyacense,3 centro de Colombia, donde se realizará la VI Reunión Internacional. Será este territorio el encargado de representar la extraordinaria diversidad cultural de Latinoamérica, de sus gentes, sus maneras de pensar y sentir la salud-enfermedad y los cuidados que se ofrecen. La VI reunión de EBE ha de simbolizar un encuentro cultural de evidencias múltiples en cuidados diversos, brindados desde la Patagonia, atravesando las majestuosas cordilleras que unen la América del Sur con Centroamérica, pasar el río Bravo o río Grande para llegar a América del Norte y luego entrelazarnos con España, Portugal y demás países deseosos de encontrarnos con nuevas realidades y utopías.
¿Realidad o Utopía? Entre la realidad y la utopía hay varios encuentros posibles, pues la realidad no es como siempre se presenta ni como la imaginamos, pero nos moviliza a su encuentro para comprenderla o como dice Eduardo Galeano: Está visto, y los ciegos lo ven, que cada persona contiene otras personas posibles, y cada mundo contiene su contramundo;4 y la utopía nos moviliza a romper el orden para encontrar el camino; Eduardo Galeano nos dice de la utopía que:
Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos,
ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y
el horizonte se corre
diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine,
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar.
(Eduardo Galeano: "Las palabras andantes").
La utopía, como concepto, también significa crítica, crítica de lo que es y representación de lo que debería ser, como sostiene Horkheimer;5 postura que invita a abrir nuestras mentes y deseos por mantener viva la utopía, los sueños y no cerrar ventanas ni ponernos lentes oscuros para ver la realidad que vivimos. En esta doble conjunción entre confrontar la realidad en su orden existente y soñar con la utopía que trasciende la realidad, la enfermería se ha movido en el terreno conceptual y práctico para fortalecer con estas reuniones internacionales su campo disciplinar, porque su carácter ha sido el de fortalecer el todo solidario a través del juicio de la razón colectiva que convoca la diversidad como fuerza que proyecta el futuro de la enfermería. Este camino es el que convoca en esta ocasión la VI Reunión.
Muchas de las preguntas que nos hacemos en el marco de la convocatoria de esta nueva reunión internacional de EBE ya tienen respuestas para las prácticas de cuidados basados en evidencias, que utilizan enfermeras anglosajonas y, en parte, hispanoparlantes, españolas principalmente; pero como Las evidencias se actualizan, cambian, se renuevan o se ponen en tela de juicio con la frecuencia con que ven la luz las publicaciones periódicas,6 esta es otra buena oportunidad para su confrontación, para incentivar la duda sobre lo que hacemos en la rutina diaria y para unirnos a este movimiento crítico hacia la práctica de los cuidados.
Somos conscientes de que la diversidad y la riqueza local de las prácticas de cuidados basados en evidencias pertinentes han de enriquecer, con su juicio crítico, no sólo la creciente literatura científica de enfermería en español, encontrada en bases de datos bibliográficos del entorno iberoamericano,7,8 sino también la generación de conocimiento contextual y pertinente, otorgando autoridad a la vivencia y al saber local, pues la realidad ha dejado de ser un espectáculo que contemplamos para convertirse en una extensión vivida [ ] en un mundo experiencial.9 Por ello se espera que surjan evidencias que hablen de las características propias del otro en su entorno y les beneficie, porque, al final, son las personas y las familias a quienes nos debemos y les debemos nuestro reconocimiento intelectual.
De la mano de la historia, la enfermería latinoamericana va creciendo, y en este evento se ha de visibilizar con fuerza todo lo que se produce en diferentes regiones, como un verdadero encuentro de culturas mediado por las Prácticas de los Cuidados basadas en evidencias. La producción de conocimiento propio, es decir, aquel conocimiento que se genera, que se publica para ser compartido y se consume en contexto en cualquier lugar del mundo, defiende la dignidad profesional resistiendo a la sobrevivencia laboral, porque convoca a investigar a partir de necesidades sentidas que se configuran en preguntas clínicas pertinentes y útiles para la calidad de los cuidados. Además genera conocimientos ligados a las raíces y al entorno cultural para hacer de él una PBE con un uso pertinente, es decir, que sea apropiada, congruente, eficaz y válida; y un uso con sentido propio, porque ha de contrastar la utilidad en la práctica, ha de ser adecuada al contexto, ha de tener un uso más comprensivo10 que técnico y ha de ser provechosa, tanto para la institución, por su relación costo/beneficio, como para el profesional, por su confrontación ética en el cuidado. Por ello es posible encontrar múltiples evidencias11 frente a un fenómeno común, por la diversidad de maneras propias de ver el mundo. Lo múltiple también hace referencia a la lucha por el reconocimiento de la existencia del otro5 y del nosotros como principio de igualdad en la diferencia; el reconocimiento en condiciones simétricas augura respeto por la generación y uso de evidencias locales como una necesidad vital de identidad.
Cualquier conocimiento que se genere, no importa en qué rincón del mundo, trae consigo un sentido que antecede a la mirada de quienes somos sus receptores, pues donde se genera esa propuesta existen unos significados culturales y unas condiciones propias que le hacen cobrar sentido para ellos.12 Pero cuando asumimos ese conocimiento para su uso, entonces, en esa interlocución necesaria que tenemos que hacer con el texto, se construye un nuevo sentido para quienes somos receptores. Somos constructoras de sentido en la medida en que comprendamos de dónde proceden y cómo y por qué surgen las evidencias que circulan; aquí encontramos la pertinencia con sentido. Por tal razón, el papel de la enfermera o enfermero que pretende mejorar sus prácticas del cuidado no puede ser pasivo, no puede ser acrítico, no puede ser irreflexivo ante lo nuevo que se trata de imponer en beneficio colectivo y que se consume con el fin de recuperar el acumulado de conocimientos, porque si un texto no es recuperable no puede ser leído por otro y no puede ser citado [entonces] es imposible desarrollar una comunidad de conocimiento compartido que crece sobre lo ya hecho y sabido.8
En estos eventos científicos la tarea del pensamiento se activa porque el interés es pasar de la imagen genérica que tenemos de la PBE a comprender el significado que tiene ella en contexto, para dar un salto cualitativo, de la pasividad a la actividad cognitiva, poniendo toda la capacidad para representar la realidad y hacer visible el mundo que vivimos en los múltiples actos de cuidados que mantenemos con las personas y las familias. Estos actos requieren un lenguaje que comunique y nos posibilite, como colectivo, ampliar en esta VI Reunión las discusiones epistemológicas y prácticas,1,13,14 sobre la complementariedad paradigmática y cómo lograrla; preguntarnos hasta dónde podemos expandir el concepto de PBE y de qué tipo de evidencias se habla;15 un lenguaje que permita compartir las experiencias ganadas o perdidas en la implementación de la PBE; discutir las prácticas pedagógicas con las que se aborda el aprendizaje de la EBE; compartir los resultados alcanzados en la implementación y evaluación de la PBE en la cotidianidad del rol profesional, y discutir en qué ha cambiado el sentido de las investigaciones primarias desde las motivaciones de la EBE y qué tanta investigación secundaria aporta evidencias y son utilizadas en la elaboración de guías, no sólo por la evidencia misma, sino por su necesaria puesta en uso o implementación. Uso que ha de significar no un acto mecanicista, sino un movimiento real de reciprocidad entre los sujetos que intervienen, al reconocer que la utilidad pregunta por la necesaria relación intersubjetiva y contextual que demanda una buena PBE.
Son contundentes las evidencias que se han compartido durante las cinco reuniones internacionales que la Fundación Index ha convocado en España acerca del aporte de la EBE a la práctica de los cuidados,1,6,13,15 lo que ha llevado a la enfermería española, como sus profesionales afirman, a resurgir de sus cenizas, gracias al cúmulo de experiencias de estas profesionales y al poder comunicativo que se estableció a través de la Red,13 todo ello en medio de sentimientos que alberga la naturaleza humana de escepticismo, pero también de asombro por lo que son capaces las enfermeras de hoy al poner en tela de juicio la práctica cotidiana.13
La actitud crítica que genera el movimiento de la EBE permite a las enfermeras obrar sobre sí mismas a partir de la autocrítica sobre lo que hacen o dejan de hacer.16,17 Pero ahora necesitamos conocer, desde sus propias voces, las limitaciones y dificultades que tienen las enfermeras clínicas latinoamericanas para el buen uso de una PBE;18 son estas enfermeras las que pueden dar cuenta de qué tan sensibles o reacias son ellas mismas, o las instituciones de salud o sus dirigentes, al ejercicio de un rol profesional desde la PBE, y de qué tanto ésta sirve para la defensa ética de la calidad de los cuidados en contexto. Por ello convocamos a las enfermeras clínicas, docentes y gestoras de cuidados de América Latina para que hagan viva la realidad de la PBE, e invitamos a las colegas Norteamericanas y Europeas para que nos acompañen en esta VI Reunión Internacional de EBE para hacer visible los tejidos diferenciales que surgen de las intervenciones en cuidados basados o no en evidencias científicas. No queriendo ocultar nuestra vocación de contribuir a la construcción de una necesaria comunidad de conocimiento abierta a las diferencias y particularidades de cada entorno cultural, que contemplamos como una gran oportunidad para el intercambio de recursos y conocimiento.19
Les esperamos, entonces, en Colombia, porque seguimos atentas al ruido, a las turbulencias e irregularidades que están brotando de la PBE con el sueño de que estos vaivenes impacten glocalmente la salud y la vida de las personas y comunidades que reciben cuidados de calidad y pertinentes; además del reconocimiento digno que merece la enfermería al resignificar su rol profesional y no permitir la desvirtuación de éste para encontrar la verdadera ruta para la transformación de la práctica clínica.
Bibliografía
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