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Index de Enfermería
versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296
Index Enferm vol.18 no.2 Granada abr./jun. 2009
CARTAS AL DIRECTOR
Presión arterial y riesgo cardiovascular
Blood pressure and cardiovascular risk
Dirección para correspondencia
Sr. Director: La evidencia científica ha establecido bases sólidas de correlación positiva e independiente entre la elevación de la presión arterial (PA) y el riesgo de morbilidad y de mortalidad cardiovascular.1-3 En cambio, todavía permanece vigente en nuestros días la creencia, entre ciertos profesionales sanitarios y en buena parte de la población, de que es la elevación de la presión arterial diastólica (PAD) la que ofrece un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. En cierta medida, esta situación proviene de los años 70, en los que el criterio de inclusión en los estudios clínicos era presentar unas cifras de PAD elevadas; y, el principal objetivo, el descenso de la misma, con el propósito de disminuir los riesgos cardiovasculares asociados a la PA elevada. Sin embargo, el incremento de la presión arterial sistólica (PAS) se reconocía como una parte más dentro del proceso vital, a consecuencia del endurecimiento arterial progresivo; de efectos moderados e inevitables sobre la salud.1 Además, la PAD se consideraba como el mejor marcador de la resistencia periférica, característica definitoria de la hipertensión arterial (HTA), y por tanto, mejor predictor del riesgo cardiovascular. Estos condicionantes reforzaron esta idea, y determinaron notablemente la percepción que aún hoy en día se mantiene entre ciertos profesionales y en la población, por la que se presta más atención al componente diastólico de la PA a la hora del diagnóstico, tratamiento y control.
Sin embargo, en los últimos años se le ha prestado un considerable interés en las investigaciones a la PAS como un factor independiente de lesión en órgano diana y de enfermedades clínicas asociadas. De hecho, se ha demostrado que las complicaciones cardiovasculares de la hipertensión (enfermedad coronaria, ictus, insuficiencia cardiaca o enfermedad arterial periférica) se encuentran más relacionadas con el incremento de la PAS que con el de la PAD. Del mismo modo, comparando elevaciones aisladas de PAS con elevaciones aisladas de la PAD con el riesgo para todas las secuelas cardiovasculares, se observaron riesgos relativos y tasas de incidencia mayores para la hipertensión sistólica que para la diastólica. Asimismo, se ha objetivado que es a partir de los 50 años de edad cuando la PAS por encima de 140 mmHg se comporta como un factor de riesgo cardiovascular más fuerte que la PAD.1-3
Las diferencias comentadas entre la PAS y la PAD en la capacidad predictiva del riesgo cardiovascular son importantes de cara al mejor tratamiento y control de la hipertensión arterial, ya que no sólo se le concede un papel importante a la PAS, como factor de riesgo independiente y modificable, sino que se le señala como el principal determinante del riesgo cardiovascular en personas mayores de 50 años de edad, y especialmente en ancianos.
La revisión de estos conceptos atañe plenamente a las profesionales enfermeras, ya que éstas juegan un papel crucial en el manejo del paciente hipertenso. Así pues, ya desde la fase de despistaje, la enfermera debe atender a los valores de PAS como un determinante de riesgo independiente y modificable, especialmente significativo en personas mayores de 50 años. Por lo que, ante una situación de hipertensión sistólica aislada, el paciente debe ser derivado al médico para su ulterior valoración.
Asimismo, dentro del seguimiento y control del paciente hipertenso, la enfermera debe observar que valores de PAS por encima de 140 mmHg pueden elevar considerablemente el riesgo cardiovascular, especialmente en ancianos. Por ese motivo, en caso de objetivarse valores superiores a los citados en personas con más de 50 años de edad, deberá intensificar su actividad educativa para mejorar el control de la HTA, y en su defecto, derivará el paciente al médico para que valore la situación y establezca las medidas oportunas desde su campo de competencias.
Y no cabe duda, que entre la educación sanitaria que debe desarrollar, es primordial insistir que "no es más mala la mínima, que la máxima", especialmente en personas mayores, y que es labor del paciente hipertenso conseguir a través del manejo efectivo del régimen terapéutico y del cambio de hábitos de vida, el control de las cifras de PAS por debajo de 140 mmHg y los de PAD por debajo de 90 mmHg, con el objetivo de reducir los riesgos de sufrir secuelas cardiovasculares.
Marco Antonio Zapata-Sampedro1, Laura Castro Varela2
1Diplomado universitario en enfermería. Centro de Salud Polígono Norte. Distrito Sanitario de Atención Primaria Sevilla. España.
2Diplomada universitaria en enfermería. Centre Hospitalier Intercommunal Robert Ballanger, Aulnay sous Bois. París, Francia
Bibliografía
1. Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA). Guía española de hipertensión arterial 2005. Disponible en: http://www.seh-lelha.org/guiahta05.htm [Acceso: 19.08.2008]. [ Links ]
2. National Heart, Lung and Blood Institute. The Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation and Treatment of High Blood Pressure. JNC-VII. Disponible en: http://www.nhlbi.nih.gov/guidelines/hypertension/jnc7full.pdf [Acceso: 03.09.2008]. [ Links ]
3. World Health Organization. International Society of Hypertension Writing Group. World Health Organization (WHO)/International Society of Hypertension (ISH) statement on management of hypertension. Disponible en: http://www.who.int/cardiovascular_diseases/guidelines/hypertension_guidelines.pdf [Acceso: 13.09.2008]. [ Links ]
Dirección para correspondencia:
Marco A. Zapata Sampedro.
C/ Antonio Buero Vallejo 3-1º D,
41009 Sevilla, España
in.ictv.ocvli@gmail.com