SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.24 número4Cómo elaborar Guías de Recomendaciones de Autocuidado para Pacientes y Cuidadores (GRAPyC)Cuando no nos entendemos índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.24 no.4 Granada oct./dic. 2015

https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962015000300013 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

Enfermedad Renal Crónica y trasplante renal: Experiencias y superación de una estudiante de medicina

Chronic kidney disease and kidney transplantation: Experiences and overcoming of a medical student

 

 

Ana Julia Carrillo Algarra, Fanny Moreno Rubio y Sandra Milena Buitrago

Facultad de Enfermería, Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, Bogotá, Colombia

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Las personas con enfermedad renal crónica (ERC) en estado terminal ven el trasplante como esperanza de vida e independencia, les evita ir tres veces por semana a hemodiálisis o tener presente el horario para sus recambios. Describen este cambio como positivo, por tanto interesa comprender cómo vive esa transformación Kate, estudiante de último año de medicina a quien sorpresivamente le diagnostican ERC, el efecto que tiene este suceso en su confianza en la medicina occidental, que la lleva a buscar refugio en medicinas alternativas. El relato rememora la experiencia y evolución del tratamiento de Kate, cómo describe ella el cambio de vida, las implicaciones de ser paciente en las diferentes terapias de sustitución renal, sus experiencias antes, durante y después del trasplante y lo que este significa teniendo en cuenta que ella conoce los procedimientos y las posibles complicaciones.

Palabras clave: Fallo Renal Crónico, Diálisis Renal, Trasplante de Riñón, Terapia de Reemplazo Renal, Insuficiencia Renal Crónica.


ABSTRACT

Kidney transplant means increased life expectancy and independence for people who suffer Chronic Kidney Disease (CKD), since it prevents having to get dialysis three times a week or worrying about when to get replacements. This is why patients rate the change as positive. Based on this, it is relevant to understand how a last year medicine student, who was diagnosed with CKD, deals with this transformation as well as how it changes the way she sees traditional and alternative medicine. This biographical narrative shows Kate's experiences during her treatment, how she describes the changes in her life, the implications of being a patient during the different stages of kidney transplant. It also shows her experiences before, during and after the transplant, as well as what the process has meant for her. All of this is related taking into account her knowledge regarding the medical implications of the process.

Key words: Chronic Renal Failure. Renal Dialysis, Kidney Transplantation, Renal Replacement Therapy.


 

Introducción

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) implica pérdida gradual de la función renal, es progresiva y es terminal cuando la capacidad renal se reduce al 10%.1 El Sistema General de Seguridad Social en Salud colombiano considera la ERC como patología de alto costo, pues genera un fuerte impacto económico, y sobre la calidad de vida del paciente y su familia, incluidas las repercusiones laborales. Se estima que su manejo ha comprometido en los últimos años aproximadamente el 2% del gasto anual en salud del país.2 Frente a esta situación, se plantea la necesidad de implementar programas de prevención, definir y aplicar protocolos de nefroprotección, ajustarse a criterios de inclusión y exclusión a diálisis peritoneal (DP) y hemodiálisis (HD), fortalecer programas de trasplante renal, retardar el ingreso a diálisis con tratamiento adecuado de las condiciones mórbidas de los pacientes, y cuando finalmente requiera terapia de reemplazo renal (TRR), optimizar el tratamiento y disminuir los costos de hospitalización, complicaciones, incapacidad y mortalidad.2 Las TRR son: HD, DP y trasplante renal, este último tiene mayor aceptación porque: evita dependencia de diálisis y dietas rigurosas, es mayor la supervivencia, y reduce costos para el paciente y el sistema sanitario.3

El relato destaca el trasplante renal de donante vivo, porque muestra mayor supervivencia en comparación con la de donante cadavérico, debido a que se realizan estudios exhaustivos para selección del donante, quien no está expuesto a enfermedades o agentes nefrotóxicos a los que pudo estarlo un donante fallecido.4 Otras ventajas son: es programado, por tanto permite optimizar las condiciones de donante y receptor; disminuye al mínimo, el tiempo de isquemia entre nefrectomía e implante; función renal inicial inmediata; menor incidencia de rechazo; y reducción de listas de espera.5

Con base en lo anterior, y a partir del conocimiento del caso de una joven estudiante de último año de medicina que requirió trasplante de donante vivo para tratar la ERC secundaria a Lupus Eritematoso Sistémico (LES), se considera relevante conocer sus vivencias con respecto al diagnóstico, tratamiento desde la medicina occidental y uso de la medicina alternativa. Como es de esperar, el proceso ha traído cambios profundos en su vida, en los cuales sus conocimientos de medicina no la han limitado para explorar otras alternativas de tratamiento.

De este modo, se opta por un relato biográfico, que permite realizar una aproximación a la experiencia individual. Se selecciona como informante, una mujer trasplantada hace 5 meses, a quien se cambia el nombre original por el de Kate, para mantener el anonimato. Previo consentimiento informado, se realizó entrevista en profundidad con duración de dos horas, desarrollada en ambiente tranquilo, sin interrupciones, procurando generar confianza en Kate, de modo que pudiera expresar libremente sus sentimientos, vivencias y experiencias.

La entrevista fue grabada en su totalidad y posteriormente transcrita, garantizando la confidencialidad. En el transcurso de la misma, se tomó nota de aspectos considerados importantes y de la comunicación no verbal de Kate, para lograr una descripción de las vivencias lo más fiel posible. Una vez transcrita la entrevista al igual que el documento final, fueron revisados y aprobados en forma independiente por los investigadores y por Kate, con el objeto de garantizar que realmente se consigne la información proporcionada. Los datos se analizaron siguiendo la metodología de análisis de contenido, y la estructuración del relato, siguió los criterios de Amezcua y cols.6,7

El relato muestra la importancia de identificar la necesidad real de la persona, mostrar aspectos positivos del tratamiento y generar esperanza dentro de perspectivas reales. La Enfermería debe establecer comunicación con el paciente para obtener su confianza porque como lo expresa Kate, "en el afán de encontrar soluciones, uno le encuentra lógica a todo y cree". Adicionalmente, debe proporcionar apoyo emocional para desarrollar en el paciente y la familia la capacidad de afrontamiento, y desde el primer contacto debe iniciar la rehabilitación con el fin de disminuir el miedo a permanecer enfermo. Kate demuestra que a pesar de lo sorpresivo del diagnóstico y las experiencias difíciles logra terminar su carrera, hacer una vida normal y manifiesta ser más feliz después de la enfermedad y el trasplante.

 

Bibliografía

1. Contreras Torres FV, Esguerra Pérez GA, Espinosa Méndez JC, Gutiérrez C, Fajardo L. Calidad de vida y adhesión al tratamiento en pacientes con insuficiencia renal crónica en tratamiento de hemodiálisis. Univ. Psychol. 2006; 5(3):487-99.         [ Links ]

2. León García, Diego (coord.). Guía para el manejo de la enfermedad renal crónica -ERC-, basada en la evidencia. Bogotá: Fundación para la investigación y desarrollo de la salud y la seguridad social; 2007.         [ Links ]

3. Valdivia Arencibia J, Gutiérrez Gutiérrez C, Méndez Felipe D, Delgado Almora E, Treto Ramírez J, Fernández Maderos I. Supervivencia en pacientes con trasplante renal. Factores pronósticos. Invest. Medicoquir. 2013; 5(2):253-75.         [ Links ]

4. Amado A. Indicaciones y contraindicaciones de la donación renal de vivo. Nefrología 2010; 30(supl 2):30-8.         [ Links ]

5. Corral Molina JM, Luque Gálvez P, Alcover García JB. Potenciales beneficios del trasplante renal de donante vivo. Arch. Esp. Urol. 2005; 58(6):485-9.         [ Links ]

6. Amezcua M, Hueso Montoro C. Cómo elaborar un relato biográfico. Arch. Memoria. 2004; 1. Disponible en: http://www.index-f.com/memoria/metodologia.php (acceso: 17/07/2014).         [ Links ]

7. Martín Muñoz B, Gálvez González M, Amezcua M. Cómo estructurar y redactar un relato biográfico para publicación. Index de Enfermería 2013; 22(1-2):83-8.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Ana Julia Carrillo Algarra,
ajcarrillo@fucsalud.edu.co

Manuscrito recibido el 15.10.2014
Manuscrito aceptado el 15.5.2015

 

TEXTO BIOGRÁFICO

LO SORPRESIVO DEL DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO. Estaba realizando el internado de Medicina, noviembre y diciembre debía rotar por urgencias, los primeros días de diciembre; empecé a sentirme mal, muy agotada, como hacía turno cada tercer día creí que era normal [...] En un turno ya no podía más y me fui. La coordinadora de urgencias me dijo: "necesito que traigas la incapacidad". Consulté a un servicio de urgencias con el fin de obtenerla, y en ese momento entré en emergencia hipertensiva. Me hicieron exámenes de laboratorio y la creatinina salió en 7.5 y yo, obvio, sabía qué estaba pasando y pedí que me remitieran al hospital donde estaba en práctica.

El 13 de diciembre de 2012 entré aquí [hospital actual], tenía anemia hemolítica e hiperpotasemia, estaba en urgencia dialítica. Los nefrólogos dijeron: "estás en falla renal crónica y debes entrar a diálisis". Me pusieron el catéter e iniciaron HD, simultáneamente hicieron una biopsia que reportó nefropatía lúpica, tenía esclerosado el 70% de los riñones. Duré un mes en HD y en enero empecé DP.

MI ROL COMO PACIENTE: "VIVIR EN UNA MONTAÑA RUSA". Empecé a sentirme mal, mis profesores, residentes y compañeros decían: "estás muy cansada, no te alimentas bien", ninguno pensaba que podía estar enferma. Un día me desmayé y la pregunta fue "¿estás embarazada?", yo les decía "no, no estoy embarazada".

Cuando los síntomas fueron inminentes, hicieron biopsia, los resultados reportaron esclerosis del 70% de los riñones. Sin embargo, el nefrólogo dijo "todavía hay chance, te vamos a tratar con ciclofosfamida por tres meses, porque con el lupus existe la posibilidad de que algunos glomérulos estén bien". Empecé el tratamiento, medía la orina todo el día, todos los días, al igual que la tensión y nunca mostraron mejoría. Recuerdo que le dije a los nefrólogos, el tratamiento no funciona; ellos dijeron: "sí, no está funcionando, suspendámoslo", fui yo la que cambió el rumbo de todo.

Continúe en DP, mi mamá cumplía los requisitos para ser mi donante, se programó el trasplante y en fecha cercana le detectaron un cálculo renal; nos dijeron "es una contraindicación para hacer el trasplante, no lo vamos hacer". Ante esta información uno se vuelve a bajar de nota, pero le hicieron exámenes de metabolismo que salieron bien y el urólogo dijo "vamos a quitarle ese cálculo porque es pequeño"; lo quitaron y súper bien. Luego, faltando una semana para el trasplante, el examen de compatibilidad salió mal, nadie quería contarme y yo súper feliz, pero el nefrólogo me dijo "no sé qué pasó, pero tu mamá no puede donarte el riñón, harás rechazo hiperagudo", otra vez sentí angustia y pregunté "¿ahora qué pasó?"; un profesor comentó "busquen información porque por tener lupus puede dar un falso positivo". Hicieron nuevamente el examen y salió normal, inmediatamente definieron fecha de trasplante, "fue como vivir en una montaña rusa".

AFRONTANDO LA ENFERMEDAD: CONFRONTACIÓN ENTRE MEDICINA OCCIDENTAL Y ALTERNATIVA. Cuando consulté porque necesitaba la incapacidad y vi los resultados de la tensión, estaba con mi mamá, le comenté "tengo una crisis hipertensiva, algo me está pasando". Me hicieron un electrocardiograma y salió bien, entonces le dije "son los riñones, no sé qué pasa". Nunca había estado hospitalizada, ni en urgencias como paciente, no había necesitado medicamentos; era la primera vez que estaba en esa situación, obvio, eso es duro pero siento que no tuve tiempo para asimilarlo.

Respecto al diagnóstico lo afronté bien y me ha ido muy bien; me vio la psiquiatra no como consulta, sino porque me conoce y dijo "no sé por qué reaccionas así, pero te adaptas muy bien a los problemas". Sin embargo, busqué otra alternativa, asistí a consulta con un médico que practica medicina hindú; es un cambio total, la medicina occidental es la de inyecciones, medicamentos (...); la medicina hindú tiene diferente enfoque, no puedes comer carne, llorar, ni afectar tu energía, me hacía acupuntura y otros procedimientos. Asistí siete meses, siento que en el afán de encontrar soluciones, uno le encuentra lógica a todo y cree (...) la fe mueve montañas, "eso te va a curar", y fue como un respiro.

Cuando me dijeron que tenía ERC fue tan inesperado, que no sabía qué era un riñón, y pensaba, "si yo sé todo esto, ¿por qué no me acuerdo?". Llegué a casa y me senté a leer con la intención de manejar yo misma los riesgos y tratar de establecer qué era lo más grave de la situación. Saber lo que estaba pasando fue un choque como paciente y médica y la energía que me puso el médico hindú me ayudó a ser un poco más fuerte.

Mucha gente acude a la medicina hindú con casos graves, a mí me gustó, luego hubo un choque entre las indicaciones médicas. El nefrólogo me dijo "te voy a trasplantar y no me comprometo a hacerlo si no comes proteína, porque no cicatrizan las heridas", y el médico hindú, "no puedes comer proteína animal"; consulté a la nutricionista, y su respuesta fue "hay que acomodar tu dieta porque si estás cómoda con la medicina hindú no puedo obligarte a que hagas algo que te incomode", pero yo sabía que sin comer proteínas, el trasplante no iba a cicatrizar, porque además requería inmunosupresión. En ese momento seguía la dieta de diálisis que es estricta y le sumé no comer proteína de origen animal, la dieta era una prueba extrema para mi voluntad. Con base en mi conocimiento, vuelvo a comer carne y la dieta necesaria para que me operen.

En la condición de paciente me di cuenta que la medicina occidental es fatalista, más si la persona sabe, por ejemplo, bajé un artículo sobre el riesgo de perder el trasplante, todo era malo; en la medicina hindú había más positivismo, a veces son cosas más mentales que procedimentales.

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS. Durante la hemodiálisis tuve miedo de acostumbrarme a la situación como los otros pacientes, ves personas de 15 años que no se trasplantan por temor a que la familia "le cobre a uno eso", tienen muchos tabús al respecto. Nunca quise estar así, siempre pensé en el esfuerzo de mis padres por mi carrera y sentí temor de quedarme en ese territorio seguro de la diálisis. El problema de los pacientes que llevan años en diálisis es que tienen un pensamiento terrible, todos me decían "tú, ¿graduarte?, ¿qué te pasa?, si es que nosotros somos enfermos". Yo pensaba, "esto es muy duro", aquí la gente es muy pesimista, piensa que no hay nada que hacer por sus vidas; solo dos o tres personas me decían "ánimo".

Cuando tú vienes a diálisis pasas cuatro horas con las mismas personas, entonces ellos te venden la idea "somos enfermos, enfermos por siempre". Un amigo me decía, "no duermas porque le das espacio a la enfermedad"; por ello, durante la diálisis leía un libro para no ampliarle su lugar en mi vida. Todo el tiempo pensaba en terminar mi carrera, recapacitaba "es difícil, pero se pude lograr, no me puedo dar por vencida, hay que hacerlo como pueda". Volver a estudiar fue sentirme útil, lo que interesa es lo que tú pienses y no lo que tienes, ni el físico, ni la manguerita, ni como te vistes.

Regresar a la práctica pese a estar en TRR fue positivo, me permitió estar ocupada, aunque fue difícil valorar personas en condición similar a la mía, personas de mi edad, con diagnóstico de ERC o un trasplantado haciendo rechazo; pensaba "eso me va a pasar a mí", y peor si morían. Así empecé a conocer pacientes con los cuales me identificaba y comenzó a cambiar mi vida.

El concepto de nosotros los internos era "los pacientes renales son una tragedia, son peleones y cansones"; y es verdad, cuando roté por medicina interna veía personas con ERC, mis compañeros decían "Kate ve, que tú sí te los aguantas". Aprendí que uno es complicado, entonces pensaba "mis padres no tienen que pagar lo que me está sucediendo" y con esa motivación traté de mantener la calma. Mis instructores me apoyaron, diciendo "hay soluciones", aún me envían artículos para leer.

CAMBIOS EN MI VIDA. Los cambios que generó el diagnóstico me convirtieron en una mujer decidida, por ejemplo, debía traer a la universidad dieta vegetariana que es muy complicado. Además mis profes de medicina interna me decían "¿qué te pasa?, ¡mira lo que tienes!, ¡tienes que comer mejor!", pero yo seguía en mi convicción de que así me iba a mejorar, y me sentía mejor. A veces no es tanto lo que duele sino el ánimo que uno tiene, siento que para mí fue difícil ese choque como paciente y médica, saber lo que estaba pasando, entonces, esa energía que me puso el médico hindú me ayudó a ser un poco más fuerte.

Debido a los medicamentos presenté Cushing y acné, fue difícil; posteriormente, a pesar de que mi umbral del dolor es alto y casi no me quejo, tenía un afta tan gigante, me cubría las amígdalas, llamé a los nefrólogos y les dije "me estoy tomando el antibiótico que me dieron y a pesar de eso ya no puedo". Me hospitalizaron durante tres o cuatro días, me hicieron biopsia, que fue normal, y determinaron que era el Sirulimus. Eso fue duro porque el pensamiento de uno es "ya me trasplantaron y no voy a enfermarme nuevamente"; además según mi conocimiento y lo que dijo el doctor era el mejor inmunosupresor. Hacer intolerancia fue como "voy a usar otro inmunosupresor que tiene más efectos adversos"; luego pensé "no puedo vivir con eso en la boca", no comía, no tomaba agua, nada. Entonces lo cambiaron, luego tuve mucha tos, taquicardia y fiebre, parecía que era neumonía, vine al hospital, describí el cuadro, me hicieron una placa de tórax, no era nada, el diagnóstico fue "una gripe, pero con la inmunosupresión dura como un mes."

A raíz de la experiencia, mi pensamiento ahora es ser nefróloga, siento que lo que aprendí y viví me hace una persona más completa para tratar los pacientes, porque uno como médico tiene un error muy grande y es subestimar el dolor del otro, uno cree "eso es normal"; pero solo cuando sientes lo que realmente duele, puedes llegar a comprender el dolor ajeno. Siento que mi propósito cambió, me cambió la vida y puedo cambiar la vida a otras personas.

MOMENTO TAN ANHELADO. El domingo vine al Hospital, evolucioné, entregué turno y todos sabían qué iba a pasar, "a Kate le hacen trasplante mañana", me fui para la casa y estuve muy tranquila. En algún momento manifesté "tengo miedo porque mañana es la cirugía, no quiero salir, que tal pase un accidente o algo así, quiero quedarme acá". Lo que es la ansiedad, tenía que sacarme el líquido de la diálisis y se me "olvidó", me di cuenta cuando desperté al otro día ya para venir al hospital, les conté a mis papás y ellos se desesperaron, su expresión fue "¡no!, ¿qué vamos a hacer?", mi papá decía "van a cancelar la cirugía". En ese momento le dije a mi mamá "vete, yo vuelvo a prender la máquina, me saco el agua y llego allá con mi hermano, no te preocupes". Traté de estar tranquila pero uno está pensando "¿qué sucederá?". Mi mamá llegó al hospital y comentó porqué no había llegado con ella, el director de trasplante me llamó y dijo "yo te espero, no te preocupes, tu mamá entra primero"; yo me quería despedir de mi mamá, le pedí que no la entrara porque la quería ver, pensaba que le podía pasar algo.

El día del trasplante dan muchos nervios, yo pensaba "qué tal no vuelva a ver a mi mamá por hacerme un favor", llegué al hospital, mi mamá entró a salas y seguí esperando, llegó el anestesiólogo y empezamos a conversar, súper tranquila riéndome, pero cuando percibí que me iban a llevar, empecé a temblar, no podía hablar, me puse nerviosa, ellos me acomodaron y entraron. Conozco el orden de las salas y eso unido a ver el nombre de mi mamá lo hizo más difícil, en ese momento la jefe empezó hacer preguntas, ya no le podía responder, entonces el anestesiólogo dijo "la vamos a sedar de una vez, está muy nerviosa". Hicimos una oración y me sedaron, todo lo que sé que le hacen en cirugía a un paciente, a mí me lo hicieron dormida porque yo estaba temblando, estaba súper nerviosa, no podía soportar más.

Lo siguiente que recuerdo es cuando estaba en el pabellón con el nefrólogo, quien decía "tranquila Kate todo está muy bien", sentía que no podía moverme y estaba muy edematizada; él me comentó que había orinado en el transoperatorio pero que no tanto desde la salida del quirófano. Lo único que hice fue orar para que la respuesta fuera pronta, pasaron (...) no sé, el tiempo es difícil de medir, uno siente que ha pasado un día pero no han transcurrido cinco minutos. En ese momento el nefrólogo dijo "empezaste a responder", la jefe me decía "ánimo, tranquila", yo preguntaba"¿mi riñón responde?, ¿estoy bien?, ¿estoy haciendo un rechazo?". Creo que como uno sabe se angustia más, sentía que no había orinado y preguntaba "¿por qué tengo las manos tan edematizadas?", la enfermera respondía "no te preocupes, es que hay que ponerte muchos líquidos", pasaron dos horas y me sentí bien, hablé normal, me ubiqué en el lugar, y empecé a ver que desocupaban la bolsa, para mí fue un alivio porque indicaba que estaba funcionando el riñón.

EXPRESIÓN DE LOS SENTIMIENTOS. Yo expresaba mis sentimientos con mis compañeros porque en casa era la fuerte, me comportaba como si no pasara nada, pero aquí muchas cosas me hacían frágil a lo que estaba sucediendo [se quebranta la voz y entra en llanto]; encontré personas maravillosas... desde un estudiante hasta una enfermera o un profesor, siempre estuvieron conmigo. Uno como mujer joven sufre mucho por cosas sin importancia, tenía novio, llevaba cinco años y cuando "enfermé", él empezó a salir de fiesta, yo no podía... y decidió que todo terminara, eso fue un caos en mi vida. En este momento pienso "fui una boba por haber sufrido por alguien que me ve mal y se va". Los nefrólogos me alentaban con frases como "vas a tener un hombre que te merezca, que sea capaz de darte un riñón para que vivas, siempre piensa eso", yo pensaba "sí, él no fue capaz". Esas son cosas que miro en mi pasado y digo fue una locura, sufrir simultáneamente por un hombre y por mi enfermedad. Luego recapacito, menos mal se fue de mi vida, como muchas otras cosas más [voz frágil llena de sentimiento].

Cuando estaba en DP un día soñé que en la diálisis me salía pus, la psiquiatra me dijo que era un proceso de ansiedad y tenía que estar tranquila. No podía dormir, pero tenía que hacerlo, me dio unas gotas, las tomé y empecé a sentirme tranquila; además debía pensar en forma positiva porque la mente es muy dominante y necesitaba estar tranquila para que todo saliera bien.

El día del trasplante llegamos con mi hermano al hospital, nos reunimos con mi papá y nos despedimos de mi mamá, fue algo muy difícil, un sentimiento muy grande, yo deseaba con todo mi ser que todo saliera súper bien. Cuando me desperté en el posoperatorio me sentí súper feliz, no me dolió nada, estaba súper tranquila, dichosa, me vine con el pelo arreglado porque no quería que me vieran despeinada, y todos me decían "viniste fue de viaje". Otra vez volvía a nacer, así que "cómo iba a venir fea", recuerdo que estaba un jefe hombre, súper buena gente, no me acuerdo bien de los nombres, pero me cuidó, en un momento preguntó "¿te quieres bañar?", le dije "sí, pero sola, sé que puedo". Él abrió la puerta del baño y dijo "tranquila", ahí empecé a hacer las cosas. Mi mamá me llamaba y los médicos decían "tu mamá está muerta del dolor", me la imaginaba porque sé que ella es así, yo le decía "mami estoy súper bien, súper feliz, es lo mejor que me ha pasado". Pensaba que iba a cambiar mi vida pero no tanto, uno se acostumbra a estar enfermo, cree que eso es normal, después del trasplante estuve súper feliz, salí caminando y llegué a mi casa a pintarme las uñas de los pies; me decían"¡estás loca!, ¿por qué haces eso?", y yo "estoy feliz, muy feliz, no importa, quiero disfrutar, ya no me duele nada, estoy bien".

FELICIDAD EN MI NUEVA VIDA. Cuando recuerdo mi vida antes del trasplante, pienso que las personas nos ponemos límites, volvemos problema lo que no es, nos quejamos mucho y vivimos con negativismo y tristeza. Vivir esta experiencia fue como volver a nacer para ser agradecida y feliz; ahora siempre estoy sonriendo, digamos, solicitar el medicamento es muy complicado, tú vas y tienes que hacer fila, eso es molesto pero ahora siempre pienso "estoy bien, tengo que seguir, no importa", trato de no desanimarme, me siento viva y feliz. Pienso que si todo el día estás echando culpas y preguntando ¿por qué esta vida?, ¿por qué esto? y ¿por qué lo otro?, uno no evoluciona. Ahora, siento que estoy mejor, la forma de pensar de mis papás ha cambiado gracias a eso, ahora dicen "si ella está bien ¿por qué nosotros vamos a estar mal?". No quiero que mi mamá cuente lo que me pasó porque ya hace parte del pasado, puede contar que me hicieron un trasplante, que estoy bien y voy a estar cada día mejor. Me siento muy feliz, el trasplante cambió mi vida para bien.

No me canso de decir que después del trasplante estoy súper bien, son los mejores momentos de mi vida, volví a nacer, soy otra persona física, mental y emocionalmente. Los primeros meses postrasplante tuve cuidados en casa, mis familiares me consintieron mucho, casi no tuve visitas por la inmunosupresión, pero mis papás súper bien. Después, como no tenía nada que hacer empecé un proyecto de investigación, venir al hospital por los artículos me ocupó, además fui a legalizar mi servicio obligatorio, he tenido problemas pero me siento tan bien, que a veces cuando me estreso pienso "estoy bien, de qué me preocupo", tengo que esperar que todo salga mejor. Volví a salir, a ser yo, igual de rumbera, cuando me enfermé fue duro dejar de salir, ahora salgo, no tomo, ni fumo, obvio todo el mundo se sorprende porque me divierto más que ellos sin beber, siempre les digo que ya entendí que así es mejor, salgo mucho, con mis amigos y familia, la he pasado súper bien después de la cirugía.

 

Vocabulario

Bajar de nota: estar triste.

Evolucionar: valorar los pacientes del servicio que tiene asignados.

Rumbera: una persona que asiste a muchas fiestas.

Manguerita: catéter de DP.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons