Introducción
La menopausia es el proceso que supone el final del periodo reproductor en la mujer, durante el cual se producen una serie de cambios físicos, hormonales, y emocionales, ligados al envejecimiento ovárico y pérdida gradual de su función.1 Durante este periodo de transición se suceden una serie de cambios fisiológicos que suelen producir una inestabilidad del equilibrio funcional, desencadenando desviaciones patológicas comúnmente denominadas como “síndrome climatérico”.2 Además de irregularidades en el ciclo menstrual, pueden desarrollarse síntomas de carácter somático-vegetativo, urogenital, y psicológico, que impactan significativamente en la calidad de vida de la mujer.3 La sintomatología menopáusica se puede estimar mediante la escala Menopause Rating Scale (MRS), un cuestionario de autoevaluación que otorga un valor numérico a cada síntoma menopáusico.4 Esta herramienta permite estimar de forma práctica, rápida y eficaz, la calidad de vida de la mujer en distintas fases de la menopausia.5
La manifestación de síntomas menopáusicos, así como su severidad, están influidos por un alto número de variables a nivel biológico, social y psicológico, que repercuten en su salud y bienestar.2,6 Además de variables sociodemográficas, varios estudios señalan que los hábitos de vida y rutinas diarias, particularmente aquellos ligados a la salud y alimentación, pueden influir de forma significativa en la manifestación de síntomas asociados al climaterio.7,8 Por lo tanto, es importante discernir y estudiar a fondo las variables que potencialmente fomenten el bienestar y la salud de las mujeres que atraviesan esta etapa. Además, algunos síntomas pueden aparecer a lo largo del climaterio, y prevalecer hasta después de la menopausia.9 En este sentido, es importante contrastar síntomas y posibles variables relacionadas entre distintas fases de menopausia. El objetivo de este estudio, realizado en Almería (España), es detectar diferencias en variables sociodemográficas y de hábitos de vida entre mujeres premenopáusicas y postmenopáusicas, e identificar qué variables están asociadas a la sintomatología menopáusica.
Métodos
Diseño y población. Se realizó un estudio observacional de cohorte transversal. Primeramente, se procedió a obtener una población adecuada para llevar a cabo el mismo. Se realizó un anuncio público a la participación voluntaria de mujeres de mediana edad en el mismo, a través de carteles y anuncios situados en varios centros en la ciudad de Almería, frecuentados regularmente por mujeres de mediana edad (gimnasios, Centro de la Mujer, Universidad de Almería). En concreto, los criterios de inclusión al estudio se restringieron a mujeres de entre 45 y 60 años, residentes en la provincia de Almería, y que no tuviesen diagnosticado depresión. Los anuncios estuvieron colgados entre octubre de 2019 y marzo de 2020. En total, se obtuvo una población de 130 mujeres participantes. Cada participante fue individualmente informada sobre las características y objetivos del estudio, y firmó voluntariamente un consentimiento de participación. Así mismo, el estudio fue aprobado por la Comisión de Bioética de Investigación Humana de la Universidad de Almería.
Cuestionarios para la toma de datos. Se realizó una colección de datos sobre cada una de las participantes. Se utilizó un cuestionario sobre variables sociodemográficas: edad, nivel de estudios (primarios, secundarios o universitarios), situación laboral (trabaja o no trabaja), nivel profesional, definido en base a primer y segundo tercil de ingresos mensuales (bajo: < 910 €; medio: 910-1880 €; alto: >1880 €), lugar de residencia (urbano o rural) estado civil (con o sin pareja estable), número de hijos, talla y peso. Con los datos de talla y peso se calculó el Índice de Masa Corporal (IMC), para determinar el nivel de obesidad.10 Así mismo, se incluyeron en este cuestionario preguntas para determinar los hábitos de vida de cada participante (consumo de alcohol, tabaquismo, horas semanales destinadas a la actividad física). Además, se realizó el cuestionario KIDMED, que permite saber la adherencia de cada participante a la dieta mediterránea.11 Se utilizó la escala Stages of Reproductive Aging Workshop (STRAW), para dividir a las participantes en dos grupos, premenopáusicas (‘Pre’) y postmenopáusicas (‘Post’), siendo estas últimas aquellas que llevaban al menos un año desde la última menstruación.7,12 También se realizó el cuestionario de la escala de la valoración de la menopausia MRS (adaptado al castellano) con objeto de evaluar la severidad de los síntomas relacionados con la menopausia, agrupados en tres subescalas de síntomas: somático-vegetativos, psicológicos, y urogenitales.4,5
Análisis estadístico. Se analizaron diferencias significativas entre ambos grupos de mujeres (‘Pre’ y ‘Post’) para cada una de las variables. Para las variables cuantitativas se utilizó la prueba t de Student. Para aquellas variables que no seguían una distribución normal, así como para las variables categóricas, se utilizó la prueba U de Mann-Whitney -Wilcoxon. Las variables cuantitativas se expresan como media y desviación estándar y las variables categóricas, en frecuencia y porcentaje.
Se calcularon modelos de regresión lineales para identificar aquellas variables que mejor predijeran los síntomas de la menopausia (MRS) somático-vegetativos, psicológicos, urogenitales y totales. Para integrar las variables categóricas con más de dos categorías en los modelos, se crearon variables dummy dicotómicas. Para evitar problemas de colinealidad, todas las variables altamente correlacionadas entre si (R2 ≥ 0,7 Spearman) se eliminaron, dejando solo una (‘edad’, en lugar de ‘STRAW’ y ‘peso’; ‘fumar’ (dicotómica) en lugar de ‘número de cigarrillos’; ‘alcohol’ (dicotómica) en lugar de ‘número de copas’). En todos los análisis, los supuestos de normalidad y homocedasticidad se comprobaron para cada variable con la prueba de Kolmogorov-Smirnov, y el estadístico de Levene, respectivamente. Para los análisis, se fijó un nivel de significancia (α) de 0,05. Todos los análisis estadísticos fueron realizados con el paquete estadístico SPSS v. 22.
Resultados
Con relación a las variables sociodemográficas, las mujeres posmenopáusicas obtuvieron valores significativamente más altos que las premenopáusicas de edad (P = 0,001) e IMC (P = 0,04) (Tabla 1). Así mismo, en el grupo de mujeres postmenopáusicas se observó un porcentaje significativamente mayor sin pareja estable, en comparación con el de las premenopáusicas (P = 0,013) (Tabla 1).
Variable | Población total (n = 130) | Premenopáusicas (n = 83) | Postmenopáusicas (n = 47) | Valor P |
---|---|---|---|---|
Edad | 49,95 ± 4,23 | 47,67 ± 2,57 | 53,96 ± 3,57 | 0,001 |
Peso | 64,5 ± 9,21 | 63,44 ± 9,1 | 66,36 ± 9,2 | 0,083 |
Talla | 163,77 ± 5,78 | 164,02 ± 5,89 | 163,32 ± 5,59 | 0,506 |
IMC | 24,08 ± 3,41 | 23,62 ± 3,34 | 24,9 ± 3,41 | 0,04 |
Nivel de estudios | 0,836 | |||
Primarios | 2 (1,54) | 1 (1,2) | 1 (2,13) | |
Secundarios | 30 (23,08) | 19 (22,89) | 11 (23,40) | |
Universitarios | 98 (75,38) | 63 (75,90) | 35 (74,47) | |
Situación laboral | 0,971 | |||
Trabaja | 116 (89,23) | 74 (89,16) | 42 (89,36) | |
No trabaja | 14 (10,77) | 9 (10,84) | 5 (10,64) | |
Nivel profesional | 0,147 | |||
bajo | 2 (1,54) | 1 (1,20) | 1 (2,13) | |
medio | 65 (50,00) | 46 (55,42) | 19 (40,43) | |
alto | 63 (48,46) | 36 (43,37) | 27 (57,45) | |
Lugar de residencia | 0,227 | |||
Rural | 14 (10,77) | 11 (13,25) | 3 (6,38) | |
Urbano | 116 (89,23) | 72 (86,75) | 44 (93,62) | |
Estado civil | 0,013 | |||
Sin pareja | 31 (23,85) | 14 (16,87) | 17 (36,17) | |
Con pareja | 99 (76,15) | 69 (83,13) | 30 (63,83) | |
Número de hijos | 1,68 ± 0,96 | 1,67 ± 0,92 | 1,7 ± 1,04 | 0,877 |
No se observaron diferencias significativas en ninguna de las variables relacionadas con hábitos de vida (Tabla 2). Las mujeres posmenopáusicas se encontraban en una etapa climatérica (STRAW) significativamente mayor que las menopáusicas (P = 0,001). Además, las mujeres postmenopáusicas mostraron una severidad significativamente mayor, según la escala MRS, en los síntomas totales (P = 0,001), somático-vegetativos (P = 0,001), y urogenitales (P = 0,003), en comparación con las mujeres premenopáusicas (Tabla 3).
Variable | Población total (n = 130) | Premenopáusicas (n = 83) | Postmenopáusicas (n = 47) | Valor P |
---|---|---|---|---|
Ejercicio físico semanal (h) | 3,08 ± 2,79 | 3,06 ± 2,65 | 3,13 ± 3,04 | 0,895 |
Consumen alcohol | 0,266 | |||
Sí | 69 (53,08) | 41 (49,40) | 28 (59,57) | |
No | 61 (46,92) | 42 (50,60) | 19 (40,43) | |
Nº bebidas semanales | 2,19 ± 3,1 | 2,01 ± 3,12 | 2,51 ± 3,06 | 0,38 |
Fuman | 0,508 | |||
Sí | 29 (22,31) | 17 (20,48) | 12 (25,53) | |
No | 101 (77,69) | 66 (79,52) | 35 (74,47) | |
Nº cigarrillos diarios | 2,42 ± 5,58 | 2,12 ± 5,37 | 2,96 ± 5,95 | 0,413 |
Adh. dieta Mediterránea | 7,79 ± 1,88 | 7,59 ± 1,91 | 8,15 ± 1,79 | 0,104 |
Variable | Población total (n = 130) | Premenopáusicas (n = 83) | Postmenopáusicas (n = 47) | Valor P |
---|---|---|---|---|
Etapa climatérica (STRAW) | 2,38 ± 1,33 | 1,46 ± 0,63 | 4,00 ± 0,00 | 0,001 |
MRS totales | 8,18 ± 6,11 | 6,80 ± 5,52 | 10,64 ± 6,39 | 0,001 |
MRS somático-vegetativos | 3,34 ± 2,96 | 2,54 ± 2,54 | 4,74 ± 3,15 | 0,001 |
MRS psicológicos | 2,64 ± 2,47 | 2,54 ± 2,49 | 2,83 ± 2,45 | 0,526 |
MRS urogenitales | 2,22 ± 2,31 | 1,73 ± 1,98 | 3,06 ± 2,62 | 0,003 |
Los tres tipos de sintomatologías fueron las principales variables predictoras que explicaron el incremento en los MRS totales, somático-vegetativos, psicológicos y urogenitales (Tabla 4). Además, se observó que la edad estaba directamente relacionada con el aumento de sintomatología somático-vegetativa, pero inversamente relacionada con la sintomatología psicológica (Tabla 4). Así mismo, la adherencia a la dieta mediterránea estuvo inversamente relacionada con los MRS somático-vegetativos. El ejercicio y el estado civil (con pareja estable) estuvieron inversamente relacionadas con los MRS psicológicos. Por último, el número de hijos se relacionó directamente como variable predictora de los MRS urogenitales (Tabla 4).
Variable dependiente | R2 ajustada | df | Variable predictora | β (estándar) | Valor P |
---|---|---|---|---|---|
MRS totales | 0,999 | 129 | MRS somatoveg | 0,486 | <0,001 |
MRS psicológicos | 0,399 | <0,001 | |||
MRS urogenitales | 0,381 | <0,001 | |||
MRS | 0,430 | 129 | Edad | 0,385 | <0,001 |
somático-vegetativos | MRS psicológicos | 0,287 | <0,001 | ||
MRS urogenitales | 0,281 | <0,001 | |||
Dieta | -0,195 | 0,005 | |||
MRS psicológicos | 0,296 | 129 | MRS somatoveg | 0,357 | <0,001 |
MRS urogenitales | 0,290 | 0,001 | |||
Edad | -0,260 | 0,003 | |||
Ejercicio | -0,174 | 0,021 | |||
Estado civil | -0,172 | 0,029 | |||
MRS urogenitales | 0,302 | 129 | MRS somatoveg | 0,373 | <0,001 |
MRS psicológicos | 0,267 | 0,001 | |||
Número de hijos | 0,200 | 0,008 |
Discusión
Los principales hallazgos de este estudio fueron: (a) En la población estudiada, las mujeres postmenopáusicas presentaban, en comparación con las premenopáusicas: mayor edad, mayores valores de IMC (indicativos de sobrepeso), y menor frecuencia de tener pareja estable, en su mayoría divorciadas o separadas; (b) No se observaron diferencias significativas en ninguno de los hábitos de vida entre mujeres pre- y postmenopáusicas. Sin embargo, se observó una sintomatología total mayor en mujeres postmenopáusicas (10,64 ± 6,39), siendo esta moderada (según la escala MRS), y asociada a una mayor sintomatología tanto somático-vegetativa (4,74 ± 3,15) como urogenital (3,06 ± 2,62); (c) Se observaron correlaciones positivas entre las tres subescalas de síntomas asociados a la menopausia (somático-vegetativos, urogenitales y psicológicos). Además, los resultados señalan la importancia de ciertos hábitos de salud, como el ejercicio y la dieta mediterránea, en la disminución de sintomatología asociada a la menopausia.
El riesgo de aumento de peso se acentúa durante la menopausia, y viene asociado especialmente a los cambios tanto a nivel hormonal como en hábitos de vida y variables del entorno social de la mujer que se desarrollan durante este periodo.13 Durante esta etapa, se empeora el perfil lipídico, con una tendencia a acumular tejido adiposo abdominal.14 El incremento de la grasa abdominal suele producirse durante los 3-4 años anteriores al cese de la menstruación, y se relaciona con un aumento de los niveles de hormona folículo estimulante, y una bajada en los niveles de estradiol.15 La acumulación de grasa visceral es un factor de riesgo en varias patologías, ya que aumenta la probabilidad de padecer arterioesclerosis y arteriopatía coronaria.14 El objetivo que se persigue con el tratamiento del sobrepeso y obesidad es disminuir el peso corporal, para así reducir los riesgos asociados.16 Numerosos estudios previos han observado que la realización de ejercicio físico regular redujo el desarrollo de obesidad y sobrepeso, particularmente en mujeres postmenopáusicas.17-20
En promedio, los valores obtenidos en las escalas y subescalas MRS son consistentes con los reportados en mujeres entre 40 y 70 años en varios países europeos.4 En base a los valores MRS, las mujeres postmenopáusicas presentaron sintomatología moderada tanto en la escala total, como en las subescalas somático-vegetativa y urogenital, en comparación con las mujeres premenopáusicas, cuya sintomatología fue leve en los tres casos. Nuestros resultados coinciden con los de anteriores estudios que también han observado sintomatología moderada a severa en mujeres postmenopáusicas según la escala MRS y, por tanto, menor calidad de vida, asociados a la edad, el sobrepeso, y a aspectos relacionados con la pareja en mujeres.21,22
En cada uno de los modelos que explicaban cada una de las subescalas MRS, se observó la presencia de las demás subescalas como variables predictivas. Dicho de otro modo, las subescalas de sintomatología estaban parcialmente correlacionadas entre sí. Estos mismos resultados fueron reportados por Heinemann et al., quienes también observaron que las subescalas no son completamente independientes unas de otras.4 Por lo tanto, nuestros resultados muestran la existencia de cierto grado de interdependencia entre factores de distinta índole asociados a la menopausia. En consonancia con estos resultados, Hernández-Muñoz et al., señalaron la influencia tanto de síntomas somático-vegetativos como urogenitales en el desarrollo de depresión y otros síntomas psicológicos.23 De forma similar, otros autores han correlacionado la aparición de síntomas somáticos y psicológicos,24,25 y también de síntomas vasomotores (los llamados bochornos) con insomnio, cambios en el estado de ánimo y depresión.26
Además, en este estudio, ambos grupos de mujeres presentaron sintomatología leve en la subescala psicológica, lo que indica que no hubo empeoramiento de síntomas depresivos asociada a la edad, al contrario de lo que señalan otros autores.27,28 No obstante, otros estudios han reportado conclusiones en consonancia con las que aquí hemos reportado. Por ejemplo, Stewart et al., observaron menores niveles de ansiedad y depresión en mujeres postmenopáusicas que en perimenopáusicas.29 Así mismo, Jaszmann et al. y Bungay et al., situaron la máxima ocurrencia de sintomatología psicológica durante el periodo inmediatamente anterior al cese de la menstruación.30,31 Nuestros resultados indican que, además de la edad, la dedicación semanal al ejercicio físico, y el estado civil fueron variables asociados a una menor sintomatología psicológica. Anteriormente, otros autores han señalado también la importancia de la actividad física como un factor implicado en la reducción de sintomatología psicológica y la mejora del estado del ánimo y la calidad de vida de las mujeres menopáusicas.32,33 Adicionalmente, nuestros resultados sugieren que la sintomatología psicológica puede deberse a una mayor o menor vulnerabilidad psicológica o fisiológica, asociada a factores individuales o de pareja en la mujer,22 en lugar de una relación únicamente dependiente de la etapa climatérica.34
Este estudio muestra que la adherencia a la dieta mediterránea fue un factor asociado a una disminución de la sintomatología somático-vegetativa. Los resultados se suman a las evidencias encontradas en anteriores estudios, que sugerían la dieta mediterránea como una herramienta para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y el desarrollo de sintomatología vasomotora.35,36
Los resultados aquí presentados señalan la importancia de mantener hábitos de vida saludables específicos como el ejercicio y la dieta mediterránea, para disminuir la sintomatología asociada a la menopausia y mejorar la calidad de vida de mujeres menopáusicas. Adicionalmente, los resultados observados justifican la necesidad de una investigación más detallada de varios temas. Por ejemplo, sería interesante conocer los efectos de la dieta mediterránea a largo plazo en síntomas menopáusicos específicos, así como las interrelaciones entre distintos tipos de síntomas. Nuestro estudio presenta ciertas limitaciones en la muestra poblacional, ya que las mujeres participantes fueron en su mayoría provenientes de zonas urbanas, y con una situación socioeconómica favorable. Futuros estudios podrían incorporar mujeres en situaciones más desfavorables, así como pertenecientes a otras etnias o razas, para mejorar la representatividad de la población de mujeres menopáusicas en Almería.
Concluimos sugiriendo la necesidad del desarrollo de actividades informativas en centros de salud en Almería a mujeres para divulgar la importancia de hábitos saludables, así como para fomentar una actitud y percepción constructivas sobre la menopausia, previniendo así la aparición de sintomatología, y mejorando la calidad de vida de la mujer.25,37