Según la Real Academia de la Lengua Española la ciencia es el “conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente”. Y la pregunta obligada es: ¿no es algo más? Andrés Moya, desde enero de 2018 escribió una columna semanal en el semanario mexicano “El Ángel Metropolitano”. Durante dos años publicó numerosos ensayos que han sido la base de esta obra, que bien merece su espacio y el reconocimiento en una sociedad tan dogmática y abstracta.
La Fundación Lilly, que tiene como objetivo contribuir al fomento de la ciencia, al impulso de la medicina y a la promoción del humanismo médico, ha puesto en marcha un ambicioso proyecto “Enseñando Ciencia con Ciencia”, incorporando en su programa a trabajos como este que sin duda ayudan a entender mucho mejor el mundo en que vivimos.
La ciencia poco a poco está formando parte de nuestra sociedad, gracias a autores como Andrés Moya, doctor en Biología y Filosofía que hacen fácil lo difícil, sencillo lo complicado y necesario lo trivial. Es un escrito que, si bien el título puede llevarnos a la confusión de creer que puede tratar cada uno de los temas de forma ardua y poco clara, una vez que entramos en su lectura nos engancha desde la primera hoja acercando la ciencia a nuestro cotidiano de una forma clara y sencilla en la transmisión de su conocimiento, sin caer en el cientifismo y apoyándose en otros saberes que ayudan a entender el mundo desde fuera de la ciencia. La relación patente y sobresaliente que establece durante toda la obra entre ciencia y filosofía lo hace todavía más interesante ya que son disciplinas muy diferentes, pero muy relacionadas y necesarias entre sí. Siempre con una perspectiva científica, desde su primera página hace pensar y reflexionar, en palabras del autor “pensar, atenta y detenidamente sobre algo”, siendo un término tan complicado de alcanzar hoy día en una sociedad donde no se fomenta una educación que estimule un soplo de crítica.
Seis secciones plasmadas en el orden cronológico en que fueron escritas y que bien pueden ser leídas de forma independiente las unas de las otras. ¿Qué es ciencia?; Sociología de la ciencia; Ciencia, Filosofía y Humanidades; Ciencia y Política y Evolución Natural son las secciones que la componen, contando cada una de ellas con diferentes epígrafes, que si bien son ojeados en el índice, animan al lector a su estudio y análisis. Sin duda cada uno de sus capítulos, secciones o apartados han llamado mi atención, pero cierto es que me he detenido más si cabe en el cuarto, donde la política cobra un marcado protagonismo, la ciencia como una democracia participativa, los ricos y los pobres en ciencia y el derecho a la ciencia son algunos de los temas tratados y a los que he sucumbido de forma totalmente entregada. Además, debemos resaltar que alguien de su renombre y fama ponga tanto interés en la divulgación y su importancia, dedicando incluso un capítulo a ello, ya que no siempre se trata de manera accesible determinadas materias o áreas para que sean comprensibles por el público general.
El Dr. Moya es un referente cultural, sus ensayos bien podrían de ser de obligada lectura no solo en grados de ciencia y filosofía, sino que merecen su revisión en cualquier momento de nuestra carrera profesional
El autor sostiene que “la ciencia es un proyecto siempre inacabado y de ahí su carácter infinito”, son obras como la presente las que nos hacen ver una puerta a la esperanza en relación a la continua búsqueda del conocimiento, del desarrollo y del pensamiento abierto con el objetivo de continuar mejorando y avanzado en la cultura científica actual y futura.