Introducción
La cooperación internacional en el ámbito sociosanitario es una actividad que involucra a individuos y organizaciones comprometidos en aportar asistencia y atención de salud en contextos globales y, frecuentemente, desafiantes. Estos cooperantes internacionales realizan un papel fundamental en la asistencia a las crisis humanitarias, la mejora de los sistemas de atención sanitaria y el empoderamiento de las comunidades más vulnerables. Sin embargo, detrás de su esfuerzo, se encuentra un mundo emocional complejo que ha sido objeto de escasa atención en la literatura científica.
Las emociones son una parte inseparable de la experiencia humana, y su papel en el contexto de la cooperación sociosanitaria internacional es esencial. Desde la sorpresa y la alegría hasta el miedo y la frustración, estas experiencias emocionales pueden influir significativamente en la calidad de la asistencia prestada y en la salud mental y el bienestar de los propios cooperantes. La interacción de factores individuales, culturales, organizativos y contextuales da forma a estas emociones, lo que hace que su estudio sea un reto multidisciplinario que cruza las fronteras habituales entre las ciencias de la salud y las ciencias sociales.
El presente artículo trata esta laguna en la investigación y explora la intersección entre las emociones y la cooperación internacional sociosanitaria desde una perspectiva mixta, que integra los enfoques de las ciencias de la salud y las ciencias sociales. Al hacerlo, se ha pretendido arrojar luz sobre cómo las emociones impactan en el desempeño de los cooperantes, su salud emocional y su bienestar general, y cómo las dinámicas socioculturales y organizativas influyen en la gestión de las emociones en este contexto.
A través de esta aproximación multidisciplinaria, se busca ofrecer una comprensión más completa de la influencia de las emociones en la cooperación internacional. Al hacerlo, se espera contribuir al desarrollo de estrategias más efectivas para el cuidado de aquellos que dedican sus vidas a la causa de la cooperación internacional.
Antecedentes teóricos sobre las emociones en la cooperación internacional
La emergencia del concepto de cooperación internacional se distingue por su reciente aparición en el ámbito histórico. Su génesis se puede situar en el periodo inmediatamente posterior a la la Segunda Guerra Mundial, concomitante a los procesos de descolonización y a las notables transformaciones en las dinámicas de las relaciones internacionales. Simultáneamente, no podemos pasar por alto el inicio de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y las naciones adscritas a la Unión Soviética. Estos hitos históricos ejercieron un profundo impacto y desempeñaron un papel fundamental en la gestación y subsiguiente desarrollo del concepto de cooperación internacional (Ayllón, 2007; Boni Aristizábal, 2010).
En el contexto de la exploración de la intersección entre el mundo de las emociones y el fenómeno de la cooperación, se observa que varios autores han destacado la trascendental relevancia de estas en las dinámicas de las relaciones interpersonales. Por ejemplo, autores como Goleman (1999) han subrayado la influencia de las emociones en la inteligencia emocional y su impacto en la capacidad de las personas para cooperar efectivamente en diversas situaciones. A pesar de que su aportación ha sido fundamental, nuestro enfoque no se centra únicamente en esta acepción de las emociones, como es la inteligencia emocional sino en la dimensión de emoción como sensibilidades experimentadas y vividas por los cooperantes y las personas del entorno, sobre todo aquellas que se experimentan en un contexto de catástrofe o crisis humanitaria. En este ámbito conceptual, recurrimos a autoras clave como Nussbaum (2001), que ha llevado a cabo una indagación más profunda al analizar la importancia de las emociones en el marco de la ética y la toma de decisiones morales, dejando ver la gran influencia de las emociones en la configuración de los juicios éticos y en la orientación de las elecciones morales. Estas perspectivas pueden ser integradas para comprender mejor el papel fundamental de las emociones en la promoción de la cooperación en contextos sociales y colaborativos.
También realiza una aportación relevante Haidt (2012), quién ha investigado cómo la moralidad y las emociones pueden variar culturalmente. Su trabajo ha colaborado en la comprensión sobre cómo las diferencias en la percepción de la moralidad y las emociones pueden influir en la cooperación y la comprensión entre diferentes grupos de personas.
Finnemore (2003) reflexionó acerca de la manera en la que las emociones intervienen en la disposición de los actores a cumplir con acuerdos internacionales. Pueden afectar a su percepción de lo correcto o justo, es decir, las emociones influyen en la creación de normas y en la toma de decisiones, influyendo en la dinámica de la cooperación internacional. Otro destacado autor que habla de la importancia de las emociones en las relaciones internacionales, sería el teórico Alexander Wendt (1999) aunque enfoca su importancia, como Finnemore, desde un ámbito más político.
Desde la sociología es posible recurrir al trabajo de autores como Hochschild (1983), que desarrolla el concepto de cultura emocional, y que es desarrollado más adelante, o Thomas Scheff (1990), quien destaca la gran relación existente entre la sociedad y las emociones, abordando de manera indirecta esa interacción emocional en contextos de cooperación a través de su concepto de microsociología. Jonathan Turner (1978) también ha sido pionero en estudiar las emociones desde la sociología, con su teoría del intercambio social, estudiando importantes aspectos a relacionar en el mundo de la cooperación y las emociones como son la reciprocidad o el intercambio de recursos.
Enfoques teóricos sobre la cultura emocional en las ciencias de la salud
La cultura emocional que existe en el ámbito sanitario se centra principalmente en la gestión de las emociones de los pacientes y los profesionales de cara a la atención asistencial que se proporciona. Los enfoques teóricos más relevantes se exponen a continuación.
La Teoría de la Socialización Emocional. Tratada por autores como Hochschild (1983) con su teoría del “trabajo emocional”, donde explora cómo los profesionales de la salud y sociales gestionan y muestran sus emociones en sus interacciones con los pacientes. Este enfoque defiende que las emociones son socialmente construidas y en el ámbito socio-sanitario los profesionales también aprenden a expresar ciertas emociones de manera más aceptable, como la empatía, mientras que se les puede enseñar a reprimir emociones negativas.
La Teoría de la Gestión Emocional. Este enfoque se centra en cómo las personas regulan sus emociones en situaciones profesionales. En el ámbito de las ciencias de la salud, los profesionales pueden aprender estrategias para gestionar sus propias emociones y las de los pacientes. Mencionamos autores como Goleman (1999) en su trabajo sobre la inteligencia emocional, que aborda la importancia de la regulación emocional en contextos profesionales, incluido el ámbito sanitario. También encontramos a Christina Maslach, quien ha investigado ampliamente el agotamiento emocional en profesionales de la salud y ha desarrollado el concepto de burnout (Leiter, Bakker y Maslach, 2014).
Teoría de la Atención Centrada en el Paciente. Este enfoque se basa en la idea de que la atención médica debe centrarse en las necesidades y preferencias del paciente. La cultura emocional en este contexto implica entender y respetar las emociones de los pacientes, promoviendo una relación abierta y empática. Esto puede mejorar la satisfacción del paciente y los resultados de la atención médica. Destacan autores como Rogers (1995), quien es considerado uno de los pioneros de la psicoterapia centrada en el cliente, que enfatiza la empatía y la comprensión en la relación terapéutica.
Teoría de la Resiliencia en el Ámbito Sanitario. Masten (2015), por ejemplo, es una destacada investigadora en el campo de la resiliencia y ha explorado, aunque no se centre en este aspecto su teoría, cómo los profesionales de la salud pueden desarrollar habilidades para enfrentar el estrés y el agotamiento. O Richard Tedeschi y Lawrence Calhoun han desarrollado la teoría del crecimiento postraumático, conectado con la idea de que las personas pueden sentir un crecimiento sentimental después de eventos traumáticos. Trata sobre la resiliencia emocional, es decir, la capacidad de los profesionales de la salud para manejar el estrés, el agotamiento y las emociones negativas en un entorno de alta presión. Los enfoques teóricos en este campo se centran en identificar las estrategias que ayudan a los profesionales de la salud a mantener su bienestar emocional y prevenir el agotamiento (Tedeschi y Calhoun, 2004).
Enfoques Culturales. La cultura emocional en el ámbito sanitario también se ve influenciada por factores culturales. Los enfoques teóricos en este sentido se centran en comprender cómo las diferencias culturales pueden afectar la expresión y la gestión de las emociones en el contexto de la atención médica. En este ámbito destacamos a Hofstede (1980), quien es conocido por su trabajo en la identificación y medición de dimensiones culturales, o Arthur Kleinman (1988), quien ha desarrollado la noción de “idiomas de la aflicción”, que se refiere a las formas en que diferentes culturas expresan y entienden las emociones y el sufrimiento en el contexto de la atención médica.
Enfoques teóricos sobre la cultura emocional en el ámbito de la sociología
La cultura emocional es un concepto importante en las ciencias sociales que se refiere a cómo las emociones son experimentadas, expresadas y reguladas en una sociedad o grupo cultural específico. A continuación, se presentan algunos de los enfoques teóricos más relevantes.
Teoría de la construcción social de las emociones. Este enfoque sostiene, como hemos mencionado anteriormente en el enfoque sanitario, que las emociones son construcciones sociales y culturales. Y que las normas culturales y sociales influyen en cómo las personas experimentan y expresan sus emociones. Cabe en este sentido mencionar a Hochschild (1983) o Feldman Barrett (2017), cuyas investigaciones han contribuido a la comprensión de cómo las emociones son construcciones sociales y están moldeadas por la cultura.
Teoría de la emocionalidad colectiva. Esta perspectiva se centra en cómo las emociones se propagan y se experimentan en grupos sociales o colectivos. Se analiza cómo las emociones colectivas pueden influir en los comportamientos y las dinámicas de grupo, como la expresión de simpatía en un funeral o la alegría en una celebración. Destacando a Randall Collins (2004), autor de “Interaction Ritual Chains” y pionero en la teoría de la emocionalidad colectiva, explorando cómo las emociones se propagan en situaciones sociales.
Teoría del emocionalismo. Esta teoría sostiene que las emociones desempeñan un papel fundamental en la sociedad y que las instituciones sociales y políticas utilizan las emociones para influir en la conducta y las actitudes de las personas. Destacan autoras como Gould (2004), que ha estudiado cómo las emociones se utilizan en la política y cómo las instituciones sociales influyen en las emociones de las personas, y Dixon (2008), autor de “From Passions to Emotions” y experto en la historia y la evolución de la comprensión de las emociones en la sociedad.
Teoría de la regulación emocional. En esta teoría destaca a Ryff (1995), investigadora conocida por su trabajo sobre la regulación emocional y el bienestar psicológico en contextos culturales, y Kleres (2011), quien ha explorado cómo se enseñan y aprenden las estrategias de regulación emocional en diferentes contextos culturales. Ambos hablan de este enfoque que se centra en cómo las normas y prácticas culturales influyen en la regulación emocional de las personas. Explora cómo las estrategias de regulación emocional son enseñadas y aprendidas a través de procesos culturales.
Teoría de la expresión emocional. Este enfoque se centra en cómo las normas culturales influencian la expresión de emociones, incluyendo qué emociones son socialmente aceptables o inaceptables en una cultura determinada. También explora cómo las expresiones emocionales pueden variar en diferentes contextos culturales. Destacando a Erving Goffman (2016), conocido por su trabajo sobre la representación y la expresión de emociones en la interacción social, y a Lutz (1988), quien ha investigado la expresión de emociones en diferentes culturas y cómo las normas culturales influyen en dicha expresión.
El análisis de las emociones
Las emociones son un fenómeno complejo, tradicionalmente estudiado desde la neurociencia y la psicología.
Según las líneas anteriores, las ciencias sociales y sociosanitarias han abordado el estudio de las mismas, pero no han podido copiar los métodos de otras disciplinas que han realizado una introspección al cerebro humano y a las reacciones fisiológicas que se provocan en el proceso de generación emocional.
Cuando estudiamos las emociones en un contexto de cooperación internacional se hace desde una perspectiva diferente. Existen técnicas de análisis de las emociones que las ciencias sociales ponen a disposición de los investigadores.
La entrevista en profundidad. Por entrevistas cualitativas en profundidad entendemos reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes, dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus propias palabras. Las entrevistas en profundidad siguen el modelo de una conversación entre iguales, y no de un intercambio formal de preguntas y respuestas. Lejos de asemejarse a un robot recolector de datos, el propio investigador es el instrumento de la investigación, y no es un protocolo o formulario de entrevista. El rol implica no solo obtener respuestas, sino también aprender qué preguntas hacer y cómo hacerlas (Taylor y Bogdan, 2008).
La encuesta. La encuesta cualitativa es el estudio de la diversidad (no de la distribución) en una población. Algunos autores como Fink (2003) mencionan en su manual “The Survey Handbook” el uso de la encuesta cualitativa para la exploración de significados y experiencias (Jansen, 2013). Además, a través de la encuesta se puede recoger información sobre el estado emocional o anímico del entrevistado con respecto a un fenómeno social o una situación. Por ejemplo, El Centro de Investigaciones Sociológicas, preguntó a la población española si sintió miedo a salir a la calle y contagiarse en una situación de confinamiento (Sotomayor, 2022a).
Análisis epistolar. El método biográfico o epistolar comenzó a utilizarse y conocerse como una técnica en las ciencias sociales, fundamentalmente desde 1900 y 1920 con la obra de Thomas y Znaniecki sobre los campesinos polacos. Las cartas, de una manera no intencionada por parte de los escribientes, expresan emociones explícitamente o relatan situaciones intensamente emocionales de suelen mostrar una riqueza extraordinaria para la investigación de la cooperación internacional y otras situaciones de crisis humanitarias. No obstante, entendemos que forman parte del pasado y que dan paso a lo que muestran las redes sociales. Particularmente, en una situación de crisis humanitaria, las redes sociales reproducen de manera exponencial el sentir de los afectados y el posicionamiento emocional de la sociedad.
También ha sido muy comúnmente utilizada la técnica de la historia de vida, que designaba tanto la historia recogida por el investigador, complementando los documentos y entrevistas sobre esa vida con el trabajo elaborado a partir de ella. Las principales características de las historias de vida son: (a) se centran en las vidas de los individuos; (b) tienen un carácter más personal que otros tipos de investigación cualitativa; (c) tienen una orientación práctica y de cambio; (d) testimonios que recogen la subjetividad. En cuanto a las fuentes de recogida de la información, las más utilizadas en esta metodología son los diarios, los documentos personales, las autobiografías, las cartas, las observaciones, las entrevistas, los libros y los artículos, entre otros (Ramírez, 2011; Pujadas, 2000).
Lamentablemente, existe poca literatura científica que ofrezca indicaciones desde un enfoque holístico sobre los métodos que se deben utilizar en el proceso de análisis de las emociones desde las ciencias sociales.
Recientemente, encontramos el modelo analítico FEI (Felt, Expressed and Identified emotions) (Ver tabla 1), desarrollado por Sotomayor (2023b), que aporta una herramienta metodológica para entender las emociones desde una perspectiva de las Ciencias Sociales con una aplicación al ámbito de la cooperación internacional. A pesar de que la sociología ha integrado el estudio de las emociones de manera relativamente reciente, en esta investigación Sotomayor propone tres dimensiones analíticas cruciales para la comprensión de las emociones humanas. Estas dimensiones se han clasificado considerando el papel del tejido social en la experiencia, manifestación y reconocimiento de las emociones, así como la responsabilidad interpretativa del investigador. El Modelo FEI se ofrece como un marco fundamental para estructurar el análisis y dirigir la investigación hacia descubrimientos en diversos estratos de la realidad social, el comportamiento y la manifestación emocional humana (Ver tabla 1).
Tabla 1. El modelo analítico FEI (Felt, Expressed and Identified emotions) (Sotomayor, 2023b).
Acceso de las emociones | Sentidas | Expresadas | Identificadas |
---|---|---|---|
Naturaleza | Emociones implícitas | Emociones explícitas | Emociones implícitas |
Cuerpo en el que operan | Individuo | Individuo/social | Social |
Responsabilidad en la interpretación | Investigador | Individuo sintiente | Investigador |
Intención de comunicar la emoción | No | Si | No |
Indicador | Arousal; Neurotransmisores hormonales; Expresión Facial; Cambios Psicológicos. Testimonios orales o escritos en los existan emociones implícitas | Lenguaje oral y escrito | Visualización, canales auditivos, expresiones verbales |
Rutas de transmisión | Expresión verbal, lenguaje escrito (testimonios, discurso), comunicación digital | Expresión verbal, lenguaje escrito (testimonios, discurso), comunicación digital | Acciones humanas individuales y colectivas (pintura, música, arte urbano, acciones) |
Momento | Diacrónico/temporal (pasado/presente) | Sincrónico | Diacrónico/atemporal |
Técnicas de recolección de datos | FMRI (resonancia magnética funcional). Análisis documental, análisis epistolar. Análisis del discurso; Entrevistas en profundidad; Historias de vida; Grupos de discusión; Entrevistas conjuntas; Trabajo de memoria Método experimental Entrevista en profundidad | Encuesta Prueba de emociones Método de muestreo por experiencia Rueda de emociones de Ginebra (GEW) Rueda de emociones de Plutchick | Observación y registro documental. Técnicas visuales. Análisis de los medios de comunicación. Análisis de un texto legislativo. Fotoelicitación |
Canales | Bases de datos Redes sociales Cartas Expresión oral | Expresión verbal o escrita de una emoción | Textos legislativos Arquitectura urbana: Artes Costumbres; Iconos |
Aplicando el modelo FEI al contexto de la cooperación internacional, se desagrega la observación de las emociones en tres campos o ámbitos de análisis: el ámbito de las emociones que son sentidas, el segundo ámbito de las emociones que son expresadas y, el tercero, aquellas emociones identificadas. Parte de la teoría de que el contexto social de la persona tiene una gran influencia en la generación, expresión e identificación de las emociones. Las emociones se crean según las predicciones que se hagan del acontecimiento que nos sucede y según nuestro aprendizaje y socialización (Feldman, 2017).
Este no solo identifica las emociones por los signos corporales, o gestos faciales, sino que interpreta en base a las experiencias pasadas. Por tanto, tomando como referencia los estudios y descubrimientos de Feldman, en un contexto de investigación social, la interpretación de las emociones no puede desligarse de estas interpretaciones y del contexto cultural.
Sotomayor (2023c) ha ejemplificado en un contexto migratorio el modelo FEI, en el cual las emociones de los migrantes son aprendidas y se basan en sus experiencias y sus predicciones. En un contexto transcultural de cooperación internacional, mucho más que en un contexto homogéneo, el investigador deberá manejar información adicional para interpretarlas.
En el mismo sentido, la aplicación del modelo FEI al contexto de cooperación internacional sería el siguiente: a través de la hermenéutica y la interpretación de los discursos de los actores sociales implicados en un contexto de cooperación internacional, podemos acceder a las emociones sentidas. Sus discursos, el relato de los hechos, la interpretación de las situaciones de crisis humanitarias, constituyen una herramienta de enorme riqueza para el investigador. Ahora bien, deberá esforzarse en interpretar esas expresiones y conceptualizarlas como emociones. De ahí que necesita un estudio pormenorizado del contexto, del ámbito cultural y de los significados emocionales de una y otra cultura. El peso y la responsabilidad de esas emociones “sentidas” según el Modelo FEI, recae en la persona o personas que las interpretan y que con facilidad pueden caer en errores de interpretación según la idea predefinida que tienen de la propia cultura. Con las emociones expresadas explícitamente por los actores sociales implicados se produce otra circunstancia, ya que, a través de preguntas explícitas sobre el estado emocional, el peso recae en el respondiente. Por ejemplo, preguntar si se ha sentido miedo, o se ha sentido repugnancia. El peso interpretativo en este caso, recae en el entrevistado. Aunque el rigor metodológico, en este caso, recae en la forma y la técnica de realizar las preguntas o indagar sobre el estado emocional. Finalmente, el modelo tiene en cuenta aquellas emociones identificables en un contexto en el que se puede ubicar la cooperación internacional. Como la migración, la pobreza, las crisis humanitarias o las situaciones en las cuales existe un riesgo de pérdida de vidas humanas. Son las emociones recogidas en las acciones humanas individuales y colectivas, como el arte, las banderas, la organización social en momentos de catástrofe, las canciones, la música, etc. En esta tercera vía de análisis de las emociones, se emplean la observación y el registro documental, la responsabilidad de interpretación vuelve a caer de nuevo en el investigador, que debe tener en cuenta los significados de las emociones según los códigos culturales propios de cada cultura que intervienen en el contexto de cooperación.
Esta clasificación se ha realizado según la forma de captar una emoción con una connotación científico social. Es la clasificación analítica que nos organiza metodológicamente el acceso al conocimiento de las emociones y las vías para su análisis.
Conclusiones
En este trabajo, se ha llevado a cabo una exploración enriquecedora y multidisciplinaria del estudio de la cultura emocional desde los diferentes enfoques de las ciencias de la salud y las ciencias sociales. El propósito era arrojar luz sobre cómo las dimensiones emocionales impactan en la labor de quienes se dedican a la asistencia sociosanitaria en contextos internacionales, reconociendo que las emociones son un componente esencial de la experiencia humana en este ámbito particular.
Los resultados han destacado la complejidad y la riqueza de las emociones experimentadas. Se ha observado que factores individuales, culturales, organizacionales y contextuales interactúan para dar forma a estas emociones.
Desde una perspectiva de las ciencias de la salud, se ha subrayado la importancia de abordar la salud emocional de los cooperantes internacionales sociosanitarios como un componente fundamental de su bienestar y su capacidad para prestar asistencia eficaz. La gestión de las emociones y el apoyo emocional son esenciales para mantener la resiliencia y la calidad de la atención prestada en entornos sociosanitarios desafiantes.
Desde la perspectiva de las ciencias sociales, se ha resaltado la influencia de las interacciones sociales, las dinámicas de poder y las estructuras organizativas en la experiencia emocional de los cooperantes. Las normas culturales y los valores compartidos dentro de las organizaciones también juegan un papel fundamental en la construcción de significados y la gestión de las emociones.
En resumen, este trabajo ha puesto de manifiesto la importancia de comprender y abordar las emociones en el trabajo de los cooperantes internacionales sociosanitarios desde una perspectiva mixta de las ciencias de la salud y las ciencias sociales. Estas dos disciplinas se complementan mutuamente para proporcionar una visión más completa y profunda de las experiencias emocionales en este contexto particular. Los hallazgos tienen implicaciones tanto para la salud y el bienestar de los cooperantes como para la eficacia de la asistencia que brindan en todo el mundo. A medida que continuamos investigando y aplicando estos conocimientos, estamos mejor equipados para apoyar a quienes dedican sus vidas a la causa de la asistencia sociosanitaria internacional.