Introducción
En las dos últimas décadas, el incremento progresivo de personas mayores y sus necesidades de cuidados sociales y sanitarios están condicionando un aumento exponencial del número de residentes en instituciones1,2, y uno de sus principales motivos de ingreso es el delirium3.
Estudios realizados en distintos países informan de cifras de prevalencia de delirium de entre el 3,4 y el 39,7% en personas mayores institucionalizadas, dependiendo del grado de deterioro cognitivo; en España, la prevalencia estimada es del 11,7%4. Además, hasta un 60% de las personas mayores de 75 años institucionalizadas presenta episodios repetidos de delirium, ya que tienen una alta prevalencia de factores de riesgo, y presentan de 2 a 4 problemas de salud agudos cada año al estar expuestos a polimedicación, mayor deterioro funcional y patologías incapacitantes, como demencia, ictus, fractura de cadera o enfermedades crónicas avanzadas5. Por tanto, en este ámbito, las cifras de mortalidad por este cuadro oscilan entre el 21 y el 75%, y se asocian a riesgo de iatrogenia por fármacos, peores resultados cognitivos y funcionales5-9 y al incremento de traslados a urgencias y de reingresos hospitalarios, en los que el anciano recibe una atención no siempre ajustada a su situación de salud, siendo dado de alta más tardíamente debido al mayor número de complicaciones 10.
Sin embargo, el delirium puede ser reversible, y se puede solucionar hasta en un 50% de los cuadros precipitados por medicamentos, infecciones y anomalías electrolíticas5. De igual modo, hay evidencia de que las intervenciones preventivas contribuyen significativamente a evitar su desarrollo, por lo que en el medio residencial las enfermeras desarrollan un papel clave para identificar a los ancianos de riesgo y reconocer los desequilibrios que puedan presentar, con el fin de actuar rápida y eficazmente6-8,10-12.
El abordaje del delirium se considera un indicador de seguridad y de calidad de los cuidados al anciano vulnerable13, debido a que no solo desencadena una cascada de acontecimientos difíciles de solventar, implicando una mayor carga de cuidados especializados, sino también por el elevado sufrimiento que provoca en el anciano y sus familiares. A pesar de ello, sigue siendo infradiagnosticado por los profesionales sanitarios y, en ocasiones, se ofrece asistencia tardía o se realiza una valoración diagnóstica superficial, y erróneamente se culpa al envejecimiento o a la confusión, sin descartar la etiología correcta del cuadro6,7,10,11.
El análisis de los modelos de gestión en la atención al delirium en ancianos ingresados en centros residenciales reporta una escasez de programas de cuidados adaptados a las necesidades reales de los residentes, ya que la evidencia científica acerca de este síndrome se plasma poco en la práctica asistencial habitual.
Objetivo
Este trabajo se plantea revisar la literatura científica, para analizar la evidencia actual sobre el abordaje del delirium en los ancianos institucionalizados en centros residenciales.
Metodología
Revisión narrativa mediante búsqueda bibliográfica en PubMed, CUIDEN, CINAHL, LILACS y Biblioteca Cochrane, así como en los metabuscadores Dialnet Plus y Google Académico. Para las estrategias de búsqueda se utilizó lenguaje controlado del tesauro Medical Subject Headlines (MeSH): delirium, confusion, nursing care, nursing home, housing for the elderly, long-term care, homes for the aged, institutionalization, residential facilities, patient care, health services for the aged, prevenion and control, y los operadores booleanos para definir la relación entre los distintos términos. Como filtros se establecieron: "idiomas español e inglés", "fecha de publicación los últimos cinco años", "humanos" y "ancianos". En los metabuscadores se empleó lenguaje libre a partir de construcciones semánticas, utilizando como filtro la materia ciencias de la salud y fecha de publicación de 2013 a 2020.
Para el cribado de documentos se fijaron como criterios de inclusión: edad a partir de 65 años, intervenciones para prevenir el delirium en el ámbito del cuidado a largo plazo, y ancianos con o sin deterioro cognitivo. Como criterios de exclusión: personas ingresadas en residencias con menos de 65 años e intervenciones dirigidas a ámbitos no institucionales.
Para la selección final de los documentos se consideró su relación con el objetivo de este trabajo y la relevancia de su contenido para la disciplina enfermera (Fig. 1).
Resultados
De un total de 3.342 artículos recuperados, 161 se analizaron a texto completo y se seleccionaron 19 por adaptarse a los criterios de inclusión y exclusión y al objetivo de esta revisión (Tabla 1). El análisis de los documentos generó 2 categorías: medidas de control fisiológico y ambiental para la prevención del delirium y estrategias de intervención terapéutica, ya que tanto la identificación temprana de los factores de riesgo como una planificación de la atención al ingreso en los centros residenciales son esenciales para mitigar los resultados adversos14-18.
Año País Autor | Título | Diseño | Objetivo | Conclusión |
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2016 Canadá RNAO 14 | Delirium, dementia, and depression in older adults: Assessment and care | Guía clínica de enfermería | Ayudar al personal de atención a largo plazo a identificar las diferencias entre delirium, demencia y depresión y los recursos que pueden usar para su identificación | Promover las instrucciones necesarias para mejorar los resultados clínicos y la experiencia de los cuidados de salud de los profesionales |
2019 EE. UU. NICE 15 | Delirium: prevention, diagnosis, and management | Guía clínica | Mejorar el diagnóstico del delirium y reducir las estancias hospitalarias y las complicaciones asociadas a esta entidad | Ayudar a la identificación de ancianos institucionalizados en riesgo de desarrollar delirium y prevenir su aparición en estos entornos |
2018 Canadá Ferguson 16 | Non-pharmacological prevention of delirium in older adults living in long-term care homes: a scoping review of nursing interventions | Revisión sistemática estudios (n = 14) | Resumir la evidencia relacionada con las intervenciones de enfermería no farmacológicas para la prevención del delirium en ancianos que residen en instituciones a largo plazo | Actualmente hay evidencia limitada sobre las intervenciones de enfermería para prevenir el delirium en las residencias de ancianos |
2017 EE. UU. Kosar et al. 17 | Delirium during post acute nursing home admission and risk for adverse outcomes | Estudio de cohorte retrospectivo (n = 5.588.702) | Identificar la tasa de delirium presente durante el ingreso en diferentes residencias de ancianos y determinar si los pacientes con delirium tenían un mayor riesgo de resultados adversos | Los pacientes con delirium al ingreso tenían más probabilidades de ser hospitalizados nuevamente dentro de los 30 días posteriores y de tener una estancia prolongada, así como una función física más pobre. Además, la tasa de mortalidad a los 30 días fue más del doble que la de los pacientes sin delirium, y 1 año después del ingreso, los pacientes con delirium tenían aún más del doble de posibilidades de morir |
2013 Canadá Mc Cusker et al. 18 | Environmental Factors Predict the Severity of Delirium Symptoms in Long-Term Care Residents with and without Delirium | Estudio prospectivo observacional de cohorte en 7 centros de atención a largo plazo (n = 272) | Identificar factores ambientales modificables asociados con cambios a lo largo del tiempo, describir gravedad de los síntomas del delirium, y explorar las interacciones entre estos factores y la vulnerabilidad de referencia de los residentes | Se observó que 6 factores ambientales (deshidratación, falta de ayudas para la orientación, déficit visual, ausencia de registro de medicación, restricciones físicas y barandillas en la cama) predijeron cambios en la gravedad de los síntomas de delirium |
2014 Canadá Voyer et al. 19 | Feasibility and acceptability of a delirium prevention program for cognitively impairedlong term care residents: a participatory approach | Acción participativa enfermeras (n = 38) y residentes (n = 171) | Estudiaron un programa de prevención de delirium en 2 fases. La primera fase trató la educación del personal utilizando una variedad de modalidades de enseñanza. La segunda etapa implicó la puesta en práctica de este conocimiento por parte del personal | La identificación y actuación temprana en los factores de riesgo (deshidratación, déficit auditivo, ausencia de registro de medicación, restricciones físicas y barandillas en la cama) ayuda a disminuir el índice del delirium |
2019 EE. UU. Woodhouse et al. 20 | Interventions for preventing delirium in older people in institutional long-term care | Revisión sistemática (n = 3.851) | A partir de 3 ECA sobre intervenciones no farmacológicas y farmacológicas evaluaron su efectividad para la prevención del delirium en pacientes mayores que residen en centros de atención a largo plazo | Se necesitan ensayos futuros de intervenciones de prevención de delirium no farmacológicas multicomponentes para personas mayores institucionalizadas |
2018 Italia Morichi et al. 21 | A point prevalence study of delirium in Italian nursing homes | Estudio de prevalencia en 71 residencias de ancianos (n = 1.454) | Realizar un estudio de prevalencia puntual del delirium en las instituciones de ancianos italianos y variables significativamente asociadas con esta entidad | La prevalencia del delirium es del 36,8% en los residentes mayores institucionalizados. Siendo mayor en aquellos con demencia, dependencia funcional, desnutrición, tratamiento con antipsicóticos y uso de restricciones físicas |
2019 España Sepúlveda et al. 22 | Delirium clinical correlates and underdiagnosis in a skilled nursing home | Estudio transversal prospectivo (n = 131) | Evaluar la asociación de diferentes factores clínicos con el delirium en una residencia de ancianos | Muchos factores clínicos (catéter intravenoso, restricción física, edad avanzada, discapacidad auditiva, etc.) se asociaron con una incidencia mayor de delirium. En cambio, la faltade asociación con factores de riesgo conocidos (demencia, discapacidad visual, el estado civil, etc.) apunta a la necesidad de una mayor investigación |
2018 Canadá Cheung et al. 23 | Clinical characteristics associated with the onset of delirium among long-term nursing home residents | Estudio de cohortes retrospectivo en 12 centros residenciales (n = 1.571) | Examinar la asociación entre las características clínicas y el uso de medicamentos con la incidencia de delirium durante la estancia en la residencia de ancianos | La incidencia de delirium fue del 40,4%. La demencia, la presencia de dolor y el uso de antipsicóticos se asociaron con la aparición de delirium |
2015 EE. UU. Kolanowski et al. 24 | Pain, delirium, and physical function in skilled nursing home patients with dementia | Análisis secundario de datos de un ensayo clínico aleatorizado en curso en 8 centros residenciales (n = 103) | Examinar el efecto que el dolor diario y la función física tienen sobre el delirium en pacientes con demencia | Se observó que los residentes experimentaron dolor en el 38,4% de los días y los síntomas de delirium fueron evidentes en el 46,9% de estos. Por tanto, se recalca la importancia de un manejo adecuado del dolor |
2018 España Pérez-Ros et al. 25 | A predictive model of prevalence of delirium in elderly subjects admitted to nursing home | Estudio retrospectivo transversal de casos y controles durante un período de 12 meses consecutivos (n = 316) | Establecer un modelo predictivo del riesgo de episodios de delirium en una muestra de personas mayores que viven en residencias | La prevalencia del delirium entre los ancianos ingresados en residencias fue del 60,7%. Las infecciones, la demencia, el uso de fármacos anticolinérgicos, la depresión y la incontinencia urinaria, fueron predictivas en la presencia de delirium |
2019 Italia Bo et al. 26 | The association of indwelling urinary catheter with delirium in hospitalized patients and nursing home residents: an explorative analysis from the "Delirium Day 2015" | Estudio multicéntrico en 51 centros residenciales (n = 2.406) | Evaluar la asociación de la sonda urinaria permanente con el delirium | Confirmaron que no hubo asociación significativa en centros residenciales, proporcionando evidencia del uso razonable y seguro de sonda urinaria permanente entre los residentes institucionales |
2018 Corea Moon K et al. 27 | Outcomes of Patients With Delirium in Long-Term Care Facilities A Prospective Cohort Study | Estudio de cohorte prospectivo de 6 meses (n = 173) | Comparar 4 grupos: sin delirium o demencia, solo demencia, solo delirium y DSD para estudiar diferentes aspectos y compararlos | La incidencia de delirium fue del 48% y del DSD del 40%, asimismo este grupo tenía una tasa de mortalidad significativamente más alta que otros grupos y en la curva de Kaplan-Meier tuvo menor probabilidad de supervivencia. Las instalaciones deben enfatizar las intervenciones preventivas para pacientes con DSD |
2013 EE. UU. Boockvar et al. 28 | Delirium During Acute Illness in Nursing Home Residents | Estudio prospectivo observacional de cohorte durante 12 meses (n = 136) | Determinar la incidencia del delirium durante la enfermedad aguda en los residentes institucionalizados, describir el momento del delirium después del inicio de la enfermedad aguda y los factores de riesgo, y explorarla relación entre este síndrome y las complicaciones de la enfermedad aguda | El delirium se produjo con frecuencia como una complicación de la enfermedad aguda y fue un factor de riesgo para el deterioro de la función cognitiva. Este hallazgo respalda la justificación de enfocarse en los individuos al inicio de un problema clínico agudo en el diseño de intervenciones para prevenir el delirium en las residencias de ancianos |
2016 Reino Unido Siddiqi et al. 29 | The PITSTOP study: a feasibility cluster randomized trial of delirium prevention in care homes for older people | Ensayo aleatorio por conglomerado durante 16 meses en 14 centros residenciales (n = 215) | Desarrollar la intervención ¡alto al delirium!, un programa educativo para prevenir el delirium y apoyar al personal de las instituciones para abordar los factores clave de riesgo de delirium. Para ello, incluyeron 3 sesiones de aprendizaje y la educación fue impartida por un especialista en delirium, externo al entorno y responsable de educar, capacitar, motivar, vincular y facilitar los grupos de trabajo | La prevalencia de delirium en 1 mes fue del 4% en el grupo de intervención y del 7,1% en el grupo control. No mostraron resultados en la evaluación del programa |
2016 EE. UU. Boockvar et al. 30 | An Adapted Hospital Elder Life Program to Prevent Delirium and Reduce Complications of Acute Illness in Long-Term Care Delivered by Certified Nursing Assistants | Ensayo piloto (n = 231) | Describir el desarrollo de una intervención de prevención de delirium multicomponente en entornos residenciales, adaptada al Hospital Elder Life Program (HELP-LTC) | La intervención aportó beneficios no solo al personal, que refirió tener menos nivel de estrés, sino que también mejoró la gravedad del delirium en los residentes |
2017 Australia Buettel et al. 31 | Delirium in a residential care facility: An exploratory study of staff knowledge | Estudio descriptivo fenomenológico enfermeras (n = 10) | Explorar el conocimiento del personal sobre el delirium para obtener significado a través de las descripciones de sus experiencias | El equipo de enfermería describió "un indicio" o sentido intuitivo cuando alguien experimentaba "cambios de comportamiento", en lugar de enumerar con precisión los síntomas específicos del delirium, lo que unido al uso de términos como "confusión" o "estado confusional agudo", dificulta la evaluación y la precisión diagnóstica contribuyendo a la incertidumbre. Además, no pudieron establecer el vínculo conceptual entre la realización de un análisis de orina, por sospecha de infección, con los cambios agudos en el comportamiento y la posterior aparición de delirium, y manifestaron también la dificultad para diferenciar entre demencia, depresión y delirium |
2019 Irlanda Wilson et al. 32 | Psychiatric consultation in the nursing home: reasons for referral and recognition of delirium | Estudio retrospectivo en 7 centros residenciales (n = 456) | Describir los problemas conductuales y psiquiátricos encontrados en las derivaciones psiquiátricas de las residencias de ancianos | El delirium a menudo no se detecta ni se trata en las instituciones. Como hallazgo, el reconocimiento del delirium mejoró significativamente (del 7 al 31%) gracias a la contribución del personal de enfermería psiquiátrico capacitado |
DSD: delirium superpuesto a la demencia.
Medidas de control fisiológico y ambiental
Los artículos analizados permiten clasificar los factores de riesgo de delirium dentro del contexto de los centros residenciales, en modificables y no modificables (Tabla 2).
Autores | Sepúlveda et al. 2019 22 | Pérez-Ros et al. 2018 25 | Cheung et al. 2018 23 | Morichi et al. 2018 21 | Voyer et al. 2014 19 | McCusker et al. 2013 18 | |
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Factores de riesgo modificables | |||||||
Deshidratación | x | x | |||||
Desnutrición | x | ||||||
Falta de ayudas para la orientación | x | ||||||
Déficit sensorial | Auditivo | x | |||||
Visual | x | x | |||||
Compañía familiar | x | ||||||
Dolor no controlado | x | ||||||
Ausencia de registro de medicación | x | x | x | x | |||
Restricciones físicas | x | x | x | x | |||
Barandillas en la cama | x | x | |||||
Uso de catéter intravenoso | x | ||||||
Uso de catéter urinario | x | ||||||
Factores de riesgo no modificables | |||||||
Edad avanzada | x | x | x | ||||
Sexo | x | ||||||
Viudez | x | ||||||
Demencia | x | x | x | ||||
Enfermedad aguda | x |
Factores de riesgo modificables
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Deshidratación y desnutrición. En distintos trabajos, la deshidratación se identifica como una medida de control fisiológico que forma parte de un plan de intervención, mientras que en otros se contempla como un factor de riesgo modificable. De este modo, se ha determinado que colocar un vaso de agua al alcance de la mano puede reducir la deshidratación y, por tanto, el riesgo de episodios de delirium en ancianos institucionalizados18,19. Sin embargo, la hidratación como medida de control fisiológico no obtuvo resultados favorables en un ensayo controlado aleatorizado con 98 participantes, en el que se planificó durante 4 semanas una ingesta de líquidos de acuerdo con el peso corporal. La incidencia de delirium en el grupo de intervención en comparación con el control no disminuyó, ya que solo el 51% de los participantes cumplieron el 90% o más del objetivo de líquidos20. Estudios anteriores ya habían identificado que muchos residentes no consumen el líquido suficiente, por lo que este resultado puede indicar que alcanzar el objetivo de ingesta de líquidos en ancianos institucionalizados es un desafío, incluso en el contexto de una investigación16,20. Otra estrategia similar consistió en proporcionar una hidratación adecuada, durante 8 semanas a 49 ancianos de 4 residencias estadounidenses, pero no encontró relación entre la hidratación y la prevención del delirium. Finalmente, una tercera investigación llevó a cabo un programa de hidratación de 9 semanas en el que participaron 51 ancianos, y tampoco hubo hallazgos reportados con respecto a la prevención de este cuadro16. Por tanto, en los estudios analizados no se ha encontrado una asociación estadísticamente significativa entre una intervención de hidratación y la prevención del delirium.
Por otra parte, y dado que la desnutrición es altamente prevalente en pacientes geriátricos institucionalizados14-18, se determinó que la desnutrición estaba asociada con el delirium21, por lo que todos los residentes de edad avanzada se deben evaluar rutinariamente para detectarla y garantizar una nutrición adecuada14,15,21.
Déficits sensoriales. Los déficits en la visión y la audición han sido los factores de riesgo más evaluados en relación con el delirium, aunque se ha encontrado una gran disparidad de resultados en los diferentes estudios. Voyer et al. identificaron que la discapacidad visual no corregida se asociaba con un mayor número de episodios de delirium19, al igual que McCusker et al., que además determinaron que la falta de ayudas para la orientación aumentaba su índice18. Por otra parte, 2 de los factores de riesgo ampliamente descritos por la literatura, ausencia de audífonos en personas con discapacidad auditiva y omisión de objetos personales, no demostraron esta asociación18,19. Sin embargo, en el estudio de Sepúlveda et al., la discapacidad auditiva sí que se correlacionó con el delirium22.
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Dolor no controlado. El dolor tiene gran prevalencia en personas mayores, sobre todo en las que tienen demencia, y se estima que lo presenta hasta el 80% de los ancianos residentes en centros de larga estancia, aunque es frecuente que se pase por alto o no se identifique. El dolor no tratado puede contribuir a síntomas conductuales y psicológicos de demencia o a ansiedad en el residente, pudiendo afectar su calidad de vida y desencadenar episodios de delirium14,15. Cheung et al. observaron que la presencia de dolor se asociaba significativamente con el delirium, pero no encontraron esta correlación en los residentes con demencia, lo que se pudo deber a que la evaluación del dolor es más difícil en estos últimos, al malinterpretarse como "parte de esta"23. Del mismo modo, Kolanowski et al. identificaron que en los días en los que los residentes experimentaron más dolor que su promedio presentaron más síntomas de delirium, así como una función física más pobre24.
Estos hallazgos sugieren que el dolor es un foco importante para la prevención del delirium y destacan la necesidad de centrar la atención en su detección, tratamiento y monitorización como solución a algunos de los problemas de calidad de vida y elevado gasto de la atención a las personas mayores que viven en residencias. Como paso inicial para el reconocimiento del dolor, la familia y/o los cuidadores desempeñan un papel fundamental, ya que conocen el estado basal del residente. Respecto a los profesionales, se recomienda el uso de herramientas validadas para su evaluación. Sin embargo, las indicaciones sobre el uso de medicamentos no estaban al alcance de las investigaciones analizadas23,24, por lo que se requieren más estudios prospectivos sobre la seguridad de los analgésicos, así como examinar la idoneidad de los patrones de su prescripción en las residencias de ancianos.
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Ausencia de registro de fármacos y polifarmacia. Los medicamentos psicoactivos e hipnóticos-sedantes y la polifarmacia pueden contribuir a un mayor riesgo de delirium, ya que pueden prolongar este cuadro o causar una sedación excesiva, especialmente cuando se administran a personas mayores frágiles15. De modo que se debe actuar con prudencia a la hora de prescribir y administrar fármacos a esta población, controlar con diligencia y documentar su uso y efectos, con especial atención a los medicamentos que presenten mayor riesgo14.
En la investigación de McCusker et al., el aumento de 2 o más medicamentos incrementó el índice de delirium18, principalmente los antipsicóticos, ya que se asociaron significativamente con la aparición de este síndrome18,23-25. No obstante, la exploración en profundidad de las complejas relaciones entre los tipos de medicamentos, el momento de la exposición y los síntomas del delirium es una limitación de los estudios analizados18,23-25.
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Restricciones físicas e inmovilidad. En numerosos estudios se ha demostrado que las medidas de contención aumentan el riesgo de delirium, constatándose que el uso de barandillas en la cama u otros dispositivos favorecen esta entidad18,20-25.
Las restricciones físicas y ambientales deben utilizarse como último recurso, en casos de agitación potencialmente perjudicial o cuando otras medidas alternativas no han resultado efectivas14,15, a pesar de ello, Morichi et al. manifestaron que estas restricciones fueron más frecuentes en los ancianos que presentaban delirium21. En caso de considerarlas necesarias, se deberá aplicar la forma de contención menos restrictiva, y el profesional sanitario deberá justificar la restricción, documentarla adecuadamente, supervisarla de forma activa y revaluar su uso; además de educar y dar confianza al anciano y a su familia14.
Otros factores de riesgo directo para la aparición de delirium, al implicar una limitación real del movimiento, son los cateterismos urinario e intravenoso14,15, este último asociado principalmente a la administración de antibióticos en estos entornos22. Bo et al. proporcionaron evidencia de un uso razonable y seguro de sonda urinaria permanente entre los residentes26. Sin embargo, Morichi et al. documentaron que la sonda urinaria era muy prevalente en ancianos con delirium, a pesar de los riesgos asociados21.
Factores de riesgo no modificables
Características sociodemográficas. La edad avanzada (> 89 años) se asoció como un factor de riesgo que aumenta la gravedad del delirium22,23,26, sin embargo, en el estudio de Cheung et al. no se observó esta correlación, quizás debido a la homogeneidad de la edad en las residencias de ancianos23. De igual modo, en el estudio de Pérez-Ros et al. el sexo masculino, ampliamente descrito por la literatura, no se observó como variable de riesgo25. No obstante, otros resultados fueron inesperados, como la asociación de la viudez con el delirium, que no se había descrito anteriormente y que se podría deber a su relación con el deterioro cognitivo o a la tendencia de los ancianos viudos a un mayor declive funcional, contemplándose como una variable de riesgo22, al igual que la ausencia de familiares cercanos18.
Demencia. La demencia es uno de los factores de riesgo más prevalente en el contexto residencial y más relacionado con la gravedad del delirium14-16, observándose una incidencia de este cuadro del 51 y el 53,2% en ancianos con demencia, frente al 19,1 y el 30,7% entre los que no la padecían21,23. Asimismo, los residentes con demencia eran más sensibles a los factores que predisponen al delirium18,19,25,27. Sin embargo, Sepúlveda et al. no encontraron esta asociación, lo que podría explicarse porque los ancianos con demencia hubieran sido tratados recientemente por síntomas de delirium sin un diagnóstico específico de este, lo que concuerda con un uso mayor de antipsicóticos y restricciones físicas22.
Enfermedades agudas. Las enfermedades agudas no solo precipitan el delirium, sino que siguen siendo una de las principales razones de traslado hospitalario en las residencias de ancianos. Boockvar et al. encontraron que la mediana de inicio del delirium fue el tercer día después del comienzo de este, representando una oportunidad para intervenir en los factores modificables comentados anteriormente28. Por otro lado, los ancianos con algunas patologías específicas como la depresión, la incontinencia, el accidente cerebrovascular y la infección urinaria presentaron tres veces más riesgo de sufrir un episodio de delirium que los ancianos sin estos factores. En concreto, identificaron que una persona mayor con infección sistémica tenía 7,1 veces mayor riesgo de experimentar un episodio de delirium25. Estos hallazgos respaldan la justificación de centrar la atención al inicio de un problema agudo y diseñar intervenciones para prevenir el delirium, evitando así la transferencia hospitalaria y las complicaciones asociadas25,28.
Estrategias de intervención terapéutica
Es necesario que los profesionales de la salud reconozcan el valor de implementar, sobre una base científica, intervenciones multicomponentes para la prevención, detección precoz y control del delirium en los centros residenciales. Estas intervenciones deben involucrar a un equipo interdisciplinar, en el que las enfermeras desempeñan un papel fundamental en la ejecución y coordinación de las acciones, ya que los resultados asociados a un enfoque multicomponente incluyen no solo la prevención del delirium en ancianos en riesgo, sino también la disminución de su duración y la reducción de la mortalidad y de los costes generales de la atención14-16.
Tres de los estudios analizados examinaron programas con un enfoque no farmacológico para la prevención del delirium, centrándose en la evaluación de las intervenciones relacionadas con el control de los factores de riesgo modificables. Dos de ellos, aunque no midieron la eficacia de los programas, sugirieron que la educación continua de los profesionales era un aspecto importante en la atención de las personas mayores que viven en residencias para poder intervenir en los factores de riesgo de este cuadro19,29. En cambio, Boockvar et al. midieron la eficacia del programa, obteniendo una disminución de la gravedad del delirium y una mejora de la función cognitiva basal de los residentes, así como una reducción de costes, evitando su traslado al hospital, y una mayor satisfacción laboral, donde los enfermeros aseguraron tener niveles de estrés más bajos con esta intervención, mostrándose, por tanto, como una estrategia rentable30.
Como se ha señalado, diversas investigaciones han recalcado la importancia de los miembros del equipo de enfermería como elementos esenciales para prevenir el delirium, así como para ayudar a su diagnóstico, debido a que son los "ojos y los oídos" de las instituciones14-16. A pesar de ello, las enfermeras detectaron el riesgo de delirium en menos del 20% de los casos, que fue cuatro veces mayor en los residentes de 85 años. Otra investigación refirió que, para una población de 280 residentes, las enfermeras reconocieron solo el 51% y, más recientemente, un estudio sugiere que estas bajas tasas de detección no son un fenómeno nuevo, y se identifican aproximadamente una cuarta parte de todos los casos16. Asimismo, en el estudio cualitativo de Buettel et al., aunque las enfermeras concluyeron que el delirium era común, la falta de conocimientos condujo a una subvaloración de esta entidad clínica31.
Los hallazgos de estos estudios son preocupantes, ya que las enfermeras son responsables de proporcionar gran parte de la atención básica y se encuentran en una posición crucial, a través de su relación terapéutica con los residentes, para prevenir episodios de delirium, mejorar las tasas de detección y brindar la asistencia necesaria14-16. Por todo ello, se enfatiza en la necesidad de una mayor capacitación y educación interprofesional en los centros residenciales, así como la incorporación de escalas de detección de delirium basadas en la evidencia y pautas de actuación clínica. Todo ello para garantizar que las enfermeras inicien estrategias basadas en una amplia base de conocimientos e impulsadas por la experiencia, en lugar de acciones de cuidado automatizadas14-16,31. La estrategia "campeones del delirium" se ha promovido como un recurso rentable en este ámbito; se trata de especialistas en enfermería gerontológica con capacitación adicional que ayudan a las enfermeras a proporcionar una atención adecuada, segura y basada en la evidencia16,32. En la Tabla 2 se presenta una síntesis de las estrategias de intervención en los centros residenciales a partir de la valoración de los distintos factores de riesgo de delirium.
Discusión y conclusiones
Entre un 2 y un 5% de los ancianos de todo el mundo vive en instituciones, por lo que teniendo en cuenta los efectos combinados del envejecimiento de la población, así como los cuidados sociales y sanitarios que requieren, es probable que la provisión de los centros residenciales deba ampliarse para brindar atención a un número creciente de ancianos dependientes33.
El entorno y los sistemas de atención en los centros residenciales presentan características y factores precipitantes que aumentan el riesgo de delirium. Aunque, en varios de los estudios analizados esta relación no se observó, según los expertos podría ser resultado de la implementación de programas interdisciplinares y protocolos en las residencias durante los últimos 4 años. Estas iniciativas implican suspensión de restricciones físicas, introducción de terapias de relación, monitorización nutricional, cambios ambientales y programas de idoneidad de medicamentos cuyo resultado ha favorecido, sin duda, la eliminación de muchos factores de riesgo de delirium25,34.
Por otro lado, las investigaciones sugieren que las estrategias multidisciplinares podrían ser eficaces en la prevención del delirium, entre las que destaca la identificación temprana de los factores de riesgo modificables, ya que permite desarrollar un plan personalizado no farmacológico. Asimismo, recalcan que un programa educativo para los profesionales de la salud reduce la incidencia de esta entidad, ya que aumenta la conciencia sobre el delirium y tiene un efecto importante en su prevención. Por ello, los resultados de esta revisión destacan la importancia de mejorar la atención de enfermería en la detección sistemática de los cuadros de delirium, ya que son los profesionales más familiarizados con los residentes y más idóneos para identificar cambios en los comportamientos que son potencialmente indicativos de delirium14,15.
Como limitaciones de esta revisión cabe señalar la escasez de estudios encontrados sobre el manejo del delirium en centros residenciales. Por otra parte, en relación con los aspectos metodológicos de los estudios analizados, cabe mencionar que la dificultad para obtener el consentimiento informado determina que ancianos con delirium grave o delirium superpuesto a la demencia pueden no haber estado suficientemente representados. Es reseñable también, que algunos autores han utilizado muestras pequeñas o se han enfrentado a un elevado número de pérdidas de participantes durante el proceso, por lo que los resultados pueden presentan una validez externa limitada.
Un enfoque compartido en esta revisión es el desafío que supone realizar investigaciones en entornos residenciales, ya que un programa de prevención del delirium necesita adaptarse a la cultura interna y a la política institucional, pero también los profesionales deben estar dispuestos a cambiar su práctica34.
Como líneas futuras de investigación, si se quiere optimizar la salud y el bienestar de los residentes, se precisan estudios longitudinales que permitan evaluar el efecto de programas multicomponentes no farmacológicos para la prevención y tratamiento del delirium. El problema no radica tan solo en describir y entender la realidad, sino en transformarla, por lo que probar la viabilidad y aceptabilidad de estas intervenciones sería una oportunidad para implementar protocolos de prevención del delirium.