Introducción
Las lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia, en general, y las lesiones por presión (LPP), en particular, son lesiones complejas que afectan a la piel y los tejidos subyacentes, de difícil cicatrización y con gran posibilidad de cronificarse. La realización de una adecuada valoración del riesgo que presente cada paciente (a través de escalas validadas), permitirá identificar precozmente los principales factores de riesgo y, en consecuencia, establecer medidas preventivas específicas que puedan eliminar o minimizar su riesgo de desarrollo, de la misma forma que, si no fuera posible evitar dichas lesiones, estaríamos en condiciones de abordar su tratamiento de manera precoz.
Por ello, las LPP constituyen un problema social y sanitario de primer nivel, y según el caso pueden ser causa o consecuencia de discapacidad o dependencia, así como de morbilidad y/o mortalidad importante. Además, en su mayor parte se consideran potencialmente evitables si se aplican los cuidados preventivos adecuados.
Es bien sabido que la aparición de una LPP y el empeoramiento de una preexistente siempre se van a considerar efectos adversos (EA) y se considerará su evitabilidad dependiendo de la comorbilidad del paciente1.
En el Estudio Nacional de Efectos Adversos ligados a la Hospitalización (ENEAS), así como en el Estudio de Prevalencia de Efectos Adversos en Hospitales de Latinoamérica (IBEAS) y en el Estudio sobre la Seguridad de los Pacientes en Atención Primaria (APEAS), las LPP se consideran como el primer EA dentro de los eventos relacionados con los cuidados1-5.
Desde un análisis global de los 3 estudios6, las LPP suponen la primera causa de EA relacionados con los cuidados (3-7%) de todos los EA identificados en los hospitales estudiados. La incidencia de EA asociado a LPP fue superior en los hospitales pequeños, los servicios quirúrgicos y las UCI. Los problemas en la valoración y los cuidados (estado nutricional y encamamiento) se identificaron como las principales causas. El impacto fue, en el 66,3% de los casos, una mayor petición de pruebas y tratamientos adicionales, y en el 31,4% un incremento de la estancia de 4-7 días, con una tasa de evitabilidad que se situó entre el 56 y el 65%, respectivamente. Se destaca que una aplicación inadecuada de normas de prevención y una insuficiente valoración inicial del riesgo de padecer una LPP son el origen de la aparición o empeoramiento de estas lesiones. Como profesionales de enfermería debemos aceptar la responsabilidad para reducir la incidencia de estas lesiones7,8. Así se recoge en el Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud9,10, en su Estrategia n. 8: “Mejorar la seguridad de los pacientes atendidos en los centros sanitarios del Sistema Nacional de Salud”, y su objetivo 8.3 es: implantar prácticas seguras en el Sistema Nacional de Salud, y específicamente el punto 8.3.1.3 plantea expresamente: “Prevenir úlceras por presión en pacientes en riesgo”. También, en la Estrategia de Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud, período 2015-202011, se plantea llevar a cabo una serie de prácticas seguras recomendadas en la estrategia de seguridad del paciente, entre las que se encuentra la prevención de úlceras por presión (UPP/LPP).
Sin embargo, a pesar de la importancia de las UPP/LPP como EA, las iniciativas para minimizarlas dentro de la estrategia de seguridad del paciente en nuestro país han resultado (y resultan) todavía insuficientes. Tenemos una responsabilidad ética y legal ante las LPP8, “emplear los medios necesarios a nuestro alcance, de acuerdo con el estado de la ciencia más actual, para evitar la producción de un daño o lesión”. Con unos buenos cuidados de enfermería, las LPP se pueden evitar en su mayoría poniendo en práctica protocolos y guías clínicas, aplicando escalas de valoración validadas para identificar pacientes con riesgo, además de fomentando la formación de los profesionales en la prevención de estas lesiones7.
Una práctica clínica segura exige alcanzar 3 objetivos: 1) identificar qué procedimientos son los más seguros y eficaces; 2) asegurar que se aplican a quien los necesita, y 3) realizarlos correctamente, sin errores. Tener unos conocimientos y habilidades adecuados y una actitud positiva es fundamental para llevar a cabo una práctica clínica de calidad, y proporciona las bases para la toma de decisiones y la implementación de nuevos conocimientos.
Hay estudios que han mostrado correlación entre las puntuaciones totales de conocimientos y las de actitud en la prevención de UPP/LPP12-14, aunque dichas actitudes positivas hacia la prevención pueden variar en función de los profesionales sanitarios.
Otros resultados sugieren que la presencia de una actitud positiva se equipara a un alto nivel de competencia, pero no así con el grado de conocimientos e incluso que esta no es suficiente para cambiar la práctica debido a la presencia de otras barreras15,16; la investigación es todavía insuficiente dado los diferentes resultados obtenidos.
Conocer las actitudes y barreras percibidas, que los profesionales de enfermería poseen en la prevención de UPP, podría determinar intervenciones eficaces dirigidas a profesionales de enfermería para mejorar las competencias en la prevención, identificación y minimización de los eventos adversos UPP relacionados con la asistencia sanitaria.
Objetivos
El objetivo de estudio fue determinar las actitudes y barreras percibidas que el personal de enfermería de una unidad de traumatología hospitalaria posee sobre la prevención de las LPP como evento adverso, y su relación como posibles trabas en la creación de una cultura de seguridad del paciente.
Metodología
Tipo de estudio
Se llevó a cabo un estudio cuantitativo de tipo observacional, descriptivo y transversal de ámbito unicéntrico.
Ámbito de estudio
El estudio se realizó en la Unidad de Traumatología General del Hospital Arquitecto Marcide, perteneciente al Área Sanitaria de Ferrol (ASF). Es un hospital de segundo nivel que tiene una unidad de traumatología con capacidad para 39 camas de hospitalización y una plantilla dinámica de 41 profesionales de enfermería (enfermeras y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería [TCAE]). Todos los profesionales de enfermería de la unidad tienen asignadas tareas y funciones de prevención de UPP normativizadas por protocolo.
Criterios de inclusión/exclusión
Criterios de inclusión: enfermeras tituladas (diplomada/grado) y TCAE, con un mínimo de 1 mes de experiencia asistencial acumulada. Profesionales en activo y vinculadas laboralmente a la Unidad de Traumatología. Participación anónima y voluntaria.
Criterios de exclusión: no cumplir alguno de los criterios de inclusión o cualquier otro criterio no descrito.
La población la constituyeron todos los profesionales de enfermería vinculados laboralmente a la unidad seleccionada en el momento de comienzo del estudio (n = 41). Por categorías, había 24 enfermeras/os y 17 TCAE.
Variables analizadas
Las variables de estudio se recogen en las siguientes preguntas y cuestionarios:
Percepción de seguridad del paciente. Pregunta ad hoc: ¿cómo valoras la estrategia de seguridad del paciente de tu unidad hospitalaria para prevenir las UPP? Permite conocer la opinión del profesional en relación con la seguridad del paciente y sus posibles EA asociados a una UPP. La respuesta se obtiene marcando la valoración en una escala métrica de 0 a 10 puntos, de forma que a mayor puntuación mayor grado de acuerdo y viceversa.
Cuestionario de actitudes hacia la prevención de las UPP (APuP). El cuestionario original fue desarrollado por Beeckman et al.17. Hay una versión validada en castellano publicada por López Franco et al.18. La versión española tiene 12 ítems agrupados en 5 dimensiones: 1) prioridad para la prevención de las UPP; 2) competencia personal para la prevención de las UPP; 3) impacto de las UPP; 4) confianza en la eficacia de la prevención de las UPP, y 5) responsabilidad en la prevención de las UPP. Usa una escala Likert de 4 puntos (totalmente de acuerdo-de acuerdo-en desacuerdo-totalmente en desacuerdo), con puntuación directa e inversa en alguno de sus ítems. La puntuación oscila entre 12 y 58 puntos.
Cuestionario de barreras hacia la prevención de las UPP (BPUPP). Es también un cuestionario validado al castellano por López Franco et al.19. Consta de 25 ítems que recogen aspectos que se pueden considerar como barreras hacia la prevención de UPP. Se estructura en 4 factores: factor 1, equipamiento y aspectos organizativos; factor 2, motivación y recursos; factor 3, conocimientos, y factor 4, plantilla y colaboración. En cada ítem se valora la frecuencia con la que se presenta en una escala de 4 puntos (0, nunca; 1, a veces; 2, con frecuencia; 3, siempre), de forma que a mayor puntuación mayor número y frecuencia de barreras identificadas. Para el análisis se cuenta como barrera cuando se ha marcado “con frecuencia” o “siempre” (1 punto). La puntuación mínima es 0 y la máxima 75.
También se han tenido en cuenta variables sociodemográficas (covariables) como la edad, el género, la categoría profesional, la experiencia profesional y la formación recibida sobre UPP.
Procedimiento de intervención
La supervisora de la unidad de traumatología se encargó de la divulgación e información del estudio, así como de la distribución y recogida de los cuestionarios. Para tener el acceso al personal participante, se presentó la información del estudio a los profesionales de enfermería adscritos a la unidad en diferentes rondas, en turnos de mañana o tarde, realizando una breve exposición sobre esta y se les invitó a participar de forma voluntaria. Finalmente, al participante se le anexó una hoja de información junto con los cuestionarios descritos, que se les entregó en mano. Los profesionales, una vez cubiertos los cuestionarios de forma anónima y voluntaria (no se precisó de consentimiento informado), lo introducían en un sobre cerrado y de ahí lo depositaban en una caja identificada con el título del estudio situada en un lugar discreto dentro del control de enfermería de la unidad. Se dio 1 semana de plazo para alcanzar la muestra representativa, y se pudo ampliar dicho plazo 1 semana más en el caso de requerir mayor número de participación.
Análisis estadístico
El análisis estadístico consistió en una descripción de medidas de tendencia central (media aritmética) y de dispersión (desviación estándar [DE]), además de frecuencias y porcentajes para variables nominales. Las asociaciones de las variables del estudio se realizaron mediante estadística bivariante de análisis de comparaciones, previa comprobación de su ajuste a distribución normal mediante el test de Saphiro-Wilk (< 50 casos). Se utilizaron pruebas de comparación de medias usando modelos de ANOVA o test de Kruskal-Wallis, según la distribución de las muestras y la estimación del efecto mediante el cálculo chi al cuadrado de Pearson y test exacto de Fisher. Se consideraron como significación estadística los valores de p < 0,05. Para la tabulación de datos y análisis estadísticos se utilizó el programa IBM-SPSS® Statistics v19.
Resultados
La participación obtenida en el estudio fue alta, con un 85,36% (n = 35). Por categorías, las enfermeras tuvieron una representación significativa del 87,5% (n = 21) de participación y por parte de las TCAE del 82,35% (n = 14), por lo que en ambos casos son muestras representativas de la unidad de traumatología hospitalaria para un intervalo de confianza del 95% y una precisión del 8 y el 12%, respectivamente (7% para el total de la muestra).
Los resultados sociodemográficos (Tabla 1) mostraron que la edad promedio se sitúo en el intervalo de 31 a 50 años (57,2%), el género predominante fue mujer en el 94,3% de los casos, la media de años de experiencia laboral se situó en la franja de < 5 años (71,4%), mientras que la media de años como profesional titulado obtuvo valores más heterogéneos, con un rango ligeramente predominante entre los < 10 años (34,3%); en relación a la categoría laboral, el porcentaje de enfermeras fue del 60% (un 71,4% eran diplomadas), seguido de las TCAE, con un 20%. En la Figura 1 se describen las fuentes de conocimiento de los profesionales de traumatología sobre las LPP.
Edad | |||||||||||
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20-30 años | 31-40 años | 41-50 años | 51-60 años | 61-65 años | Total | ||||||
Categoría | Enfermera | 4 | 7 | 9 | 1 | 0 | 21 | ||||
TCAE | 1 | 3 | 1 | 7 | 2 | 14 | |||||
Total | 5 | 10 | 10 | 8 | 2 | 35 | |||||
Género | |||||||||||
Hombre | Mujer | Total | |||||||||
Categoría | Enfermera | 2 | 19 | 21 | |||||||
TCAE | 0 | 14 | 14 | ||||||||
Total | 2 | 33 | 35 | ||||||||
Experiencia laboral | |||||||||||
< 6 meses | 6 meses-5 años | 6-10 años | 11-15 años | 16-20 años | 21-25 años | 26-30 años | Total | ||||
Categoría | Enfermera | 6 | 12 | 2 | 0 | 1 | 0 | 0 | 21 | ||
TCAE | 5 | 2 | 2 | 1 | 1 | 2 | 1 | 14 | |||
Total | 11 | 14 | 4 | 1 | 2 | 2 | 1 | 35 | |||
Años como titulado/a | |||||||||||
< 6 meses | 6 meses-5 años | 6-10 años | 11-15 años | 16-20 años | 21-25 años | 26-30 años | >30 años | Total | |||
Categoría | Enfermera | 0 | 4 | 3 | 5 | 4 | 5 | 0 | 0 | 21 | |
TCAE | 1 | 3 | 1 | 0 | 1 | 1 | 5 | 2 | 14 | ||
Total | 1 | 7 | 4 | 5 | 5 | 6 | 5 | 2 | 35 |
TCAE: técnicos en cuidados auxiliares de enfermería.
Se realizó un análisis comparativo de las muestras por categorías profesionales mediante el test de Shapiro-Wilk, y se obtuvo que la distribución no era normal (asimétrica) (Tabla 2).
Categoría | Kolmogorov-Smirnov | Shapiro-Wilk | |||||
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Estadístico | GL | Sig. | Estadístico | GL | Sig. | ||
Efecto adverso | Enfermera | 0,214 | 21 | 0,013 | 0,907 | 21 | 0,047 |
TCAE | 0,121 | 14 | 0,200 | 0,923 | 14 | 0,241 | |
Cultura seguridad | Enfermera | 0,308 | 21 | 0,000 | 0,762 | 21 | 0,000 |
TCAE | 0,266 | 14 | 0,008 | 0,903 | 14 | 0,126 |
GL: grados de libertad; Sig.: significación estadística; TCAE: técnicos en cuidados auxiliares de enfermería.
Según las variables de los cuestionarios, se obtuvieron los siguientes resultados:
Percepción de la seguridad del paciente. Se obtuvo una puntuación de 7,34 puntos (DE = 1,83), de una escala de 0 a 10 puntos, como nota de valoración de los participantes a cómo se aplica la cultura de la seguridad del paciente en su unidad. No hubo diferencias significativas entre categorías (Fig. 2)
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Actitudes hacia la prevención de las úlceras por presión. Atendiendo a la respuesta obtenida de las 13 preguntas del cuestionario APuP hacia los 5 factores de análisis que mide el test, cabe destacar los siguientes resultados observados:
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- Competencia del personal para prevenir las UPP (preguntas P1, P2 y P3). El 82,46% de los profesionales se siente competente y se cree capacitado para aplicar medidas de prevención. No se dieron diferencias significativas.
- Prioridad para la prevención de la UPP (preguntas P4, P5 y P6). El 79,96% opina que la prevención de las UPP es un tema importante, que hay que prestarle más atención y que es prioritario para la seguridad del paciente. No se dieron diferencias significativas.
- Impacto de la UPP (preguntas P7, P8 y P9). El 84,73% responde que el impacto económico y social de las UPP es alto y que repercute en la calidad de vida del paciente. La pregunta n.º 8 (“El impacto económico de las UPP en los pacientes no se debería exagerar”) tuvo diferencias significativas (p < 0,02) en cuanto a la categoría profesional.
- Responsabilidad en la prevención de la UPP (preguntas P10 y P11). El 94,25% asume que tiene un papel importante en la prevención de las UPP y se considera responsable si se desarrolla una UPP como evento adverso. No se dieron diferencias significativas.
- Confianza en la efectividad de la prevención (preguntas P12 y P13). Finalmente, el 87,1% considera que la UPP es evitable en pacientes de riesgo y que aplicando las medidas preventivas adecuadas las UPP “siempre” se pueden evitar.
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Barreras y dificultades identificadas en la prevención de las UPP (BPUPP-30). De 30 posibles barreras evidenciadas que dificultan las tareas o actividades para la prevención de las UPP, se observó que el personal de enfermería que trabaja en la Unidad de Traumatología del ASF identificó alrededor de 17, según la frecuencia (> 50%) de la respuesta dada conjuntamente como “de acuerdo” y “totalmente de acuerdo”, es decir, las que son existentes con bastante frecuencia en la unidad (Tabla 3). Diferenciando por categorías, las enfermeras identificaron 16 de las 17 barreras descritas en la tabla; sin embargo, las TCAE identificaron 15 barreras de las expuestas a nivel general y, además, señalaron otras 3 barreras más que son específicas para su categoría (no aparecen en la tabla porque no alcanzan la frecuencia del 50% global, pero sí que son representativas intergrupo al superar el 50% de respuestas de las TCAE). Estas barreras exclusivas de la categoría fueron:
- N.º 13, “falta de satisfacción con el trabajo”: 57,25% (n = 8).
- N.º 24, “falta de protocolos o guías de práctica clínica para la prevención de úlceras por presión en el lugar de trabajo”: 57,25% (n = 8).
- N.º 29, “falta de definición sobre cuáles son los profesionales responsables en la prevención de las úlceras por presión”: 64,25% (n = 9).
De las barreras identificadas a nivel global, no hubo diferencias significativas en cuanto a las variables “categoría profesional”, “género” y “años como titulado”, pero sí se dieron diferencias (p < 0,05) para la variable “edad” en los enunciados n. 7, 14, 22 y 25, y para la variable “experiencia laboral” en los enunciados n.º 7, 22 y 25.
Número de enunciado | Barreras identificadas | Frecuencia de respuesta | Profesional notificador |
---|---|---|---|
1 | Falta de personal en la plantilla para proporcionar estrategias de prevención | 74,3% (n = 26) | Enfermera y TCAE |
6 | Dificultades en la disponibilidad/acceso de los materiales para llevar a cabo la prevención | 62,9% (n = 22) | Enfermera y TCAE |
7 | Falta de conocimiento sobre prevención en UPP | 51,5% (n = 18) | Enfermera |
8 | Falta de tiempo para realizar las actividades de prevención | 74,3% (n = 26) | Enfermera y TCAE |
10 | Falta de directrices y objetivos organizacionales en prevención de UPP por parte de la dirección | 51,5% (n = 18) | Enfermera y TCAE |
11 | Dificultad para llevar a cabo las estrategias preventivas debido a la inestabilidad del paciente a causa de su enfermedad | 60,0% (n = 21) | Enfermera y TCAE |
14 | Costes de los materiales y equipos necesarios para la prevención | 74,3% (n = 26) | Enfermera y TCAE |
15 | Falta de cooperación del paciente para llevar a cabo las estrategias preventivas | 62,9% (n = 22) | Enfermera y TCAE |
16 | Falta de equipo multidisciplinar para la prevención | 51,5% (n = 18) | Enfermera |
17 | Registro incompleto de las intervenciones realizadas a los pacientes | 65,7 (n = 22) | Enfermera y TCAE |
21 | Variabilidad y poco seguimiento de los planes de cuidados | 71,4 (n = 25) | Enfermera y TCAE |
22 | Falta de comunicación entre el equipo multidisciplinar | 54,3 (n = 19) | Enfermera |
25 | Falta de disponibilidad de talleres o cursos específicos en prevención en UPP | 57,2 (n = 20) | TCAE |
26 | Falta de continuidad de cuidados entre los diferentes centros asistenciales (hospitales, centros sociosanitarios, centros de atención primaria) | 71,4 (n= 25) | Enfermera y TCAE |
27 | Falta de colaboración de los cuidadores familiares en el hospital | 80,0% (n = 28) | Enfermera y TCAE |
28 | Persistencia de los cuidados que “siempre se han hecho así” | 74,3% (n = 26) | Enfermera y TCAE |
30 | Rotación de profesionales de enfermería en los servicios | 85,8% (n = 30) | Enfermera y TCAE |
TCAE: técnicos en cuidados auxiliares de enfermería; UPP: úlceras por presión.
Discusión
Determinar el comportamiento y la actitud de los profesionales de enfermería hacia la prevención de las UPP se considera un elemento prioritario dentro del marco de la seguridad del paciente por 2 cuestiones: por un lado, nos sirve de guía para poder identificar qué es lo que podemos esperar de dichos profesionales y, por otro, nos ayuda a comprender los obstáculos que existen para llevar a cabo las acciones preventivas recomendadas20. Se sabe que una actitud positiva determina la probabilidad de tener un buen comportamiento21, y el percibir o identificar las limitaciones o barreras para prevenir, nos enfrentará de forma proactiva a las dificultades, lo cual impactará favorablemente en la calidad del cuidado de enfermería hacia las medidas de prevención de UPP como evento adverso, buscando mejorar la seguridad del paciente.
Los resultados de este estudio mostraron una actitud positiva hacia las medidas de prevención (frecuencia > 75% en todas las dimensiones), lo que indicó que todos los profesionales de enfermería que trabajan en esta Unidad de Traumatología muestran comportamientos adecuados para mejorar aspectos relacionados con la prevención, como estar totalmente de acuerdo en que las UPP son evitables y prevenibles, y la importancia que tiene en los cuidados de enfermería al paciente hospitalizado. Esto concuerda o es similar a lo publicado en otros estudios como el de Demarré et al.14, Cullen y Moore15, Tubaishat et al.16, Garza Hernández et al.22, Källman y Suserud23 y Clarkson et al.24, entre otros.
Por otro lado, en este estudio se estableció el nivel de percepción que tenían los participantes sobre su propia unidad de enfermería en lo referente a la seguridad del paciente. Todos los profesionales, aunque con cierta variabilidad en el grado de dispersión de las puntuaciones entre las enfermeras, la valoran con una nota de notable (7 sobre 10), lo que presupone que estamos hablando de un entorno de trabajo que facilita aplicar las medidas de prevención (cultura de seguridad) y donde hay suficiente implicación por disminuir los eventos adversos asociados a las UPP. No obstante, se deberían realizar mejoras asistenciales y de formación continuada para elevar, si cabe, dicha percepción.
En contraposición, en convivencia con las percepciones y actitudes positivas frente a la prevención de las UPP, se encuentran las barreras u obstáculos que representan diversas situaciones propias del personal, del paciente o del entorno de trabajo que limitarán o dificultarán la aplicación de las medidas de prevención para evitar su efecto adverso. La selección de enunciados como “falta de personal en la plantilla para proporcionar estrategias de prevención”, “falta de tiempo para realizar las actividades de prevención” y “dificultad para llevar a cabo las estrategias preventivas debido a la inestabilidad del paciente a causa de su enfermedad”, son algunas de las barreras más percibidas en este estudio, similar a los hallazgos reportados en los estudios de Chaudhary y Singh25, Etafa et al.26, Aslan y Van Giersbergen27, Ünver S, et al.28, Dilie y Mengistu29, Kim y Lee30, y Moore y Price31.
Además, en nuestros resultados también observamos otras barreras y dificultades diferentes a las halladas en la literatura, ya sea por la idiosincrasia del personal asignado a la unidad de enfermería donde se ha realizado el estudio o por los recursos allí disponibles, las cuales requieren que se les preste atención por su significancia estadística y variabilidad, como es el caso de “falta de conocimiento sobre prevención en úlceras por presión” y “falta de disponibilidad de talleres o cursos específicos en prevención en úlceras por presión”. La percepción de las barreras descritas se asocia a variables como la edad (profesionales entre 30-50 años) y la experiencia laboral (profesionales con < 10 años). Previamente, en las respuestas al cuestionario sociosanitario, dichos profesionales (86,6%) dijeron haber recibido formación específica en la prevención de las UPP, y en el cuestionario de actitudes, el 82,46% refirió sentirse competente y capacitado para aplicar medidas de prevención; por eso parece comprensible creer que las respuestas dadas por los profesionales no plasman su realidad de trabajo y se tiende más a idealizarse con una visión perceptiva de qué elementos no se consideran facilitadores, en lugar de identificar qué barreras existen en la unidad en la realidad cotidiana. Nos consta que en el hospital se divulga y fomenta la formación continuada sobre prevención (y tratamiento) de UPP, que es un elemento clave y protocolizado (un indicador de calidad), un objetivo estratégico en los hospitales del Servizo Galego de Saúde (Sergas), para ello se cuenta con un programa denominado “Úlceras Fóra”32, por lo que se tendría que valorar si dicha formación es accesible al personal de nueva incorporación, suficiente y variada en esa unidad de enfermería.
Finalmente, si comparamos nuestros resultados de identificación de las barreras con los resultados del estudio SECOACBA33,34, que incluye un análisis de 81 unidades de hospitalización de 7 hospitales españoles y recoge la opinión de 840 profesionales de enfermería (543 enfermeras y 297 TCAE), se observa que en nuestro estudio se identificaron 17 barreras frente a 14 del otro estudio; además, nuestras enfermeras identificaron casi el doble (16 frente a 9), y en el caso de las TCAE casi el cuádruple (18 frente a 5). Sí hay similitudes en cuanto al tipo de barreras, en relación con el factor 1 (equipamiento y organización): alta rotación de profesionales de enfermería en los servicios, falta de continuidad de cuidados entre los diferentes centros asistenciales; con el factor 3 (conocimientos): persistencia de los cuidados que “siempre se han hecho así”, variabilidad en la aplicación y poco seguimiento de los planes de cuidados; con el factor 4 (plantilla y colaboración): falta de personal en la plantilla para proporcionar estrategias de prevención, falta de tiempo para realizar las actividades de prevención y falta de colaboración de cuidadores familiares en el hospital, entre otros aspectos.
Limitaciones
Respecto a las limitaciones del estudio, se debe tener en cuenta que al ser una investigación observacional descriptiva mediante cuestionario autocumplimentado puede existir sesgo en los resultados, a consecuencia de la subjetividad y a la ausencia en la respuesta de algunas preguntas. También hay que indicar que los cuestionarios se han verificado estadísticamente, por lo que el análisis significativo sería fiable. El tipo de estudio no permite hacer inferencias asociativas causales. Es difícil generalizar los resultados a todas las unidades del propio hospital en que se hizo la investigación, porque estos datos se obtuvieron de un número limitado de enfermeras, pero sí son extrapolables a la propia unidad de referencia. Se requerirán más estudios, porque la correlación entre barreras y actitudes hacia la prevención de las UPP no ha sido el objeto de estudio. El estudio también necesitará investigación adicional de tipo cualitativo, porque la relación entre el barreras y percepciones en la prevención de UPP no está suficientemente estudiada o no se encontró.
Conclusiones
Este estudio sugiere que las actitudes positivas no son suficientes para garantizar que se produzca un cambio de comportamiento de la práctica de enfermería hacia la prevención de las UPP.
Hay que seguir investigando y realizar reuniones periódicas para comprender cómo superar las barreras y percepciones negativas identificadas con la prevención de UPP, lo que permitirá a las enfermeras asistenciales y a las TCAE de la unidad adquirir la confianza necesaria para cambiar su comportamiento y disminuir la incidencia/prevalencia como evento adverso.
Se hace necesario reforzar el modelo de implementación del protocolo o procedimiento de prevención de UPP en la unidad de estudio, proponiendo que se incluya de forma proactiva medidas de auditoría, de formación y de comunicación, para reconocer al personal referente y tener al de nueva incorporación bien formado, con ellos será posible superar las barreras identificadas en el estudio y fomentar la cultura de la prevención de este tipo de lesiones, de forma continua y sistematizada.