INTRODUCCIÓN
La vejez es una etapa más del ciclo vital del ser humano, cuyo concepto es un constructo social que varía en función del lugar y época en el que se defina1,2. En la mayoría de las sociedades actuales el concepto es negativo, lo que provoca la existencia de discriminación hacia este grupo poblacional3 que afecta a todos los ámbitos, incluido el campo de la investigación. De hecho, a pesar de que en el siglo XXI han aumentado los estudios sobre personas mayores, se necesita más investigación sobre todo en áreas como la clínica y la fragilidad4-9. Profundizar en estas áreas ayudaría a dar un salto de calidad en la prevención de enfermedades y en la promoción de la salud.
Los ancianos, debido fundamentalmente al envejecimiento, presentan una menor capacidad de adaptación a estresores tanto externos como internos, lo que provoca una mayor vulnerabilidad a padecer ciertas enfermedades, una presentación diferente de estas, una mayor tendencia a complicaciones y afectación funcional10,11. En el grupo de personas con 80 años o más estas características se intensifican, existiendo diferencias con los ancianos más jóvenes10-15. Además, las personas de 80 años o más constituyen el grupo poblacional de mayor crecimiento, se prevé que su número se triplique entre 2020 y 2050, superando en ese momento los 400 millones de personas10. Todo lo expuesto les proporciona una idiosincrasia que les hacen susceptibles a una atención diferenciada. Sin embargo, los programas asistenciales de prevención y tratamiento de enfermedades actuales abordan a los ancianos como un grupo único, lo que puede estar provocando un uso ineficaz de los recursos16,17. Aunque existe evidencia científica de esta situación, no es muy abundante y, además, se centra en enfermedades o trastornos concretos. El estudio global de estos pacientes puede ayudar a evidenciar mejor esta situación, además de mejorar el conocimiento sobre cómo las problemáticas concretas se relacionan entre sí, sobre la base de lo cual se pueden diseñar intervenciones y programas sanitarios más exitosos y rentables.
El sistema sanitario se enfrenta actualmente a retos importantes debido al envejecimiento poblacional, que se agravarán en el futuro, situación para la que no estamos suficientemente preparados4,13,18. El aumento de la población anciana es palpable en todo el mundo, pero es más intensa en países desarrollados, dentro de los cuales se sitúa España. Aunque España ocupa actualmente un lugar intermedio en la Unión Europea en cuanto al envejecimiento poblacional, diversos organismos alertan que esta situación se intensificará en nuestro país, convirtiéndonos en 2050 en una de las naciones más envejecidas de Europa y del mundo. Pero no solo con respecto a los ancianos en general, sino también en relación con las personas con 80 años o más10,18-20. A este aumento de la demanda asistencial se suma la escasez de personal sanitario cualificado21. Estas circunstancias nos instan y obligan a desarrollar soluciones que garanticen un manejo adecuado de los pacientes, un mejor uso de los recursos y que maximicen la eficacia del sistema de salud4.
OBJETIVOS
En el ámbito de este estudio, España en el año 2020, este trabajo pretende:
Identificar el perfil sociodemográfico de personas de 80 años o más y detectar las diferencias con respecto al perfil de ancianos de menor edad.
Hallar la prevalencia de los ancianos de 80 años o más dentro del grupo de ancianos.
Determinar si hay mayor presencia de enfermedades orgánicas, mentales y afectación funcional entre ancianos mayores de 80 años con respecto a los ancianos más jóvenes.
METODOLOGÍA
Tipo de estudio
Se realizó un estudio de naturaleza cuantitativa, observacional, descriptivo y de corte transversal.
Población del estudio
La población estudiada son las personas mayores de 60 años que residían en España en el año 2020. Este colectivo tenía un total de 12.131.055 personas según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). De esta población se obtuvo una muestra de 9.105 ancianos a través de un muestreo trietápico estratificado que resulta representativo no solo a nivel nacional sino también por comunidades autónomas (CC. AA.).
Variables del estudio
La variable principal analizada es una variable categórica dicotómica que indica la pertenencia a un grupo etario: grupo I (60 a 79 años); grupo II (80 o más años). Las variables secundarias, todas ellas de tipo categórico son sociodemográficas y clínicas
Recogida de datos
La recogida de datos la llevó el INE en el marco de la Encuesta Europa de Salud (EESE) entre los meses de julio de 2019 a junio 2020 a través de entrevistas presenciales en domicilio de los encuestados, asistidas por ordenador, y, en caso necesario, se usaban también llamadas telefónicas para puntualizar algún dato. A partir de marzo de 2020, las encuestas pasaron a ser telefónicas asistidas por ordenador debido a la pandemia por el COVID-19.
Análisis de datos
El análisis de datos se realizó con el programa R versión 4.3.2 y con el programa Jasp versión 0.14.1. Dado que todas las variables son cualitativas, para su descripción se han calculado las frecuencias absolutas y relativas (en porcentaje) de la muestra. Para estudiar la existencia de dependencia entre la variable principal y las secundarias se utilizó la prueba chi-cuadrado, considerándose la prueba significativa con un nivel de significación del 0,05.
Aspectos éticos
El presente trabajo se llevó a cabo respetando la legislación vigente en relación con la ética en la investigación sanitaria incluida la ley de protección de datos y la declaración de Helsinki. La base de datos con la que se trabajó fue elaborada por el INE y es pública y anonimizada, por lo que no revela ningún dato personal que lleve a la identificación de los encuestados.
RESULTADOS
El primer dato relevante de esta investigación y que se puede observar en la tabla 1, es que una cuarta parte de los ancianos en España en el año 2020 tenían 80 años o más.
Tabla 1. Distribución de los grupos etarios según sexo, estado civil y nivel de estudios (n = 9.105).
| > 80 años | 60-79 años | Chi2 | ||||
|---|---|---|---|---|---|---|
| n | % | n | % | valor p | ||
| Total | - | 2.356 | 25,9 | 6.749 | 74,1 | - |
| Sexo | Mujer | 1.524 | 29,6 | 3.618 | 70,4 | < 0,001 |
| Hombre | 832 | 21,0 | 3.131 | 79,0 | ||
| Estado civil (n = 9.079) | Viudo | 1.366 | 50,2 | 1.356 | 49,8 | < 0,001 |
| Soltero | 161 | 18,0 | 734 | 82,0 | ||
| Casado | 793 | 16,5 | 4.004 | 83,5 | ||
| Separado | 17 | 6,3 | 252 | 93,7 | ||
| Divorciado | 16 | 4,0 | 380 | 96,0 | ||
| Nivel de estudios | Iletrado o primaria incompleta | 948 | 50,5 | 928 | 49,5 | < 0,001 |
| Primaria completa | 852 | 28,5 | 2.139 | 71,5 | ||
| Secundaria* | 419 | 13,2 | 2.745 | 86,8 | ||
| Estudios universitarios | 137 | 12,8 | 937 | 87,2 | ||
*Incluye: bachillerato, formación profesional de grado medio y de grado superior.
Existe dependencia estadísticamente significativa (p < 0,001) entre la variable principal, pertenecer a uno de los 2 grupos etarios considerados (tener 60-79 años y ser mayor o igual a 80 años) y cada una de las variables sociodemográficas analizadas: sexo, estado civil, nivel de estudios y CC. AA. de residencia. En relación al sexo, destacar que mientras en el grupo de las mujeres 3 de cada 10 tienen 80 años o más, en el de los hombres son solo 2 de cada 10. Con respecto al estado civil, resaltar el hecho de que la mitad de los viudos tienen 80 años o más, mientras que entre los separados y divorciados esta tasa es 12 veces inferior situándose en el 4%. La relación entre el nivel estudios y los grupos etarios, muestra que a mayor nivel de estudios menor es la proporción de personas de 80 años o más. En los iletrados o con estudios primarios incompletos la mitad de la muestra tiene 80 años o más. Sin embargo, esta tasa en personas con estudios universitarios es 4 veces inferior (12,8%). Todo ello se puede observar con mayor detalle en la tabla 1.
En cuanto a la CC. AA. de residencia, hay una variación de 16,3 puntos porcentuales entre la que tiene mayor tasa de personas mayores de 80 años dentro del grupo de ancianos, Castilla y León (35,9%), con respecto a la que presenta menor tasa, Baleares (19,3%). De todas formas, hay que indicar que, si no se tiene en cuenta estas 2 CC. AA., entre el resto hay una diferencia máxima de 5 puntos porcentuales. Se pueden observar todas las tasas en la tabla 2 y la figura 1.
Tabla 2. Distribución de los grupos etarios según comunidad autónoma (n = 8.960).
| CC. AA. residencia | Grupo etario | Chi2 | |||
|---|---|---|---|---|---|
| ≥ 80 años | 60-79 años | valor p | |||
| n | % | n | % | ||
| Castilla y León | 217 | 35,9 | 387 | 64,1 | < 0,001 |
| Aragón | 111 | 28,1 | 284 | 71,9 | |
| Extremadura | 110 | 28,1 | 282 | 71,9 | |
| Cantabria | 116 | 27,2 | 310 | 72,8 | |
| Cataluña | 232 | 26,4 | 647 | 73,6 | |
| Madrid | 234 | 26,1 | 663 | 73,9 | |
| Galicia | 157 | 26,0 | 448 | 74,0 | |
| Castilla-La Mancha | 135 | 25,6 | 392 | 74,4 | |
| Murcia | 86 | 25,6 | 250 | 74,4 | |
| La Rioja | 65 | 25,6 | 189 | 74,4 | |
| País Vasco | 128 | 25,4 | 375 | 74,6 | |
| Valencia | 194 | 24,9 | 584 | 75,1 | |
| Andalucía | 249 | 23,8 | 798 | 76,2 | |
| Asturias | 105 | 22,5 | 361 | 77,5 | |
| Canarias | 93 | 22,5 | 320 | 77,5 | |
| Navarra | 67 | 22,5 | 231 | 77,5 | |
| Baleares | 27 | 19,3 | 113 | 80,7 | |
Cada una de las variables que denotan la presencia de las patologías orgánicas analizadas (hipertensión arterial [HTA], infarto agudo de miocardio [IAM], accidente cerebrovascular [ACV] y diabetes mellitus [DM]) presentan una relación estadísticamente significativa con la variable principal, pertenecer a uno de los grupos etarios, en todos los casos con un valor p inferior a 0,001 según la prueba chi-cuadrado, de tal forma que las 4 patologías tienen una mayor presencia en el grupo etario de 80 años o más. La HTA está presente en 6 de cada 10 personas de 80 años o más, sin embargo, en los ancianos más jóvenes, se encuentra en poco más de 4 de cada 10 personas. En cuanto al IAM, la tasa de las personas de 80 años o más es un 66% superior a la de los ancianos más jóvenes (el 2,3 frente al 1,4%). La prevalencia del ACV es más del doble entre los ancianos más mayores (el 7,3 frente al 3%). En relación con la DM entre los ancianos de 80 años o más, 1 de cada 5 padece esta patología, mientras que entre los más jóvenes la tasa baja a 1 de cada 6.
Los datos relacionados con las patologías del área de la salud mental se pueden observar también en la tabla 3. Se ha detectado que la ansiedad crónica es más frecuente entre los ancianos de 65 a 79 años, que entre los más mayores (el 8,3 frente al 7,6%), no siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p = 0,427). Por otra parte, la depresión sí presenta una relación estadísticamente significativa en relación con la pertenencia a uno de los grupos etarios estudiados (p = 0,002) y es más frecuente entre los más mayores. En relación con la depresión, la proporción de los que la padecen es mayor en el grupo de los ancianos más mayores que en el grupo de los ancianos jóvenes, existiendo también una relación estadísticamente significativa (p = 0,032). La prevalencia de otras enfermedades mentales (más allá de la depresión y ansiedad) en personas con 80 o más años es casi 5 veces superior a la de ancianos más jóvenes, siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p < 0,001).
Tabla 3. Prevalencia de variables clínicas en función de grupos etarios.
| > 80 años | 60-79 años | Chi2 | ||||
|---|---|---|---|---|---|---|
| n | % | n | % | valor p | ||
| Total | - | 2.356 | 25,9 | 6.749 | 74,1 | - |
| HTA | Sí | 1.408 | 59,8 | 2.929 | 43,4 | < 0,001 |
| No | 948 | 40,2 | 3.820 | 56,6 | ||
| IAM | Sí | 55 | 2,3 | 92 | 1,4 | 0,001 |
| No | 2.301 | 97,7 | 6.657 | 98,6 | ||
| ACV | Sí | 173 | 7,3 | 203 | 3,0 | < 0,001 |
| No | 2.183 | 92,7 | 6.546 | 97,0 | ||
| DM | Sí | 526 | 22,3 | 1.159 | 17,2 | < 0,001 |
| No | 1.830 | 77,7 | 5.590 | 82,8 | ||
| Ansiedad crónica* | Sí | 178 | 7,6 | 561 | 8,3 | 0,427 |
| No | 2.178 | 92,4 | 6.188 | 91,7 | ||
| Depresión* | Sí | 288 | 12,2 | 673 | 10,0 | 0,002 |
| No | 2.068 | 87,8 | 6.076 | 90,0 | ||
| Severidad de los síntomas depresivos* | Leve | 422 | 60,3 | 722 | 66,2 | 0,032 |
| Moderado | 244 | 34,9 | 320 | 29,4 | ||
| Grave | 34 | 4,9 | 48 | 4,4 | ||
| Otros problemas mentales | Sí | 149 | 6,3 | 91 | 1,3 | < 0,001 |
| No | 2.207 | 93,7 | 6.658 | 98,7 | ||
| Asistencia a psicólogo o psiquiatra** | Sí | 56 | 2,4 | 241 | 3,6 | 0,005 |
| No | 2.300 | 97,6 | 6.508 | 96,4 | ||
HTA: hipertensión; IAM: infarto agudo miocardio; ACV: accidente cerebrovascular; DM: diabetes mellitus.
*Patologías presentes en el último año.
**En el último año.
Por último, los ancianos menores de 80 años han acudido al psiquiatra y al psicólogo con mayor frecuencia que los ancianos más mayores (el 3,6 frente al 2,4%), siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p = 0,005).
DISCUSIÓN
En cuanto a la prevalencia de personas de 80 o más años dentro del grupo de ancianos, este estudio indica que en España en 2020 era del 25%, es decir, que 1 de cada 4 ancianos tiene 80 años o más. Si comparamos esta prevalencia con datos reales y proyecciones aportados por las Naciones Unidas en 201918 se detecta que la población de 80 años o más tiene un mayor impacto de lo esperado en nuestro país, ya que se espera que en 2025 los ancianos con 80 años o más representarán el 21% de la población de ancianos19. Esto es más relevante si tenemos en cuenta que estas proyecciones se hicieron sin tener en cuenta la pandemia sufrida en 2020, que sí ha afectado a este estudio, ya que la recogida de datos englobó los primeros meses de pandemia en que la mortalidad de las personas de este tramo de edad fue más alta. También superamos la prevalencia que se espera para el mundo en 2050 (19,4%) y en Europa en 2025 (18,1%), con respecto a Europa, además, nos acercamos mucho al dato de 2050 (27,3%)19. Todo esto confirma el hecho de que las personas de 80 años o más son el tramo que más está creciendo y se espera que esta situación continúe así, incluso por encima de lo proyectado por algunas organizaciones. También corrobora la afirmación de que en España tiene un especial impacto el envejecimiento poblacional10,19,20.
En cuanto al sexo, existe una mayor presencia femenina entre los ancianos, esta situación tiene mayor impacto entre los mayores de 80 años, hecho que corrobora la bibliografía consultada19,22,23. En relación con el nivel académico, en este trabajo se evidencia que en el grupo de los ancianos más mayores el nivel es más bajo, pero, si se compara con datos aportados por el INE, se ve una mejoría con respecto a años previos donde existía peor formación24. Además, se prevé que esta tendencia continúe, ya que se está incrementando el porcentaje de adultos que obtienen títulos postobligatorios, es decir, más allá de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO)25. Situación que se debe tener en cuenta, pues debemos adaptarnos al nivel educativo de nuestros pacientes para comunicarnos de forma eficaz y proporcionar información acorde a su capacidad de entendimiento.
En relación con las CC. AA., hay una distribución desigual en la proporción de personas de 80 años o más dentro del grupo de ancianos. Además, esta no es totalmente similar a las de las tasas de envejecimiento que tiene cada comunidad, de tal forma que hay comunidades con alta tasa de ancianos, pero no siempre con la mayor tasa de personas con 80 años o más y viceversa. Ejemplo de esta situación son Asturias y Galicia, que son la primera y la tercera comunidad autónoma, respectivamente, con mayor tasa de envejecimiento, pero son la decimocuarta y séptima en tasa de ancianos con 80 años o más dentro del grupo de ancianos. Por el contrario, Madrid, que es la sexta comunidad autónoma con respecto a las tasas de ancianos con 80 años o más dentro del grupo de ancianos, es la decimoquinta de las diecisiete CC. AA. en tasa de envejecimiento. También destacar que Castilla y León es la primera comunidad autónoma con respecto a la tasa de personas con 80 años o más dentro del grupo de ancianos y la segunda en relación a tasa de envejecimiento26. Todas estas circunstancias deben ser tenidas en cuenta en la gestión sanitaria, ya que las demandas presentes y futuras se modifican, no solo por el aumento de ancianos en general, sino también por la presencia de un envejecimiento (aumento de las personas mayores de 80 años) más acusado, lo que provoca un mayor estrés en el sistema sanitario26.
En relación a las variables clínicas, todas las estudiadas y relacionadas con trastornos orgánicos, es decir, la HTA, el IAM y el ACV, son más frecuentes en los ancianos con 80 años o más que en el grupo de los ancianos más jóvenes, este hecho también se pone de manifiesto en la bibliografía revisada27-29. La DM también es más frecuente entre los ancianos más mayores en el presente estudio, y aunque la edad es un factor de riesgo reconocido30, algunos estudios no respaldan la afirmación de que sea más frecuente entre los ancianos más mayores, como el de Menéndez et al. (2021)31. La razón de esta discrepancia puede radicar en que en nuestro estudio se incluyen todos los ancianos sin restricción y en el de Menéndez et al. (2021)31 excluyen a las personas institucionalizadas, con enfermedad terminal o dependencia grado III según el baremo de la Ley de Dependencia31. Esto nos recuerda la importancia de exponer claramente los criterios de selección de la población en los estudios para una correcta interpretación de los resultados.
La mayor presencia de HTA, IAM, ACV y DM se debe tener muy en cuenta a la hora de gestionar los servicios sanitarios, ya que estos trastornos se relacionan con unas mayores tasas de dependencia y, por tanto, con una mayor necesidad de cuidados32-34.
En cuanto a las variables relacionadas con la salud mental, y en concreto sobre la presencia de ansiedad, se ha encontrado que la prevalencia es ligeramente superior en el grupo de los ancianos más jóvenes (8,3%) que en el de los ancianos más mayores (7,6% ), no siendo esta diferencia estadísticamente significativa. Ambas prevalencias se encuentran entre el rango detectado por Cisneros y Austin (2019)35 en una revisión sistemática (del 0,1 al 17,2%). En esta misma revisión se indica que la mayoría de los trabajos encontraban una relación negativa con la edad. Los investigadores ponían en tela de juicio este hallazgo, indicando que se necesitan más estudios con instrumentos adecuados para detectar adecuadamente la ansiedad de las personas mayores de 85 años35.
En relación con la depresión, este trabajo encuentra que es el trastorno afectivo más frecuente con una prevalencia del 10,2% en ancianos de 80 o más años y del 10% en personas de 60 a 79 años, como también reconoce la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG)36, que establece un rango de depresión de los ancianos del 8,8 al 23,6%, rango en el que se incluyen las frecuencias obtenidas en este trabajo. Esta investigación también muestra que la depresión es más prevalente y más intensa en los pacientes mayores de 80 años, hecho que también se constata en la bibliografía revisada37. Por otra parte, el resto de problemas mentales analizados de forma conjunta, más allá de la depresión y ansiedad, como por ejemplo la esquizofrenia, trastorno bipolar, trastornos de la personalidad, etc., son 5 veces más frecuentes en el grupo de los ancianos más mayores con respecto al de los más jóvenes. Todo lo expuesto se debe tener en cuenta en la gestión sanitaria, para un mejor uso de los recursos, sobre todo teniendo en cuenta que, actualmente, la atención de la salud mental en la población general, y en los mayores en particular, tiene bastantes carencias. Debería establecerse un plan nacional sobre abordaje de la salud mental en el que la etapa vital de la vejez tenga especial relevancia y donde una de las medidas que más se están reclamando es una ampliación de las plantillas de psicólogos y psiquiatras38-40. En relación con esto, es importante destacar la baja asistencia de ancianos a la consulta de psiquiatras y/o psicólogos que ha evidenciado este trabajo, en el que se observaron prevalencias del 2,4% entre los ancianos de 80 o más años, y del 3,6% en el grupo de los ancianos más jóvenes. Ambas tasas son bajas, pero es preocupante que los ancianos más mayores que presentan mayores problemas en el área mental son los que menos acudan a estos profesionales. Además, hay que resaltar que la diferencia es estadísticamente significativa.
CONCLUSIONES
El perfil sociodemográfico de una persona de 80 años o más en España en el año 2020, es el de una mujer, viuda, iletrada o con estudios primarios incompletos.
La diferencia del perfil sociodemográfico con respecto a los ancianos más jóvenes, es que, en este caso, la persona está casada y tiene estudios secundarios.
Uno de cada 4 ancianos tiene 80 años o más.
Los ancianos con 80 años o más tienen mayores prevalencias en las siguientes patologías analizadas: HTA, IAM, ACV, DM, depresión y otros problemas mentales más allá de la depresión y la ansiedad.














