INTRODUCCIÓN
Estudios a nivel mundial han demostrado que la prevalencia de lesiones por presión (LPP) sigue siendo un problema grave1-3. El European Pressure Ulcer Advisory Panel y la Alianza Pan-Pacífico de Lesiones por Presión la definieron como un daño localizado en la piel o tejido subyacente, producido sobre una prominencia ósea debido a la presión1. Un estudio realizado en Estados Unidos evidenció que el 70,6% de pacientes que ingresaron en el hospital venían con LPP desde casa; tenían edades de 72,7 años en promedio2. Asimismo, esta fue la causa asociada a reingresos en el hospital3. De manera similar, en los hospitales hay personas mayores que forman lesiones en la piel durante la hospitalización debido a un inadecuado cuidado de esta4.
En Perú, la prevalencia de dependencia parcial y severa en personas mayores que se encuentran afiliados al Seguro Social de Salud (EsSalud), al que pertenece el hospital nacional en estudio fue del 12,9 y el 6%, respectivamente5. El cuidador, sea familiar o no, desempeña un rol crucial al asistir a la persona mayor o dependiente en sus actividades de la vida diaria6-8.
Es frecuente que los cuidadores de las personas mayores que se encuentran hospitalizadas no estén formalizados y carecen de orientación y apoyo de profesionales de la salud9, quienes rara vez evalúan los conocimientos y prácticas de los cuidadores, como la higiene personal, la movilidad y la actividad física10. Esta falta de formación formal puede provocar que los cuidadores aprendan mediante ensayo y error10. Por consiguiente, enfermería juega un papel esencial al contribuir con los cuidadores y ayudarlos a identificar situaciones de vulnerabilidad y aplicar intervenciones diseñadas para disminuir cualquier descuido en la pie11.
Considerando lo expuesto, ahondar en los conocimientos sobre cuidados de la piel del cuidado de la persona mayor en el entorno hospitalario puede influir en un cambio de actitud entre los cuidadores cuando se encuentren dentro y fuera del ámbito sanitario. La implementación efectiva de estrategias educativas adecuadas puede transformar las prácticas de cuidado y evitar los reingresos, con las consecuentes complicaciones que ello implica a la persona mayor hospitalizada. En el norte de Perú el estudio es relevante, porque existe incremento en la demanda de cuidadores con necesidades educativas específicas para el cuidado de las personas mayores que garanticen la continuidad de los cuidados hospitalarios hacia el ámbito domiciliario.
OBJETIVO
Determinar la relación entre el conocimiento y práctica del cuidador sobre cuidados de la piel de la persona mayor en un hospital de alta complejidad del tercer nivel de atención de EsSalud en el norte de Perú.
MÉTODOLOGÍA
Tipo de estudio
Estudio descriptivo transversal, realizado mediante un cuestionario aplicado cara a cara a los cuidadores de las personas mayores internadas en el hospital nacional de EsSalud en el norte de Perú.
Unidad de estudio
La población de este estudio se seleccionó de los datos del registro de pacientes del servicio de geriatría del hospital nacional en el norte peruano, compuesta por 250 cuidadores, durante el período de enero a abril de 2023. El cálculo de la muestra fue por conveniencia, obteniendo así 108 cuidadores. Se aplicó un muestreo probabilístico aleatorio simple para garantizar la igualdad de oportunidades de inclusión en la muestra para todos los individuos de la población. Los criterios de inclusión fueron: cuidadores que aceptaron participar voluntariamente en el estudio, cuidadores mayores de 18 años, cuidadores con o sin grado de instrucción, cuidadores que llevan más de 1 mes cuidando a la persona mayor, cuidadores que firmaron el consentimiento informado. Los criterios de exclusión fueron: cuidadores menores de edad, cuidadores que optaron por no firmar el consentimiento informado, o quienes tuvieron algún impedimento para ser parte de la investigación.
Variables analizadas
Sociodemográficas: género, nivel educativo, parentesco, estado civil, tiempo cuidando a la persona mayor, edad.
Conocimientos de los cuidadores: se usó un cuestionario elaborado por las mismas autoras, con 21 ítems incluyendo las 4 dimensiones: valoración de la piel (6 preguntas), higiene (6 preguntas), alimentación (4 preguntas), y movilización (5 preguntas). Cada pregunta se puntuó con 1 si la respuesta era correcta y 0 si la respuesta era incorrecta, obteniendo una puntuación global de deficiente (0-10 puntos), regular (11-16 puntos) y bueno (17-21 puntos), se usó alternativas de la escala de Likert.
Práctica de los cuidadores: se usó una "Guía de observación de prácticas del cuidador sobre cuidados de la piel", elaborada por las mismas autoras, con 16 ítems. Las respuestas fueron: nunca (0), a veces (1) y siempre (2); cuya puntuación general fue de 0 a 11 inadecuada, de 12 a 21 regular y de 22 a 32 adecuada.
Para la validación de ambos se usó AIKEN12; la confiabilidad del cuestionario para medir el conocimiento del cuidador sobre cuidados de la piel en el adulto mayor se hizo mediante el coeficiente alfa de Cronbach (0,810)13 y para el instrumento que midió la práctica del cuidador sobre cuidados de la piel también se usó el coeficiente alfa de Cronbach (0,850). La prueba de kappa (0,725)14 determinó un grado de concordancia bueno.
Métodos de análisis de los datos
Para el análisis de los datos se utilizó el método deductivo, porque se inició de un supuesto general y va hacia algo específico; para la asociación de las variables se utilizó el estadístico de rho de Spearman, resultando altamente significativo (p < 0,01); una vez recolectados los datos se usó una base de datos en Excel para después proceder a elaborar las tablas de frecuencias absolutas y relativas.
Aspectos éticos
Se contó con la aprobación del Comité de Investigación y se emitió la Resolución N°0672-2023/FCS-USS; posterior a ello, se solicitó permiso al director del Hospital Nacional de EsSalud en el norte de Perú y se autorizó el ingreso de las investigadoras; identificados los participantes se procedió a hacer firmar el consentimiento informado y después aplicar los instrumentos a los cuidadores de las personas mayores usando el método del cara a cara y de manera anónima; la resolución del cuestionario duró aproximadamente 15 min. Se brindó al cuidador un ambiente cómodo, libre de ruidos y distractores, con la finalidad de que respondiera las preguntas sin presiones. Los criterios éticos fueron sobre la base del reporte15.
RESULTADOS
En el estudio participaron 108 cuidadores de personas mayores, de los cuales el 64,8% fueron mujeres, el 45,4% tienen estudios técnicos/superiores, el 47,2% son solteras/os, el 38% lleva de 8 a 11 meses siendo cuidadores, el 30,6% tiene una edad de entre 41 y 50 años (tabla 1).
Tabla 1. Caracterización de los cuidadores sobre cuidados de la piel de la persona mayor.
| Frecuencia | Porcentaje | ||
|---|---|---|---|
| Género | Masculino | 38 | 35,2 |
| Femenino | 70 | 64,8 | |
| Nivel educativo | Primaria | 10 | 9,3 |
| Secundaria | 46 | 42,6 | |
| Técnico/superior | 49 | 45,4 | |
| Ninguno | 3 | 2,8 | |
| Parentesco | Hijo(a) | 58 | 53,7 |
| Pareja | 10 | 9,3 | |
| Sobrino(a) | 9 | 8,3 | |
| Otro | 31 | 28,7 | |
| Estado civil | Soltera(o) | 51 | 47,2 |
| Casada(o) | 37 | 34,3 | |
| Viuda(o) | 4 | 3,7 | |
| Divorciada(o) | 7 | 6,5 | |
| Conviviente | 9 | 8,3 | |
| Tiempo | Menos de 6 meses | 41 | 38,0 |
| De 6 a 11 meses | 26 | 24,1 | |
| De 1 a 2 años | 20 | 18,5 | |
| Más de 2 años | 21 | 19,4 | |
| Edad | Menores de 21 años | 3 | 2,8 |
| De 21 a 30 años | 24 | 22,2 | |
| De 31 a 40 años | 32 | 29,6 | |
| De 41 a 50 años | 33 | 30,6 | |
| Más de 50 años | 16 | 14,8 | |
Respecto al nivel de conocimientos de los cuidadores de las personas mayores hospitalizadas en geriatría, el 64,8% tiene nivel de conocimiento regular, en el 20,4% los conocimientos son buenos (tabla 2).
Tabla 2. Nivel de conocimientos de los cuidadores sobre cuidados de la piel de la persona mayor.
| Frecuencia | Porcentaje | |
|---|---|---|
| Deficiente | 16 | 14,8 |
| Regular | 70 | 64,8 |
| Bueno | 22 | 20,4 |
| Total | 108 | 100,0 |
En cuanto al nivel de prácticas de los cuidadores, el 61,1% tiene prácticas regulares, y el 21,3% tiene prácticas inadecuadas (tabla 3).
Tabla 3. Prácticas de los cuidadores sobre cuidados de la piel de la persona mayor.
| Frecuencia | Porcentaje | |
|---|---|---|
| Inadecuado | 23 | 21,3 |
| Regular | 66 | 61,1 |
| Adecuado | 19 | 17,6 |
| Total | 108 | 100,0 |
Existe relación entre el nivel de conocimiento de los cuidadores sobre cuidados de la piel en el adulto mayor con el nivel educativo (χ2 = significativa; p < 0,05). No existe relación con el género y el estado civil (p > 0,05). Los resultados estadísticos se evidencian en la tabla 4.
Tabla 4. Relación entre el nivel de conocimiento de los cuidadores sobre cuidados de la piel de la persona mayor y los datos demográficos.
| Nivel de conocimiento | Prueba chi cuadrado (p) | |||||
|---|---|---|---|---|---|---|
| Deficiente | Regular | Bueno | ||||
| Género | Masculino | Recuento | 7 | 2 | 9 | |
| % del total | 6,5% | 20,4% | 8,3% | p = 0,532 | ||
| Femenino | Recuento | 9 | 48 | 13 | p > 0,05 | |
| % del total | 8,3% | 44,4% | 12,0% | |||
| Nivel educativo | Primaria | Recuento | 5 | 5 | 0 | |
| % del total | 4,6% | 4,6% | 0,0% | |||
| Secundaria | Recuento | 6 | 33 | 7 | ||
| % del total | 5,6% | 30,6% | 6,5% | p = 0,012 | ||
| Técnico/Superior | Recuento | 4 | 30 | 15 | p < 0,05 | |
| % del total | 3,7% | 27,8% | 13,9% | |||
| Ninguno | Recuento | 1 | 2 | 0 | ||
| % del total | 0,9% | 1,9% | 0,0% | |||
| Estado civil | Soltera(o) | Recuento | 5 | 33 | 13 | |
| %del total | 4,6% | 30,6% | 12,0% | |||
| Casada(o) | Recuento | 7 | 24 | 6 | ||
| % del total | 6,5% | 22,2% | 5,6% | |||
| Viuda(o) | Recuento | 2 | 1 | 1 | p = 0,485 | |
| % del total | 1,9% | 0,9% | 0,9% | p > 0,05 | ||
| Divorciada(o) | Recuento | 1 | 5 | 1 | ||
| % del total | 0,9% | 4,6% | 0,9% | |||
| Conviviente | Recuento | 1 | 7 | 1 | ||
| % del total | 0,9% | 6,5% | 0,9% | |||
Se observa que el valor de la prueba rho de Spearman es altamente significativo (p < 0,01); esto indica que existe relación entre el conocimiento y la práctica del cuidador sobre cuidados de la piel de la persona mayor del hospital nacional al norte de Perú. Esta relación es directa moderada (r = 0,489), es decir, muestra que los conocimientos altos se relacionan con las buenas prácticas en el cuidado de la piel de la persona mayor hospitalizada, a excepción de la dimensión prácticas de higiene con la dimensión valoración del conocimiento de la piel (p > 0,05) (tabla 5).
Tabla 5. Relación entre el conocimiento y práctica del cuidador sobre cuidados de la piel de la persona mayor.
| Conocimiento | Prácticas | |||
|---|---|---|---|---|
| Rho de Spearman | Conocimiento | Coeficiente de correlación | 1,000 | 0,489* |
| Significativa (bilateral) | - | 0,000 | ||
| N | 108 | 108 | ||
| Prácticas | Coeficiente de correlación | 0,489* | 1,000 | |
| Significativa (bilateral) | 0,000 | - | ||
| N | 108 | 108 | ||
*La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).
DISCUSIÓN
El estudio abordó la relación entre el conocimiento y la práctica del cuidador sobre cuidados de la piel de la persona mayor en un hospital nacional de EsSalud en el norte de Perú. Entre las características de los cuidadores que participaron en la investigación, es importante precisar que el hospital es de quinto nivel de complejidad y de tercer nivel de atención; en este nosocomio, las personas mayores requieren cuidados oportunos, que en su mayoría los realizan las cuidadoras mujeres con estudios técnicos, adultas jóvenes solteras, y con más de medio año siendo cuidadoras.
Resultados semejantes sobre la edad de los cuidadores de las personas mayores se encontró en otros estudios, en los que la mayoría también fueron mujeres y la edad promedio correspondió a adultas jóvenes16-20. Esta característica del cuidador es motivo de preocupación para el sistema de salud, porque su sobrecarga incrementa el riesgo de que las mujeres puedan desarrollar enfermedades crónicas y tener limitaciones para el cuidado21.
El predominio de mujeres cuidadoras, está asociado a la creencia de que es responsabilidad de la mujer el cuidado de la familia, situación presente a lo largo de la historia22. En Perú, según una investigación, el cuidado a las personas mayores principalmente lo realizan mujeres, pudiendo ser las esposas, hijas, nietas y hermanas23. El hecho de que la mayoría de los cuidadores fueron hijos de la persona mayor podría estar relacionado con el sentimiento de retribución a los cuidados que recibieron en la niñez, por ello cuidarlos en la vejez representa un deber moral y, tal vez, sin remuneración por las actividades que realizan.
En los resultados de esta investigación predominó el grado de instrucción técnico/superior distinto al de otro estudio22, en el que la mayoría fueron amas de casa. Sin embargo, en ambos estudios, el nivel de conocimiento de los cuidadores sobre los cuidados de la piel de la persona mayor fue regular; y en otros estudios se evidenció nivel de conocimiento insatisfactorio por parte del cuidador de la persona mayor sobre los cuidados de la piel23-27. Una posible razón para explicar el nivel de conocimiento insatisfactorio puede ser porque los cuidadores que participaron en ese estudio tuvieron educación básica, lo que limita tener conocimientos e información actualizada para participar en los cuidados.
En este sentido, los cuidadores merecen atención de enfermería, porque son responsables directos de garantizar la continuidad del cuidado de la piel de la persona mayor una vez que son dados de alta y van a su casa; pues con cuidados básicos pueden evitar graves consecuencias como infecciones generales que podrían terminar en la muerte28.
Es importante que enfermería priorice la educación en el cuidado de la piel del adulto mayor; siendo necesario que enfermeros de atención primaria regresen a la visita domiciliaria27,28.
Respecto al nivel de prácticas de los cuidadores de las personas mayores hospitalizadas, se evidenció que fueron regulares y la minoría tiene prácticas adecuadas. Esto podría ser porque vienen desarrollando el rol de cuidadores con menos de 6 meses y son hijos que laboran y combinan la responsabilidad de trabajar y cuidar a sus padres en el hospital. Esa recarga de roles les predispone a una inadecuada actitud hacia una práctica preventiva de los cuidados de la piel de la persona mayor29. Entonces se resalta la importancia de la enfermera como actor fundamental dentro del equipo de salud para promover el cuidado integral del cuidador e influenciar positivamente en el cuidado de la persona mayor hospitalizada y de su cuidador29. Por ello, es imperativo que las enfermeras desarrollen estrategias de intervención para favorecer la práctica diaria del cuidador, pues investigaciones referidas a intervenciones educativas han proporcionado evidencia donde los cuidadores hacen sentir la necesidad de conocer sobre prevención de enfermedades y promoción de la salud en esta etapa de la vida, para ponerlo en práctica y evitar las LPP28.
Los resultados obtenidos en este estudio revelan una relación significativa entre el nivel de conocimiento de los cuidadores sobre los cuidados de la piel en personas mayores y su nivel educativo. Este hallazgo sugiere que los cuidadores con mayor nivel educativo poseen un conocimiento más profundo y adecuado sobre las prácticas de cuidado de la piel, lo que podría estar relacionado con una mayor capacidad para acceder y comprender información relevante. En este sentido, otros estudios mostraron que existe significancia estadística entre los conocimientos y la ocupación, nivel de educación11,23,24.
El hallazgo más significativo de este estudio es la relación directa entre el nivel educativo de los cuidadores y su conocimiento sobre los cuidados de la piel de las personas mayores. Se observa que los cuidadores con un mayor nivel educativo exhiben un conocimiento más profundo y adecuado en este ámbito, lo que se traduce en prácticas más efectivas. Esta asociación sugiere que un mayor nivel educativo facilita el acceso y la comprensión de información crucial para la prevención y manejo de problemas de piel en personas mayores. Estos resultados subrayan la necesidad de implementar intervenciones educativas dirigidas a mejorar el nivel de conocimientos de los cuidadores, con el objetivo de optimizar la calidad del cuidado y reducir riesgos asociados a las complicaciones de la piel en personas mayores. La evidencia obtenida destaca la importancia de integrar la educación continua para cuidadores como una estrategia clave para elevar los estándares de atención y promover un cuidado integral y preventivo.
Entre las limitaciones hay que señalar que la investigación no ahondó en establecer la causalidad de estos resultados, sino que evidenció un problema originado a partir de los conocimientos y prácticas del cuidador de la persona mayor. Como fortaleza se plantea, como base para futuras investigaciones, cómo diseñar un programa para capacitar a los cuidadores de personas mayores hospitalizadas en una institución de alta complejidad; así como un programa para el tránsito del hospital al hogar con énfasis en cuidados básicos que eviten hospitalizaciones de riesgo por la edad de las personas.













