INTRODUCCIÓN
En múltiples estudios se ha hallado que la exposición inadecuada de noticias sobre suicidios en los medios de comunicación puede producir un efecto contagio o efecto Werther1,2,3,4,5. En estas noticias se han identificado diversas características que se relacionan con un mayor riesgo suicida6,7. A la inversa, se ha hallado el efecto protector o efecto Papageno7, que pueden tener los medios frente al suicidio7,8,9,10,11,12, ya sea por la no aparición de determinadas noticias, la reducción de la cantidad de noticias y/o la mejora en la calidad de la información. Así, se ha hallado un efecto beneficioso en las noticias que exponen cómo prevenir el suicidio, que incluyen historias de personas que en situación de desbordamiento emocional e ideación suicida buscaron ayuda, acudieron a recursos comunitarios, o expresaron alivio por haber sobrevivido a un acto suicida7) . Por lo tanto, la prevención del suicidio por parte de los medios de comunicación es posible7 y puede ser una contribución importante13.
Dado que los medios de comunicación pueden tener influencia en la conducta suicida de la población, y que esta puede ser tanto perjudicial como preventiva, el trabajo en la sensibilización de los medios de comunicación se manifiesta como una prioridad. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró una serie de recomendaciones dirigidas a los profesionales de los medios de comunicación, para el tratamiento de las noticias relacionadas con el suicidio14,15,16. Además, en una reunión de la OMS en 2004 sobre las “Estrategias de prevención del suicidio en Europa” una de las recomendaciones, basada en una revisión sistemática, fue que los medios de comunicación debían participar y seguir las directrices propuestas por la OMS17. Por su parte, la Guía de Práctica Clínica (GPC) de Prevención y Tratamiento de la Conducta Suicida, del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, recomienda “acciones, a nivel nacional o autonómico, encaminadas a promover la puesta en marcha de las directrices de la OMS y de otras similares que favorezcan un adecuado tratamiento del suicidio en los medios de comunicación”18.
RECOMENDACIONES DE LA OMS
La OMS ha publicado tres documentos dirigidos a los profesionales de los medios de comunicación. El primero, del año 2000, titulado “Prevención del suicidio. Un instrumento para profesionales de los medios de comunicación”14, se elaboró como parte del proyecto SUPRE, la iniciativa mundial de la OMS para la prevención del suicidio. En cuanto a su estructura, incluye: introducción, impacto de los medios de comunicación al informar sobre el suicidio, fuentes de información fiables, recomendaciones sobre cómo informar sobre el suicidio en general, recomendaciones sobre cómo informar sobre un suicidio específico, suministro de información sobre ayuda disponible, resumen sobre qué hacer y qué no hacer y referencias bibliográficas. Llamativamente, en la sección final de resumen de las recomendaciones, se obvian varias de las establecidas previamente.
El segundo documento, publicado en el 2008, y titulado “Preventing Suicide. A Resource for Media Professionals”15, es más completo, tanto en contenido global, como en las recomendaciones específicas y en sus explicaciones. Este documento fue una revisión del documento previo, si bien no existe referencia alguna en él a que tal revisión invalide las recomendaciones establecidas en el documento inicial. En cuanto a su estructura, incluye: guía rápida para los profesionales de los medios, introducción, hallazgos científicos del efecto contagio, cobertura informativa responsable, fuentes de información fiable, otros tipos de medios de comunicación, anexo y referencias bibliográficas. Al contrario que en documento inicial, no se hace una clasificación de categorías diferenciadas (qué hacer y qué no hacer) y en la síntesis de recomendaciones sí se incluyen todas las aludidas en el texto desarrollado. Sin embargo, no existe versión traducida al español y tiene una extensión considerable.
El tercer documento, publicado en 2017, lleva por título “Preventing suicide: a resource for media professionals - update 2017”16. No existe referencia alguna en él a que la actualización invalide las recomendaciones establecidas en los documentos precedentes. En cuanto a su estructura, incluye: guía rápida (en la que se retoma la diferenciación entre “qué hacer” y “qué no hacer”), introducción, hallazgos científicos del efecto contagio y del efecto protector, cobertura informativa responsable, y fuentes de información fiable. Además, incluye cuatro anexos: el primero contiene recomendaciones más específicas para los medios de comunicación digitales; el segundo, recomendaciones sobre cómo tratar las noticias sobre tiroteos masivos y terrorismo; el tercero, un resumen sobre la literatura disponible sobre el impacto de los medios sobre la conducta suicida; el cuarto, “mitos y hechos” sobre el suicidio. En este documento se señala que está dirigido a profesionales de los medios de comunicación escritos (impresos o digitales) y retransmitidos; y que si bien la mayoría de las recomendaciones son relevantes para todos los medios, algunas tienen relación directa solo con los medios escritos impresos o digitales. Sin embargo, tampoco existe versión traducida al español y tiene una extensión considerable.
Por lo tanto, se dispone en la actualidad de tres documentos cuyas recomendaciones contienen solapamientos, y de los cuales solo del primero existe una versión traducida al español. Esto supone que los profesionales de los medios de comunicación de habla hispana en general, y de España en particular, difícilmente pueden tener un acceso a las recomendaciones de la OMS de una forma clara y concisa, en un área de gran importancia para la población, como es la prevención del suicidio. Por ello resulta una prioridad disponer de un documento único en español que aúne las recomendaciones de los tres documentos de la OMS. Este fue el objetivo de este trabajo.
RECOMENDACIONES DE LA OMS: UN DOCUMENTO UNIFICADO
Para la creación del documento único se siguió un procedimiento estructurado en los siguientes pasos:
Evaluación de los tres documentos. La evaluación se realizó tanto en contenido como en estructura y particularidades. Sus características básicas y las diferencias entre ellos se han señalado previamente.
Traducción de los documentos “Preventing Suicide. A Resource for Media Professionals”15y “Preventing suicide: a resource for media professionals - update 2017”16
Agrupación de las recomendaciones de los documentos.
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Organización de las recomendaciones en dos grupos principales (“qué hacer” y “qué no hacer”) y otro anexo (“otras recomendaciones”).
Dado que cada una de las frases que componen las recomendaciones puede cambiar de categoría, de qué no hacer a qué hacer, o a la inversa, tras un cambio en su forma (de afirmativo a negativo, o a la inversa), resulta apropiado agrupar las recomendaciones de forma que todas sean homogéneas desde un punto de vista conceptual. Parece razonable establecer que las recomendaciones sobre lo que “no se debe hacer”, deben referirse a aquello que puede resultar perjudicial en caso de hacerse, mientras que aquellas sobre lo que “se debe hacer” deben referirse a aquello que puede resultar beneficioso. Este fue el criterio seguido a la hora de adscribir las recomendaciones a una u otra categoría. Se consideró conveniente mantener el uso de estas categorías para diferenciar aquellos aspectos que contribuyen al efecto contagio de aquellos que contribuyen al efecto protector. Solo cuando se ofrecía una recomendación ligada a la recomendación de evitar su contrario, se mantuvieron ambas en la misma categoría, para mayor claridad (por ejemplo: “Refiérase al suicidio como un hecho, no como un logro”).
La categoría “Otras recomendaciones” incluyó recomendaciones sin potencial perjudicial o beneficioso definido a priori (véase nº 1 en tabla 1); aquellas subjetivas, no evaluables a partir de una noticia, ni determinantes de que efectivamente se plasmen en las noticias con una mayor adecuación (véanse nos 2 y 3 en tabla 1); o de aspectos muy subjetivos de los redactores de noticias (véanse nos 5 y 6 en tabla 1).
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Desglose, fusión, eliminación, adición de información y modificación lingüística de recomendaciones.
El desglose se realizó en aquellas recomendaciones que, aún englobadas en una única frase, tenían entidad propia como para considerarse por separado. Por ejemplo, la recomendación englobada en Qué no hacer “No glorificar ni sensacionalizar el suicidio” se desglosó en dos: “No trate el suicidio de forma sensacionalista” y “No glorifique a la persona que se ha suicidado”. La fusión se realizó cuando las recomendaciones provenientes de los dos documentos tenían el mismo mensaje principal. Por ejemplo, las recomendaciones englobadas en Qué no hacer “Informar sobre detalles específicos del método utilizado” y “Evite la descripción explícita del método usado en el suicidio o intento de suicidio” se fusionaron en la recomendación única “Evite informar sobre detalles específicos o la descripción explícita del método usado en el suicidio o intento de suicidio”. La eliminación resultó excepcional, y se aplicó a una única recomendación: “Describir las consecuencias físicas de intentos de suicidio (daño cerebral, parálisis, etc.) puede actuar como elemento de disuasión”. Hubo varios motivos para su eliminación: a) podría considerarse sensacionalista, aspecto que se debe evitar, como se señala explícitamente en los documentos; b) esta recomendación figura solo en el documento inicial, pero desaparece en los dos documentos posteriores; c) se refiere exclusivamente a los intentos de suicidio, que son una minoría marcada en las noticias de esta naturaleza. La adición de información se realizó en dos de las recomendaciones, al estimarse que por sí solas resultaban ambiguas (“Sea prudente en el uso de fotografías o vídeos” y “Muestre la debida consideración por las personas que han perdido un ser querido”). Las modificaciones lingüísticas fueron necesarias en los siguientes casos: a) en cada uno de los procesos de desglose y fusión; b) para homogeneizarlas, con uso del imperativo en lugar del infinitivo, de forma acorde a las recomendaciones de la Real Academmia Española (RAE); c) para incluir en cada una de las recomendaciones de Qué no hacer la partícula de negación (evitando así la forma afirmativa, que puede dar lugar a confusión) o un verbo semántico acorde (por ejemplo: “Evite aportar información detallada sobre el lugar del suicidio o intento de suicidio”); d) por considerarse conveniente su adaptación para una mayor claridad. Las modificaciones lingüísticas por este último motivo ya se consideraron convenientes en la GPC de Prevención y Tratamiento de la Conducta Suicida18, donde se muestran algunas de las recomendaciones clave en el área de acciones preventivas. De hecho, la traducción al español del documento inicial de la OMS fue realizada por una profesional de nacionalidad colombiana, con lo cual puede haber diferencias significativas en el español utilizado respecto al de España.
Documento final de Recomendaciones, que se muestra en latabla 1.
CONSIDERACIONES FINALES
La mejora en las características de las noticias sobre suicidio en los medios de comunicación es una de las medidas generales para la prevención de la conducta suicida18. Sin embargo, hasta nuestro conocimiento, en España no se disponía aún de una traducción al español de las recomendaciones más recientes de la OMS15,16, ni de un texto sencillo que aunara las recomendaciones de estos documentos. La disponibilidad de las recomendaciones en un texto unificado y de forma sintética puede ser una ayuda considerable para los profesionales de los medios de comunicación, y por ende, para la prevención del suicidio. Este trabajo tiene la fortaleza de haber utilizado un procedimiento estructurado que ha aunado los criterios científicos y lingüísticos para su creación. Además, tanto la traducción de los documentos “Preventing Suicide. A Resource for Media Professionals”15 y “Preventing suicide: a resource for media professionals - update 2017”16), como todas las modificaciones lingüísticas del proceso de creación del texto final fueron realizadas por un psiquiatra y traductor e intérprete (FJAA), y conservan la semántica de cada una de las recomendaciones originales.
Por su parte, la disponibilidad de este documento puede resultar de utilidad para los profesionales sanitarios, ya que se puede utilizar con finalidad formativa, preventiva e investigadora. En cuanto a la formación y prevención, la GPC de Prevención y Tratamiento de la Conducta Suicida establece como recomendación la puesta en marcha de “acciones, a nivel nacional o autonómico, encaminadas a promover la puesta en marcha de las directrices de la OMS y de otras similares que favorezcan un adecuado tratamiento del suicidio en los medios de comunicación”18. En lo que respecta a la investigación, la relación de recomendaciones puede servir como instrumento para la evaluación de la calidad de las noticias sobre suicidio, ya sea en forma de lista de comprobación (checklist) o bien como una escala ad hoc con un sistema de puntuación asociado.