INTRODUCCIÓN
El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno del desarrollo neurológico que perdura a lo largo de la vida y lleva implícitas características motoras y psicológicas en el individuo que lo posee1,2. Enfatiza principalmente en déficits orientados a la comunicación, la interacción social y a su vez con patrones de comportamiento tanto restringidos como repetitivos3,4,5,6, y aunque las deficiencias motoras no forman parte de los criterios diagnósticos del TEA descritos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición (DSM5) si repercuten directamente sobre la realización de las actividades diarias, y pueden ser causa de deficiencias funcionales7.
La psicomotricidad, vista como una disciplina preventiva, educativa y terapéutica, concebida como un diálogo que actúa sobre la totalidad del ser humano a través de las sensaciones, los movimientos, el juego y su posterior representación, con tiene la finalidad de que el individuo establezca una relación positiva consigo mismo, con los objetos, con el espacio-tiempo y con las personas8,9. De esta manera la psicomotricidad da paso al dominio de los movimientos no solo desde lo motor, sino desde el aspecto cognitivo que involucra la planeación motora, la memoria, la atención, la independencia en las actividades diarias, la creatividad y con ello su estrecha relación y repercusión a nivel social a través de la motivación y la autonomía, para establecer relaciones interpersonales y, en general, con el entorno que rodea al individuo, sin dejar de lado el aspecto emocional que le permite desarrollar sentimientos de confianza y seguridad en sí mismo10,11. Estos conceptos que emergen directamente de la anatomía funcional de la lámina I del sistema espinotalamocortical, donde se demuestran hallazgos sobre la representación cortical de los sentimientos y las emociones, demostrando que todos los movimientos del cuerpo están estrechamente relacionados con las necesidades y motivaciones conductuales para mantener la homeostasis corporal12,13.
Las caracteristicas motoras en el TEA mayormente descritas por la literatura hacen referencia a la disminución o aumento de la actividad motora voluntaria, la hipotonia/hipertonia que puede causar malformaciones posturales, la marcha en puntillas y el retraso psicomotor global que incluye déficit en las habilidades motoras finas y gruesas, al mismo tiempo que pueden existir dificultades en la planeación del movimiento14,15,16. Estas deficiencias motoras pueden aparecer incluso antes de las manifestaciones centrales del autismo estableciendo una relación con la gravedad del TEA16,17,18. Desde el año 1996 Leary y Hill, mencionan que los síntomas motores pueden repercutir en las características centrales del autismo, y sugieren que una mirada amplia desde el movimiento puede direccionar hacia nuevos conocimientos, dando como resultado el desarrollo de herramientas útiles para el diagnóstico y la rehabilitación19.
La evaluación clínica es fundamental en el diagnóstico del TEA, y debe incluir la evaluación del desarrollo psicomotor de manera integral que permita identificar la interacción entre lo somático y lo afectivo, y a largo plazo, incidir positivamente en el desarrollo global del niño. Aunque las deficiencias psicomotoras en el TEA y sus posibles causas están documentadas en la literatura, se ha publicado poca información sobre la evaluación estandarizada válida y confiable de las habilidades psicomotoras en niños con TEA, además no existe una revisión de dichas herramientas en esta población. Lo que sí es claro es que los déficits psicomotores afectan el desarrollo de la función motora social e interfieren con la capacidad de adaptarse a la vida cotidiana y sin procesos de evaluación e intervención tempranos se verían restringidos sus potenciales de funcionamiento. Por lo tanto, se planteó como objetivo identificar las propiedades psicométricas de las herramientas de evaluación psicomotriz existentes en niños con TEA de 2 a 14 años.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se llevó a cabo una revisión exploratoria de acuerdo a lo propuesto por el Manual del Instituto Joanna Briggs20. El protocolo descrito por Arksey y O´Malley21 y siguiendo los criterios descritos por Prisma para Scoping reviews22, que permitió mostrar la información disponible considerando la pregunta:
- Población: Niños con TEA de 2 a 14 años. Concepto: herramientas de evaluación psicomotriz.
- Contexto: instrumentos validados.
Se realizaron búsquedas por dos investigadores de forma independiente en cinco bases de datos: PUBMED, SCIENCE DIRECT, LILACS, SCOPUS y PEDRO desde 1 de abril hasta 1 de junio de 2020. No se definió límite de fecha de publicación, se incluyeron idiomas tales como español, inglés, francés y portugués y estudios tipo validación que incluyeran población en mención. Se utilizaron tres grupos de términos de búsqueda: Términos de psicomotricidad: "Communication", "Psy-chomotor Performance", "Motor Skills", "Social Relationships", "Independent Living", "Activities of Daily Living", "Quality of Life", "Child Development", "Socialization"; términos del cuestionario: "Symptom Assessment", "Validation Study (publication type)", "Realia-bility"; terminos de autismo: "Autism Spectrum Disorder", "Autistic Disorder". Introducidos como términos MeSH y usando las diferentes combinaciones con los operadores booléanos "AND" y "OR". Adicionalmente se realizaron búsquedas manuales en las referencias de los estudios para identificar otros artículos que durante la búsqueda se hubieran pasado por alto.
Criterios de selección: Para la selección de los artículos se tuvieron en cuenta los siguientes criterios
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Criterios de inclusión:
Los artículos incluidos fueron estudios de tipo validación que investigaban propiedades psicométricas del instrumento estudiado: incluida la validez de contenido, de constructo o de criterio; test-retest, intra-evaluador, interevaluador o confiabilidad de consistencia interna y adaptación transcultural.
Población objetivo: niños de 2-14 años con diagnóstico de TEA a través del DSM-5, la Escala de Observación para el Diágnostico del Autismo-2 (ADOS-2) ó, la Entrevista para el Diagnóstico del Autismo Revisada (ADI-R).
El instrumento estudiado contiene una medida de resultado en el nivel motor, cognitivo, social/afectivo.
Artículos originales publicados en idioma español, inglés, portugués y francés.
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Criterios de exclusión:
Resúmenes y capítulos de libros.
Estudios cuyo objetivo fuera la detección o el diagnóstico del TEA.
Estudios enfocados en poblaciones objetivo distintas del TEA, como parálisis cerebral, TDAH u otros trastornos del desarrollo.
Estudios de intervención y aplicación de protocolos.
Estudios sin datos psicométricos de las herramientas estudiadas.
Dos autores revisaron los estudios identificados para determinar si cumplían con los criterios de inclusión y el tercero determinó casos en los que se presentaron discrepancias efectuando un consenso. La selección se realizó por formularios de manera independiente por cada uno de los investigadores a través de la remoción de duplicados, título, resumen y a texto completo. Posteriormente se extrajeron los datos de cada uno de los estudios en una plantilla de Excel que incluía aspectos como: nombre del estudio, autores y año, enlace directo a sitio web del artículo, descripción de la herramienta, características psicométricas de la herramienta utilizada (datos de validez, confiabilidad), población a la que se aplicó la herramienta y finalmente datos de validez y confiablidad respecto a los resultados del propio estudio.
La psicomotricidad permite el desarrollo de las facultades sensoriales, motrices, emocionales y cognitivas del ser humano10,11. Esta revisión incluyó aquellos artículos que tratan los niveles de desarrollo de la psicomotricidad: nivel motor que hace referencia al movimiento corporal, nivel cognitivo que involucra memoria, atención, concentración, creatividad, y el nivel social y afectivo.
Para la evaluación de la calidad metodológica se usó la herramienta MINORS23. Luego se compararon estas extracciones y todas las diferencias se resolvieron mediante discusión y consenso entre los autores para la inclusión del estudio y la presentación en resultados.
RESULTADOS
La revisión de la literatura científica permitió registrar 1.155 estudios. Se identificó una publicación adicional mediante búsquedas manuales tras la remoción de duplicados, revisión por título y resumen. Se excluyeron 1.068 referencias porque no eran estudios que validaran herramientas de evaluación psicomotriz en TEA. De los 87 estudios restantes, 64 se excluyeron después de la revisión de texto completo por no cumplir criterios de inclusión. Finalmente 24 estudios que contienen 21 herramientas que se incluyeron en la síntesis cualitativa como se presenta en la figura 1. La herramienta Perfil Psicoeducativo-3 (PEP3) fue revisada en 3 estudios24,25,26, la Escala de compeljidad de la comunicación (CCS) en 2 estudios27,28 al igual que el Cuestionario de comunicación social (SCQ)29,30. Las herramientas Addenbrooke's Cognitive Examination Revised (ACE-R) y Revised Autistic Behavior Summarized Evaluation Scale (BSCE-R) fueron revisadas en un mismo estudio31.
Las 21 herramientas identificadas se agruparon según los niveles de desarrollo psicomotor: afectivo/social (N=9), motor (N=8), cognitivo (N=4). De los 24 estudios incluidos siete fueron realizados en Estados Unidos27,28,32,33,34,35,36, tres en China y Taiwán25,37,38, dos Francia31,39 y Australia respectivamente40. Los siete restantes en Arabia30, Túnez41, Reino Unido42, Italia24, Jordania43, Bélgica44 y Colombia45.
Las herramientas fueron validadas en una población total (N=4.737) individuos. De los cuales 1.418 eran padres de niños con TEA y 3.319 eran niños con TEA. Doce estudios incluyeron solo niños con TEA, nueve estudios incluyeron niños con TEA y desarrollo típico, dos estudios niños con TEA y otros diagnósticos como retraso en el desarrollo psicomotor (RDP), discapacidad intelectual (DI), y parálisis cerebral (PC). La síntesis de los artículos se encuentran en la tabla 1.
Propiedades psicométricas: En cuanto a los criterios para establecer las características psicométricas de una escala se encontraron valores de aceptación para confiabilidad con el uso de Alfa de Cronbach estimados de 0,70-0,97 tanto en entornos individuales como grupales, demostrando una buena consistencia interna. Así mismo se halló una fiabilidad temporal de prueba test-retest mediante el coeficiente de correlación intraclase (ICC) entre 0,56-0,99 para población con TEA y demás trastornos del desarrollo, como para población típica. En cuanto a inter evaluador se encontró como medida estadística el coeficiente kappa de cohen en tres artículos con valores entre 0,40-0,83 para diferentes ítems. La validez de constructo en tres de los artículos, se estableció por medio del índice de ajuste comparativo (CFI), índice de Tucker-Lewis (TLI) y Raíz cuadrada del error medio cuadrático (RMSEA) indicando un ajuste adecuado a excelente a un modelo unidimensional para los dominios de actividades diarias y responsabilidad, dominio social/cognitivo, motivación social, afiliación social, comunicación social expresiva, reconocimiento social y enfoque inusual. La validez convergente y divergente fue fuerte según lo indexado por el patrón de correlaciones con los dominios relevantes de las herramientas de evaluación psicomotriz en población con TEA. Para la validez discriminante, las puntuaciones del SPSRC de niños con desarrollo típico y niños con TEA se compararon a través de un análisis de varianza multivariado. Todos los análisis estadísticos y el nivel de significancia se estableció en 0,0546. En cuanto a validez de contenido por juicio de expertos y adaptación transcultural se presentaron en cinco de los artículos.
Las propiedades psicométricas de las herramientas encontradas se resumen en la tabla 2.
Al evaluar cada artículo con la escala MINORS, se establecieron puntajes ideales globales inferiores tanto para los estudios comparativos (N=13) como para los no comparativos (N=11), las puntuaciones se encuentran en la tabla 3.
DISCUSIÓN
Las herramientas de evaluación psicomotriz en TEA identificadas en la revisión demuestran que la gran mayoría de las pruebas mencionadas son reconocidas como herramientas de diagnóstico y/o detección del TEA y para esta revisión fueron incluidas ya que han sido validadas para identificar cambios o hacer seguimiento a las conductas de los niños que ya tienen diagnóstico de TEA según el DSM-V, o de trastorno autista según el DSM-IV. Teniendo en cuenta que la CIE-11, a diferencia del DSM-5, no determina el cumplimiento de un determinado número de criterios para hacer el diagnóstico y por tanto deja espacio al criterio del profesional clínico.
La revisión permitió identificar el Test de Desarrollo de Motricidad Gruesa en su tercera versión (TGMD-3) y con soporte visual que fue validado por Allen K et al40 en 14 niños con TEA de 4 a 10 años y en 21 niños con desarrollo típico. Sus resultados demuestran excelentes niveles de consistencia interna, fiabilidad test-retest, inter e intra evaluador para el protocolo de soporte visual TGMD-3. Sin embargo, manifiestan que sus resultados de validez se deben llevar a cabo con muestras más grandes. Este test evalúa seis destrezas locomotoras y seis habilidades de control de objetos y puede ser aplicado a niños de 3 a 10 años. Previamente ha sido validado en niños típicos47,48,49, niños con síndrome de Down50, deficiencias visuales51, deficiencias auditivas52, y en niños con discapacidad intelectual53.
Las herramientas incluidas en este estudio en su mayoría evalúan solo un nivel de desarrollo de la psicomotricidad como la comunicación, participación social, comportamiento e integridad sensorial, mientras que las habilidades y las destrezas motoras son evaluadas en siete de los 24 estudios incluidos. De estas siete herramientas además del TGDM-3, el perfil psicoeducativo tercera versión (PEP-3) en su versión corta de 73 ítems23, incluye categorías de evaluación suficientes para dar cuenta de la psicomotricidad en el TEA ya que, no solo evalúa aspectos de la comunicación y el comportamiento sino que incluye habilidades motoras, lo que la hace que esta sea una herramienta útil para evaluar el nivel de desarrollo en todas las áreas psicomotoras del individuo, y sus resultados sirvan como guía para el diseño de programas de intervención.
Del mismo modo la prueba de signos neurológicos menores o blandos (SNM) incluye 5 dimensiones como la coordinación motora, integración motora, integración sensorial, movimiento involuntario y lateralidad, que aunque su aplicación en el TEA ha sido poco explorada sus resultados demuestran ser válida y confiable en esta población41.
De las 24 herramientas seleccionadas 13 cuentan con datos de validez y confiabilidad, mientras las 11 herramientas restantes reportan datos solo de confiabilidad como se muestra en la tabla 2. En general todas las herramientas demuestran calificaciones satisfactorias de validez o confiablidad, entendiéndose la validez divergente y convergente como subgrupos de la validez de constructo y, por tanto, si un instrumento tiene ambos tipos de validez se considera que posee una validez de constructo excelente. Además, se identificó que la escala de psicomotricidad vivenciada de Álvarez45 solo cuenta con juicio de expertos. Por lo que se sugiere la creación y validación de herramientas que involucren todos los niveles del desarrollo psicomotor en una sola prueba ya que, en la actualidad no hay evaluaciones integrales de acceso libre ni en idioma español para la aplicación en niños con TEA que faciliten procesos de evaluación, intervención y seguimiento. Esto dará paso a la adquisición de mejores competencias psicomotoras, fomentando el comportamiento en actividad física y en actividades de la vida diaria del niño y el adolescente con TEA que se verán reflejadas a lo largo del ciclo vital54.
Dado que estos estudios se han realizado en muestras pequeñas y según Carretero55 se deben incluir entre 5 y 10 participantes por ítem del instrumento o escala a validar. Se recomienda a los investigadores a replicar estudios con muestras más grandes o ajustadas al cálculo muestral requerido que puedan llegar a ser generalizadas y así los resultados puedan corroborarse y refinarse para determinar los beneficios de cada una de las herramientas psicomotoras en los niños con TEA.
Conclusiones: La investigación sobre psicomotricidad en niños con TEA es limitada debido a la escasez de instrumentos para evaluación psicomotriz en estos niños. En los últimos 10 años (2010-2020), solo se encontraron 24 artículos en cinco bases de datos (PUBMED, SCIENCE DIRECT, LILACS, SCOPUS y PEDRO) que investigan la psicomotricidad en niños con TEA. Aunque esta revisión detectó el uso de herramientas variadas que en su mayoría su principal objetivo es el diagnóstico del TEA, se incluyeron en este estudio porque exploran niveles del desarrollo de la psicomotricidad como: comunicación, relaciones sociales, habilidades motoras, calidad de vida, actividades de la vida, independencia y socialización. Solo el Test de Desarrollo Motor Grueso (TGMD-3) se identifica como prueba psicomotora y examina una combinación de habilidades locomotoras y de control de objetos demostrando confiabilidad en esta población.
Los datos de esta revisión sugieren la necesidad de ampliar los estudios sobre las herramientas psicomotoras en el trastorno del espectro autista, así como sobre la funcionalidad de las actividades para su aplicación en niños TEA.