INTRODUCCIÓN
El tabaquismo constituye actualmente un serio problema de salud pública en la población adolescente1,2, ocasionando más de cuatro millones de muertes evitables anualmente, por ello, según la Organización Panamericana de la Salud, será la primera causa de mortalidad a nivel mundial para el año 20303,4. Asimismo, también genera entre el 6-15% de los gastos sanitarios globales según el Banco Mundial, y en España este costo se estima en más de 7000 millones de euros cada año5.
Diversos estudios afirman que el consumo de tabaco se inicia en la etapa de la adolescencia, durante el periodo de educación secundaria6,7,8,9. Según el Ministerio de Salud peruano, este problema se inicia a los 13 años y está en constante aumento, pues casi tres de cada diez adolescentes fuman sin que sus padres conozcan este problema en sus hijos10.
Sin embargo, se han realizado pocas investigaciones en nuestro medio, que evalúen el consumo de tabaco en población adolescente y sus factores asociados3, como la Encuesta Mundial Juvenil de Tabaco (GYTS) o el realizado entre 2000-2003 en cuatro ciudades del Perú, demostrando un incremento del porcentaje de fumadores adolescentes11. Por otro lado, investigaciones afirman que existen factores personales, sociales y ambientales que influyen en el consumo de cigarrillo en el adolescentes12.
Es por ello que la finalidad del presente estudio fue conocer el hábito tabáquico en adolescentes escolares de un colegio rural nacional parroquial del norte de Perú, así los como factores socioeducativos asociados a este problema de salud nacional.
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño y población
Estudio observacional de tipo transversal analítico en estudiantes del nivel secundario del colegio nacional localizado en Sullana-Piura, Perú, durante los meses abril-julio del año 2015. Criterios de inclusión: escolares del primero a quinto año del nivel secundario que completaron adecuadamente las encuestas y cuyos padres aceptaron voluntariamente su participación en el estudio y se encontraban matriculados en el primer semestre académico de 2015. Se excluyó a los estudiantes que no asistían regularmente a clases.
Para el cálculo de tamaño muestral se realizó un estudio piloto, según la diferencia máxima entre las variables evaluadas (el 19 frente al 9%, según el lugar de residencia), calculado para un nivel de confianza del 95%, una potencia estadística del 95% y para la obtención de una única población.
Variables e instrumento
Se utilizó un cuestionario aplicado a los estudiantes del colegio mencionado. Estaba constituido por 21 preguntas divididas en tres secciones: datos generales, preguntas sobre consumo de tabaco y la última parte con preguntas para los que no fumaban en ese momento o nunca lo habían hecho. La variable principal fue el consumo de tabaco en escolares. Las variables socioeducativas fueron género, edad, año de estudios, lugar de procedencia, tipo de casa donde vivía (propia, pensión). Las otras covariables fueron: razón de fumar, edad de comienzo, cantidad de cigarrillos de consumo, conocimiento de los padres respecto al consumo de tabaco, entre otras. Otras preguntas del cuestionario (tercera sección) fueron si le molestaba el cigarro, si existía consumo de tabaco en padres y si el escolar ayudaría en el proceso de abandonar este problema a sus padres y/ o amigos.
Procedimientos
Se procedió a solicitar el permiso respectivo a la institución educativa y luego el permiso verbal a los padres de familia. Uno de los investigadores principales del estudio se encargó de aplicar dicho cuestionario a los estudiantes de nivel secundario y los demás investigadores se encargaron del procesamiento a partir de la elaboración de una base de datos en el programa Microsoft Excel 2010(r) (versión 2013 para Windows(r)).
Análisis estadístico
Se analizaron los datos con el paquete estadístico Stata 11.1(r) (StataCorp LP, College Station, TX, EE. UU.). Para la descripción de las variables categóricas se usaron frecuencias y porcentajes, para las variables cuantitativas se realizó el análisis de normalidad con el test Shapiro Wilk, según el resultado se usó la mejor medida de tendencia central y dispersión. Respecto a la estadística analítica, para obtener las razones de prevalencias crudas (RPc) y ajustadas (RPa) se usaron los modelos lineales generalizados (GLM), usando la familia binomial y la función de enlace log. Se consideraron los valores p < 0,05 como estadísticamente significativos y se trabajó con un 95% como nivel de confianza.
Ética en investigación
Se guardó la confidencialidad de las respuestas de los estudiantes mediante el uso de códigos. Se obtuvo el consentimiento verbal de las autoridades escolares (direcciones generales, académicas y docentes) y los padres de familia para la participación de los escolares en el estudio.
RESULTADOS
De los 155 escolares encuestados, el 52,9% (82) fueron varones, con una mediana de edad de 14 años (rango intercuartílico: 11-19 años), el 89,7% (139) procede de un lugar rural y el 97,4% (151) vive con su familia (Tabla 1).
El 9,7% (15) de los escolares ha fumado alguna vez. De este grupo, el 86,7% (13) ha fumado por curiosidad y el mismo porcentaje refiere que sus padres no conocen que fuman; además, el 6,7% (1) fuma actualmente y el 40% (6) manifiesta que comenzó a fumar a los 14 años. Los demás resultados descriptivos se muestran en la Tabla 2.
En tanto a los escolares no fumadores, resultó que el 95,7% (134) refiere molestarle el humo de cigarro y el 90,7% (127) afirma que ninguno de sus padres fuma. Finalmente, el 65% (91) sí intentaría ayudar a dejar el hábito de fumar a amigos y/o familiares. Los demás resultados descriptivos se muestran en la Tabla 3.
Al realizar el análisis bivariado, se encontró que estuvo relacionado, al haber fumado en algún momento, el sexo masculino (p = 0,014), la edad de los escolares (p < 0,001) y el año de estudios que cursaban (p = 0,001). Los otros valores se muestran en la Tabla 4.
Al someter a todas las variables al modelo multivariado se encontró que el ser hombre estuvo asociado con el haber fumado en algún momento (RPa: 16,6; intervalo de confianza del 95% [IC 95]: 1,9-148,4; p = 0,012), ajustado por la edad, el año de estudios, el que resida en una zona urbana y el que viva solo.
DISCUSIÓN
De acuerdo a los resultados de nuestro estudio, apenas el 10% de escolares ha fumado en algún momento, y solo uno de ellos afirma fumar actualmente; esto se contrapone a los hallazgos de informes realizados por Zavaleta, et al. en la encuesta Mundial Juvenil de Tabaco (GYTS), usada en estudios estadounidenses similares13,14, pues se encontró que casi el 60% de los jóvenes de Lima habían fumado alguna vez mientras que el 20% de ellos fuma actualmente11. Informes en otras realidades latinas muestran cifras del 23% en Colombia; el 13% en Brasil y el 40% en Chile9,15,16. En cambio, estudios realizados en España confirman una tendencia variante del 20-52% de los estudiantes adolescentes17,18.
Se encontró que ocho de cada diez escolares ha fumado en algún momento por tener curiosidad; esto se explica porque en el periodo de la adolescencia los jóvenes se ven influenciados por factores socioculturales y personales que los conducen a probar nuevas sustancias adictivas (como el cigarrillo), pues esta etapa se caracteriza por la experimentación de este tipo de sustancias psicoactivas3,16,19. Esto se suma a la posible presión del entorno cultural que influye en los escolares adolescentes del estudio, ya que la mayoría refiere fumar en compañía de amistades de su círculo social.
Si bien proceder de una zona rural no se asoció significativamente con el haber fumado en algún momento, existió un mayor porcentaje de escolares provenientes de zonas rurales y/o periferia. Estudios mexicanos desarrollados en zonas rurales coinciden con nuestros resultados, al presentarse cifras de tabaquismo incluso superiores (30%)20; existe otro estudio que reporta la tendencia al alza de las cifras de tabaquismo en jóvenes del sexo masculino21, tal como se ha evidenciado en el presente estudio del área rural del norte peruano.
La confianza que brindan los padres hacia sus hijos es importante para establecer medidas de educación sobre el consumo de tabaco en población escolar adolescente; sin embargo, en este estudio no se demuestra ello, ya que la mayoría de los padres desconocen que sus hijos han fumado alguna vez. Estos hallazgos concuerdan con lo registrado por Zavaleta, donde tres de cada diez padres desconocen este hábito en sus hijos11.
La edad de inicio fue de 14 años en la mayoría de los escolares. Esto es similar a lo encontrado en el informe de la encuesta juvenil realizada en cuatro ciudades peruanas, donde se afirma que la edad de inicio es de 13 años10. Estos resultados deben servir para tomar serias medidas de educación destinadas a la prevención de este grave problema de salud pública en los adolescentes de Perú, pues se está demostrando que las cifran siguen en aumento en este grupo de edad, enfatizando en el rol fundamental que juegan los padres y las amistades en los programas preventivos.
Respecto al género, el análisis multivariado demostró que ser hombre estuvo asociado con haber fumado en algún momento. Esto ha sido reportado en estudios similares7,19, pudiendo ser explicado por una mayor presión social. Manrique muestra que los principales influyentes en el consumo de los jóvenes son el tener una familia disfuncional, la presión e influencia de otros jóvenes de su entorno y otros conflictos7. Estos deben ser estudiados en poblaciones de nuestro medio, ya que el consumo es un tema multifactorial.
Una limitación del estudio fue no explorar otras situaciones como alcoholismo, violencia escolar, así como la relación entre el tabaquismo y el rendimiento escolar. Los resultados no pueden extrapolarse a los demás colegios de Perú por la probable variabilidad entre privados y nacionales, así como rurales y urbanos.
Por todo lo mencionado, se concluye que, a pesar que existe una baja frecuencia de tabaquismo en los escolares del estudio, la mayoría se inició por curiosidad y con el desconocimiento de sus padres. La mayoría inició el hábito a los 14 años y lo practica junto a las amistades. Los hombres tuvieron una mayor frecuencia de consumo.
Se recomienda diseñar mayores estrategias preventivas que abarquen y tengan como principal responsable a los padres de familia y los tutores de los centros estudiantiles, principalmente de escolares provenientes de colegios nacionales y zonas rurales como este estudio, pues pueden ser más vulnerables a estas adicciones por su entorno social.