INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
La formación en lactancia materna (LM) de los profesionales sanitarios se ha mostrado como una herramienta eficaz para mejorar las tasas de LM. No obstante, carecemos de datos que muestren su repercusión en las condiciones reales de nuestros centros de Atención Primaria (AP). El objetivo del presente estudio es conocer las tasas de LM de un centro de salud según el profesional asignado, tanto de Pediatría como de enfermería de Pediatría, y analizarlas según su grado de formación en lactancia natural.
MÉTODOS
Nuestro centro de salud, situado en área periurbana, inició en 2011 un proyecto de centro de salud con la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y a la Lactancia (IHAN) de la Organización Mundial de la Salud y Unicef. En el estudio inicial de prevalencia recogimos, junto a los datos de LM, los profesionales de Pediatría y enfermería que tenía asignados cada bebé. En 2011 el centro de salud contaba con cinco pediatras, tres con formación específica en LM según el programa IHAN y tres profesionales de enfermería pediátrica, los tres con formación específica. El tamaño muestral sobre una población de 976 menores de dos años fue de 139. Se evaluaron los menores de seis meses (39). Se compararon tasas de lactancia materna mantenida (LMM), definida como cualquier forma de LM, y tasas de lactancia materna exclusiva (LME) entre los distintos profesionales de cada estamento y, en el caso de los pediatras, entre profesionales con o sin formación específica en lactancia natural.
RESULTADOS
Las tasas de LM de los pediatras oscilaron entre el 50 y el 100% para LMM y el 25 y el 75% para LME. Comparando las cifras entre pediatras con y sin formación, las diferencias fueron notables en LMM (83,3% frente a 66,7%) y muy destacables en LME (66,7% frente a 28,6%). Los profesionales de enfermería mostraron tasas variables de LMM (61,5, 69,2 y 92,3%) y LME (23,8, 46,2 y 69,3%) respectivamente, que podían reflejar la asignación de su cupo a uno u otro pediatra.
CONCLUSIONES
Nuestros datos sugieren que la adecuada formación de los pediatras de AP de nuestro medio puede tener un notable impacto en las tasas de LM en menores de seis meses, particularmente en LME. La formación de los profesionales de enfermería no fue capaz en nuestro estudio de contrarrestar la deficiente formación de los pediatras.