Introducción
La lesión es un hecho inherente a la práctica deportiva, y como tal existen numerosos estudios epidemiológicos que muestran la gran prevalencia de lesiones en el deporte (Azuara, Flores y Alcolea, 2014; Hurtubise, Beech y Macpherson, 2015; Padegimas, Stepan, Stoker, Polites y Brophy, 2016; Pujals, Rubio, Márquez, Sánchez-Iglesias y Ruiz, 2016; Sheu, Chen y Hedegaard, 2016). Por otro lado, la mayoría de deportistas han sufrido alguna lesión durante su carrera deportiva suponiendo, a veces, lesiones graves que ocasionan un gran impacto en su salud y bienestar y en su desarrollo deportivo, además del elevado coste económico que estas suponen (Almeida, Olmedilla, Rubio y Palou, 2014; Udry y Andersen, 2008).
Las causas de las lesiones son múltiples y se encuentra agrupadas en intrínsecas y extrínsecas, por esto, la mayoría de autores proponen una perspectiva multidimensional en el análisis de los factores de predisposición, pero no de causación (Meeuwisse, Tyreman, Hagel y Emery, 2007). Dentro de las dimensiones probables de factores de riesgo asociados se encuentran los factores psicosociales. Éstos se han convertido en un área de gran interés en la investigación de las dos últimas décadas, llegando a ocupar un rol significativo tanto para explicar la ocurrencia de lesiones, como para comprender mejor el proceso de recuperación de las mismas (Almeida et al., 2014; Fernandes et al. 2014; Johnson e Ivarsson, 2011; Maddison y Prapavessis, 2005; Petrie, Deiters y Harmison, 2014).
En relación a esta cuestión, como se verá más adelante, el modelo de estrés y lesión de Andersen y Williams (1988) fue el que marcó gran parte de la investigación a lo largo de los años y que todavía hoy sigue siendo un referente en el área. Según estos autores, la respuesta de estrés ante las demandas competitivas y otras facetas de la vida del deportista es un factor clave en la patogénesis de la lesión. La respuesta de estrés del deportista produce un incremento de la tensión muscular, que, a su vez, puede perjudicar la coordinación motora y reducir la flexibilidad. Además, la respuesta de estrés también puede inducir déficits atencionales; en concreto, la reducción del campo visual, con pérdida de información periférica relevante, o la distracción. La respuesta al estrés de los deportistas puede ser moderada por tres factores principales: la personalidad, la historia de factores de estrés y los recursos de afrontamiento. Estas variables psicosociales pueden atenuar o agravar la capacidad de respuesta de estrés que afecta a la vulnerabilidad del deportista a la lesión (Petrie y Perna, 2004).
En relación a esto y continuando con las variables psicosociales, hay suficiente evidencia empírica que constata que los factores psicosociales pueden desempeñar un papel como antecedentes de la lesión deportiva (Johnson, 2007), pero también pueden verse afectadas como consecuente, tal y como indican Wiese-Bjornstal, Smith, Shaffer y Morrey (1998) en su modelo integrado de la respuesta psicológica a la lesión y al proceso de rehabilitación, y afectar directamente a las conductas de adherencia a los programas de rehabilitación. Se podría considerar una relación de estrés-lesión-estrés, o factor psicológico-lesión-factor psicológico, en la que el deportista entra en un bucle de difícil solución, en la línea de lo propuesto por Olmedilla y García-Mas (2009) en su modelo global psicológico de las lesiones deportivas, y lo encontrado en el estudio de Olmedilla, Ortega y Gómez (2014).
En relación al tema que nos compete, el apoyo social es una de las variables de los recursos de afrontamiento de los deportistas que atendiendo al modelo de Andersen y Williams (1988) modera la relación estrés-lesión (Yang, Peek-Asa, Lowe, Heiden y Foster, 2010; Yang et al., 2014). Algunos estudios proporcionaron resultados que sostenían que la familia fue la fuente más importante de apoyo social (Petrie et al., 2014; Covassin et al., 2014). Así, en el trabajo de Petrie et al. (2014) se encontró que el apoyo social familiar junto con el bajo nivel de resistencia mental y el estrés producido por eventos positivos de la vida diaria, se relacionaba significativamente con el aumento de lesiones; es decir, que los deportistas que tienen bajos niveles de resistencia mental y de apoyo social familiar se lesionan con mayor frecuencia cuando experimentan altos niveles de estrés positivo.
Sin embargo, dichos estudios científicos han mostrado resultados poco concluyentes al respecto. Si bien algunos indican que una mayor red de apoyo social del deportista, minimiza el riesgo que éste tiene de sufrir lesión deportiva (Hardy, Richman y Rosenfeld, 1991; Johnson e Ivarsson, 2011; Petrie et al., 2014), otros estudios no establecieron ninguna relación entre estos factores (Malinauskas, 2010; Rees, Mitchel, Evans y Hardy, 2010). Quizá, la inconsistencia de estos resultados probablemente sea debida a que el papel mediador del apoyo social es más complejo que el propuesto inicialmente en el modelo de Andersen y Williams (1988).
En conclusión, el estudio del apoyo social y su influencia en las lesiones deportivas sigue siendo un ámbito de importancia para la investigación en el cual no se obtienen resultados concluyentes, requiriéndose profundizar sobre la temática. El objetivo de este trabajo es determinar si existen diferencias en los niveles percibidos de apoyo social entre un grupo de futbolistas que han estado lesionados y un grupo de futbolistas que no han estado lesionados la temporada anterior.
Para ello, se partió de la hipótesis de que existirían diferencias en los niveles de apoyo social percibido de aquellos deportistas que habían sufrido una lesión la temporada anterior respecto a los que no la sufrieron, concretamente, aquellos jugadores de futbol y futbol sala que no habían sufrido una lesión durante la temporada anterior percibirían mayores niveles de apoyo social.
Método
Participantes
La muestra estuvo formada por 219 futbolistas españoles federados, con edades comprendidas entre 14 y 27 años (M = 22.5 ± 4.6, hombres; M = 16.5 ± 2.2, mujeres). Pertenecían a equipos federados de fútbol y fútbol sala de una provincia del sureste español (Región de Murcia). De ellos un 80.1 % practicaba fútbol (n = 175) y un 19.9 % (n = 44) practicaba fútbol sala. En lo referente a la categoría deportiva, un 9.1 % (n = 20) eran de primera categoría, un 30.1% (n = 66) eran de segunda categoría, un 41.1 % (n = 90) eran de categoría autonómica, un 6.8 % (n = 15) eran de categoría preferente y un 12.8 % (n = 28) eran de otras categorías inferiores. Del total de la muestra un 63 % (n = 138) de los jugadores no sufrieron ninguna lesión la temporada anterior y un 37 % (n = 81) sufrieron una o más lesiones. La media de días de entreno era de 2.63 (±.56) días, el tiempo medio de los entrenos era de 102.5 (±15.09) horas y el tiempo medio semanal empleado en los entrenos era de 267.65 (±68.16) horas.
Instrumentos de evaluación
Para evaluar la lesión deportiva se utilizó un instrumento ad hoc, cuyo protocolo está basado en el registro de lesiones y definición de lesión de Fuller, Ekstrand y Junge (2006) y de Junge et al. (2009), utilizado por el Comité Olímpico Internacional (COI) y por la Federation International of Football Association (FIFA), y en otros trabajos de investigación (García-Mas, Rubio, Fuster-Parra, Núñez y Pujals, 2014). En él se recogen el número de lesiones padecidas la temporada pasada y para cada una de ellas, la fecha en la que sucedió y el tiempo empleado en volver a practicar el deporte, el tipo de lesión (muscular, fractura/fisura, tendinitis, contusión, esguince y/u otras), la situación (entrenamiento, partido, otros), una descripción detallada de la lesión, la causa (uno mismo, adversario en partido, compañero, material/equipamiento, otros), la gravedad (leve, moderada, grave, muy grave) y la afectación a la práctica deportiva (numero de entrenamiento perdidos, numero de partidos perdidos).
Para evaluar el apoyo social se utilizó la Escala Multidimensional de Apoyo Social Percibido de Landeta y Calvete (2002), adaptación española de la Perceived Social Support Multidimmensional Scale de Zimet, Dahlem, Zimet y Farley (1988) cuya escala global obtuvo un alfa de Cronbach de .85. Este instrumento consta de 12 ítems en forma de afirmación con siete opciones de respuesta tipo Likert (1 = Totalmente en desacuerdo; 7 = Totalmente de acuerdo) que evalúa 3 sub-escalas (Familia, Amigos y Personas).
Procedimiento
Se realizó un tipo de muestreo incidental y se solicitó a la Federación de Fútbol la relación de clubes federados con equipos senior. Se contactó con los directores deportivos y/o los entrenadores de los clubes seleccionados para concertar una cita donde informar de la investigación a jugadores y entrenadores. Una vez obtenido el permiso y visto bueno para el estudio, se acordó un día para informar a los jugadores, explicándoles el objetivo de la investigación y las posibles dudas sobre la misma; se les informó del carácter voluntario de su participación y de la necesidad de firmar un consentimiento informado en caso de su participación. Para los menores de edad se les facilitó un consentimiento informado que deberían de firmar sus padres o tutores. Por último, se distribuyeron los cuestionarios informando del procedimiento a seguir para su cumplimentación. Se necesitaron aproximadamente 25 minutos. Todas las reuniones se llevaron a cabo, tras la finalización del entrenamiento, en los vestuarios (campo de fútbol, cancha fútbol sala) con todo el equipo, y la labor de explicación y desarrollo de la cumplimentación de los cuestionarios fue llevada a cabo por psicólogos expertos en deporte.
Diseño y análisis de datos
Se usó un diseño transversal, descriptivo-correlacional. Se utilizó el paquete estadístico SPSS 18.0. Para el análisis descriptivo de la muestra, se obtuvieron las medias, desviaciones típicas y frecuencias absolutas y relativas. Para la comparativa entre los grupos de lesionados y no lesionados la temporada anterior, se realizó una comparación de medias a través del estadistico t de Student para muestras independientes con p < .05, previa comprobación de igualdad de varianzas con la prueba de Levene.
Resultados
Los datos indican diferencias entre deportistas que sufrieron una lesión la temporada anterior y los que no la sufrieron, aunque no llegan a la significación estadística. En concreto, los que no sufrieron ninguna lesión la temporada anterior obtienen mayores puntuaciones en Apoyo social en las sub-escalas familia, amigos y otros frente a los que no sufrieron ninguna lesión la temporada pasada. Los resultados se presentan en la Tabla 1.
Con la t de Student para muestras independientes, tanto asumiendo como no varianzas iguales, no se observaron diferencias estadísticamente significativas en el grupo de lesionados y no lesionados en ninguna de las redes de apoyo social analizadas (asumidas varianzas iguales: amigos p = .708; familia p = .443; otros p = .143), tal y como se puede ver en la Tabla 2.
Discusión
El objetivo del estudio fue comprobar si la percepción de apoyo social, en cualquiera de sus ámbitos (familiar, amigos, otros) era diferente en futbolistas que habían sufrido una lesión y los que no la habían sufrido, y si estas diferencias eran estadísticamente significativas. Para ello, se partió de la hipótesis de que el grupo de futbolistas que habían sufrido una lesión la temporada anterior percibían un nivel de apoyo social menor que el de futbolistas que no habían sufrido una lesión.
Los resultados del estudio muestran que el grupo de los futbolistas que no sufrieron ninguna lesión la temporada anterior obtuvieron puntuaciones mayores en los tres ámbitos del apoyo social, si bien las diferencias con el grupo de futbolistas que si sufrieron una lesión no fueron estadísticamente significativas. En esta línea de resultados aparecen estudios en los que, efectivamente, los deportistas con mayor nivel de apoyo social tuvieron menor número de lesiones que aquellos con un menor nivel de apoyo social (Hardy et al., 1991; Olmedilla, García-Montalvo y Martínez-Sánchez, 2006; Yang et al., 2014).
De esta manera el apoyo social puede considerarse un factor a tener en cuenta tanto en la prevención como en la rehabilitación de lesiones (Bianco, 2001; Robbins y Rosenfeld, 2001). Parece, en definitiva, que la tendencia que muestran los resultados de este trabajo está en la línea de que la provisión de apoyo social puede ser importante en la prevención de lesiones deportivas, y dado que las diferencias encontradas no han sido significativas sigue manteniendo la controversia al respecto. En este sentido, el estudio de la relación entre el apoyo social y las lesiones deportivas sigue siendo un ámbito importante de investigación en el que es necesario profundizar algo más.
Quizá algunas limitaciones de la presente investigación impidan observar mayor contundencia estadística. La tendencia muestra que es posible que se necesite de un mayor número muestral, y de una mayor homogeneización, sobre todo respecto al género de los participantes y al deporte practicado. Tal y como indican Johnson, Tranaeus e Ivarsson (2014) si bien se han realizado progresos en la investigación de los antecedentes psicológicos para la prevención e intervención de las lesiones deportivas en los últimos 10-15 años, todavía quedan por desarrollar algunos aspectos metodológicos, de los que cabría destacar la incorporación de diseños experimentales, diseños de medidas repetidas y el uso de estadísticas que puedan probar interacciones complejas y diferencias intra-individuales.
Por último, indicar que este tipo de avances en la investigación permitirá identificar factores que predisponen a una mayor vulnerabilidad a la lesión y, por ende, identificar a deportistas con alto riesgo de lesión con el fin de diseñar programas de prevención e intervención de lesiones deportivas (Almeida et al., 2014; Johnson et al., 2014; Olmedilla, 2005; Olmedilla, Rubio, Ortega y García-Mas, 2017).