INTRODUCCIÓN
El climaterio es definido como una fase biológica y no patológica caracterizado por el establecimiento de un proceso fisiológico continuo y progresivo del hipoestrogenismo1. La influencia de los factores endógenos y exógenos en este período intensifica la alteración del perfil lipídico, que genera una predisposición al aumentoo de peso, cambios en la composición corpórea y consecuentemente, desencadena la obesidad2)(3.
El advenimiento de la obesidad trae un aumento del conjunto de riesgos para las otras patologías crónicas como diabetes, hipertensión arterial, depresión y neoplasias múltiples4. Sus características destacadas son el aumento de la adiposidad localizada en la región abdominal o generalizada5. A pesar de los estudios realizados para caracterizar los factores de riesgo de la obesidad en mujeres climatéricas, el impacto del riesgo de cada uno de estos factores todavía no se ha definido claramente en la literatura6) y genera controversias6)(7.
Considerando que la obesidad se destaca por ser simultáneamente una enfermedad y factor de riesgo para el desencadenamiento de otras comorbidades8, asociado a la escasez de datos sobre esa patología en las mujeres climatéricas acompañadas en la Atención Primaria de Salud9, el estudio pretendió identificar la asociación del Índice de Masa Corporal (IMC) con los factores sociodemográficos, hábitos de vida, hábitos alimentarios, medidas antropométricas y factores clínicos de las mujeres climatéricas acompañadas en las Estrategias de Salud en Montes Claros.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente trabajo comprende un estudio epidemiológico transversal analítico. La población del estudio fue de mujeres climatéricas de la cuidad de Montes Claros, Minas Gerais, compuesta por 30.018 mujeres climatéricas registradas en las 73 unidades de las Estrategias de Salud Familiar (ESF) en Montes Claros, Minas Gerais, en el año 2014.
La selección de la muestra ocurrió en dos etapas. Inicialmente, las estrategias fueron seleccionadas por conglomerados, totalizando 20 estrategias, que abarcó la zona rural y urbana. En secuencia, fue seleccionado aleatoriamente un número proporcional de mujeres obedeciendo al criterio de la estratificación de acuerdo con el período climatérico (pre, peri y postmenopausia)10, identificados por medio de las tarjetas disponibles en las unidades. Después de esa selección, las mujeres fueron invitadas por los agentes de salud familiar a presentarse en la unidad, en la fecha establecida por medio de una invitación. Para cada unidad, fueron seleccionadas 48 mujeres, totalizando 960 mujeres convidadas, de estas, 113 mujeres climatéricas se perdieron en el estudio, por no completar todas las evaluaciones. La muestra final correspondió a 874 mujeres climatéricas. Para incorporar la estructura del plan de muestreo complejo en el análisis estadístico de los datos, cada entrevistado se asoció a un peso w, que correspondió al inverso de su probabilidad de inclusión en la muestra (f)11.
Profesionales capacitados y calibrados realizaron la colecta de los datos. Los datos sociodemográficos, los hábitos de vida y los factores clínicos fueran recolectados por medio de cuestionarios. La presencia de diabetes mellitus e hipertensión arterial sistémica fueran autorreferidas por las entrevistadas. Datos antropométricos como la circunferencia abdominal, la relación cintura y cadera y el IMC fueran evaluados. La medición de la estatura ocurrió con el auxilio del antropómetro SECA 206 en una pared con noventa grados en relación al suelo y sin zócalos con la mujer en la debida posición para la evaluación de este dato; del peso (kg) utilizando una balanza portátil SECA OMEGA 870 digital y del IMC por el producto de la división del peso corporal por la altura al cuadrado (P/E2) ocurriendo la clasificación de las investigadas en eutróficas (18,5-24,9), sobrepeso (25,0-29,9) y obesidad (30,0- arriba)12.
La circunferencia abdominal (CA) y la relación cintura y cadera (RCC) se evaluaron usando una cinta métrica milimetrada inelástica en regiones y con técnica estandarizada. Valores ≥ 88 cm en la CA han sido clasificados como alterados de acuerdo con el NCEP/ATP-III13 y 0,80 en la RCC, de acuerdo con Molarius et al.14.
Seleccionaron las variables independientes considerando las siguientes dimensiones: datos sociodemográficos (edad, situación conyugal, color de la piel, escolaridad, salario mínimo, religión, escuela que frecuentó, actividad remunerada y carrera), hábitos de vida (nivel de actividad física, tabaquismo, etilismo y tratamiento para perder peso), hábitos alimenticios (sal en la comida, ingesta de frutas por semana, ingesta de gaseosas por semana, ingesta de grasa de la carne roja), factores clínicos (menopausia, autopercepción de la depresión, diabetes y presión arterial) y factores obstétricos y ginecológicos (partos normales, peso del primer hijo al nacer, hormonas de la mujer, tipo de menopausia).
Para el análisis estadístico, se utilizó el programa SPSS 20.0. En primer lugar, se han descrito las frecuencias simples y los porcentajes de las variables analizadas. El análisis bivariado se realizó por medio del teste qui-cuadrado. En todos los análisis estadísticos, se ha considerado la relevancia estadística p < 0,05.
El proyecto de investigación fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación de las Facultades Integradas Pitágoras de Montes Claros, con el parecer nº 817.666 (CAAE 36495714.0.0000.5109). Solo participaron del estudio las mujeres que, firmaron el Término de Consentimiento Libre y Esclarecido. Este estudio cumple con las normas reglamentarias de investigación que involucra a los seres humanos - Resolución n. 466/12 del Consejo Nacional de la Salud.
RESULTADOS
Fueron evaluadas 874 mujeres climatéricas con edad entre 40 y 65 años. Se observó que la mayoría de las mujeres estaban en grupo de edad entre 52 y 65 años (45,3%), casadas (69,8%) y de color de piel parda (64,8%). En cuanto a la escolaridad, la mayoría tenía una enseñanza fundamental completa (68,2%), recibían hasta un salario mínimo (63,8%), eran católicas (66,9%), frecuentaran a escuelas públicas (97,3%), no trabajaban (59,6%) y acerca de la profesión, la mayoría de las mujeres reportaron trabajar en servicios domésticos (42,1%) (Tabla 1).
La práctica de la actividad física de forma irregular fue reportada por (55,7 %), las mujeres refirieron no ser fumadoras (89,8%), no ingerir alcohol (21,2%) y no tener hecho tratamiento para la pérdida de peso (78,0%). En cuanto a los hábitos alimentarios, un elevado número de mujeres refirió nunca poner sal en la comida (78,8%), informaran ingerir frutas 3 a 6 veces por semana (70,6%), no ingerir gaseosas semanalmente (50,8%), y la mayoría afirmó retirar la grasa de la carne roja ingerida (80,5%). En cuanto a las medidas antropométricos, la CA de la mayoría de las mujeres se presentaron alterados (84,7%) y el IMC, hubo prevalencia de mujeres con sobrepeso (38,1%) y con obesidad (36,0%) (Tabla 2).
En relación al estado de la menopausia, fue posible observar que la mayoría de las mujeres estaban en la postmenopausia (43,9%), no diabéticas (84,9%), no hipertensas (51,0%) y tenían un bueno estado de salud (44,1%) (Tabla 3).
La Tabla 4 presenta la asociación de los niveles del IMC entre los factores sociodemográficos, donde hay una asociación significativa de la alteración del IMC con la variable escuela que estudió (p= 0,009). Se observó que, entre las mujeres que frecuentaran escuela privada presentaron los mayores índices de sobrepeso y obesidad.
*: Corregido por el efecto del diseño (deff); (x²): Test de Qui-cuadrado; p valor: Nivel de significancia p< 0,05.
La Tabla 5 presenta la asociación significativa de la alteración del IMC con las variables tabaquismo (p= 0,023) y tratamiento para pérdida de peso (p= 0,000). Se observó que entre las mujeres no fumadoras (74,7%) y que hicieron tratamiento para la pérdida de peso, (86,5%) presentaron los mayores índices de sobrepeso y obesidad.
*: Corregido por el efecto del diseño (deff); CA: Circunferencia abdominal; RCC: Relación cintura cadera; (x²): Test de Qui-cuadrado; p valor: Nivel de significancia p< 0,05.
Acerca de los factores antropométricos, ocurrieron asociaciones significativas (p= 0,000), con la alteración del IMC. Se observó que las mujeres que presentaron CA (83,0%) y RCC (80,5%) alterados, presentaron los mayores índices de sobrepeso y obesidad (Tabla 5).
También fueran verificadas asociaciones significativas con la presencia de diabetes (p=0,000), presión alta (p=0,000), autopercepción de mal estado de la salud (p=0,000), con la prevalencia del sobrepeso y obesidad (Tabla 5).
DISCUSIÓN
Debido a los cambios que sufre el organismo femenino durante ese periodo, la asociación entre la obesidad y el climaterio ha sido objeto de estudio de varios autores15),(16, siendo que el exceso de peso es un serio problema de salud, pues representa un importante factor de riesgo para la aparición de las enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial sistémica, problemas respiratorios, diabetes mellitus, dislipidemias y neoplasias, impactando significativamente en la mortalidad de los individuos afectados17),(18), y aumenta significativamente en las mujeres después de llegar a los 40 años de edad; alcanzando 65% de ellas entre 40 y 59 años y 73,8% en mujeres con más de 60 años de edad54.
Cuando se hace la asociación de los factores sociodemográficos con el IMC, considerando el tipo de escuela que se frecuentó, las mujeres que frecuentaron escuelas particulares presentaron una mayor predisposición para el desarrollo del sobrepeso y obesidad. Estudio hecho por Rosaneli et al19) afirmó que la escuela es un lugar adecuado para las actividades saludables, incluyendo alimentación adecuada y realización de actividades educativas y físicas, que constituyen factores decisivos para evitar la ocurrencia de las enfermedades, considerando la elevación de las enfermedades crónicas como la obesidad en estudiantes de escuelas particulares, por lo que más estudios enfocados en las variables socioeconómicas deben ser realizados para esclarecer esta asociación19.
Cuándo se habla del consumo de tabaco, las mujeres con sobrepeso y obesidad no eran fumadoras, información que va al encuentro con el estudio de Soares y Barreto20 que destacaron el tabaquismo como acción protectora para el sobrepeso y obesidad abdominal, visto que el tabaco compete con los sitios de recompensa cerebral de los alimentos, generando una reducción del apetito, además que la nicotina eleva los niveles de oxidación de los lípidos, contribuyendo a un estado catabólico más significativo y una menor ganancia ponderal.
En este estudio, los resultados presentaron asociaciones significativas entre las alteraciones del IMC y del tratamiento para pérdida de peso. Confirmando los datos de Leão et al21, que destacó en su trabajo el hecho de que gran parte de los individuos que procuran tratamiento para la pérdida de peso no lo hacen con la motivación necesaria, agregado a eso hay evidencias de que la pérdida de peso depende del cambio del estilo de vida permanente, siendo necesario un abordaje multiprofesional y continuo para obtener éxito22.
Las alteraciones de la circunferencia abdominal y la relación cintura y cadera fueron más evidentes en las mujeres climatéricas que presentaron los índices más elevados del IMC, sugiriendo que la obesidad central puede proceder de las variaciones hormonales derivadas del climaterio acarreando una obesidad androide, con la acumulación de grasa en el abdomen y diminución de la grasa en las caderas y muslos (grasa ginecoide)2.
La diabetes mellitus y la hipertensión arterial sistémica presentaron asociación con los índices más elevados del IMC en las mujeres del estudio. Hecho que va al encuentro de Al-Safi e Polotsky23, que subrayan que a lo largo de las últimas décadas, la prevalencia de la obesidad aumentó en proporciones epidémicas, en conjunto con diversas comorbilidades como la hipertensión y la diabetes mellitus tipo II, debido al aumento de la expectativa de vida, modificaciones en el estilo de vida y en los hábitos alimentarios20.
Se resalta que el IMC estuvo asociado a la autopercepción de salud, evidenciando que las mujeres con sobrepeso y obesas presentaron una percepción mala de su estado de salud, hecho ya demostrado en estudio previo realizado con mujeres brasileñas con más de 50 años24. Estos hallazgos también van al encuentro de los datos obtenidos por Lui Filho et al25 en su estudio sobre climaterio, que observó que los síntomas climatéricos, asociados a la obesidad, traen repercusiones negativas al estado de humor y a la auto percepción negativa de la salud individual.
Duarte et al26 destaca la importancia de un acompañamiento más asiduo del área de la salud de las mujeres climatéricas, buscando estimar la presencia de la obesidad y factores asociados, puesto que dicha información contribuye a la planificación de las acciones, programas y políticas de salud mirando la promoción, prevención y diagnóstico precoz de estos problemas, impactando en la reducción de la mortalidad en ese grupo de la población.
El presente estudio subraya por medio de una muestra probabilística, estratificada y representativa de la población climatérica acompañada en la atención primaria, factores asociados al exceso de peso. Sin embargo, presenta como principal limitación el diseño del estudio, de tipo transversal, con medición del desenlace y la exposición simultánea y no probando la temporalidad.
CONCLUSIÓN
La presente investigación identificó una alta prevalencia del sobrepeso y obesidad entre las mujeres climatéricas atendidas por la atención primaria, además de asociaciones entre el Índice de Masa Corporal con el tipo de escuela que ha frecuentado, tabaquismo, tratamiento para perder peso, medidas antropométricas, y los factores clínicos como diabetes, presión arterial y autopercepción del estado de salud. Tales hallazgos apuntan a la necesidad de que estrategias para el control da obesidad deben ser planificadas e implementadas, sobre todo entre las mujeres climatéricas.
La Estrategia de Salud Familiar debe ser más incisiva en la búsqueda de la prevención y la reducción del número de casos de obesidad entre las mujeres climatéricas, puesto que tal acción repercutirá positivamente en cambios del perfil de morbimortalidad de este grupo de la población.