PANTANO
Es un manto de aguas estancadas y poco profundas, en el cual crece una vegetación acuática a veces muy densa. Son áreas de inundación que dependen del clima, la hidrología, los suelos y la vegetación para su formación por acumulación de agua temporal o permanente en una depresión de terreno. El rasgo distintivo de los pantanos es la vegetación, con asociaciones de plantas hidrófilas, enraizadas o flotantes de diversos tipos, entre las que destacan los juncos, carrizos, lirios y nenúfares.
Adriana, de 51 años, tiene artritis reumatoide.
Cada consulta es como adentrarse en un pantano… Allí conviven distintas plantas sumergidas, algas…, y otras flotantes, como el lirio de agua, el junco, el arroz silvestre, la enea…, y árboles de mayor tamaño que hunden sus raíces en el fondo rico en depósitos orgánicos…
Adriana consulta por presentar un herpes simple oral-facial con lesiones muy intensas y gran extensión. Fue tratada con Aciclovir oral.
Aunque hay mejoría, aparece repetidamente el herpes simple oral-facial, incluso tras instaurarse tratamiento profiláctico…
Unos meses después consulta por depresión… Se comenzó con un antidepresivo… Está de baja, pero quiere seguir trabajando… Es limpiadora.
Ahora persiste la depresión, el herpes simple facial…, y refiere cefalea y vértigo…
Las tierras húmedas, como las ciénagas, marismas, pantanos y las orillas de ríos y lagos le resultan muy incómodas al médico. Tiene que hundirse en el barro, se moja y tiene frío. Además, le pican numerosos insectos…
Adriana presentó hace tres años dolores osteomusculares múltiples: en muñecas, rodilla, pies, en zona del hallux valgus, etc., así como hinchazón y dolor de la articulación interfalángica proximal del tercer dedo de la mano izquierda. Previamente se había quejado de cefalea vásculo-tensional, epicondilitis, rinoconjuntivitis estacional, tendinitis del hombro derecho, meno-metrorragias con anemia ferropénicas repetidas, hallux valgus bilateral, meniscopatía, condromalacia rotuliana, gonartrosis y artrosis cervical.
Una velocidad de sedimantación globular fue de 38 mm, y el factor reumatoide era de 2.690 (normal 0-20). Fue diagnosticada de artritis reumatoide de inicio con actividad clínica y comenzó un tratamiento con prednisona, metotrexate y leflunomida.
Un año después seguían los dolores, y se consideró que su artritis reumatoide era refractaria a metotrexate (y con intolerancia a dosis altas de este fármaco) y leflunomida. Se cambió el tratamiento a adalimumab, manteniéndose la prednisona.
— “En el pantano te hundes según caminas, pero no te puedes parar”, piensa el médico. “Hay yatrogenia por el tratamiento… ¡pero es preciso usar el tratamiento!”.
El suelo del pantano era de materiales de plantas y de rocas afectadas por el clima. El médico al caminar pisaba las raíces y aplastaba la vegetación…, y pisaba la arena que sentía áspera y suelta, el limo pegajoso y la arcilla suave.
— “¿Qué relación puede tener el tratamiento de esta paciente con la gran infección por herpes simple? ¿Qué efectos adversos puede producir el adalimumab, y los otros fármacos de Adriana…? ¿Cómo trato el herpes simple en esta paciente en situación de inmunosupresión? ¿Hay un mayor riesgo de ciertos tumores, como el mieloma múltiple o el linfoma no Hodgkin, en estos pacientes?”, se pregunta el médico mientras avanza paso a paso por el pantano.
— “Dicen que los que han ido al pantano nunca más han vuelto…”.
En el aire flotaba un olor amargo, pestilente…, de material orgánico en descomposición… Pero las orillas del pantano están cubiertas de verdes prados moteados de pequeñas florecillas blancas y, junto a estas, algo más alejadas del agua, encinas, alcornoques y, sobre todo, enormes jaras pringosas que inundaban con su aroma.