Señor Director:
En los últimos años se han publicado diversos estudios sobre fármacos biológicos con indicación en asma grave que han supuesto un antes y un después en el tratamiento de esta patología. La mayoría de ellos, tienen como variable principal la disminución de exacerbaciones1-3, así como la reducción de corticoesteroides orales basales4 o la función pulmonar5.
Para nuestros pacientes queremos fármacos que les permitan vivir más, y es por eso que medimos la disminución de exacerbaciones al instaurar un tratamiento de este tipo, pero además queremos que vivan con una mayor calidad de vida, y con el fin de valorar dicha mejora, usamos el cuestionario miniAQLQ6 en las visitas de estos pacientes a nuestra consulta monográfica de asma grave.
Hemos podido detectar que cambios manifiestos auto percibidos por nuestros pacientes en forma de gran mejoría de la patología desde el inicio de dichos tratamientos biológicos no se reflejan en el cuestionario miniAQLQ, y nos preguntamos cuál puede ser la causa de esta realidad.
Estos mismos pacientes responden también en cada una de sus visitas a la consulta de neumología, en muchos de los casos desde hace varios años, un cuestionario específico de adherencia llamado Test de Adhesión a los Inhaladores (TAI)7 en el cual todos ellos obtienen una puntuación que oscila entre 48 y 50 puntos sobre un máximo de 50 puntos. Sin embargo, si calculamos esta misma adherencia por un método diferente, menos susceptible de la subjetividad del propio paciente, como es el registro de dispensación de la receta electrónica, encontramos un resultado que en la mayoría de los casos es manifiestamente inferior al obtenido en el TAI. Encontramos pacientes que incluso abandonan toda terapia inhalatoria de mantenimiento usando únicamente el inhalador de rescate, o en el peor de los casos, el corticosteroide oral.
El TAI es un test validado que puede ser muy útil para valorar la adherencia farmacológica a medicamentos inhalados, pero cuando el paciente conoce las respuestas que el profesional sanitario espera escuchar, puede perder su utilidad. En muchos casos, la ventaja auto percibida por el paciente de no tener que realizar ciclos de corticoides orales todos los meses, acudir cada cierto tiempo a urgencias por necesitar aerosolterapia o corticoides de rescate, o incluso cursar ingresos hospitalarios debido al asma, es toda la mejoría que cree posible conseguir, sin embargo, el margen de beneficio puede ser mayor. Realmente estos pacientes pueden tener el pensamiento de que ya no necesitan terapia inhalatoria de mantenimiento puesto que el beneficio máximo al que pueden aspirar ya ha sido alcanzado.
Como farmacéuticos, tenemos la oportunidad desde las consultas de pacientes externos de innovar, de estimular a nuestros pacientes, de hacerles conscientes de la falta de adherencia mediante formación en la patología, y entonces, promover la adherencia a la terapia de mantenimiento explicándoles la utilidad del biológico como tratamiento añadido al resto de la terapia farmacológica para el asma.
La decisión de iniciar un tratamiento biológico en un paciente asmático es transcendental, y el farmacéutico debe formar parte del equipo multidisciplinar que estudie al paciente, sin embargo, una vez iniciado el tratamiento, nuestra labor no ha hecho nada más que empezar.