INTRODUCCIÓN
Este estudio versa sobre la donación y el cuidado; de cómo el donante cede su energía a través de su sangre en el acto de la donación sanguínea como acto del cuidado.
Para ello es necesario realizar un anclaje teórico en los conceptos de persona, cuidado y donación.
El constructo persona es un concepto que abarca el mundo de la teología, de la filosofía, del derecho y, como no, del cuidado. Es un concepto de los más difíciles en la historia del pensamiento. El origen de la palabra latina “persona” nos remite al vocablo griego “prósopon” (1) donde se usaba para referirse a la máscara que usaba un actor en el teatro. Muchos filósofos han estudiado este concepto.
El término persona se define en la Real Academia de la Lengua Española (RAE) como “individuo de la especie humana” (2). Desglosando esta definición, individuo es definido como “cada ser organizado, sea animal o vegetal, respecto de la especie a que pertenece en su segunda acepción y en la primera que no puede ser dividido”. Por especie, en su primera acepción como “conjunto de elementos semejantes entre sí por tener uno o varios caracteres comunes” y en la tercera, “imagen o idea de un objeto, que se representa en el alma”.
Para Platón residía en el mundo de las ideas contado a través del mito de Fedro (3). En el caso de Aristóteles, fue considerado como un compuesto hilemórfico, compuesto de alma y materia (4).
En la Edad Media el concepto persona estaba basada en la idea cristiana de la misma, es decir a imagen y semejanza de Dios (5). Posteriormente, y según la concepción de Marx el hombre debe velar por el bien común, todo para todos (4).
Es Nietzsche el que rompe con la idea de Dios, el que faculta de voluntad a la persona con la figura de su superhombre (4).
Otros filósofos como Heidegger afirman en palabras de Santamaría “El hombre es Da-Sein el lugar donde se patentiza el ser (“ser-ahí”)” (4).
En palabras de Domínguez en referencia a la obra de Heidegger afirma “El hombre es el único capaz de dar sentido en su vida en un proyecto auténtico que implica el cuidado de su ser” (6) y por tanto puede tener la capacidad de cuidar al otro.
Según Nieto “el cuidar de otro debería suponer apertura al ser”. De igual manera en su artículo afirma “la vida humana requiere de cuidado, que permitirá la apertura al ser del Da-sein, el cual dará significado a su existencia” (7).
Desde el punto de vista de las teóricas enfermeras, Dorothea Orem no define en su teoría el concepto persona. Intenta hacer una aproximación a la misma a través de los factores condicionantes básicos (FCB). Pero no es hasta estudios de Santamaría, Jimenez y Fernández donde se hace más patente el concepto de persona a través de la teoría de Orem. Según Fernández, “Mr. Scrooge presenta unas características propias de la persona que ha ido construyendo a lo largo del tiempo, y que condicionan las capacidades y necesidades de cuidado (en alguna teoría estas características son conocidas como Factores Condicionantes Básicos). Estas características se han ido moldeando con sus decisiones, y junto con los sucesos vitales que le han acontecido, han ido confeccionando la máscara de persona de Mr. Scrooge” (8).
Fue la teórica enfermera Martha Rogers la que define la persona como “un sistema abierto en proceso continuo con el sistema abierto que es su entorno”. De igual forma define el ser humano unitario “como un campo de energía irreductible, indivisible y pandimensional. El hombre es un todo unido que posee su integridad y características evidentes lo que le convierten en un todo distinto a la suma de las partes que lo componen” (9) (10).
Para Rogers, en palabras de Kérouak, “la persona es un campo de energía que no cesa de cambiar” (11). Este campo de energía se caracteriza por patrones que son diferentes en cada persona.
En cuanto al concepto cuidado la maestra Collière lo define como “un acto de mantener la vida asegurando la satisfacción de un conjunto de necesidades indispensables, pero que son diversas en su manifestación. Las diferentes posibilidades de responder a estas necesidades, crean e instauran hábitos de vida propios de cada grupo o persona” (12).
Collière entiende que cuidar “es primero y ante todo un acto de vida” (12).
Según palabras del Dr. Santamaría “El cuidado es la transferencia energética que nos hace vivir, es pues la vida misma… sus formas de expresión son diversas y nos permite participar de la energía que nos rodea a cada uno” (13). La axiomática del cuidado, sus verdades inalterables, afirma que “el cuidado es energía” (13). La energía definida por la R.A.E es “eficacia, poder y virtud para obrar” (2).
El cuidado puede ir dirigido a uno mismo, autocuidado, que es definido por Dorothea Orem como “las prácticas de las personas maduras, o que están madurando, inician y llevan a cabo en determinados períodos, por su propia parte y con el interés de mantener un funcionamiento vivo y sano, y continuar desarrollándose de requisitos para las regulaciones funcional y de desarrollo” (14). El autocuidado es una función reguladora del hombre que las personas deben llevar a cabo por sí mismas. Este se ha de aprender y desarrollar de forma deliberada y continua, o a otros, surgiendo los conceptos de cuidar-me y cuidar-te, términos propuestos por Jiménez y Santamaría (15).
Collière concede al cuidar las acepciones de “ser cuidado (recibir los cuidados de otra persona), cuidarse (ofrecerse cuidados a sí mismo) y cuidar (dar cuidados a otra persona). En cuanto al término cuidar-me, referencia “las acciones que hace una persona para proporcionarse cuidado y mantener la salud” y en cuanto al término cuidar-te, resalta las acciones realizadas para el cuidado del otro.
La donación está definida por la RAE como “Acción y efecto de donar” en su primera acepción y “Liberalidad de alguien que transmite gratuitamente algo que le pertenece en favor de otra persona que lo acepta”.
El concepto de donación de sangre no retribuida es el expresado por el Consejo de Europa: “La donación se considera voluntaria y no remunerada cuando la persona dona sangre, plasma o componentes celulares de forma altruista y no recibe compensación económica, ya sea en efectivo, o en otra forma que pudiera ser considerada sustitutivo del dinero, incluyendo un tiempo libre en el trabajo superior al razonable para el desplazamiento y la donación” (16). Esta está basada en los principios de voluntariedad, libertad, gratuidad, anonimato, responsabilidad y solidaridad (17).
Etimológicamente “sangre” proviene del latín “sanguis” que significa suave, ya que tiene esa textura al tocarla (18). Esta es un tejido conjuntivo líquido que cumple tres funciones generales: transporte, regulación y protección (19).
Los componentes sanguíneos más usados en la transfusión son los concentrados de hematíes, las plaquetas y el plasma fresco congelado.
Con lo anteriormente expuesto se plantean los siguientes objetivos:
METODOLOGÍA
La metodología realizada se estableció por objetivos.
En cuanto al primer objetivo: representar la caracterización energética de la sangre, primero se hizo una revisión bibliográfica en las bases de datos PubMed, Scopus y Web of Science con las palabras clave “sangre”, “energía” y “cuidado” y en inglés “care”, “blood” and “energy” limitando la búsqueda al abstract y al título.
Así mismo se realizó un análisis estructurado de textos con selección intencional de los mismos y posteriormente, con los hallazgos obtenidos, se realizó una técnica de lógica argumentativa.
Estas acciones se realizaron entre julio y septiembre del año 2016.
En cuanto a la metodología utilizada para conseguir el objetivo 2: formalizar el acto de la donación sanguínea como una acción de cuidado al otro, se empleó metodología de investigación deductiva a través de un mapeado de relación de conceptos obtenidos de la metodología expresada para el primer objetivo. Este mapeado se realizó de febrero a mayo del año 2017.
Se realizaron, con el uso de investigación deductiva, diagramas de relación de conceptos, basando los resultados obtenidos del objetivo 1 y se recurrió al uso de tablas de Karnaugh para correlacionar conceptos
RESULTADOS
El primer resultado obtenido de este estudio es que la sangre es energía S ≡ E. Donde “S” es “sangre” y “E” es “energía”.
Posteriormente se realizó un mapa de relación de conceptos para relacionar los conceptos: donación, cuidado, energía y necesidad. Obteniéndose como resultado que existe relación entre ellos la cual se representa en la Figura 1.
Por lo que, tras la valoración del mapa conceptual, se puede concluir que la donación es un acto del cuidado. Enlazando con el objetivo anterior, la sangre es energía:
La sangre es energía. S ≡ E. (Donde “S” es “sangre” y “E” es “energía”).
Y atendiendo al axioma propuesto por Santamaría y Jiménez, “El cuidado es energía” C ≡ E (Donde “C” es “cuidado” y “E” es “energía”), se afirma que la donación de sangre es un acto del cuidado, una transmisión de energía al otro. Dicho de otra manera, La sangre es energía, es cuidado que dono al otro.
Atendiendo a las premisas anteriores: S ≡ E ( C ≡ E → S ≡ C
Partiendo también de la explicado anteriormente, la sangre proviene del acto de la donación por lo que podemos concluir que el acto de la donación es un acto de cuidado.
D ≡ C (“D” es igual a “donación”)
En la figura 2 se establece un modelo gráfico que permite la visualización de la formulación previa.
Tras la obtención de estos se resultados se realizó una tabla de Karnaugh relacionando los Requisitos Universales de autocuidado de Dorothea Orem con las funciones que tiene la sangre (ver Tabla I).
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
La sangre acompaña a la persona de forma inherente a lo largo de toda su existencia, siendo motor principal, tomando como base el concepto de helicidad propuesto por M. Rogers, del funcionamiento humano (11) (9).
De igual modo, la sangre siempre ha sido concebida como un elemento mágico, fuente de vida y de muerte en múltiples culturas, referenciándose incluso en manuscritos bíblicos.
En este trabajo se ha reseñado la importancia de la sangre como fuente de energía, concebida así en documentos anteriores, pero nunca desde la visión de la transmisión de ésta desde la perspectiva del cuidado.
Se establece correlación entre las funciones de la sangre y los Requisitos Universales de Autocuidado, donde podemos observar la influencia en cada requisito de las funciones de la sangre en nuestro organismo, creando así un modelo de correlación entre la sangre y el cuidado como quedó demostrado al mostrar los resultados obtenidos del objetivo 1: Representar la caracterización energética de la sangre.
Una de las finalidades de la sangre es ser transfundida a las personas que por su proceso vital la necesitan. La donación, es decir, la cesión de “su” sangre de forma altruista conforma un elemento del cuidar-te (15).
Se ha demostrado que existe una correlación entre la sangre y el cuidado, cuestión propuesta en el segundo objetivo de este estudio: Formalizar el acto de la donación sanguínea como una acción de cuidado al otro.
Se evidencia la trasmisión energética que realiza cada donante de sangre en el acto de la donación sanguínea, por tanto, transmisión de cuidado, cuestión que, a día de hoy no se evidencia en la literatura.