Según un grupo de trabajo comisionado por la International Confederation of Dietetic Associations (ICDA), la Práctica Dietética Basada en la Evidencia (PBE) es realizar preguntas, encontrar sistemáticamente pruebas derivadas de la investigación y evaluar su validez, aplicabilidad e importancia para su uso en la práctica clínica, así como en otros entornos. Para tomar decisiones en dietética basadas en la evidencia, es necesario combinar la experiencia y juicio de los/as nutricionistas con los/as valores (que son únicos) de sus beneficiarios (los pacientes o consumidores de las recomendaciones)1.
Pero es que no hemos inventado nada, la práctica dietética basada en la evidencia es una adaptación de la Medicina Basada en la Evidencia2,3, teniendo en cuenta a las propias dificultades y necesidades de la toma de decisiones en dietética4. Hasta la fecha, se han diseñado algunas herramientas para la elaboración de las revisiones sistemáticas y guías basadas en la evidencia como el Grading of Recommendations, Assessment, Development, and Evaluation (GRADE)5 que está ganando adeptos en todo el mundo. De esta forma, para pasar de las investigaciones a las recomendaciones hay que realizar, entre muchas otras tareas, una búsqueda sistemática que incluya todos los estudios relevantes5 que respondan a una pregunta de importancia6, y por supuesto establecer el grado de certeza que podemos depositar en el conjunto de las investigaciones7,8; es decir, hacer una lectura crítica de dicha literatura. Y para ello, sin duda los/as nutricionistas deberán formarse en habilidades científicas como elaboración de preguntas, planteamiento de objetivos, revisión crítica de la literatura y en definitiva metodología de investigación.
Las revisiones sistemáticas bien elaboradas representan una parte importante del proceso de creación de guías o recomendaciones basadas en la evidencia, de ahí que algunos autores hayan sugerido que las revisiones sistemáticas son el corazón de la PBE9 puesto que facilitan la tarea que debe realizar el profesional de la nutrición humana y la dietética. Sin embargo, es necesario, adquirir habilidades que les ayuden a decidir sobre la calidad y pertinencia de las revisiones sistemáticas que se publican.
Además del uso tradicional de las revisiones sistemáticas como cimientos de la práctica basada en la evidencia, existen otras ideas de cómo usarlas para diferentes fines.
La Investigación Basada en la Evidencia es un concepto y movimiento nacido en Noruega pero rápidamente compartida por decenas de países y cientos de investigadores e instituciones, es el uso de las revisiones sistemáticas para informar de la necesidad o no de un nuevo estudio con el objetivo de evitar el malgasto en investigación10. A pesar de que nuestra lógica nos hace pensar que las nuevas publicaciones tienen en cuenta todas las investigaciones relevantes anteriores, una evaluación de 227 metaanálisis que incluyó 1.523 ensayos controlados de asignación aleatoria (ECA) muestra que hasta el 55% de los autores no citó ningún estudio relevante11,12. También la lógica nos impulsa a pensar que ya se están usando las revisiones sistemáticas para informar nuevos estudios; sin embargo algunas investigaciones muestran que, en un tema concreto de estudio, sólo el 20% de los ECA citó una revisión sistemática para justificar un nuevo estudio11,13, que sólo el 42% de los ECA usaron una revisión sistemática para diseñar nuevos estudios11,14 y que raramente se usan para poner los resultados de nueva investigación en el contexto de los resultados de todos los estudios relevantes11,15.
La implicación de la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética en realzar el papel de las revisiones sistemáticas ha ido en aumento desde 2014, tras la publicación del editorial titulado “Las revisiones sistemáticas en nutrición: un necesario paso hacia delante”16, escrito por el investigador de Cochrane Iberoamérica Gerard Urrútia, que anunciaba la traducción y publicación de los “Ítems de referencia para publicar Revisiones Sistemáticas y Metaanálisis: La Declaración PRISMA”17. En 2016 se publicó también, contando con la colaboración del departamento de traducción del Centro Cochrane Iberoamericano, los “Ítems de referencia para publicar Protocolos de Revisiones Sistemáticas y Metaanálisis: Declaración PRISMA-P 2015”18. Asimismo, desde 2018 la Investigación Basada en la Evidencia es también un objetivo compartido por la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética con la traducción oficial al español de la declaración oficial19.
Sin embargo, y a pesar del interés en las revisiones sistemáticas, en lo que va de historia de la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, se han publicado sólo 4 revisiones sistemáticas completas20-23, 4 traducciones de lecturas críticas DARE de revisiones sistemáticas24-27, y 4 abstracts en congresos28-31.
En este año 2019 se ha publicado una scoping review sobre la relación entre ácidos grasos omega-3/omega-6 y la enfermedad inflamatoria intestinal32, y una revisión sistemática sobre el impacto de la suplementación de embarazadas con ácidos docosahexaenoico y su efectos en los procesos cognitivos infantiles33, lo que significa, siendo muy conscientes de lo poco que representa en cifras absolutas, aumentar en un 50% la producción de revisiones robustas en un año.
El Comité Editorial de la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, sigue y seguirá fomentando la publicación de revisiones robustas, y rechazando aquellas revisiones narrativas o revisiones no sistemáticas que no versen sobre temas especialmente novedosos. Esperamos recibir, a partir de este año, muchas más revisiones sistemáticas que podemos evaluar su publicación.