Mensajes clave
1. En Chile, la Ley 20.606 sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad exige el uso obligatorio de sellos de advertencia “Alto en” en alimentos envasados que excedan los límites de calorías, grasas saturadas, azúcares y sodio.
2. Los estudiantes universitarios que usan frecuentemente el etiquetado nutricional reportan mayor adhesión a las recomendaciones propuestas por la dieta mediterránea.
3.Las universidades son entornos propicios para implementar estrategias orientadas a promover el uso del etiquetado nutricional y con ello aumentar la elección de alimentos saludables y disminuir la ingesta dietética de nutrientes identificados como críticos para la salud.
Introducción
Para la mayoría de los jóvenes la etapa universitaria coincide con la transición de la adolescencia a la adultez temprana, denominada adultez emergente1. Este periodo se caracteriza por el aumento de los comportamientos de riesgo para la salud, entre ellos hábitos alimentarios poco saludables, consumo frecuente de comida rápida, procesada, alta en nutrientes críticos y deficiente en nutrientes esenciales2. Debido a que las dietas de baja calidad pueden conducir al exceso de peso corporal (EPC), deficiencias de micronutrientes y a las enfermedades no transmisibles (ENT), es necesario promover directrices alimentarias saludables, especialmente en entornos alimentarios universitarios3.
La dieta mediterránea (DM) ha sido reconocida por países mediterráneos y no mediterráneos como un patrón dietético sostenible y saludable4. Se caracteriza por promover la ingesta elevada de frutas, verduras, frutos secos, legumbres, pescado, cereales integrales y aceite de oliva extra virgen y el consumo moderado de vino tinto, así como la baja ingesta de productos lácteos, carnes rojas y procesadas5. Estudios han demostrado que sus propiedades y componentes dietéticos actúan como antioxidantes o activadores de múltiples sistemas de defensa endógenos relacionados con el aumento de la protección contra la susceptibilidad al daño del ADN6, la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares7, diabetes tipo 28, síndrome metabólico9, ciertos tipos de cánceres10, riesgo de depresión11, de morbilidad y mortalidad12. Sin embargo, la adhesión de los estudiantes universitarios a estas recomendaciones nutricionales es baja. En Chile cerca del 85% reporta una adhesión media y baja13, en España este porcentaje es más del 70%14,15, aumentando a 81,3% en aquellos con EPC16.
El etiquetado nutricional se ha convertido en una estrategia para comunicar el perfil de nutrientes, promover elecciones alimentarias saludables y disminuir la ingesta dietética de nutrientes identificados como riesgosos para la salud de la población17,18. Permite al consumidor interpretar el valor nutricional del alimento envasado e influir sobre su decisión de compra, y con ello conducir a la industria alimentaria para que reformule sus productos y ofrezca alternativas más saludables19. En Chile, la Ley 20.606 sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad regula el etiquetado y comercialización de alimentos, y exige el uso obligatorio en el frente del paquete de sellos de advertencia “Alto en” en alimentos envasados que excedan los límites de calorías, grasas saturadas, azúcares y sodio respecto a los estándares de exigencias establecidos20. Después de su implementación, hay estudios que informan de un aumento en la reformulación de alimentos envasados, una disminución de la proporción de productos con sellos “Alto en”21,22 y una reducción significativa del consumo de bebidas azucaradas23.
Algunos estudios evidencian una asociación entre el uso del etiquetado nutricional y patrones alimentarios saludables en estudiantes universitarios24,25. No obstante, las investigaciones sobre el uso del etiquetado nutricional y la adhesión a la DM en este grupo siguen siendo limitadas. Solo se ha publicado un estudio14 con datos de universitarios españoles (n=1.026) reportando que aquellos que usaron frecuentemente el etiquetado nutricional tuvieron mayor adhesión a la DM, mayor consumo de pescado, frutas, verduras y menor ingesta de carnes rojas.
El objetivo de esta investigación fue analizar la asociación entre el uso del etiquetado nutricional, la adhesión a la DM y el estado nutricional determinado mediante la percepción de la imagen corporal en estudiantes universitarios chilenos. La hipótesis de este estudio propone que aquellos que usan frecuentemente el etiquetado nutricional implementado en Chile tendrán una mayor adhesión a la DM y una menor percepción de EPC (pEPC).
Metodología
Diseño y tipo de estudio
El presente es un estudio de tipo transversal y forma parte de una investigación mayor que evalúa la asociación entre el estado nutricional, adhesión a la DM y decisión de compra y consumo de alimentos envasados con sellos “Alto en” en estudiantes universitarios de pregrado, realizado entre marzo y diciembre de 2020.
Población y muestra
La población de estudio fueron universitarios de pregrado matriculados en la Universidad de Playa Ancha el año 2020. Se incluyeron a estudiantes con edades entre 18 y 29 años, que cursan carreras de pregrado en la Sede Valparaíso en jornada diurna. Se excluyeron a aquellos matriculados en carreras técnicas y a estudiantes extranjeros de intercambio. El tamaño muestral se calculó considerando una referencia de p=0,2113 definido a partir de la prevalencia de estudiantes universitarios que declaran siempre leer el etiquetado nutricional, una población de 4.942 estudiantes, un intervalo de confianza de 95% y un error de muestreo de 5%, obteniéndose un número mínimo necesario de 243. El muestreo fue no probabilístico, por conveniencia. La muestra final para el análisis estuvo conformada por 286 estudiantes, quienes respondieron un cuestionario online de Google Form enviado al correo electrónico institucional. El tiempo promedio de aplicación fue de 5,5 minutos y los datos obtenidos fueron anónimos.
Mediciones
Uso del etiquetado nutricional: Se consultó mediante 3 preguntas: 1) ¿Revisas la cantidad de sellos “Alto en” de los alimentos envasados antes de comprarlos?; 2) ¿Compras alimentos envasados con menos sellos “Alto en” para asegurar una elección saludable?; 3) ¿Lees el etiquetado nutricional de los alimentos envasados con sellos “Alto en” antes de comprarlos? Cada pregunta tuvo cinco opciones de respuesta (‘nunca’, ‘casi nunca’, ‘a veces’, ‘casi siempre’ y ‘siempre’). Las categorías de respuesta ‘casi siempre’ y ‘siempre’ se clasificaron como ‘uso frecuente’ y se categorizaron en: 0=Sí y 1=No. Estas preguntas fueron previamente validadas por juicio de expertos en Nutrición (n=10) quienes determinaron su validez de contenido. Además, se aplicó a un grupo piloto de estudiantes de pregrado (n=12) con el propósito de evaluar la comprensión y claridad de las preguntas. Para determinar la fiabilidad test-retest se invitó a participar a estudiantes de pregrado (n=20) a quienes se les administraron las preguntas utilizando el mismo método en dos momentos con una semana de diferencia, con estos datos se obtuvo un índice Kappa de Cohen de 0,729. La consistencia interna se determinó con el coeficiente Alfa de Cronbach, obteniendo un valor de 0,751.
Dieta mediterránea: Se utilizó el Test KIDMED26, compuesto por 16 ítems, con respuesta dicotómica (sí/no). A las respuestas afirmativas en los ítems con connotaciones positivas (12 ítems: consumo de frutas, verduras, pescado, legumbres, pasta o arroz, cereales, frutos secos, aceite de oliva y lácteos) se les asignó el valor +1 y a las afirmativas en aquellos con connotaciones negativas (4 ítems: consumo de comida rápida, saltarse el desayuno, repostería, galletas, dulces y golosinas) se les asignó -1, mientras que para las respuestas negativas el valor fue 0. El puntaje final se obtuvo mediante la suma de los valores obtenidos en los 16 ítems. Una puntuación de 8 a 12 indica una adhesión alta, de 4 a 7 una adhesión media, y de 0 a 3 una adhesión baja. Este test ha sido utilizado anteriormente en la población de estudiantes universitarios chilenos13.
Percepción de la imagen corporal: Se utilizaron los modelos anatómicos propuestos por Montero, Morales y Carbajal (2004)27, representados por 7 siluetas modelos para ambos sexos, equivalentes al índice de masa corporal (IMC): modelo 1: 18 kg/m2; modelo 2: 22 kg/m2; modelo 3: 25 kg/m2; modelo 4: 27 kg/m2; modelo 5: 30 kg/m2; modelo 6: 35 kg/m2; y modelo 7: 40 kg/m2. Cada participante eligió el modelo con el que mejor se identificó. La clasificación fue: percepción eutrófica = modelo 1,2,3; percepción de sobrepeso = modelo 4; y percepción de obesidad = modelo 5,6,7. Se consideró pEPC a las imágenes 4,5,6,7 y se codificó en: Sí=1; No=0.
Variables sociodemográficas: Sexo (hombre, mujer), edad (años), región de origen, Facultad (Ciencias de la Salud, Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias de la Educación, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Ciencias Naturales y Exactas, Arte e Ingeniería), trabaja (Sí, No).
Análisis estadístico
Se comprobó la normalidad de los datos mediante el test de Shapiro-Wilk y la homocedasticidad con el test de Levene. Se realizó análisis descriptivo de las variables para caracterizar la muestra. Para las variables continuas se utilizó la prueba T-Student para muestras independientes y el test Mann Whitney en el caso de no cumplirse los supuestos de normalidad y homocedasticidad. Para la comparación de variables categóricas se utilizó la prueba χ2 y el test exacto de Fisher. Para investigar la asociación entre el uso de etiquetado nutricional, la adhesión a la DM y la percepción de la imagen corporal se realizó un análisis de regresión logística simple y múltiple, se calculó la razón de probabilidad (OR) con su respectivo intervalo de confianza (IC) del 95%. Se evaluó la existencia de variables de confusión y modificadoras del efecto. El Modelo 0 (Regresión logística simple) corresponde al no ajustado y el Modelo 1 (Regresión logística múltiple) se ajustó por edad, sexo y cursar carrera en la Facultad de Ciencias de la Salud. Para evaluar la bondad del ajuste de los modelos se utilizó la prueba de Hosmer y Lemeshow. La significancia se estableció en p<0,05. El software utilizado fue STATA v. 12.0.
Resultados
De los 286 participantes, 198 eran mujeres (69,2%) y 88 hombres (30,8%), la mayoría proveniente de la Región de Valparaíso (77,6%) y cerca del 50% trabajaba. La edad media (desviación estándar - DE) en años fue de 23,57 (2,94), rango 18-29. El mayor porcentaje de representación corresponde a la Facultad de Ciencias de la Salud (47,2%), seguido de Humanidades (15,7%) y de Ciencias Sociales (10,1%). El 48,6% se percibe eutrófico, el 22,7% sobrepeso y el 28,7% con obesidad, siendo significativamente mayor la prevalencia de pEPC en hombres (p=0,001). Alrededor de la mitad revisa frecuentemente la cantidad de sellos “Alto en” antes de comprar alimentos envasados (54,6%), compra frecuentemente alimentos envasados con menos sellos “Alto en” (50,4%) y lee frecuentemente el etiquetado nutricional (50,7%), sin diferencias según sexo (Tabla 1).
Variables | Total n=286 | Hombres n=88 | Mujeres n=198 | p |
---|---|---|---|---|
Edad (Md DS) | 23,57 (2,94) | 22,35 (3,01) | 23,22 (2,85) | 0,019* |
Grupo de edades (n %) | ||||
18 - 24 años | 184 (64,3) | 46 (52,3) | 138 (69,7) | 0,005** |
25 - 29 años | 102 (35,7) | 42 (47,7) | 60 (30,3) | |
Región de Valparaíso (n %) | 222 (77,6) | 67 (76,1) | 155 (78,3) | 0,680 |
Trabaja (n %) | 129 (45,1) | 44 (50,0) | 85 (42,9) | 0,266 |
Facultad (n %) | ||||
Ciencias de la Salud | 135 (47,2) | 30 (34,1) | 105 (53,0) | 0,003** |
Humanidades | 45 (15,7) | 15 (17,1) | 30 (15,2) | |
Ciencias Sociales | 29 (10,1) | 13 (14,8) | 16 (8,1) | |
Ciencias de la Educación | 22 (7,7) | 4 (4,6) | 18 (9,1) | |
Ciencias de la Actividad Física y del Deporte | 7 (2,4) | 3 (3,4) | 4 (2,6) | |
Ciencias Naturales y Exactas | 24 (8,4) | 9 (10,2) | 15 (7,6) | |
Arte | 10 (3,5) | 4 (4,5) | 6 (3,0) | |
Ingeniería | 14 (4,9) | 10 (11,4) | 4 (2,0) | |
Percepción de la imagen corporal (n %) | ||||
Eutrófico | 139 (48,6) | 29 (33,0) | 110 (55,6) | 0,001** |
Sobrepeso | 65 (22,7) | 29 (33,0) | 36 (18,2) | |
Obesidad | 82 (28,7) | 30 (34,1) | 52 (26,3) | |
Uso de etiquetado nutricional (n %) | ||||
Revisa frecuentemente la cantidad de sellos “Alto en” antes de comprar alimentos envasados | 156 (54,6) | 44 (50,0) | 112 (56,6) | 0,303 |
Compra frecuentemente alimentos envasados con menos sellos “Alto en” | 144 (50,4) | 42 (47,7) | 102 (51,5) | 0,554 |
Lee frecuentemente el etiquetado nutricional de los alimentos envasados antes de comprar | 145 (50,7) | 45 (51,1) | 100 (50,5) | 0,921 |
*p<0,05, **p<0,01.
Solo el 26,2% tuvo una adhesión alta a la DM, mientras que el 55,2% tuvo una adhesión baja y el 18,5% una adhesión media, sin diferencias según sexo. Una mayor proporción de mujeres que de hombres consume verduras frescas o cocinadas una vez al día (p=0,012), y una menor proporción consume yogures y/o queso (40 g) diariamente (p=0,006). Aquellos con percepción de obesidad tuvieron una menor adhesión al consumo de una fruta o zumo de fruta todos los días (p=0,023). Los participantes entre 18-24 años y los de 24-29 años no difirieron significativamente en el porcentaje de adhesión a los ítems del Test KIDMED (Tabla 2).
Test KIDMED | Totaln(%) | Sexo | p | Grupo de edad | p | Percepción de OBa | p | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Hombres n(%) | Mujeres n(%) | 18-24n(%) | 25-30n(%) | Non(%) | Sín(%) | |||||||
Clasificación de la adhesión a la dieta mediterránea | ||||||||||||
Adhesión alta | 75 (26,2) | 25 (28,4) | 50 (25,3) | 0,788 | 46 (25,0) | 29 (28,4) | 0,392 | 40 (28,8) | 35 (23,8) | 0,298 | ||
Adhesión media | 53 (18,5) | 17 (19,3) | 36 (18,2) | 31 (16,8) | 22 (21,6) | 21 (15,1) | 32 (21,8) | |||||
Adhesión baja | 158 (55,2) | 46 (52,3) | 112 (56,6) | 107 (58,2) | 51 (50,0) | 78 (56,1) | 80 (54,4) | |||||
P1. Toma una fruta o zumo de fruta todos los días | 151 (52,8) | 40 (45,5) | 111 (56,1) | 0,097 | 98 (53,3) | 53 (52,0) | 0,833 | 83 (59,7) | 68 (46,3) | 0,023* | ||
P2. Toma una segunda fruta todos los días | 82 (28,7) | 24 (27,3) | 58 (29,3) | 0,727 | 51 (27,7) | 31 (30,4) | 0,632 | 44 (31,7) | 38 (25,9) | 0,278 | ||
P3. Toma verduras frescas o cocinadas una vez al día | 271 (94,8) | 79 (89,8) | 192 (97,0) | 0,012* | 177 (96,2) | 94 (92,2) | 0,142 | 132 (94,9) | 139 (94,6) | 0,878 | ||
P4. Toma verduras frescas o cocinadas más de una vez al día | 179 (62,6) | 53 (60,2) | 126 (63,6) | 0,582 | 117 (63,6) | 62 (60,8) | 0,639 | 92 (66,2) | 87 (59,2) | 0,221 | ||
P5. Toma pescados por lo menos 2 o 3 veces por semana | 72 (25,2) | 18 (20,5) | 54 (27,3) | 0,220 | 48 (26,1) | 24 (23,5) | 0,633 | 42 (30,2) | 30 (20,4) | 0,056 | ||
P6. Acude una vez o más a la semana a un restaurante de comida rápida | 56 (19,6) | 12 (13,6) | 44 (22,2) | 0,091 | 36 (19,6) | 20 (19,6) | 0,993 | 112 (80,6) | 118 (80,3) | 0,948 | ||
P7. Toma legumbres más de una vez a la semana | 221 (77,3) | 67 (76,1) | 154 (77,8) | 0,760 | 147 (80,0) | 74 (72,6) | 0,156 | 108 (77,7) | 113 (76,9) | 0,868 | ||
P8. Toma pastas o arroz casi a diario (5 o más veces por semana) | 143 (50) | 45 (51,1) | 98 (49,5) | 0,798 | 94 (51,1) | 49 (48,0) | 0,621 | 69 (49,6) | 74 (50,3) | 0,906 | ||
P9. Desayuna un cereal o derivado | 224 (78,3) | 65 (73,9) | 159 (80,3) | 0,223 | 147 (79,9) | 77 (75,5) | 0,387 | 113 (81,3) | 111 (78,3) | 0,235 | ||
P10. Toma frutos secos por lo menos 2 o 3 veces a la semana | 116 (40,6) | 35 (39,8) | 81 (40,9) | 0,857 | 72 (39,1) | 44 (43,1) | 0,509 | 55 (39,6) | 61 (41,5) | 0,740 | ||
P11. En su casa utilizan aceite de oliva para cocinar | 186 (65,0) | 59 (67,1) | 127 (64,1) | 0,635 | 120 (65,2) | 66 (64,7) | 0,931 | 89 (64,0) | 97 (65,9) | 0,729 | ||
P12. No desayuna todos los días | 87 (30,4) | 32 (36,4) | 55 (27,8) | 0,145 | 59 (32,1) | 28 (27,5) | 0,417 | 98 (70,5) | 101 (68,7) | 0,741 | ||
P13. Desayuna un lácteo (leche, yogur, etc.) | 167 (58,4) | 55 (62,5) | 112 (56,6) | 0,347 | 108 (58,7) | 59 (57,8) | 0,889 | 83 (59,7) | 84 (57,1) | 0,660 | ||
P14. Desayuna bollerías industriales, galletas o pastelitos | 39 (13,6) | 12 (13,6) | 27 (13,6) | 1,000 | 24 (13,0) | 15 (14,7) | 0,695 | 117 (84,2) | 130 (88,4) | 0,294 | ||
P15. Toma 2 yogures y/o queso (40 g) todos los días | 97 (33,9) | 40 (45,5) | 57 (28,8) | 0,006** | 58 (31,5) | 39 (38,2) | 0,251 | 44 (31,7) | 53 (36,1) | 0,432 | ||
P16. Toma dulces o golosinas varias veces al día | 65 (22,7) | 18 (20,5) | 47 (23,7) | 0,541 | 41 (22,3) | 24 (23,5) | 0,810 | 111 (79,9) | 110 (77,3) | 0,311 |
aOb: Obesidad; *p<0,05, **p<0,01
En la Tabla 3 se observa que, en comparación con los participantes que no revisan frecuentemente la cantidad de sellos “Alto en” antes de comprar alimentos envasados, aquellos que lo hacen tienen 1,7 veces la probabilidad de tomar una fruta o zumo de fruta todos los días (OR: 1,74; IC95%: 1,08-2,81), 2,33 veces la probabilidad de consumir legumbres más de una vez a la semana (OR: 2,33; 95%IC: 1,32-4,12), 1,67 veces la probabilidad de consumir frutos secos por lo menos 2 o 3 veces a la semana (OR: 1,67; IC95%: 1,03-2,71), 2,9 veces la probabilidad de utilizar aceite de oliva para cocinar (OR: 2,88; IC95%: 1,73-4,76) y 1,8 veces la probabilidad de tomar dos yogures y/o queso todos los días (OR: 1,76; IC95%: 1,05-2,95).
Test KIDMED | Revisa frecuentemente la cantidad de sellos “Alto en” antes de comprar alimentos envasados | Compra frecuentemente alimentos envasados con menos sellos “Alto en” | Lee frecuentemente el etiquetado nutricional de los alimentos envasados con sellos “Alto en” antes de comprar | |||
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M0 OR (IC95%) | M1 OR (IC95%) | M0 OR (IC95%) | M1 OR (IC95%) | M0 OR (IC95%) | M1 OR (IC95%) | |
P1. Toma una fruta o zumo de fruta todos los días | 1,73 (1,08-2,77)* | 1,74(1,08-2,81)* | 2,49 (1,55-4,00)*** | 2,46 (1,51-3,99)*** | 2,41 (1,50-3,88)*** | 2,62 (1,60-4,29)*** |
P2. Toma una segunda fruta todos los días | - | - | 1,70 (1,01-2,87)* | - | 1,07 (1,22-3,50)** | 2,03 (1,19-3,46)** |
P3. Toma verduras frescas o cocinadas una vez al día | - | - | - | - | - | - |
P4. Toma verduras frescas o cocinadas más de una vez al día | - | - | 2,18 (1,34-3,56)** | 2,07 (1,26-3,40)** | 1,74 (1,07-2,83)* | 1,74 (1,06-2,86)* |
P5. Toma pescados por lo menos 2 o 3 veces por semana | - | - | 1,94 (1,12-3,35)* | 1,93 (1,11-3,37)* | 2,41 (1,38-4,22)** | 2,54 (1,44-4,49)** |
P6. No acude una vez o más a la semana a un restaurante de comida rápidaa | - | - | 3,14 (1,66-5,92)*** | 3,14 (1,65-5,97)*** | 2,36 (1,28-4,35)** | 2,32 (1,25-4,31)** |
P7. Toma legumbres más de una vez a la semana | 2,33 (1,32-4,11)** | 2,33 (1,32-4,12)** | 2,21 (1,25-3,92)** | 2,20 (1,23-3,91)** | 2,07 (1,17-3,65)* | 2,11 (1,19-3,75)* |
P8. Toma pastas o arroz casi a diario (5 o más veces por semana) | - | - | - | - | - | - |
P9. Desayuna un cereal o derivado | - | - | - | - | - | - |
P10. Toma frutos secos por lo menos 2 o 3 veces a la semana | 1,68 (1,04-2,71)* | 1,67 (1,03-2,71)* | 1,86 (1,15-3,00)* | 1,89 (1,16-3,06)* | 2,31 (1,42-3,75)** | 2,32 (1,42-3,77)** |
P11. En su casa utilizan aceite de oliva para cocinar | 2,83 (1,71-4,69)*** | 2,88 (1,73-4,76)*** | 2,81 (1,69-4,66)*** | 2,90 (1,74-4,85)*** | 3,78 (2,25-6,36)*** | 3,83 (2,27-6,48)*** |
P12. No desayuna todos los díasa | - | - | - | - | - | - |
P13. Desayuna un lácteo (leche, yogur, etc.) | - | - | - | - | - | - |
P14. No desayuna bollerías industriales, galletas o pastelitosa | - | - | 2,26 (1,11-4,60)* | 2,23 (1,08-4,57)* | - | - |
P15. Toma 2 yogures y/o queso (40 g) todos los días | 1,68 (1,02-2,77)* | 1,76 (1,05-2,95)* | - | - | - | - |
P16. No toma dulces o golosinas varias veces al díaa | - | - | 2,41 (1,35-4,29)** | 2,38 (1,33-4,27)** | - | - |
OR: Odds Ratio; IC95%: Intervalo de Confianza al 95%. M0: Modelo de regresión logística simple; M1: Modelo de regresión logística múltiple, ajustada por edad (años), sexo (hombre: 0, mujer: 1). Percepción de Obesidad (Sí=1, No=0), cursar carrera en la Facultad de Ciencias de la Salud (Sí: 0, No: 1). Test KIDMED: Sí=0, No=1; aPara efectos del análisis se cambia la dirección de la afirmación. *p<0,05, **p<0,01 y ***p<0,001.
En comparación con los participantes que no compran frecuentemente alimentos envasados con menos sellos “Alto en”, aquellos que lo hacen tienen 2,5 veces la probabilidad de tomar una fruta o zumo de fruta todos los días (OR: 2,46; IC95%: 1,51-3,99), 2,1 veces la probabilidad de consumir verduras frescas o cocinadas más de una vez al día (OR: 2,07; IC95%: 1,26-3,04), 1,9 veces la probabilidad de tomar pescados por lo menos 2 o 3 veces por semana (OR: 1,93; IC95%: 1,11-3,37), 3,1 veces la probabilidad de acudir menos de una vez a la semana a un restaurante de comida rápida (OR: 3,14; IC95%: 1,65-5,97), 2,2 veces la probabilidad de tomar legumbres más de una vez a la semana (OR: 2,20; IC95%: 1,23-3,91), 1,9 veces la probabilidad de consumir frutos secos por lo menos 2 o 3 veces a la semana (OR: 1,89; IC95%: 1,16-3,06), 2,9 veces la probabilidad de utilizar aceite de oliva para cocinar (OR: 2,90; IC95%: 1,74-4,85), 2,2 veces la probabilidad de no desayunar bollerías industriales, galletas o pastelitos (OR: 2,23; IC95%: 1,08-4,57) y 2,4 veces la probabilidad de no tomar dulces o golosinas varias veces al día (OR: 2,38; IC95%: 1,33-4,27).
En comparación con los participantes que no leen frecuentemente el etiquetado nutricional de los alimentos envasados con sellos “Alto en” antes de comprar, aquellos que lo hacen tienen 2,6 veces la probabilidad de tomar una fruta o zumo de fruta todos los días (OR: 2,62; IC95%: 1,60-4,29), 2,0 veces la probabilidad de tomar una segunda fruta todos los días (OR: 2,03; IC95%: 1,19-3,46), 1,7 veces la probabilidad de tomar verduras frescas o cocinadas más de una vez al día (OR: 1,74; IC95%: 1,06-2,86), 2,5 veces la probabilidad de consumir pescados por lo menos 2 o 3 veces por semana (OR: 2,54; IC95%: 1,44-4,49), 2,3 veces la probabilidad de no acudir una vez o más a la semana a un restaurante de comida rápida (OR: 2,32; IC95%: 1,25-4,31), 2,1 veces la probabilidad de tomar legumbres más de una vez a la semana (OR: 2,11; IC95%: 1,19-3,75), 2,3 veces la probabilidad de consumir frutos secos por lo menos 2 o 3 veces a la semana (OR: 2,32; IC95%: 1,42-3,77) y 3,8 veces la probabilidad de utilizar aceite de oliva para cocinar (OR: 3,83; IC95%: 2,27-6,48).
Finalmente, en comparación con los participantes que informan una adhesión media y baja a la DM, aquellos con adhesión alta tienen 2,4 veces la probabilidad de comprar frecuentemente alimentos con menos sellos “Alto en” (OR: 2,39; IC95%: 1,17-4,85), y 2,4 veces la probabilidad de leer frecuentemente el etiquetado nutricional antes de comprar alimentos envasados (OR: 2,38; IC95%: 1,20-4,73) (Tabla 4).
Uso del Etiquetado Nutricional | Alta adhesión a la Dieta Mediterránea | |||
---|---|---|---|---|
M0 | M1 | |||
OR | IC95% | OR | IC95% | |
Revisa frecuentemente la cantidad de sellos “Alto en” antes de comprar alimentos envasados | 2,33 | 1,33-4,07** | 1,03 | 0,51-2,08 |
Compra frecuentemente alimentos envasados con menos sellos “Alto en” | 3,77 | 2,11-6,73*** | 2,39 | 1,17-4,85* |
Lee frecuentemente el etiquetado nutricional de los alimentos envasados con sellos “Alto en” antes de comprar | 3,70 | 2,07-6,60*** | 2,38 | 1,20-4,73* |
Percepción de Obesidad | 1,29 | 0,76-2,19 | 1,28 | 0,71-2,30 |
Sexo | - | - | 1,46 | 0,76-2,77 |
Edad | - | - | 0,99 | 0,90-1,09 |
Cursa carrera en Facultad de Ciencias de la Salud | - | - | 1,72 | 0,96-3,06 |
Hosmer-Lemeshow | - | 0,314 |
OR: Odds Ratio; IC95%: Intervalo de Confianza al 95%. M0: Modelo de regresión logística simple; M1: Modelo de regresión logística múltiple, ajustada por edad (años), sexo (hombre: 0, mujer: 1). Percepción de Obesidad (Sí=1, No=0), cursar carrera en la Facultad de Ciencias de la Salud (Sí: 0, No: 1). *p<0,05, **p<0,01 y ***p<0,001.
Discusión
Los resultados muestran que cerca del 55% de los participantes usan frecuentemente el etiquetado nutricional. Investigaciones realizadas en España14 revelaron proporciones similares a lo reportado en este estudio, y superiores a lo informado por Rodríguez et al.13 en Chile. Estos hallazgos son preocupantes, más aún en Chile, que implementó la Ley 20.60620 para exigir a la industria alimentaria el uso de sellos de advertencia “Alto en” en el etiquetado frontal de alimentos envasados que excedieran los límites establecidos de nutrientes críticos. La infrautilización del etiquetado nutricional podría explicarse debido a que en muchas ocasiones es considerado complejo de interpretar, siendo el conocimiento sobre alimentación y nutrición un factor clave al momento de prestar atención a su contenido, facilitar la comprensión y tomar decisiones al momento de adquirirlos17,19.
En nuestro estudio, la proporción de alta adhesión a la DM fue solo de 26,2%. Este resultado fue similar a lo reportado previamente en estudiantes universitarios españoles13-14, aunque levemente superior en comparación a un estudio publicado en Chile con población similar13. Las diferencias entre ambos estudios chilenos podrían deberse a que la implementación de la Ley 20.60620 y de la Política Nacional de Alimentación y Nutrición en el país fue posterior al estudio publicado por Rodríguez et al.13. La baja adhesión a la DM podría atribuirse a que los jóvenes son propensos a incorporar hábitos alimentarios poco saludables debido a factores relacionados con el ingreso a la universidad entre ellos, la exposición a entornos alimentarios obesogénicos que facilitan la disponibilidad y el acceso a alimentos ultraprocesados28. El consumo de una alimentación poco saludable podría conducir a incrementos en el peso corporal, adiposidad corporal, deficiencias y excesos nutricionales2.
En este estudio observamos que, después de ajustar por posibles factores de confusión, aquellos que compran alimentos envasados con menos sellos “Alto en” y que leen el etiquetado nutricional tuvieron más probabilidad de reportar una alta adhesión a la DM. Estos resultados concuerdan con Navarrete-Muñoz et al.15, quienes reportaron que los estudiantes universitarios que usan el etiquetado nutricional presentaron una mayor adhesión a esta dieta, incluido un mayor consumo de pescado, verduras y frutas y una menor ingesta de carnes rojas, adicionalmente fueron físicamente activos o muy activos. Para Bonaccio et al.29 el uso del etiquetado nutricional es más frecuente en aquellos que tienen un mayor interés en una alimentación saludable, demuestran mayor conocimiento sobre nutrición, presentan patrones de alimentación más saludables y es independiente de la educación y otros factores socioeconómicos.
Los entornos universitarios ofrecen una oportunidad para educar sobre la información nutricional y sellos de advertencia disponibles en el etiquetado nutricional, que permitan a los estudiantes identificar las opciones alimentarias más saludables dentro y fuera de los campus universitarios20,30. En este contexto, se propone como futura línea de investigación analizar cómo influye la educación sobre el etiquetado nutricional en la adhesión a directrices alimentarias saludables en comunidades universitarias.
Una de las limitaciones de este estudio fue su realización en el periodo de pandemia por SARS-CoV-2/COVID-19 y la suspensión de las clases presenciales. Esto dificultó la aplicación del cuestionario, la participación de los estudiantes y no permitió considerar mediciones antropométricas, las que fueron reemplazadas por el reporte de la percepción de la imagen corporal para determinar el estado nutricional. Otras limitaciones se deben a sesgos de selección, debido a que la participación fue voluntaria, sesgos de memoria relacionados con autoinformes y la deseabilidad social en comportamientos relacionados con la salud. Además, al tratarse de un estudio transversal los resultados no pueden interpretarse en sentido causal. Si bien estos sesgos limitan su generalización, el análisis realizado en el estudio consideró el control con terceras variables para minimizar su impacto.
Conclusiones
Nuestros hallazgos sugieren que el uso frecuentemente del etiquetado nutricional, particularmente comprar frecuentemente alimentos envasados con menos sellos “Alto en” y leer el etiquetado nutricional antes de comprar alimentos envasados, se asoció con una alta adhesión a las recomendaciones propuestas por la DM. Sin embargo, no se observó asociación con la percepción de obesidad y con estar cursando carreras de pregrado en la Facultad de Ciencias de la Salud. Estos resultados contribuyen a evidenciar la importancia de implementar estrategias de promoción de la salud en entornos universitarios que incrementen el uso y comprensión de las etiquetas nutricionales.