¿Has enviado algún manuscrito a una revista científica? Uno de los grandes temores como firmante de un artículo científico, independiente de la experiencia, es que el artículo no llegue a ser valorado positivamente en primera instancia por el comité editorial, y por tanto, no continúe el proceso editorial ni sea evaluado por pares. Entonces, ¿el rol del comité editorial es únicamente aceptar o rechazar manuscritos?
Para dar respuesta a este interrogante, se debe comprender que las revistas científicas, y los artículos que estas publican, dan respuestas a vacíos del conocimiento, entregando aportaciones a la comunidad a la que está dirigida, estimulando la generación de nuevas ideas para el desarrollo de líneas de investigación en los lectores1. Además, permite a investigadores/as, académicos/as y otros profesionales de diversas áreas avanzar en sus respectivas carreras, así como también a las instituciones de educación superior o de atención a la salud, acreditar su desarrollo en investigación2, con el objetivo final de acrecentar y mejorar el área científica ejecutada.
Frente a este relevante cometido para la comunicación científica, la toma de decisiones es clave para mantener la calidad de los artículos publicados. Estos trabajos deben dar respuesta a los propósitos de las revistas, suscitar el suficiente interés como para que sus artículos sean atractivos a los/as lectores acorde a sus respectivas temáticas e incentiven el envío de nuevos manuscritos. Esta competencia recae en el equipo editorial.
En la estructura organizativa de una revista, los editores asociados son los encargados de realizar una revisión estratégica de los manuscritos recibidos, visualizando su calidad y su contribución a los objetivos editoriales de la revista, protegiendo la confidencialidad de los autores, estableciendo una comunicación entre pares, al igual que con los revisores y el autor de correspondencia del manuscrito, además, de tomar decisiones editoriales de los artículos revisados, entre otras funciones3,4.
Los/as editores/as forman parte, según características propias de cada revista académica, de los consejos editoriales, los que, por lo general, son liderados por un/a editor/a o editores/as jefes/as5, quienes en su conjunto verifican que los artículos publicados respondan a la misión, contenidos, estándares de calidad, transparencia, equidad y a los principios éticos de publicación declarados por la propia revista6,7.
La Revista Española de Nutrición Humana y Dietética (RENHyD) presenta en su equipo editorial una estructura que incluye un editor jefe y una subdirectora, editores de edición y editores asociados. De esta forma, para el año 2023 el equipo editorial de la Revista está constituido por 19 profesionales de diversas disciplinas8. Además, cuenta con la colaboración de revisores externos, profesionales de distintas áreas de la nutrición y dietética invitados a ser parte del juicio crítico que se realiza a los manuscritos para optar a ser parte de los artículos publicados en la revista.
Como declaración de principios, la RENHyD exhibe de manera pública una guía que direcciona las funciones, roles y misión de sus editores, lo que garantiza la publicación de artículos científicos de alta calidad en las diferentes temáticas relacionadas con la Nutrición Humana y la Dietética9.
En el cumplimiento de estos propósitos, el equipo editorial vela por la calidad metodológica de sus artículos publicados. Para esto, y mientras cumpla la estructura determinada en la guía de autoría y se encuentre dentro del enfoque de la revista, el editor jefe realiza una primera lectura crítica del manuscrito y lo deriva al editor/a asociado/a, quién asigna el trabajo a dos o más revisores externos. Éstos revisan de manera crítica el manuscrito, enviando sus sugerencias y comentarios al editor para su mejora, en un plazo máximo de un mes desde su recepción, y en línea con la guía de autoría9.
De acuerdo con los comentarios de los revisores externos y del propio editor asociado, el manuscrito podría ser aceptado para publicar, devuelto a los/as autores para realizar modificaciones mayores o menores que mejoren la calidad del envío o, rechazado. Si esto último ocurre, el/la editor/a realizará una serie de sugerencias y comentarios que justifiquen su rechazo y que permita replantear a los/as autores/as mejoras en el manuscrito. Como política de la revista, la decisión final se dirime a máximo seis meses desde su primera recepción9, aunque nuestro objetivo dentro del plan estratégico vigente es emitir una primera decisión en un plazo medio de un mes.
Además de lo comentado con anterioridad, los/as editores/as deben conocer las políticas propias de la revista, realizar otras actividades que acompañan al juicio crítico de los manuscritos, tales como redactar manuales, realizar difusión científica o desarrollar actividades de coordinación interna, entre otras acciones. Asimismo, declaran de manera anual sus conflictos de interés, mantienen una estricta confiabilidad de sus procesos y se encargan de la asignación de revisores/as externos/as9.
Por otra parte, y para salvaguardar los propósitos y ética, los integrantes del equipo editorial pueden presentar manuscritos a la revista, aunque serán sometidos a juicio crítico como cualquier otro manuscrito y el número de estos trabajos está limitado a fin de evitar la presencia de endogamia editorial. A este respecto, se debe justificar el porqué no se presenta a otra revista temática y se debe garantizar y salvaguardar la equidad de otros autores/as, declarando en los conflictos de interés la correspondiente afiliación al comité editorial10.
En este contexto, y respondiendo a la pregunta realizada en el inicio del artículo, el rol de los/as editores/as es clave en la calidad de los artículos publicados, que son la base del crecimiento del conocimiento en el área de la nutrición y la dietética. La RENHyD realiza llamamientos públicos de postulación para formar parte del equipo editorial, por lo que, si cumples los requisitos, atrevete a ser parte de esta trascendente labor, aportando tus conocimientos a la comunidad científica del área. Por otra parte, si eres invitada/o a revisar de manera crítica un manuscrito, ¡acepta este desafío! Es una instancia para canalizar tu experiencia profesional, así como una manera de colaborar en la difusión y comunicación científica.