Introducción
En España, con la creación en 1989 de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y de la Red de donación y trasplantes, se ha conseguido gestionar la donación de órganos a lo largo de los últimos 30 años, de manera más efectiva que en el resto de países1. Aunque este hecho ha proporcionado un aumento del número de trasplantes renales efectuados en nuestro país, no se ha producido un descenso proporcional del número de pacientes en lista de espera para trasplante2. Este fenómeno paradójico, por el cual se produce un desequilibrio entre la oferta y la demanda de órganos para trasplante, se sustenta en que una mayor actividad de donación y trasplante conlleva a una flexibilización de los criterios de entrada en lista de espera y un consecuente incremento en la demanda de trasplante.
Por este motivo, y con el fin de aumentar la actividad de trasplante de órganos en general y de trasplante renal en particular, en los últimos 15 años se han puesto en marcha diferentes estrategias dirigidas a incrementar, la actividad de donación. Siendo la creación de nuevos programas de donación en asistolia (856 trasplantes renales realizados en 2018) (2, detección de donantes fuera de la UCI y la optimización de la utilización de órganos de donantes con criterios expandidos, las principales áreas desarrolladas. Fomentar la donación renal procedente de donante vivo también ha sido una prioridad para equipos de trasplante, pacientes y ONT, sobre todo a partir del desarrollo del Plan estratégico de donación 403, ya que, además, no siempre la donación de cadáver es la mejor opción, cuando existe la posibilidad del trasplante de donante vivo. Todas las anteriores medidas citadas, han sido fructíferas y han aumentado el número total de donantes. No obstante, seguimos sin alcanzar la autosuficiencia.
Actividad y Programas de trasplante renal vivo en España
Según datos del registro nacional de enfermos renales la prevalencia de la enfermedad renal terminal en tratamiento dialítico (ya sea hemodiálisis o peritoneal) en 2017 fue de 685 p.m.p. (4. Teniendo en cuenta que el 22% de estos pacientes podrían ser teóricos candidatos a trasplante renal, nos encontramos ante la necesidad de unos 150 trasplantes renales p.m.p. para cubrir las necesidades. El porcentaje aumenta cuando hablamos de receptores jóvenes, ya que, el número de donantes mayores de 60 años supera el 50% del total5. Esto hace que nuestras listas de espera alberguen un pool de pacientes jóvenes, que pasan en ocasiones varios años esperando un trasplante, con el coste sociofamiliar y económico que implica. El trasplante renal de donante vivo es una excelente opción terapéutica para hacer frente a la lista de espera. Ofrece mejores resultados a largo plazo en cuanto a supervivencia del injerto y del paciente en todas sus modalidades6), (7 y puede realizarse de manera programada, en un momento idóneo para donante y receptor, incluso cuando este aún está en prediálisis, lo que le confiere una gran ventaja sobre todo en cuanto a grado de morbilidad e inmunización.
Son un hecho también y así lo demuestran diferentes series nacionales e internacionales, los excelentes resultados en cuanto a seguridad a corto y largo plazo para el donante8)-(12, que establecen una mortalidad en torno al 0,03% y una menor morbilidad, asociada al uso de técnicas menos invasivas en la nefrectomía tales como la nefrectomía laparoscópica. Esto hizo también aunar esfuerzos entre: equipos de trasplante, asociaciones de pacientes y la propia ONT, para impulsar decididamente la donación renal de donante vivo en nuestro país, que comenzó con el Plan estratégico de donación 403, en el año 2008 y tiene continuidad con el Plan estratégico de donación y trasplante de órganos 2019/202213.
Con ello se ha conseguido, que sean más de 30 los equipos de trasplante renal los que realizan ya esta modalidad de trasplante en nuestro país, y que registremos un 8,8% de actividad de trasplante renal de donante vivo en el último año, con 293 trasplantes realizados2. De manera muy ligada al incremento de la actividad de trasplante renal de donante vivo y al acumulo de experiencia por parte de los equipos de trasplante renal en España, la ONT con el apoyo de las Coordinaciones Autonómicas de Trasplante y los equipos de trasplante, puso en marcha hace ya algunos años el Plan Nacional de Trasplante Renal Cruzado14, así como desarrolló un protocolo de funcionamiento para gestionar la donación renal procedente de donante altruista15.
Plan Nacional de Donación Renal Cruzada
Concebido para ofrecer a la sociedad en general y a los pacientes con insuficiencia renal terminal en particular, la posibilidad de donación y trasplante de riñón de vivo, en aquellos casos en que no existe compatibilidad entre donante y receptor, bien por grupo sanguíneo ABO incompatible o por haber resultado la prueba cruzada positiva, (estimada en un 30% de los casos) (16), (17. Permite también otros supuestos en los que, sin existir una imposibilidad real para trasplante entre la pareja, existe un beneficio real asociado, como por ejemplo disminuir la diferencia de edad entre donante y receptor.
Desde su puesta en marcha en el año 2009 y hasta el año 2017, han participado 555 parejas de donante-receptor y 185 pacientes han sido trasplantados, obteniendo una tasa de éxito del 32,7%, cifra muy similar a las de países de nuestro entorno2. Se trata de un programa multicéntrico en el que la labor desde la ONT consiste en trabajar de manera transversal con todos los profesionales implicados, fundamentalmente: nefrólogos, inmunólogos y coordinadores de trasplantes.
Programa de donación Renal Altruista
El trasplante renal de donante vivo está regulado en España por la Ley de trasplantes 30/1979 aplicada mediante el Real Decreto 1723/2012 que permite la donación, no solo entre personas emocionalmente relacionadas, sino entre desconocidos, siempre que se realice de forma altruista y desinteresada. En el año 2010 la ONT junto con un comité de expertos, articuló un protocolo12 que facilitase a los profesionales de cualquier centro de la Red de Donación y Trasplantes, la evaluación de cada posible candidato que quisiera donar de manera anónima uno de sus riñones a un receptor en lista de espera para trasplante, conocidos como donante altruista o “Buen Samaritano”. Entre el año 2010 y 2018, 15 personas ya han donado un riñón de esta manera en nuestro país, facilitando el acceso al trasplante de 44 pacientes.
Los resultados de la donación renal altruista son alentadores tanto para receptores como para donantes. Los principales motivos de éxito son:
La dinamización del Programa de donación renal cruzada, ya que los donantes inician cadenas de donación cruzada, permitiendo una mayor tasa de éxito del mismo.
La posibilidad de gestionar con eficacia y en un entorno de seguridad, la voluntad de donación de aquellas personas que han tomado la decisión meditada, solidaria y altruista de donar un riñón anónimamente en nuestro país.
No obstante, en cuanto a la distribución del trasplante renal de donante vivo, justificada y necesaria como hemos argumentado, existen notables diferencias según las comunidades autónomas, probablemente de origen multifactorial, lo cual nos hace pensar que existen grandes áreas de mejora. (Figura 1). Es posible, que el notable incremento de la donación procedente de donante fallecido en estos últimos tres años haga pensar a los profesionales que se dedican al cuidado y tratamiento del paciente nefrológico, que la opción del trasplante de donante vivo ya no es tan necesaria. Sin embargo, los datos son reveladores, en 2017 en España hubieron 7.211 pacientes en lista de espera para trasplante renal, de los cuales 3.269 consiguieron trasplantarse (332 de donante vivo), lo que suponen solo 70 trasplantes p.m.p2.
Discusión
Con la donación renal de vivo, se pretende atender mejor las necesidades de la lista de espera para trasplante, reducir los tiempos de espera en general y aumentar la oferta de una excelente opción terapéutica. Esta situación provocará un aumento en la supervivencia y rehabilitación del paciente, siendo actualmente una opción muy segura también para los donantes.
El abordaje de los pacientes con enfermedad renal crónica debe plantearse desde el ámbito de lo multidisciplinar (nefrólogos, enfermeras, psicólogos y cirujanos), destacando el papel de la enfermera como gestora de cuidados. Normalmente es la enfermera la que informa a los pacientes, garantiza sus cuidados y los prepara para alcanzar la autonomía, apoyándolos emocionalmente y siendo también punto de unión entre los distintos profesionales implicados de cara a la resolución de dudas y conflictos. Todo ello constata que la enfermera de nefrología tiene una importante influencia en la evolución de estos pacientes, no solo por los cuidados altamente cualificados que proporciona, sino también por la influencia que ejerce en su educación sanitaria y en la orientación terapéutica que se proporciona desde las consultas de enfermedad renal avanzada: ERCA19.
Para concluir podemos decir que en este largo proceso motivacional y de apoyo educativo la enfermera es fundamental a la hora de ofrecer información veraz y actualizada de todas las opciones terapéuticas al paciente con enfermedad renal terminal, contemplando como opción el trasplante renal con donante vivo, (siendo ideal en situación de prediálisis). Sólo así, es posible asegurar que el paciente contando con toda la información a su alcance, tome la mejor decisión teniendo en cuenta sus necesidades y circunstancias, y siempre respaldado por la enfermera de ERCA como persona de referencia en la relación terapéutica19. Es por ello, que les alentamos a pensar, que cuando tengan delante a un paciente con enfermedad terminal renal les informen y ofrezcan, junto con el resto de las opciones, una muy buena opción de tratamiento: El trasplante renal de donante vivo.