Introducción
El trasplante de órganos es la mejor terapia de sustitución para las enfermedades crónicas e irreversibles, por cuanto permite prolongar y mejorar la calidad de vida de quienes sufren de esas patologías1. La mayoría de esos órganos provienen de personas que, tras fallecer en determinadas condiciones, donan, ya sea por voluntad propia anticipada o por la generosidad de sus familiares cercanos2.
El principal obstáculo, y que impide el aumentar los trasplantes, es la insuficiente oferta de órganos respecto de la demanda de ellos, es decir, la escasez relativa de donantes. Al proceso que culmina en una donación se le denomina procuramiento, el cual consta, a su vez, de otros subprocesos: (a) Pesquisa de potenciales donantes (personas que han sufrido daños neurológicos traumáticos o vasculares graves), (b) mantención cardiocirculatoria y metabólica del potencial donante en unidad de paciente crítico y (c) solicitud de última voluntad o solicitud de donación, que es realizada tras el diagnóstico definitivo de muerte encefálica por profesionales de la salud a los familiares de estos potenciales donantes3. Por tanto, el procuramiento debe ser realizado por profesionales capacitados y dedicados íntegramente a esta función, tal como lo demuestran las cifras de donación del líder mundial en esta actividad, España, que cuenta con coordinadores con dedicación exclusiva y en donde se consiguen tasas de donación efectiva de 48 pacientes por millón de población (pmp), la tasa de donantes de Chile, en el año 2018 fue de 5,6 pmp4), (5.
En Chile, la organización encargada del procuramiento de órganos, es la Coordinadora Nacional de Procuramiento y Trasplante (CNPT), organismo técnico de carácter gubernamental, encargado de velar por el funcionamiento de los programas de donación y trasplante7. El Ministerio de Salud (MINSAL), decretó que todos los centros asistenciales públicos y privados que tengan la capacidad de generar donantes, debían implementar una Coordinación Local de procuramiento con, al menos, dos enfermeras coordinadoras y que el proceso de donación, debía ser conducido en base a un documento oficial denominado “Orientaciones Técnicas de la Coordinadora Nacional de Procuramiento y Trasplante“8. Por tanto, existen enfermeros coordinadores de procuramiento en los hospitales y clínicas de mayor complejidad, y son un recurso estratégico, clave en la consecución de las tasas efectivas de donación.
En Chile, Palacios, define al Coordinador: “Es un individuo que conoce todas las etapas del proceso y coordina la correcta ejecución de éstas, debe ser un profesional del área de la salud, con alta capacidad de trabajo y tolerancia al “estrés” y a la frustración, debe estar motivado, tener excelentes relaciones personales y poder desempeñarse a tiempo parcial o total, según las características de cada lugar. La duración de su cargo y función se ha recomendado no sea superior a los 5 años, tiempo después del cual se observa una declinación natural de su motivación y efectividad.” (6.
En Chile, el Ministerio de Salud (MINSAL) definió un perfil para el coordinador de procuramiento, el cual se encuentra declarado dentro de las Orientaciones Técnicas “Proceso de Procuramiento de Órganos y Tejidos para Trasplante” donde se explicita8:
Poseer título universitario de enfermera/o (Acreditado).
Experiencia laboral en unidad de pacientes críticos y/o unidad de emergencia.
Salud física y mental compatible con el cargo que asegure la toma de decisiones.
Capacidad de liderazgo, organización, supervisión y análisis de situaciones críticas.
Se establecen, asimismo, las funciones asociadas al cargo; funciones clínicas, funciones administrativas y función docente asistencial (Figura 1).
El objetivo de este estudio es contrastar las 3 primeras características mencionadas en el perfil propuesto por el Minsal, de los actuales coordinadores de procuramiento de los centros asistenciales del país, la característica 4, referente a; capacidad de liderazgo, organización, supervisión y análisis de situaciones críticas, son evaluadas por los respectivos centros asistenciales, quienes contratan al personal.
Así se pretende contar con información actualizada, proyectando estos resultados en la formación y capacitación de futuros enfermeros coordinadores.
Material y Método
Estudio descriptivo, cuantitativo, muestra por conveniencia. Se construyó un instrumento tipo encuesta, con preguntas cerradas y respuestas tipo dicotómicas (si y no), destinado a conocer y describir el perfil profesional del coordinador de procuramiento, previo sometimiento a juicio experto y validación por enfermeros coordinadores centrales del Minsal y aprobado por el Comité de Ética de la Universidad de Concepción (Anexo 1). Este instrumento se aplicó en octubre del año 2017 a todos los coordinadores locales de cada región del país, que consintieron en participar. Los criterios de inclusión fueron:
Enfermeros coordinadores con al menos un año de experiencia en el cargo de procuramiento de órganos.
Firmar consentimiento informado.
Las Variables estudiadas fueron de carácter sociodemográficas, de caracterización profesional, de capacitación, estructura de la unidad de procuramiento, y de requisitos del cargo de coordinador. Las variables categóricas, fueron descritas mediante frecuencias absolutas y relativas.
La información generada se sometió a análisis estadístico de tipo descriptivo, se empleó distribución de frecuencias, medidas de tendencia central y medidas de dispersión (rango y desviación estándar) se empleó análisis exploratorio mediante el programa estadístico IBM SPSS software versión 20,0 for Windows.
Resultados
De los 65 coordinadores presentes en el Congreso, 51 consintieron en participar (78%). Respecto a las características sociodemográficas, de ellos, un 82,4% son de sexo femenino, con un promedio de edad 36±11 años, un 41,2% se declara casado y el 54,9% con hijos. El 90,2% se desempeña en un Hospital Público. (Tabla 1).
En referencia a las características profesionales, el 100% tiene título acreditado de enfermera, un 30 % entre 1 y 4 años de egresados, y un 37% menos de 5 años de experiencia laboral. El 75% de los profesionales de procuramiento, carecen de estudios de postgrado, no tienen experiencia en Servicio de Urgencia un 82%, sin experiencia en Unidad de Cuidados Intensivos un 59% y no tienen experiencia en Urgencia ni en Unidad de Cuidados Intensivos un 49%. El 77% con menos de 5 años en el cargo de coordinador local (Tabla 2).
En cuanto al trabajo en el Servicio de Procuramiento propiamente tal, un 17% es el único Coordinador del Servicio, tiene reemplazo de su cargo un 84%, un 55% cumple otra función además de ser coordinador de procuramiento, respecto a contar con apoyo médico durante el proceso un 19%, cuentan con médico coordinador de llamada 31%. La Unidad de procuramiento funciona separada de la Unidad de trasplante un 47%. De acuerdo a la capacitación recibida previa a tomar el cargo, un 33 % encuentra que fue insuficiente y en cuanto a la duración de esta capacitación, para un 72% solo fue de una semana (40 horas). Además, los coordinadores, frecuentemente comparten su jornada laboral con otras funciones diferentes del procuramiento (59%) o con la unidad de trasplante del mismo hospital (51%) y no todos recibieron entrenamiento formal en sus funciones y quienes sí lo recibieron, éste fue de sólo una semana (Tabla 3).
En relación a los requisitos del cargo, un 86,3% realiza solicitud de donación a los familiares, solamente un 9,8% cuenta con apoyo psicológico, un 52,9% con salud compatible certificada y un 37,3% con certificación de salud mental compatible para el cargo, por otra parte, un 64,7% tiene capacitación en calidad y un 100% tiene autorización para asistir a cursos (Tabla 4).
Discusión
El proceso de procuramiento es largo y complejo, ya que considera se cumplan un conjunto de eventos concatenados, desde la pesquisa de potenciales donantes en los servicios de urgencia o de paciente crítico que están internados, tras haber sufrido alguna patología grave intracraneana a consecuencia de trauma, accidentes vasculares isquémicos o hemorrágicos u otras que los llevan a coma profundo y dependientes de apoyo ventilatorio. Son pacientes que continúan agravándose pudiendo evolucionar a muerte encefálica, la cual predice irremediablemente, que ocurrirá un paro cardíaco en las horas siguientes, sin importar el esfuerzo terapéutico que se realice14.
Es así que, para aumentar la probabilidad de lograr un procuramiento exitoso, aquel que culmina con una donación de órganos, es necesario que los enfermeros coordinadores que se desenvuelven en ese proceso lo hagan en forma profesionalizada y exclusiva, tal como lo ha demostrado la Organización Nacional de Trasplante ONT de España15.
Los coordinadores locales que cuentan con dedicación exclusiva a esta labor son sólo un 55% de los casos y un 53% de ellos comparten labores con las unidades de trasplante, lo que podría ser, incluso, un conflicto de interés y que contraviene las Orientaciones Técnicas que indica que las unidades de procuramiento y trasplantes deben estar separadas.
De los resultados obtenidos, llama la atención que pocos coordinadores locales cuentan con formación de postítulo o experiencia en unidades de urgencia o de paciente crítico, tal como se explicita en los requerimientos del Ministerio de Salud. En forma análoga, muchos poseen escasa experiencia laboral o aun, la coordinación local, es el primer cargo que ejercen en sus carreras profesionales.
Por otra parte, para lograr una aceptación familiar a la donación de órganos de un ser querido que acaba de fallecer, es fundamental que el coordinador cuente con entrenamiento y desarrollo de las llamadas “habilidades blandas”, es decir, ser cordial, sentido común, empatía y capacidad de colaborar y negociar. En este punto, no parece apropiado que un tercio de los profesionales manifieste una capacitación insuficiente en lo que se refiere a solicitar la donación misma, siendo que en la mayoría de los casos un 86%, ésa es una función específica del cargo. Del mismo modo, sólo el 9,8% de estos profesionales cuentan con apoyo psicológico y menos de la mitad (37,3%) con certificación de salud mental compatibles con un cargo altamente demandante. En Chile, el promedio de horas de capacitación recibida por un enfermero coordinador antes de empezar a trabajar en procuramiento es de 40 horas (una semana), en España 40 horas y en Brasil solamente 8 horas, aun así los coordinadores chilenos consideran insuficiente la cantidad de horas de capacitación11.
La actividad de coordinar y llevar a buen término todo el proceso de procuramiento, exige cada vez más contar con profesionales sanitarios competentes, con buena formación y capacitados para responder a cada una de las etapas de este proceso. Deben conocer; proceso, logística, legislación, fisiopatología, concepto de muerte encefálica, habilidad para mantener al donante potencial y nociones de bioética. Los potenciales donantes requieren de una mantención adecuada, cuidados de enfermería complejos, que solamente los puede otorgar personal altamente capacitado.
El Consejo Internacional de Enfermería (CIE) al respecto indica que existirían dos tipos de áreas de investigación que podrían establecer políticas generales en la práctica actual: la combinación de capacidades en la enfermería y la combinación de capacidades entre enfermeras y médicos.
La aplicación de las teorías o modelos propios de la disciplina en la práctica de la Enfermería permite a la enfermera, elaborar esquemas mentales que guían la entrega del cuidado en los diferentes ámbitos de acción y brindan herramientas para la toma de decisiones relacionadas en este caso en particular, el proceso de procuramiento de órganos.
No obstante, esta investigación, tiene como limitaciones el haber contado con el 78% de respuestas de quienes se desempeñan como coordinadores puesto que hay un 22% de coordinadores que no participa en este estudio, el número total de enfermeros con este perfil en Chile, son 68 coordinadores que cumplieron las variables de inclusión.
Sesgo de inclusión, ya que los coordinadores locales son el único grupo disponible (muestra por conveniencia) y tiende a ser de una categoría demográfica estrecha. Sesgo por Complacencia Social, no se observa, ya que los coordinadores no tienen la opción de alterar sistemáticamente las respuestas en la dirección que perciben como buena o deseable, ya que las respuestas aunque anónimas son comprobables. Ej: ¿Cuenta con apoyo médico? Si ( ) No ( )
El no haber evaluado las “habilidades blandas” de los profesionales ni la correlación potencialmente existente entre las características descritas dentro del perfil del coordinador referente a; Capacidad de liderazgo, organización, supervisión y análisis de situaciones críticas, no incluidas en este estudio, con el rendimiento cuantitativo de procuramientos exitosos de estos profesionales. Aspectos que se espera puedan abordarse en un próximo estudio.
En resumen de lo observado en el perfil, destaca que las concordancias de lo requerido con lo realmente observado en los Coordinadores, dista de ser lo que la autoridad definió en su momento en las Orientaciones Técnicas del Minsal (Figura 2).
A modo de conclusión, hemos detectado diferencias sustanciales en lo requerido en el perfil del cargo del enfermero/a coordinador/a local de procuramiento y las características profesionales declaradas por quienes se desempeñan en ese cargo en las unidades de procuramiento chilenos.
Las brechas observadas entre el perfil definido y el observado en los coordinadores, podrían constituirse en uno de los factores que interfieren en un proceso de procuramiento exitoso, por cuanto, se espera que los resultados de este estudio, sea una motivación para profundizar en el tema, cómo también una oportunidad de mejora.
Esta investigación permite avanzar en proporcionar antecedentes para optimizar el cuidado de enfermería, al ser un espacio de innovación y de continuo avance científico en donde en nuestro país la enfermera/o en su rol de coordinador del proceso de procuramiento de órganos, se ha posicionado como gestor de los cuidados otorgados al donante, liderando los distintos equipos multidisciplinarios que intervienen en este proceso.
Se espera que lo observado contribuya a establecer y gestionar medidas con el propósito de reducir las brechas entre el perfil definido y el observado al momento del estudio, en los coordinadores locales del proceso de procuramiento de órganos en nuestro país.