Puntos clave
En este artículo se muestra la biografía de Milagro Almenara Pérez, una de las mujeres pioneras de los estudios farmacéuticos en España, y se ponen de manifiesto recientes actividades realizadas por diferentes entidades, entre ellas la Universidad de Granada, para rehabilitar su figura, olvidada durante muchos años por efectos de la Guerra Civil. Con ello se contribuye al desarrollo de la Historia de la Farmacia y se aporta una nueva biografía a los estudios sobre la mujer.
Introducción
La vida de la farmacéutica Milagro Almenara Pérez no está exenta de un gran misterio y de una cierta controversia. Ciertamente, es como si ella nunca hubiera existido (de hecho, Martín, López y Cabezas no pudieron encontrar en la Universidad ninguna documentación oficial sobre ella que pudieran incluir en su muy completo trabajo sobre las mujeres que estudiaron Farmacia en Granada entre 1850 y 19501).). Y no solamente ocurre esto con su persona, sino también con la farmacia de Granada en la que trabajó y con otros documentos personales. La orla de su promoción desapareció inexplicablemente del archivo fotográfico de la Universidad de Granada, al igual que su expediente, aunque afortunadamente este último ha sido encontrado hace poco en el Archivo Histórico de esa Universidad, repartido entre tres carpetas sin relevancia.
Todo esto ha hecho que la figura de Milagro Almenara sea prácticamente olvidada para la sociedad, a diferencia de la del poeta Federico García Lorca, quien es conocido por todos gracias a la excelencia de su obra literaria y que comparte con ella una gran similitud en su vida. Por ser García Lorca tan popular no entramos en su biografía en este trabajo, dadas las ya muy completas contribuciones existentes2 y la gran cantidad de libros sobre su obra que pueden encontrarse en la literatura.
El objetivo principal de este artículo es rescatar la figura de Milagro Almenara y presentarla como referente ante la sociedad, al haber sido capaz de estudiar en una época en la que los estudios universitarios estaban vedados para las mujeres, ser la primera mujer granadina que se licenció en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, la cuarta en hacerlo en esa disciplina en esa Universidad y la primera en tener una farmacia tanto en Granada como previamente en un pequeño pueblo granadino, La Rábita. Para ello hemos tratado de completar con nuevos y recientes datos algunas de las escasas biografías existentes sobre su vida, en particular las excelentes colaboraciones del periodista Gabriel Pozo Felguera, en “El Independiente” de Granada3,4,5, en 2017, que permitieron sacar a la luz su figura y hacer que Milagro Almenara fuese un poco más conocida.
Otro objetivo, aunque de menor entidad, es enfatizar el hecho de la existencia de muchos episodios muy similares en las vidas de Milagro Almenara y Federico García Lorca, que las hacen ser muy parecidas, a pesar de las también enormes diferencias de todo tipo, género, estudios realizados, aficiones, fama que alcanzaron, etc, que también las diferencian.
Métodos
Metodológicamente, se ha realizado una exhaustiva búsqueda de información sobre la farmacéutica Milagro Almenara Pérez en todo tipo de fuentes y se han destacado aquellos aspectos de su vida que resultan muy similares a otros existentes en la vida del poeta granadino Federico García Lorca.
Resultados: biografía de Milagro Almenara Pérez
En esta sección se muestra la biografía de Milagro Almenara desglosándola en los distintos apartados que jalonaron su vida.
Las circunstancias previas a su nacimiento, cómo se produjo este y sus estudios de bachillerato y universitarios
A consecuencia del “terremoto de Andalucía”, acaecido en la provincia de Granada el 25 de diciembre de 1884, el pueblo de Arenas del Rey, en el que había nacido en 1862 y vivía Brígida Almenara Pérez (futura madre de Milagro Almenara), quedó prácticamente destruido, y ella, con 22 años, huérfana y desamparada, fue acogida como sirvienta por una familia en Granada. De allí pasó más tarde a servir en casa del catedrático del Instituto Salvador de la Cámara y Arrivillaga, quien vivía solo en Granada pues sus cuatro hijos mayores ya estaban independizados y los tres menores vivían junto a su esposa en Almería.
En la primavera del año 1900, Brígida (con 38 años) quedó embarazada y aunque ella nunca reveló de quién, todas las sospechas recayeron en Salvador (con 68), máxime cuando este acudió a veranear a la costa cantábrica, como solía hacer todos los años, pero acompañado de Brígida en esta ocasión, en el verano de 1900.
Brígida dio a luz una niña en Santander el día 2 de agosto de 1900 y su hija fue inscrita en el Registro Civil de esa ciudad como hija de madre soltera, con el nombre de Milagro y los apellidos de su madre: Almenara Pérez (véase su Partida de Nacimiento en la Figura 1 izquierda).
Los años siguientes, ya en Granada y para disimular, figuraba que Salvador vivía solo, mientras que Brígida y Milagro vivían en otra calle, aunque en realidad era una misma casa, que tenía puertas a ambas calles.
Entre 1911 y 1916, Milagro estudió en el Instituto de Secundaria obteniendo 24 matrículas de honor (véase Figura 1 derecha).
Cuando murió su esposa en 1911, Salvador y Brígida contrajeron matrimonio en 1912, aunque Salvador no reconoció a Milagro como hija suya. Salvador falleció en 1917, dejándole una sexta parte en su testamento a Milagro, aunque sin reconocerla tampoco como hija suya en ese documento5.
En 1916, con 16 años, Milagro obtuvo el título de bachiller con el segundo mejor expediente del Instituto y ese mismo año se matriculó en la Facultad de Farmacia de Granada (era la única mujer de su curso). Fue el número uno de su promoción 1916-1921. Sacó premio extraordinario en las trece asignaturas. Superó sobradamente el examen de grado sobre “Rubiáceas y valerianáceas” y en febrero de 1922 le fue extendido su título con premio extraordinario. Fue la cuarta mujer licenciada en Farmacia en la Universidad de Granada, tras Gertrudis Martínez Otero en 1896 (tercera mujer española nacida en la península en licenciarse en Farmacia, después de María Dolores Martínez Rodríguez, en 1893 y María Blanca de Lucía Ortiz, en 18966) y algunos años después Antonia Sánchez Peñuela y Juana Álvarez Bañón, ambas en 1918.
Sus trabajos como farmacéutica
Tras ingresar en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Granada el 2 de diciembre de 1926, Milagro abrió su primera farmacia en La Rábita (Granada), aunque solo estuvo allí dos años.
Ocho años después, ya en Granada, Milagro presentó el 3 de julio de 1936 una instancia al Ayuntamiento solicitando licencia para poner a su nombre la “Farmacia Compañía - Dr. Pontes-Guardiola” (Figura 2), situada en la calle Cobertizo de la Botica, nº 1.
Su actividad política
Su entrada en la política se produjo durante los dos últimos años de su carrera, con motivo de unas protestas callejeras sociales en febrero de 2019, a las que se sumaron los estudiantes universitarios uniéndose a una manifestación en contra de las autoridades gubernativas locales, manifestación fuertemente reprimida por los guardias, que dejó 3 muertos y varios heridos. Así se bautizó en la política quien en sus últimos años, ya licenciada, fue llamada “la boticaria roja”7.
Milagro entró entonces en política como delegada de la Juventud Universitaria Femenina, asociación sufragista y en pro de los derechos de la mujer en España, que trataba de captar a estudiantes, licenciadas y doctoras para formar y liberar al sexo femenino. A pesar de su juventud, Milagro coordinó un grupo que se relacionaba con ilustres socialistas de la época, como el catedrático Fernando de los Ríos, ganador en 1919 de las elecciones por el Partido Socialista y diputado nacional, Eudoxia Píriz y Elisa Soriano. De esa forma y a partir de entonces, Milagro tuvo un papel destacado en la política como feminista (fue propulsora del movimiento sufragista femenino 1931-33), activista de izquierdas y también perteneciente a una logia masónica (en la calle Elvira), aspectos después determinantes para su final.
Sus últimos meses de vida y el olvido de su figura
Milagro no pasó mucho tiempo en su farmacia. El Alzamiento en Granada (20/07/1936) produjo que su farmacia fuese intervenida, al no disponer los sublevados de industria farmacéutica y necesitar el envío de medicamentos a los frentes de guerra.
Por ello, la farmacia de Milagro permaneció abierta hasta casi mes después, cuando un piquete de guardias de asalto se presentó en la farmacia con una orden de detención hacia ella del Gobierno Civil, y la condujo a la cárcel. Allí coincidió con Rosario Fregenal, una modista apodada “la Fregenala”, también republicana, liberal y feminista. El 2 de noviembre de 1936, las dos fueron llevadas al frente de Víznar, donde las fusilaron7.
Posteriormente, su farmacia fue comprada por los actuales laboratorios GSK y tras la compra, los propietarios embalaron todos los materiales y se los llevaron a Londres, donde reprodujeron la antigua farmacia, que estuvo expuesta hasta la década de los setenta del siglo pasado, estando actualmente embalada en cajas repartidas por la Collection Trust y The Sciencie Museum (Figura 3)3).
Tras su asesinato, toda la documentación existente sobre Milagro Almenara desapareció de forma extraña, con excepción de sus cartas políticas dirigidas a la JUF de Madrid y en 1942, lo que quedaba de la Farmacia de la Compañía de Milagro se depositó en el Colegio de Farmacéuticos, que declaró “inexistente” el establecimiento.
Sus recientes reconocimientos
Gracias sobre todo a las aportaciones de Gabriel Pozo ya citadas en el periódico “El Independiente” de Granada, en 20173,4,5, la figura de Milagro Almenara Pérez ha comenzado a salir del olvido. Entre los últimos recordatorios a su persona pueden citarse los siguientes.
La Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, celebró un acto presidido por su rectora, Pilar Aranda, también farmacéutica, el 6 de marzo de 2018, a las 13.00 horas, en el Aula Magna de la Facultad de Farmacia, en el que se la homenajeó. En ese acto intervinieron la vicerrectora de Responsabilidad Social, Igualdad e Inclusión, Teresa María Ortega López, la decana de la Facultad de Farmacia, Ana Isabel del Moral, y el periodista y escritor Gabriel Pozo, quien impartió una conferencia titulada “Milagro, una inteligente farmacéutica en un tiempo difícil”8.
Asenjo publicó un artículo en el número 316 de la edición impresa de “Mundo Obrero”, en mayo de 2018, sobre su figura9) y ese mismo mes, el propio Pozo pronunció una conferencia sobre ella con motivo del centenario de la actual sede del Instituto Padre Suárez de Granada (antiguo Instituto Provincial de Granada, en el que ella estudió)10).
Similitudes entre las vidas de Milagro Almenara Pérez y Federico García Lorca
A continuación se analiza el hecho de que la vida de Milagro Almenara Pérez presenta muchas similitudes y semejanzas con la de Federico García Lorca, lo que prueba una hipótesis ligeramente insinuada por Pozo en sus contribuciones3,4,5, consistente en que puede establecerse un cierto “paralelismo” entre las vidas de ambos, a pesar de que no consta en ninguna referencia que los dos llegaran a conocerse, salvo posiblemente en el patio del Instituto en el que ambos estudiaron, y mucho menos que entablasen amistad.
1. Ciertamente, no es descabellado afirmar que ambos nacieron en la provincia de Granada, pues, aunque García Lorca lo hizo en Fuente Vaqueros (Granada), en junio de 1898 y Milagro nació en Santander, en agosto de 1900 de manera accidental provocada por su padre, su gestación y prácticamente todo el tiempo que pasó en el seno materno tuvo lugar en Granada capital. Por tanto, salvando la única circunstancia física del lugar de nacimiento, puede “entenderse” que ambos nacieron en la misma provincia y además con una diferencia de solo dos años y dos meses entre ellos.
2. Si se considera a Milagro como hija de Salvador de la Cámara, lo que realmente fue, a pesar de que su padre nunca llegara a reconocerla como tal, Milagro tuvo 7 hermanos, mientras que Federico tuvo 3. Los dos fueron, por tanto, miembros de familias numerosas, otro rasgo común en sus vidas.
3. Más tarde, los dos estudiaron en el mismo centro de enseñanza, el Instituto Provincial de Granada, con brillantes expedientes en ambos casos.
4. Los dos se sintieron atraídos durante su vida universitaria por otros ideales diferentes de los académicos, políticos en el caso de Milagro, sociales en el caso de Federico.
5. Ambos tuvieron amigos comunes. Entre ellos, Luis Mariscal Parado y Fernando de los Ríos. Luis fue compañero de promoción de Milagro en el Instituto y miembro, al igual que García Lorca, de la tertulia “El Rinconcillo”, que se daba cita en el Café Alameda de la Plaza del Campillo. Fernando de los Ríos, también miembro de esa tertulia, fue otro personaje común en sus vidas, desempeñando además un papel relevante en las mismas. También los dos, aunque Milagro de manera indirecta, conocían a Manuel de Falla, al haber intercedido la hermana de este, María del Carmen, por las vidas de ambos al ser detenidos, aunque sin éxito.
6. Ninguno de los dos llegó a casarse,
7. Otra semejanza en sus vidas la constituye el hecho de que ninguno de los dos pudiese contar con la ayuda de sus familias respectivas en sus momentos finales. Las circunstancias de la vida de Milagro ya han quedado aclaradas en su biografía, hasta el punto de que su madre fue considerada “madre soltera” cuando ella nació y su padre nunca llegó a reconocerla. Por su parte, cuando Federico fue denunciado, optó por buscar apoyo no en su familia sino en la de uno de sus amigos, Luis Rosales, pensando que los dos hermanos de Luis, falangistas en Granada, le podrían ayudar más que sus propios familiares.
8. Los dos fueron denostados y envidiados por la sociedad del momento, y acabaron fusilados prácticamente en la misma fecha y en la misma zona, en la carretera entre Víznar y Alfacar.
9. Sus cadáveres nunca aparecieron.
10. La Guerra Civil truncó sus carreras profesionales, la presumiblemente brillante de Milagro, primera mujer con farmacia abierta en Granada, con lo que eso suponía para su futuro y la con toda seguridad brillante carrera literaria futura de García Lorca.
11. Finalmente, y aunque hubo intentos por parte del bando franquista de hacer que la figura de García Lorca pasara al olvido, lo cual, afortunadamente, no sucedió, la figura de Milagro sí ha permanecido olvidada durante mucho tiempo, si bien ella, y sobre todo él, han recuperado actualmente la consideración y el reconocimiento de la sociedad que nunca debieron perder
Conclusiones
La biografía de Milagro Almenara es un ejemplo fehaciente de cómo la Guerra Civil trajo como una de sus consecuencias el olvido y destrucción de documentos y pertenencias de muchas personas por parte de ambos bandos, algunas de las cuales, afortunadamente, están siendo ahora rehabilitadas.
Por otra parte, ciertamente, podría pensarse que el razonamiento hecho por los autores en la subsección anterior para justificar el “paralelismo” entre la vida de esta farmacéutica y la de Federico García Lorca es artificial y forzado. Esto es en parte verdad, pero no es menos cierto que a ellos les ha servido para poner en valor la vida de Milagro Almenara y la aserción de la crudeza de una guerra que, en ambos bandos, ocasionó la pérdida de figuras con mentes privilegiadas que fueron empujadas, más allá de su propia muerte, al desconocimiento de la sociedad.