Introducción
La migración es el movimiento de personas de un lugar a otro para establecerse en un nuevo lugar y puede ser voluntaria o involuntaria. Puede producirse por diferentes motivos, entre ellos económicos, medioambientales y sociales. Debido a los continuos y dinámicos cambios demográficos que se producen en el ámbito internacional como consecuencia de la migración masiva a escala mundial y la globalización, es necesario comprender mejor la adaptación de los inmigrantes a su nuevo entorno cultural de acogida y hacer frente a las experiencias de aculturación (1). Los hábitos alimentarios dependen de la disponibilidad de alimentos, las prácticas culturales y religiosas y las experiencias individuales, por lo que la comida está estrechamente vinculada al mantenimiento de la identidad y la cultura. Las dificultades para acceder a alimentos culturalmente apropiados durante el proceso de asentamiento pueden repercutir negativamente en los hábitos alimentarios, que están estrechamente relacionados con la salud pública. Si bien esto ofrece una perspectiva sobre su adaptación a una nueva sociedad, también plantea cuestiones sobre los retos metodológicos de la investigación.
Según el Informe sobre las Migraciones en el Mundo, la estimación global actual es de unos 281 millones de migrantes internacionales en el mundo en 2020, lo que equivale al 3,6% de la población mundial (2). Pueden tener un estatus migratorio que limite sus derechos y acceso a la asistencia sanitaria, y también pueden enfrentarse a bajos niveles de alfabetización sanitaria, falta de competencia cultural entre los proveedores de servicios sanitarios y servicios de interpretación inadecuados (3). Aunque cada vez se reconoce más que la migración es un factor determinante de la salud, la relación bidireccional entre migración y salud no se conoce bien y las medidas al respecto siguen siendo limitadas. (4). Los investigadores se pueden enfrentar a desafíos derivados de las sensibilidades culturales, las barreras del idioma y los sesgos metodológicos, y las posibles soluciones y metodologías ayudarán a ser culturalmente sensibles al fomentar un diálogo matizado en la intersección de las experiencias de los inmigrantes y la salud pública.
Inmigración en España
España ha experimentado un aumento sustancial de su población inmigrante, debido sobre todo a razones económicas, sociales y políticas. En 2019, España admitió a 337.000 nuevos migrantes de larga duración o permanentes, un aumento del 5,6% en comparación con 2018, de los cuales el 41,3% fueron migrantes de libre circulación, el 10,2% fueron migrantes laborales, el 39,3% fueron familiares (incluida la familia acompañada) y el 0,9% fueron migrantes humanitarios (5). A medida que aumenta la migración, especialmente en el contexto de la migración internacional o de larga distancia, entran en juego varios factores que hacen que la nutrición y la salud sean especialmente importantes para este grupo. Un factor importante a tener en cuenta es el nivel socioeconómico, ya que las nacionalidades inmigrantes presentes en España tienen una situación socioeconómica difícil y un estatus socioeconómico más bajo se asocia a dietas de menor calidad (6). Por otro lado, el uso del sistema sanitario parece ser menor en la población inmigrante en España y, en particular, en las zonas rurales (7). Esto puede dar lugar a problemas de salud no tratados, lo que hace que una nutrición adecuada sea aún más crucial para mantener el bienestar general en esta población.
Esta revisión tiene como objetivo destacar los métodos de investigación, los enfoques innovadores para estudiar los hábitos alimentarios de los inmigrantes que enfrentan condiciones difíciles y las implicaciones más amplias para la salud pública y el desarrollo de políticas, al contribuir a una comprensión integral de la vida de los inmigrantes en situación de vulnerabilidad. La comparación de estudios entre distintos países puede aportar ideas sobre qué enfoques son eficaces y podrían aplicarse en otros contextos e inspirar iniciativas similares en otros países que se enfrentan a retos parecidos.
Métodos
Se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos electrónicas, incluidas PubMed y Scopus. La búsqueda se realizó mediante una combinación de palabras clave, como "inmigrantes", "salud", "hábitos alimenticios", "nutrición", "poblaciones vulnerables" y "bajos ingresos". La búsqueda se limitó a artículos publicados entre enero de 2011 y diciembre de 2022 para incluir investigaciones recientes sobre el tema.
Resultados
Se analizaron 14 artículos y se organizaron según la clasificación temática descrita en la figura 1. La bibliografía revisada relacionada con los hábitos alimentarios de los inmigrantes en situación de vulnerabilidad se organizó en las siguientes áreas de interés: patrones alimentarios, acceso a los alimentos, influencias culturales, factores socioeconómicos y resultados en materia de salud. Los motivos de exclusión incluyen temas irrelevantes (que no abordan cuestiones de salud y nutrición entre inmigrantes), fecha de publicación (artículos fuera del rango de fechas predefinido) y duplicados (más de una copia del mismo artículo).
Barreras a la participación en los estudios
La participación en estudios relacionados con la inmigración puede verse influida por diversas barreras que dificultan la voluntad o la capacidad de los individuos para participar. Estas barreras pueden ser sociales, culturales y económicas. El dominio del idioma es un obstáculo importante, sobre todo para los inmigrantes que no dominan la lengua del país de acogida, y las normas, creencias y prácticas culturales pueden influir en la percepción que tienen las personas de la investigación y la participación en la misma. Así lo explica un estudio realizado en Alemania (8), que identifica los dos modelos diferentes más importantes para explicar este fenómeno, como el cuidado cultural y el contacto y la participación. El primero afirma que la identidad cultural y los rasgos culturales distintivos son importantes y, por tanto, se mantienen, mientras que el segundo se refiere a la medida en que los inmigrantes interactúan con otros grupos culturales. En caso de separación, los inmigrantes se aferran a su cultura original y evitan la interacción con otras culturas. La integración, en cambio, consiste en mantener la cultura auténtica y la vida cotidiana y también interactuar con otras culturas.
Otro estudio realizado en España reveló que las poblaciones migrantes incluidas en el estudio eran muy diversas en cuanto a origen, tiempo de residencia en España, edad y motivos de la migración, lo que dificulta extraer conclusiones generales y cuantitativas sobre la nutrición de los migrantes en España, ya que proceden de diversos países con características culturales y geográficas diferentes (9).
Por último, en otro estudio comparativo de países europeos se llegó a la conclusión de que, aunque la migración es un fenómeno que se da en todos los países europeos, la mayoría de los estudios se han realizado en el norte de Europa y predominantemente entre poblaciones de origen sudasiático, y se ha detectado una laguna en los estudios que comparan los impulsores de las conductas alimentarias en una amplia gama de grupos étnicos minoritarios que viven en diferentes contextos en Europa (incluidos el centro y el sur de Europa) (10).
Problemas de seguridad e integridad
Los inmigrantes pueden tener recursos, situación legal o apoyo social limitados. Pueden haber sufrido traumas, discriminación o explotación en el pasado, lo que puede aumentar su desconfianza hacia las autoridades, incluidos los investigadores. Revelar información personal, especialmente la situación de inmigración puede ser arriesgado para las personas vulnerables.
Los artículos revisados demuestran la importancia de garantizar que los participantes tengan acceso a los resultados positivos del estudio y que el proceso de investigación respete la dignidad y la autonomía de los inmigrantes vulnerables. Un estudio realizado en el Reino Unido reveló que una de las mejores prácticas encontradas cuando se trabajaba con grupos minoritarios era recompensar a los participantes en el estudio y que, la comunicación y el seguimiento continuo, aumentaron la calidad de los datos y la probabilidad de mantener los vínculos con los miembros de la comunidad para futuros estudios (11). Otro estudio realizado en Suecia enfatizó la necesidad de tener en cuenta el contexto más amplio de los determinantes sociales de la salud a la hora de planificar intervenciones para inmigrantes, señalando que a los inmigrantes con un alto nivel educativo les puede resultar más fácil buscar, recibir y comprender información relacionada con la salud, mientras que los inmigrantes con un bajo nivel educativo pueden ser más tradicionales, por ejemplo en sus dietas, y la información adaptada a ellos mismos puede no ser apropiada para ellos (12).
Un estudio realizado en Estados Unidos destacó la importancia de la información obtenida para la salud pública, incluida la salud de los inmigrantes indocumentados, la necesidad de una amplia difusión de los resultados concienciación sobre la publicación de estos resultados limitados, que pueden contribuir a mejorar la salud pública al reducir las barreras de acceso a la atención sanitaria para estas personas (13).
Problemas de comunicación e información
Comunicar información sanitaria a los inmigrantes y llevar a cabo investigaciones con esta población puede plantear varios retos. Las barreras lingüísticas pueden impedir una comunicación eficaz entre los profesionales sanitarios y los inmigrantes, lo que puede dar lugar a malentendidos sobre los problemas de salud, los planes de tratamiento y las medidas preventivas.
Uno de los estudios realizados en España demostró que la barrera lingüística y cultural es una limitación importante en el trabajo con el grupo de inmigrantes chinos que viven en la región de Cataluña y que la promoción de la salud puede ser posible planificando intervenciones adaptadas a las necesidades y características de esta población (14). Por otro lado, en un estudio realizado con inmigrantes ghaneses en el Reino Unido, hubo discusiones sobre los efectos de la traducción en la investigación, afirmando que el sesgo lingüístico es una de las dificultades de su investigación, lo que afectó la validez de las interpretaciones ya que la elección de palabras o terminología específica puede afectar la percepción de los resultados de la investigación (15). También se demostró que en el Reino Unido, debido al limitado dominio de la lengua inglesa por parte de la población inmigrantes, alimentos engañosos pueden influir en la percepción de alimentación y en las prácticas alimentarias y, por tanto, puede afectar la elección de alimentos, la comprensión de los términos dietéticos y la salud general del individuo (16).
Una revisión sistemática que evaluó 14 países europeos diferentes con un enfoque general en el acceso a la atención primaria identificó una falta de intérpretes, competencia cultural limitada de los profesionales, falta de formación y conocimiento de los profesionales, falta de información accesible para los inmigrantes, dificultades en la comunicación con los pacientes y barreras del idioma (17).
Uso de la sanidad pública por la población migrante
El uso de los servicios de salud pública por parte de la población migrante puede ser un desafío por diversas razones, y estos desafíos pueden tener implicaciones para varios aspectos de la salud, incluida la nutrición. El coste de la atención médica y de una alimentación adecuada puede no ser asequible y afectar negativamente a la calidad de las elecciones dietéticas.
Según un estudio francés, el acceso regular a la medicación y al seguimiento nutricional es complicado en las poblaciones desfavorecidas, ya que solo el 9,5% de los entrevistados tuvo algún tipo de seguro médico, y la escasez de recursos lleva a las personas que viven en condiciones muy precarias a comer sin una nutrición adecuada, lo que puede favorecer problemas de salud como diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares (18). Otro estudio realizado en Turquía reveló que los movimientos migratorios causados por la guerra, los incidentes terroristas y los desastres naturales tienen un impacto significativo en la salud de las personas y quienes pueden acceder fácilmente a los servicios de salud en sus países de origen no pueden beneficiarse de servicios de salud similares en los países de acogida debido a la falta de seguridad social, falta de información, barreras idiomáticas y culturales, así como obstáculos para brindar servicios de salud preventivos y curativos (19).
En cuanto al estudio español revisado, aunque la normativa nacional actual amplía significativamente el acceso a la atención médica a todos los residentes, incluidos los inmigrantes indocumentados, los inmigrantes irregulares continúan experimentando dificultades para acceder a la atención médica en España, y sigue existiendo una necesidad fundamental de aclarar los derechos legales de los inmigrantes indocumentados a nivel nacional (20).
Discusión
La mayoría de los artículos revisados se centraron en la importancia de mejorar las intervenciones o enfoques para los métodos de investigación y análisis de los hábitos alimentarios en estudios de población migrante.
Se deben desarrollar intervenciones que sean culturalmente sensibles y respetuosas de las tradiciones, creencias y prácticas dietéticas de la población migrante, colaborando con líderes comunitarios, organizaciones y personas influyentes locales para obtener conocimientos y generar confianza en la participación comunitaria. Proporcionar materiales e instrucciones en varios idiomas hablados por la comunidad para garantizar una comunicación abierta y utilizar traductores o investigadores bilingües para facilitar las interacciones y la recopilación de datos, ayudará a desarrollar proyectos de investigación relacionados con esta población. Las consideraciones éticas también deberían ser una prioridad al realizar investigaciones con poblaciones vulnerables. Éstas incluyen obtener el consentimiento informado, garantizar la confidencialidad y respetar la autonomía de los participantes.
Cada comunidad de inmigrantes es única, por lo que las intervenciones deben adaptarse al contexto cultural, social y económico específico de la población estudiada. Al tomar estas medidas, se podrán diseñar intervenciones y enfoques más eficaces, que contribuirán a una mejor comprensión de los hábitos alimentarios y promoverán dietas más saludables en las poblaciones de migrantes vulnerables.
Conclusión
La evidencia de diferentes países muestra desigualdades entre los migrantes en materia de salud y acceso a los servicios de salud. Al abordar los desafíos únicos que enfrentan estas comunidades en este trabajo, se ha colaborado a una mayor comprensión de los posibles factores que afectan alcomportamiento alimentario de la población inmigrante de un país y, consecuentemente, a un esclarecimiento de las bases para estrategias de salud pública más efectivas.
Los resultados de este estudio contribuyen al diálogo continuo sobre equidad en salud y justicia social. Al fomentar una apreciación más profunda de la diversidad cultural y su impacto en las prácticas dietéticas, nos acercamos a un mundo donde las poblaciones de inmigrantes vulnerables puedan acceder a los recursos que necesitan para llevar una vida más saludable.