Introducción
Desde una perspectiva epistemológica, la definición de teletrabajo supone un reto debido a la diversidad de actividades que busca abarcar. Para simplificar el escenario, se ha alcanzado un consenso para entender como teletrabajo a aquellas actividades laborales que requieren la utilización de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) fuera de la dependencia del empleador y que se llevan a cabo desde casa1.
Dicha definición posee la ventaja de que no hace distinción entre las diferentes modalidades o jornadas de trabajo que puedan existir dentro del teletrabajo y abarca tanto a quienes se emplean de manera parcial u ocasional como a aquellos que lo hacen de forma permanente. Además, permite distinguir el teletrabajo de otras formas de ocupación realizadas desde casa, como los múltiples empleos manuales2.
La pandemia ocasionada por la enfermedad COVID-19 ha modificado por completo la vida de millones de personas alrededor de todo el mundo. En poco tiempo, todas las esferas del mundo social se han transformado de forma radical, entre ellas la laboral. Muchos trabajadores que ocupaban un espacio en diferentes centros de trabajo han sido trasladados a sus casas, desde donde laboran actualmente. En este contexto, el teletrabajo se ha posicionado como una modalidad que ha permitido conservar una gran cantidad de empleos, auxiliando en el mantenimiento de la productividad de las empresas al mismo tiempo que protege la salud de sus empleados2).
Justificación
Aunque algunos de los millones de empleados que ahora realizan sus actividades laborales bajo la modalidad de teletrabajo volverán a la modalidad presencial cuando las empresas y gobiernos tomen la decisión de reanudar actividades y levanten las medidas de confinamiento, es probable que un porcentaje importante de trabajadores deba adoptar el teletrabajo de manera definitiva.
Con excepción de aquellos centros de trabajo que de manera previa ya lo incorporaban en el marco de sus políticas internas, hasta el momento el teletrabajo se ha implementado mayoritariamente de forma defensiva e improvisada; es decir, como una opción emergente ante un evento que nadie podía prever. Sin embargo, se estima que el teletrabajo se convierta en una opción cada vez más recurrente para las empresas en un futuro no muy distante, gracias a que la experiencia de la pandemia ha demostrado como muchas labores pueden ser llevadas sin mayor problema a casa.
Otro cambio que ha tenido lugar durante los últimos años en el mundo del trabajo ha sido la creciente preocupación por el bienestar laboral de los trabajadores. Durante mucho tiempo, la salud ocupacional se encargó de investigar exclusivamente cuestiones relacionadas con la salud y seguridad física de los trabajadores. Sólo de forma reciente la investigación ha comenzado a adoptar un enfoque holístico, en el cual también son sometidas a consideración cuestiones emocionales y de índole psicológica que afectan a los trabajadores; este cambio de enfoque se agrupa bajo el concepto de bienestar laboral, término que amalgama aspectos de la seguridad y salud de los teletrabajadores abordándolos tanto del punto de vista físico como del psicológico y el social3.
Desde la perspectiva del bienestar laboral surgen una serie de cuestionamientos acerca de la viabilidad del teletrabajo. En primera instancia, no puede soslayarse que los centros de trabajo cuentan con determinadas características particulares y están acondicionados para que dentro de ellos se realicen actividades específicas. Debido a la forma apresurada en que muchos han migrado al teletrabajo, no ha sido posible garantizar que estas cualidades se repliquen en cada uno de los hogares de los trabajadores, donde un buen número de nuevos teletrabajadores ha tenido que improvisar espacios de trabajo acondicionando algún rincón de su hogar que difícilmente contará con todas las cuestiones necesarias en materia de ergonomía para la realización de sus labores.
Esta situación suscita serias dudas acerca de las consecuencias del teletrabajo sobre la salud de los trabajadores. La improvisación de espacios de trabajo no garantiza las condiciones idóneas para su realización. Todo ello puede dar lugar a que surjan problemas musculoesqueléticos a causa de malas posturas, así como dificultades visuales y/o auditivas por la existencia de espacios incorrectamente iluminados o con mucho ruido. Además, se acentúan riesgos laborales de índole psicosocial como el estrés asociado a las dificultades de comunicación, la acumulación excesiva de trabajo, la inadecuada distribución de tiempos y cargas de trabajo, y la coexistencia en el mismo espacio de las actividades propias del mundo laboral con las de la vida familiar.
De tal modo, el teletrabajo es una modalidad laboral que se enfrenta hoy a múltiples desafíos en términos de la salud y la seguridad de los trabajadores. Mientras que en el horizonte se divisa su auge creciente, los resultados de investigaciones al respecto adquieren mayor relevancia, pues se vuelve cada vez más necesario conocer las repercusiones de esta forma de trabajo sobre el bienestar de los teletrabajadores. Es por ello que el Instituto de Seguridad y Bienestar Laboral (ISBL) de España llevó a cabo el proyecto de Observatorio Tecnoestrés, con el objetivo de conocer la forma en que se manifiesta el tecnoestrés en trabajadores de distintas áreas y ocupaciones, derivado del uso de las TIC en sus actividades cotidianas.
Planteamiento del problema y objetivo
La presente revisión es una derivación del estudio “Observatorio Tecnoestrés” y se enfoca exclusivamente en lo relativo al teletrabajo como factor de estrés en la persona guardando sus implicaciones con la tecnología. Por tanto, la pregunta que guía dicha investigación es: ¿cuál es la postura de los investigadores sobre los efectos de las dinámicas del teletrabajo en el bienestar laboral de los trabajadores? Así, el objetivo general será identificar y catalogar la postura que los estudios recabados mantienen sobre los efectos del teletrabajo en el bienestar laboral de los trabajadores; esto mediante la puesta en marcha de una revisión sistemática de literatura.
Material y Métodos
Tipo de investigación
La revisión sistemática propuesta es de tipo cualitativo, ya que no se realiza un metaanálisis de los estudios seleccionados, sino que la extracción y análisis de datos consiste en describir, organizar y categorizar la postura que los estudios seleccionados mantienen sobre los efectos del teletrabajo en el bienestar laboral del trabajador. De tal modo, los estudios localizados y seleccionados se han basado en la inclusión de sólo publicaciones dictaminadas accesibles en bases de datos y repositorios digitales; así, se espera garantizar la calidad de las fuentes incluidas, mediante el respaldo de los criterios de cientificidad que aplican las revistas especializadas, a los cuales fueron sometidos todos los artículos previamente a su publicación. Después, se ha evaluado la validez y calidad metodológica de los estudios seleccionados mediante la Lista de Downs y Black, (Figura 1) la cual permite valorar la validez interna y externa de estudios clínicos. Una vez realizado este paso, la extracción de datos se da en concordancia con los parámetros de la metodología PRISMA para revisiones sistemáticas de intervenciones; se analizan y se presentan los datos y. finalmente, se interpretan los resultados obtenidos.
Criterios de selección del corpus literario
Se consultaron las bases de datos Pubmed, DOAJ, Jstor, Thieme, Science Direct, Scielo y Redalyc. En todas ellas se introdujeron los siguientes términos de búsqueda: “Teletrabajo” AND Salud ocupacional”, en español y “Telework AND occupational health” y “Telecommuting AND Occupational health”, en inglés, los cuales fueron elegidos por encontrarse contemplados en el catálogo de Descriptores en Ciencias de la Salud, desarrollado por la Organización Panamericana de la Salud, organismo regional de la Organización Mundial de la Salud. Asimismo, se estableció un periodo de resultados entre 2000 a 2020.
La elección de las bases de datos y palabras clave mencionadas obedeció a la necesidad de contemplar estudios en los que hubiera un equilibrio entre la perspectiva médica y social que caracteriza a las investigaciones en materia de teletrabajo y salud ocupacional, así como incorporar el punto de vista de la producción internacional y en el ámbito hispanohablante. La exclusión de sistemas abiertos -como Google Scholar o Dialnet- permitió garantizar que los artículos estuvieran sometidos a un proceso de arbitraje para su publicación y, al mismo tiempo, marcar una diferencia con respecto de otras revisiones sistemáticas realizadas anteriormente donde la búsqueda se amplió a sistemas abiertos4,5.
Así, se tomó la decisión de incorporar únicamente estudios empíricos, con independencia de si su metodología era cuantitativa, cualitativa o mixta; esto permitió abarcar estudios de caso, cohorte, exploratorios y correlacionales. Como consecuencia se excluyeron aquellos estudios de índole conceptual, revisiones históricas, otras revisiones sistemáticas y artículos críticos o de opinión. La intención detrás de estos criterios es centrar la atención exclusivamente en la evidencia empírica que existe acerca de los efectos del teletrabajo sobre la salud de los teletrabajadores.
Se consideró como criterio de inclusión que los artículos definieran al teletrabajo como actividad laboral que involucra el uso de tecnologías de la información realizada desde un lugar ajeno al centro de trabajo. Así, quedaron fuera los estudios sobre trabajos manuales o tradicionales realizados desde casa. Otro criterio importante fue que privilegiaran el enfoque de salud ocupacional sobre el de salud general o cualquier otro, razón por la cual se excluyeron investigaciones que antepusieran un abordaje de tema de índole empresarial o productivo.
Estrategia de búsqueda
De acuerdo con el acrónimo PICOS de la metodología PRISMA, se incluirán aquellos estudios empíricos de salud ocupacional, que analicen las dinámicas de teletrabajo de empleos no manuales, cuyo fin sea generar evidencia sobre los efectos del teletrabajo en la salud de los teletrabajadores. Además, se dará prioridad a estudios correlacionales, de caso, cualitativos, de cohorte y exploratorios, con el fin de obtener evidencia empírica sobre la relación entre el bienestar laboral de los trabajadores y las dinámicas del teletrabajo, y se buscarán fuentes tanto en inglés como en español, para reducir la presencia de sesgos de publicación en la revisión del corpus literario. A partir del análisis de las posturas de los investigadores sobre los efectos del teletrabajo en el bienestar laboral de los teletrabajadores, los estudios recabados serán organizados en las categorías “pesimista”, “optimista”, “escéptico” y “ambivalente”.
El criterio de exclusión que guiará dicha búsqueda será el descartar estudios conceptuales, revisiones sistemáticas, revisiones históricas y artículos críticos o de opinión. Asimismo, se incluirán sólo estudios empíricos de salud ocupacional, que caracterizan el teletrabajo bajo una modalidad remota que emplea el uso de las tecnologías de la información (Tabla 1).
Resultados
Selección de estudios
En un primer ejercicio de búsqueda, se localizaron 216 artículos, al utilizar los términos de búsqueda “Teleworking”, “Telecommuting, “Ocuppational health”, “Teletrabajo” y “Salud ocupacional”; estos de forma separada. Sin embargo, con la finalidad de aumentar la probabilidad de encontrar el material más adecuado para la presente investigación se empleó el operado booleano “AND”, para unir los términos “Teleworking”, “Telecommuting”, “Teletrabajo” con “Ocuppational health” y “Salud ocupacional”. Así, se obtuvo un total de 486 artículos que contenían los descriptores enunciados. De estos 486 artículos, 5 fueron excluidos por duplicidad y 461 fueron excluidos mediante la revisión del título y el resumen, ya que no eran atingentes al tema planteado. Después, el proceso de cribado se aplicó a 20 estudios, de los cuales se excluyeron 6 por no mantener un enfoque de salud organizacional, por lo que se consideraron 14 artículos para su elegibilidad e inclusión. De estos, 13 fueron escritos en inglés y sólo 1 en español (Figura 2).
Caracterización del corpus literario
Entre el período que va del 2000 al 2010 se situaron 6 artículos, y los restantes entre los años 2011 y 2020, siendo el año 2017 el de mayor producción, con tres artículos. A partir de 2014 se puede notar un ligero incremento en el número de publicaciones sobre el tema. En el período que va de ese mismo año al 2020 se concentran ocho de los 14 artículos totales.
El tipo de estudio encontrado con mayor frecuencia fue el estudio correlacional, que acumula cinco artículos, seguido por los estudios de cohorte y exploratorios, ambos con dos. Los artículos se encuentran distribuidos en 10 países, entre los cuales destacan Estados Unidos, Canadá, España y Colombia, con dos cada uno (Véase Figura 3).
Evaluación de la validez y calidad de los estudios
Con la finalidad de valorar la validez interna y externa de los estudios recabados, se empleará la Lista de Downs y Black (Tabla 2). Se eligió dicha herramienta, debido a que permite determinar si el diseño experimental de los estudios seleccionados cuenta con el rigor metodológico necesario para generalizar los resultados y si estos son representativos de la población seleccionada. Dicha lista está organizada en 28 ítems y 5 secciones, las cuales abordan los siguientes puntos: 1) la primera permite valorar si la investigación cuenta con los requisitos básicos de investigación, es decir, si se ha definido el problema de investigación, la población a estudiar, la hipótesis y el tipo de estudio; 2) la segunda valora la validez externa de la investigación; 3) la tercera examina la validez interna del estudio; 4) el cuarto punto se enfoca en determinar las condiciones de validez interna; es decir, identifica la presencia de sesgos de selección; 5) el quinto apartado examina si el estudio tiene la potencia suficiente para detectar efectos relevantes de las variables analizadas6.
El porcentaje mínimo de cumplimiento respecto a los ítems de la Lista de Downs y Black establecido para considerar cada artículo como “Válido y de calidad” fue de 70%. Los artículos que se encuentran por debajo de este porcentaje no fueron descartados, pues sus objetivos son pertinentes para esta investigación. No obstante, dichos trabajos implican sesgos y consideraciones en la interpretación de resultados y generación de nuevas propuestas. Se encontraron 7 artículos por debajo del mínimo de 70%, mientras que los 7 restantes lograron alcanzar dicho porcentaje. El porcentaje más bajo fue del 30%, mientras que el más alto fue de 90.6%. Es necesario mencionar que existen ítems cuyo cumplimiento se refiere a la estructura del artículo, por lo que su presencia o ausencia no significa que el contenido sea deficiente.
Sesgos encontrados en los artículos revisados
Para afinar la evaluación de los artículos revisados, es necesario hacer mención de la poca claridad de los artículos respecto a la información compartida con la muestra considerada. Es decir, que durante la revisión sistemática no se ha encontrado ningún testimonio a propósito de los conocimientos que tenía la muestra entrevistada por la mayoría de los artículos, de manera que su selección y sus correspondientes respuestas podrían estar accidentalmente distorsionadas. Se presentan ligeros sesgos de pérdida, pues la colaboración de la muestra varía y puede genera pérdidas de participantes. Aunque se han reconocido estas situaciones, no se brindó mayor información sobre el tratamiento que se dio al problema.
El sesgo más relevante que se presenta en los artículos revisados se relaciona con la enunciación de una experiencia subjetiva por parte de los participantes, de forma que puede haber situaciones que, por ejemplo, para algunos individuos pasen desapercibidas, mientras que serán fuertemente mencionadas por otros.
Proceso de extracción de datos
El análisis de los artículos seleccionados se llevó a cabo de la siguiente manera: 1) lectura general con la finalidad de verificar la concordancia de la definición de teletrabajo con la adoptada en la presente investigación, así como cerciorarse de que el enfoque de salud ocupacional fuera el predominante; 2) lectura minuciosa centrada en los aspectos metodológicos, exposición de resultados y conclusiones a las que arribaron los investigadores; 3) creación de categorías interpretativas para agrupar los diferentes resultados de los resultados dentro de un marco común.
A pesar de la diversidad que caracteriza a las investigaciones seleccionadas, fue posible localizar coincidencias significativas entre ellas, así como señalamientos que permiten establecer e identificar resultados destacados en el terreno de la salud ocupacional de los teletrabajadores. De tal modo, el corpus literario analizado puede clasificarse en cuatro grupos de acuerdo con la postura a la cual conducirían sus conclusiones sobre la relación entre teletrabajo y bienestar laboral:
En un primer grupo, están los investigadores que encuentran una relación directa y positiva entre el teletrabajo y sus efectos sobre la salud ocupacional, así como buena disposición por parte de los trabajadores hacia esta modalidad de trabajo7,8,9,10,11. Para nombrarlo, a este grupo podría identificársele como el de los optimistas del teletrabajo.
En un segundo grupo se encuentran aquellos estudios que han encontrado beneficios parciales en el teletrabajo y sólo bajo condiciones particulares, como capacitar a los teletrabajadores con un entrenamiento previo que ayude a cuidar determinados aspectos de su salud12. Aquí se ubican también algunos investigadores que señalan efectos parcialmente negativos o una actitud ambivalente por parte de los trabajadores hacia el teletrabajo13,14,15, así como las investigaciones que niegan que existan beneficios para la salud y demuestra que los teletrabajadores de tiempo completo experimentan los mismos problemas de salud que los trabajadores presenciales16. Para nombrarlo, este grupo correspondería por antonomasia a los pesimistas del teletrabajo.
En un tercer grupo, figura un solo artículo que encuentran elementos tanto positivos como negativos del teletrabajo sobre la salud y el bienestar de los trabajadores, casi en proporciones iguales. Por lo tanto, encuentra difícil decantarse por una conclusión u otra, sino que resalta el carácter ambivalente de esta forma de trabajar17. Es por ello que a su postura se le puede identificar como aquella de la ambivalencia del teletrabajo.
En un cuarto grupo, un número reducido de artículos no califican de forma positiva ni negativa al teletrabajo, sino que mencionan que, para que esta modalidad de trabajo se traduzca en beneficios en términos de salud, es necesario que las empresas capaciten correctamente a sus empleados y que se legisle de tal manera que sea posible garantizar condiciones justas y saludables en esta modalidad de trabajo18,19,20. Este grupo podría recibir el apelativo de escépticos del teletrabajo.
El desglose del análisis sistemático que condujo a la clasificación de estos artículos se encuentra en la Tabla 3. Por otro lado, también se consideró relevante resumir los principales efectos de las dinámicas del teletrabajo sobre el bienestar laboral de los trabajadores, por lo que en la Tabla 3 se resumen los hallazgos más importantes en esta materia. De tal modo, los efectos positivos que fueron identificados con mayor frecuencia fueron: 1) mayor productividad, ante la ausencia de interrupciones10,11,12,13,16,17; 2) aumento de la satisfacción laboral del trabajador y reducción de estrés10,11,17; 3) mayor flexibilidad en los horarios, que deriva en una mayor cantidad de tiempo para dedicar a actividades de la vida personal7,8,20; y 4) aumento de la percepción de un mayor control sobre la gestión del tiempo y las actividades laborales cotidianas8,13.
Por su parte, los efectos negativos más frecuentes del teletrabajo (Tabla 4) que identificaron los autores revisados fueron los siguientes: 1) problemas asociados a la falta de infraestructura tecnológica adecuada para realizar las labores cotidianas, lo cual genera estrés en el trabajador al consumir tiempo de la jornada de trabajo12,16,17; 2) extensión de la jornada laboral y empalme de las labores cotidianas con los deberes del trabajo7,8,10,13,14,17,19,20; 3) sensación de falta de apoyo organizacional, a la hora de realizar labores complejas o nuevas17; 4) sensación de soledad y falta de cohesión del teletrabajador10,12,15,16; 5) retroalimentación irregular por parte de los supervisores12,14,16,17.
Discusión
A partir de la lectura y clasificación del corpus literario, se advierte que las posiciones de los investigadores están ampliamente divididas. En algunos casos, sus hipótesis y presupuestos apuntan hacia el teletrabajo como una vía para disminuir los niveles de estrés entre los trabajadores y conciliar la vida laboral y social; no obstante, los resultados no son concluyentes al respecto13,15. Esto parece ser cierto sólo en determinados contextos de trabajo; por ejemplo, cuando se introduce la modalidad de teletrabajo de forma parcial en algunos sectores como el de servicios, en contraste los teletrabajadores de tiempo completo parecen estar expuestos a los mismos niveles de estrés que quienes laboran de forma presencial a tiempo completo18.
En cuanto a la conciliación entre la vida laboral y la familiar, se pudo observar que los primeros estudios que se hicieron al respecto registraron un entusiasmo por parte de los trabajadores. También reportaban altos niveles de satisfacción por la reducción de tiempo en transportación hacia los centros de trabajo y una disminución de sus gastos mensuales en materia de transporte16,17. No obstante, estudios más recientes indican que existe un menor entusiasmo hacia esta modalidad de trabajo y resultados positivos no concluyentes o escasos en cuanto a la conciliación esperada entre trabajo y vida social21. Éste parece ser el caso especial de las teletrabajadoras: para muchas mujeres, el ideal de conciliación entre la vida laboral y la familiar que se suele atribuir al teletrabajo resulta difícil de alcanzar debido a que los trabajos de cuidado del hogar y la familia suelen recaer sobre ellas; por lo tanto, el teletrabajo ocasiona que, en un mismo espacio -el hogar-, se concentren dos actividades que demandan su atención y esfuerzo, entremezclando las esferas laboral y familiar y dificultando su separación7,20.
En contraparte, en las investigaciones analizadas también fue posible identificar excepciones a la tendencia, como el estudio de Azarbouyeh y Jalali Naini, aplicado entre 100 teletrabajadores iraníes. Esta investigación demostró un impacto positivo del teletrabajo sobre la calidad de vida de los empleados y no encontró diferencias estadísticamente significativas de estos beneficios entre géneros, grupos de edad o puestos de trabajo11.
Así, es destacable que, en gran parte de los estudios, la percepción del teletrabajo por parte de los trabajadores está marcada por la ambivalencia: por un lado, perciben reducido su contacto con otras personas, llegan a considerar al teletrabajo como un problema que ocasiona falta de vida social, aislamiento y dificultades para administrar su tiempo; por otro lado perciben el potencial o la posibilidad para lograr un equilibrio entre diferentes aspectos de sus vidas8.
De hecho, la preocupación por la sensación de aislamiento y soledad entre los teletrabajadores es una constante dentro de las investigaciones. Se trata de un sentimiento recurrente que se identifica en quienes laboran de tiempo completo bajo esta modalidad. Reclaman que los empleadores, en la mayor parte de los casos, no brindan la capacitación necesaria para enseñar a lidiar con esta situación y que tampoco se fomentan redes de apoyo entre teletrabajadores, a pesar de que esto último ha demostrado dar resultados positivos9,12.
Son pocos los estudios que se han encargado de investigar los efectos de estrategias concretas para el manejo de estrés o de problemas de salud ocupacional en el bienestar y rendimiento del teletrabajador12,14. Esto, a pesar de que dichas recomendaciones han probado su efectividad y de que los investigadores sugieren a los empleadores capacitar a sus empleados con técnicas para reducir riesgos ergonómicos, manejo de ansiedad y estrés, y otros problemas que suelen presentar cuando se labora a distancia.
Esta investigación ha podido constatar que, desde inicios del siglo XXI, los artículos en torno del impacto del teletrabajo sobre el bienestar de los teletrabajadores giran alrededor de unos pocos temas como el manejo de estrés, problemas psicológicos y ergonómicos derivados del teletrabajo, y la conciliación entre vida laboral y la sociofamiliar. Sólo de manera reciente se empieza a apreciar un desplazamiento hacia otros temas como la presencia de problemas psicosociales o la preocupación por aspectos legales y normativos que procuren la salud de los trabajadores a distancia.
Asimismo, los investigadores insisten en la necesidad de que los empleadores presten mayor atención a los problemas de salud ocupacional de sus teletrabajadores y que creen estrategias especializadas para atenderlos. Dado que hasta el momento no se ha dado un tratamiento especial al teletrabajo desde el enfoque de la salud ocupacional y la tendencia que se ha impuesto ha sido trasladar las recomendaciones generales a esta modalidad de trabajo sin reparar en sus características específicas.
Hasta el momento, la posiciones acerca de los efectos del teletrabajo sobre la salud de los teletrabajadores continúan muy divididas y no resulta posible establecer conclusiones contundentes al respecto. Aunque sí se identificaron ciertos padecimientos constantes como altos niveles de estrés en jornadas extensas de trabajo y sensación de aislamiento y soledad, así como un deterioro de la vida social. Quizá el tema sobre el cual existe mayor controversia es el de la conciliación entre vida laboral y vida familiar, en este punto los resultados de las investigaciones son sumamente contradictorios.
Una conclusión parcial a la que se puede arribar es que el teletrabajo por sí mismo no puede ser considerada una medida que mejore el bienestar laboral de los trabajadores. Su impacto depende de las condiciones y el contexto bajo las cuales se implemente. Se deben tomar en cuenta la extensión de las jornadas, carga laboral, diferencias de género, etc.
En este sentido es posible proponer muchas líneas de investigación sobre el tema por explorar en un futuro; por ejemplo, sería conveniente indagar en las diferencias y similitudes del impacto del teletrabajo en la salud de acuerdo con el sector de la actividad económica, el sexo, la edad, entre otras covariables o bien explorar las estrategias para regular el teletrabajo y los aspectos relacionados con la salud de los teletrabajadores entre regiones. Resalta así la pluralidad de puntos de vista presentes en la relación del teletrabajo y el bienestar laboral.
Por último, se advierte que existe un consenso sobre la necesidad de integrar equipos multidisciplinarios que permitan comprender todas las dimensiones implícitas en la salud ocupacional de los teletrabajadores. La evolución de los estudios del teletrabajo ha permitido advertir que no se trata de un tema exclusivamente perteneciente al ámbito de la salud, sino que involucra una serie de cuestiones psicológicas, médicas, jurídicas, sociológicas y de políticas públicas, entre otras.
Limitaciones
En lo que respecta a las limitaciones de la presente investigación, la exclusión derivada de los criterios establecidos para la selección de estudios sesga el análisis, puesto que no se consideran aquellos que abordan el tema planteado desde el enfoque empresarial o productivo, y tampoco se consideró información en idiomas diferentes al inglés o español o aquellos estudios publicados en formato impreso.
Conclusiones
En lo que respecta al impacto del teletrabajo sobre el bienestar de los teletrabajadores, los resultados y conclusiones de los estudios analizados permiten agruparlos en cuatro: aquellos que señalan que su efecto es positivo (optimistas), los que advierten que es negativo (pesimistas), los que indican que completamente es ambivalente, y los que aseguran que no es positivo ni negativo per se, sino que ello depende en buena medida de la capacitación que los teletrabajadores hayan recibido para ejecutar sus labores desde casa -escépticos-. Tanto optimistas como pesimistas conformaron grupos de igual tamaño dentro del corpus literario. Además, se encontró que los principales efectos positivos del teletrabajo sobre el bienestar laboral de los trabajadores son la mayor productividad, ante la ausencia de interrupciones; el aumento de la percepción de un mayor control sobre la gestión del tiempo y las actividades laborales cotidianas, etc. En contraste, los efectos negativos tienen que ver con problemas asociados a la falta de infraestructura tecnológica adecuada para realizar las labores cotidianas; extensión de la jornada laboral; sensación de falta de apoyo organizacional, a la hora de realizar labores complejas o nuevas, y la sensación de soledad del teletrabajador ante la falta de interacción con sus compañeros de trabajo.
De tal modo, La presente revisión sistemática sobre la literatura científica acerca de la relación entre teletrabajo y bienestar laboral contribuye a difundir los resultados de diferentes investigaciones realizadas alrededor del mundo y de esta manera ayuda a ampliar el marco de discusión sobre el tema; además de subrayar la necesidad de continuar con la realización de futuros estudios.
Agradecimientos
El presente trabajo se desprende del proyecto de Observa Tecnoestrés del Instituto de Seguridad y Bienestar Laboral (ISBL) de España, dirigido a diagnosticar y difundir la situación y condiciones del tecnoestrés en los trabajadores del mundo hispano. Los resultados de la fase de campo han sido recientemente puestos a disposición del público en línea a través del Informe ObservaPRL.org sobre Tecnoestrés 2020. Estos concentran los resultados de una encuesta realizada en varios países de habla hispana sobre los efectos del uso de tecnologías en el ámbito laboral sobre la salud, sin tocar lo referente a las investigaciones previas desarrolladas al respecto. Se agradece al ISBL por brindar los recursos económicos y materiales para su desarrollo a través del Observatorio de Prevención de Riesgos Laborales en 2020.