Introducción
En salud pública, las lesiones por el tránsito continúan representando un problema importante de morbilidad y mortalidad a nivel mundial por los altos costos sociales, económicos y financieros1,2. Del mismo modo, la preocupación es latente en el ámbito de salud laboral, millones de trabajadores realizan diariamente desplazamientos al lugar de trabajo, con la probabilidad de ocurrenica de un accidente de tránsito y, en algunas ocasiones, sufrir lesiones o la muerte3,4.
Estudios previos han revelado este fenómeno, un gran porcentaje de los accidentes de trabajo ocurrieron en los desplazamientos para acudir al lugar trabajo, dónde las diferencias por sexo son aún más evidentes5,6,7. Se ha demostrado que las mujeres se encuentran como grupo de riesgo en lo que respecta a este tipo de accidentes de trabajo. En un estudio realizado en Finlandia demostró en las mujeres 1,4 veces mayor probabilidad en sufrir un accidente de tránsito al acudir al lugar de trabajo respecto a los hombres8,9. Sin embargo, la mortalidad en los hombres es muy superior al de las mujeres1,10.
La República del Ecuador, a pesar de la tendencia decreciente en los últimos años de los índices de mortalidad, lesividad y letalidad por accidentes de tránsito, no se encuentra exento a este problema11. Desde un enfoque jurídico y para la correspondiente calificación y cobertura de prestaciones por accidente a los afiliados al sistema de la seguridad social en el país, aquellos accidentes ocurridos durante los desplazamientos en itinerarios habituales del domicilio al lugar de trabajo y viceversa son reconocidos legalmente y denominados como in itinere, independientemente de la condición del trabajador accidentado como usuario de la vía pública (peatón, ciclista, motociclista, pasajero o conductor de un vehículo) y gravedad de la lesión (traumatismos o fallecimiento).
Según la Primera Encuesta sobre Condiciones de Seguridad y Salud en el Trabajo para el Ecuador (I-ECSST) aplicada en la capital del país (Quito) en 2016, el 10,9% de los trabajadores afiliados (mujeres el 6,9% y hombres el 14,9%) manifestaron percibir el riesgo de sufrir un accidente de tránsito(12). Otro estudio realizado con datos oficiales procedentes de los accidentes de trabajo calificados entre 2014 y 2016, además de observar una tendencia al incremento de los accidentes in itínere, se comprobó que la probabilidad de fallecer por esta causa fue superior respecto a los accidentes ocurridos en el propio lugar de trabajo: RR = 1,66; IC95%: 1,43-1,9213. No obstante, el conocimiento para este tipo de accidentes en nuestro país y en el contexto laboral se encuentra, hasta el momento, desactualizado y limitado en cuanto a la representatividad nacional.
Un enfoque de gran utilidad para estudiar la evolución y comportamiento de la siniestralidad laboral, reside en el empleo de indicadores de mortalidad, como por ejemplo, la letalidad. A diferencia de la tasa de mortalidad, la tasa letalidad facilita valorar la probabilidad de fallecimiento en función de los trabajadores heridos por lugar de ocurrencia y variaciones en períodos de tiempo14. En nuestro contexto y en los últimos años, se ha prestado mayor interés al estudio de la gravedad de las lesiones ocurridas en el lugar de trabajo15,16. Sin embargo, las muertes por lesiones in itínere, en términos de letalidad, no es una cuestión específica de la peligrosidad por actividad económica o por ocupación laboral, sino que afecta a todas las empresas y, en particular, a todos los trabajadores, puesto que en sus desplazamientos para acudir al lugar de trabajo se encuentran expuestos a múltiples riesgos viales. Por tanto, se trata de un problema de seguridad vial laboral que requiere ser estudiado, al menos una primera aproximación, como elemento clave para las estrategias marcadas en la política nacional de salud en el trabajo para el año 202517.
Por ello, el objetivo de nuestro estudio fue evidenciar las diferencias en las estimaciones de letalidad por accidentes de trabajo según lugar de ocurrencia (in itínere - jornada laboral) y por sexo, a partir de registros administrativos en la República del Ecuador para el periodo de 2014 a 2019. Así como, la explicación del comportamiento temporal a las diferencias detectadas en el periodo y la comparación entre 2019 y 2020, al estar este último año influenciado por el confinamiento y la modalidad de teletrabajo por la COVID-19 y puesto que es considerado como un año atípico para las estadísticas de siniestralidad laboral y, por tanto, se recomienda su análisis por separado18.
Material y Métodos
Los datos fueron proporcionados por el Seguro General de Riesgos del Trabajo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social al Observatorio Ecuatoriano de Seguridad y Salud en el Trabajo (OESST) de la Universidad Espíritu Santo, oficialmente en exclusividad y con fines investigativos. De los 104.396 casos calificados por accidentes de trabajo entre 2014 a 2019, 1.280 casos (1,2%) fueron mortales, de los cuales 927 (72,4%) ocurrieron en jornada laboral y 353 (27,6%) in itínere. En 2020 (fecha de corte al 24 de diciembre de 2020), fueron calificados 7.216 casos por accidentes de trabajo, 57 casos causaron la muerte (42 en jornada laboral y 15 in itínere).
A partir de estos datos fueron calculadas las Tasa anuales de Letalidad (TL) por accidentes de trabajo (TLt = [(número de casos mortales x 100) / número de casos mortales y no mortales]) para mostrar la importancia en términos de gravedad en producir la muerte los accidentes según lugar de ocurrencia, tanto en mujeres como en hombres por separado14. Para identificar las diferencias en la probabilidad de fallecimiento, se calculó la Razón de Tasas de Letalidad (RTL) e intervalos de confianza del 95% (p<0,05), tomando como referencia la TL en jornada laboral. Se calculó el porcentaje de cambio para valorar el aumento o la disminución que experimentaron las RTL (PC = [RTLt1 - RTLt0] / It0 x 100), dónde RTLt1 fue considerado el último año (2019) y RTLt0 el primer año (2014) y tendencias crecientes o decrecientes mediante el análisis de regresión lineal simple (ß = beta y R2 = coeficiente de determinación) 19. Por último, se compararon las TL y RTL entre 2019 y 2020 para mostrar el efecto de las restricciones de movilidad originadas por la pandemia de la COVID-19. El análisis estadístico se realizó con la ayuda del programa IBM® SPSS Statistics, versión 25. Dada la limitada información disponible de los datos administrativos empleados, el estudio se complementa con los porcentajes acumulados en función a los grupos de edad.
Resultados
La Tabla 1 muestra la distribución porcentual de las lesiones mortales y no mortales, en mujeres y hombres según lugar de ocurrencia en el conjunto de periodo (2014-2020). Como se puede observar el porcentaje de casos de los accidentes mortales in itínere son superiores a los ocurridos en jornada laboral, tanto en mujeres como en hombres. Del mismo modo ocurre por grupos de edad, incrementándose el porcentaje conforme avanza la edad.
Para el período 2014-2019, la TL promedio global por accidentes in itínere presentó la cifra al 1,7% frente al 1,1% en jornada laboral. En general, las TL globales por accidentes de trabajo mostraron descensos continuados con reducciones porcentuales importantes, en mayor medida en los in itínere (ß = −0,256; −57,1%) que en los ocurridos en jornada laboral (ß = −0,080; −40,6%). Los accidentes in itínere mostraron TL más elevadas y de forma constante respecto a los ocurridos en jornada laboral, tanto en mujeres como en hombres y para todos los años del periodo de estudio, Tabla 2.
El porcentaje de cambio y tendencia del exceso de riesgo en la letalidad por accidentes in itínere (RTL), considerando la TL en jornada laboral como referencia, han presentado moderados cambios con leves disminuciones de forma global (ß = −0,118; −27,2%) y en hombres (ß = −0,112; −25,3%). Sin embargo, en las mujeres (ß = −0,009; −20,7%) se ha observado estabilidad y cambios porcentuales inferiores respecto a los hombres entre 2014-2018. De forma global, la probabilidad de fallecimiento por accidentes in itínere fue dos veces mayor que en jornada laboral [1,51 (IC95% = 1,13-2,04); p = 0,006]. Para las mujeres, las cifras de la TL promedio fueron superiores in itínere (0,9%) que en jornada laboral (0,1%) y la probabilidad de fallecimiento fue seis veces mayor in itínere [5,93 (IC95% = 1,86-16,34); p = 0,001]. Para los hombres, las cifras de la TL promedio fueron superiores in itínere (2,1%) que en jornada laboral (1,3%) y la probabilidad de fallecimiento fue dos veces mayor in itínere [1,58 (IC95% = 1,38-1,82); p = 0,000], Tabla 3.
Finalmente, el efecto de la COVID-19 en 2020, como era de esperar, originó importantes descensos del -52,9% en los casos de fallecimientos por accidentes de trabajo (-53,1% in itínere y -52,8% en jornada laboral) respecto al 2019. Las TL en jornada laboral disminuyeron levemente de forma global (-9,4%) y en hombres (-7,1%). No se registraron casos de fallecimientos por accidentes en jornada laboral en mujeres para ambos años (2019-2020). Las TL in itínere mostraron incrementos de forma global (14,5%) y en hombres (25,6%), por el contrario, en mujeres se observaron reducciones importantes (-63,4%). En 2020, la probabilidad de fallecimiento por accidentes in itínere entre los hombres fue dos veces mayor que en jornada laboral [1,83 (IC95% = 1,04-3,39); p = 0,048], Tabla 4.
Discusión
Este es uno de los pocos estudios en seguridad vial laboral en nuestro país que muestra la problemática de los desplazamientos para acudir y volver del lugar trabajo mediante el empleo de indicadores de mortalidad y para un gran conjunto de datos administrativos. El acceso a esta información y las lagunas existentes, nos motivó a plantear este estudio.
Los hallazgos encontrados sugieren la necesidad de realizar futuros estudios epidemiológicos que permitan explicaciones más detalladas de las altas tasas de letalidad y exceso de riesgo de fallecer por accidentes in itínere, así como, la identificación de grupos con mayor vulnerabilidad por las diferencias entre mujeres y hombres.
Por ahora y mientras tanto, se sugiere afrontar este reto en dos ejes de acción20. Desde la empresa, mayor compromiso por los efectos negativos en la salud y las repercusiones económicas que generan los accidentes in itínere. Desde los organismos públicos y privados en materia de seguridad y salud en el trabajo, abordajes multisectoriales de discusión que faciliten la puesta en marcha programas divulgativos que conciencien sobre esta realidad y no solo, centrarse en acciones concretas para los lugares de trabajo.
Al tratarse de un análisis exploratorio, se dificulta comparar con otros estudios. No obstante, nuestros hallazgos concuerdan con la literatura previa. En España, la siniestralidad registrada en jornada laboral es mucho mayor entre los hombres, sin embargo, la probabilidad de sufrir una lesión in itínere es mayor entre las mujeres21. La explicación podría estar dada por el aumento de la población femenina al mercado laboral formal y dónde los factores de riesgo psicosocial podrían ser determinantes añadidos a los riesgos viales22. Para el año 2020, se ha constatado una disminución considerable del número de casos de fallecidos por accidentes de trabajo, tanto en jornada laboral como en los in itinere23,24. Sin embargo, nuestras estimaciones han constatado diferencias en la letalidad por lugar de ocurrencia y sexo para todos los años. Se podría argumentar que cada vez existe mayor interés en la gestión de la prevención de lesiones en los lugares de trabajo, a diferencia de los riesgos relacionados con la seguridad vial laboral que aún no se les ha prestado la atención que merecen. Es por ello, que los accidente in itínere requieren de una intervención urgente. Además de la muerte, varios estudios demuestran que la incapacidad laboral generada para este tipo de accidentes es muy superior a los ocurridos en los lugares de trabajo25,26, incluso deja secuelas físicas y mentales más duraderas que afectan a la capacidad productiva del trabajador27. Además, la edad es considerado un factor predictivo que incrementada la ocurrencia de accidentes viales y, con especial atención, a las edades avanzadas por su vulnerabilidad.
Por supuesto, somos conscientes de algunas limitaciones. En primer lugar, hay que tener presente que los datos empleados para este estudio proceden de una fuente secundaria facilitada por el Seguro General de Riesgos del Trabajo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Por lo tanto, no fue posible realizar análisis más específicos de otros criterios epidemiológicos de interés debido a la insuficiente calidad de sus datos, como por ejemplo, no se dispuso de información sobre la causa de la muerte según la clasificación internacional. En segundo lugar, sin duda es posible una infra-estimación del número de víctimas mortales por accidentes de trabajo, más aún para los in itínere y que a priori podrían multiplicar la magnitud del problema y confirmar las diferencias de letalidad. En tercer lugar, la observación fue de solo 7 años, por lo que no se pudieron comparar las tasas de letalidad en un periodo más amplio, al no disponer de información de años anteriores, aunque lo consideramos como suficiente para mostrar el comportamiento temporal. Además, incluimos el 2020, aunque es nombrado como un año marcado por la situación pandémica por la enfermedad de la COVID-1918) dónde hubo confinamiento de la población general desde marzo hasta nuestros días, limitando los desplazamientos y la adopción de la modalidad de teletrabajo para la mayoría de los trabajadores afiliados, por ello nuestro interés ha sido presentar los cambios entre 2019 y 2020. En cuarto lugar y para los casos de fallecimientos in itínere, hubiera sido de gran valor disponer información desagregada por diferentes tipos de usuarios de la vía, por ejemplo; aquellos en condición de vulnerabilidad (peatones, ciclistas y motociclistas), pues el porcentaje de víctimas mortales pertenecientes a esta categoría representan aproximadamente un 80% en los países de ingresos medios1. Así como, información relevante como las causas y tipologías de los siniestros. Estos aspectos han sido limitantes para realizar análisis más específicos al presentado aquí y, por otro lado, poder comparar con otros estudios.
Sin embargo y en nuestra opinión, estos resultados han permitido, por primera vez, desvelar la realidad oculta de la letalidad por accidentes in itínere en el Ecuador y aporta información preliminar y relevante de este problema en la población trabajadora afiliada al sistema de la seguridad social. En conclusión, postulamos a continuar investigando este tipo de accidentes de trabajo mortales, puesto que se ha demostrado que se trata de una prioridad en salud laboral y pública que requiere soluciones.
Agradecimientos
Los autores agradecen a la Dirección General de Riesgos del Trabajo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social por facilitar los microdatos de siniestralidad laboral. Parte de este artículo es derivado de las líneas de investigación del Observatorio Ecuatoriano de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Universidad Espíritu Santo.