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Actas Urológicas Españolas

Print version ISSN 0210-4806

Actas Urol Esp vol.33 n.8  Sep. 2009

 

ORIGINAL - CÁNCER DE PRÓSTATA

 

Valor de la PET en la recurrencia del cáncer de próstata con PSA < 5 ng/ml

Usefulness of PET scans in diagnosing recurrent prostate cancer. Prostate with PSA level < 5 ng/ml

 

 

Jorge Rioja Zuazua, Macarena Rodríguezb, Aníbal Rincón Mayansa, Abel Saiz Sansia, Juan Javier Zudaire Bergeraa, Rafael Martínez-Mongec, José Ángel Richterb y José María Berián Poloa

aDepartamento de Urología, Clínica Universitaria, Universidad de Navarra, Pamplona, Navarra, España
bDepartamento de Medicina Nuclear, Clínica Universitaria, Universidad de Navarra, Pamplona, Navarra, España
cDepartamento de Oncología Radioterápica, Clínica Universitaria, Universidad de Navarra, Pamplona, Navarra, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Introducción y objetivo: Evaluamos la utilidad de la tomografía por emisión de positrones (PET) en el diagnóstico de la recurrencia del cáncer de próstata tras tratamiento con intención curativa.
Material y métodos: Se sometió a 92 pacientes consecutivos en progresión bioquímica tras cirugía radical (63) o radioterapia (29) a una PET. En todos los casos, se realizaron dos escáneres PET en el mismo día (11C-colina y 18F-FDG). Se evalúa la eficacia de la PET de manera global (utilizando los resultados con 11C-colina y 18F-FDG) y de manera independiente para detectar recurrencia en pacientes con progresión bioquímica. Para ello, se utilizan la comparación de medias para k muestras independientes, tablas de contingencia 2 × 2 y 2 × X y curvas ROC.
Resultados: 1. PET global: hay evidencia de la alteración de la PET en función del antígeno prostático específico (PSA) (p = 0,003), estadio clínico (p = 0,01). No existe una alteración de la PET estadísticamente significativa en función de la afectación de la biopsia (unilateral o bilateral), los márgenes quirúrgicos, el estadio patológico y el tiempo a progresión. La curva ROC PET-PSA es significativa (p < 0,0001) y permite calcular distintos puntos de corte; PSA = 4,3 ng/ml el que presenta una mayor especificidad (91%). 2. PET 18FDG: el área bajo la curva ROC es significativa (p < 0,0001), con una especificidad del 91% para un PSA = 6,51 ng/ml. 3. PET 11colina: el área bajo la curva ROC es significativa (p < 0,0001), con una especificidad del 91% para un PSA = 5,15 ng/ml.
Conclusiones: La PET es una herramienta útil en el diagnóstico de la recurrencia de cáncer de próstata tras tratamiento radical con intención curativa.

Palabras clave: Tomografía por emisión de positrones. Cáncer de próstata. Recurrencia. 18F-FDG. 11C-colina. Prostatectomía radical. Radioterapia.


ABSTRACT

Introduction and objectives: We intend to evaluate the usefulness of PET scans in diagnosing recurrent prostate cancer after a curative attempt using radical treatment.
Material and methods: 92 consecutive prostate cancer patients in biochemical progression following radical surgery (63) or radiation treatment (29) were studied with positron emission tomography (PET). In all cases two scans were performed in the same day (11C-choline and 18F-FDG). PET efficacy was evaluated both globally (by employing the results achieved with both 11C-choline and 18F-FDG) and using both radiotracers independently to detect recurrence in patients with biochemical progression. For this purpose, we used comparison of means for k-independent samples, 2 × 2 and 2 × X contingency tables and ROC curves.
Results: 1. Global PET: there is evidence of PET alteration regarding the PSA level (P=.003): the clinical stage (P=.01). There are no statistically significant PET alterations regarding the affected biopsy (uni or bilateral), surgical margins, pathological stage and time to progression. ROC curve PET-PSA is statistically significant (P<.0001) permitting calculation of different cut-off points, with a specificity of 91% (highest) for a PSA of 4.3 ng/ml. 2. PET 18FDG: the area under the ROC curve is statistically significant (P<.0001) with a specificity of 91% for a PSA of 6.51 ng/ml. 3. PET 11choline: the area under the ROC curve is statistically significant (P<.0001) with a specificity of 91% for a PSA of 5.15 ng/ml.
Conclusions: PET is a useful tool for diagnosing prostate cancer recurrence after a curative attempt using radical treatment.

Key words: Positron emission tomography. Prostate cancer. Recurrence. 18F-FDG. 11C-choline. Radical prostatectomy. Radiation treatment.


 

Introducción

Después de aplicar un tratamiento con intención curativa por cáncer de próstata clínicamente localizado, con cirugía o radioterapia, un 15-30% de los pacientes evidencia progresión bioquímica, es decir, en el caso de la cirugía una elevación de la cifra de antígeno prostático específico (PSA) por encima de 0,2-0,4 ng/ml y en caso de radioterapia tres elevaciones sucesivas, después de haber alcanzado el nadir.

La progresión bioquímica indica evidencia de enfermedad, pero la capacidad para localizar la recurrencia con las técnicas de imagen convencionales (ecografía transrectal, resonancia magnética [RM], tomografía computarizada [TC] o gammagrafía ósea), o no tan convencionales (como la inmunogammagrafía con 111In-capromab pendetida), es muy limitada, con unas sensibilidades y especificidades muy bajas1-6. Inevitablemente, la progresión bioquímica precede a una recurrencia clínicamente detectable a nivel pélvico o metastásico en un plazo de meses o años7-9. Actualmente, las técnicas más precisas y sensibles para diagnosticar una recurrencia son el tacto rectal, la ecografía transrectal y la biopsia transrectal del lecho prostático, pero rara vez son útiles, especialmente con PSA < 1 ng/ml10.

El papel de la tomografía por emisión de positrones (PET) en la valoración del cáncer de próstata continúa en desarrollo. Los estudios preliminares utilizaban como radiotrazador la glucosa marcada con flúor, en forma de 18fluoro-2-desoxiglucosa (18F-FDG), radiotrazador que se emplea comúnmente para la evaluación metabólica de múltiples procesos neoplásicos. La limitación de su rendimiento, debido a la baja captación celular de 18F-FDG, ha sido ampliamente demostrada en el cáncer de próstata11-15; posiblemente pueda utilizarse para evaluar la agresividad y la resistencia androgénica16, quedando relegado a pacientes con PSA entre 2 y 10 ng/ml17.

Por el contrario, el desarrollo de nuevos radiofármacos, como el 11C o 18F-colina, o la 11C-acetato, parecen prometedores en la detección de células malignas del cáncer de próstata18-21.

Los trabajos publicados con 11C-colina han confirmado su corta vida media (20 min) y una captación preferente por el cáncer de próstata, los ganglios linfáticos afectados y las metástasis18-20,22-25. La colina marcada con 11C o 18F tiene una alta sensibilidad para localizar el tumor primario en el lóbulo prostático, e incluso en la biopsia sextante24,26; sin embargo, como desventaja, se ha evidenciado una gran afinidad de ambos radiofármacos por la hiperplasia benigna27.

El objetivo del presente estudio fue evaluar de manera prospectiva la capacidad de la PET/TC en el diagnóstico de la recurrencia del cáncer de próstata, con la utilización conjunta de dos radiotrazadores, la 18F-FDG y la 11C-colina. Se ha estudiado la eficacia global con los dos radiotrazadores y la eficacia de cada uno de ellos de forma independiente en una serie de 92 pacientes en progresión bioquímica tras tratamiento radical por cáncer de próstata.

 

Material y métodos

Pacientes

Este estudio prospectivo se realizó entre marzo de 2003 y noviembre de 2006. Los pacientes incluidos en el estudio fueron todos aquellos que presentaban una progresión bioquímica después de una prostatectomía radical (PSA > 0,2 ng/ml) (n = 63 pacientes) y aquellos con progresión bioquímica después de radioterapia (externa o braquiterapia), según criterios de ASTRO28 (n = 29 pacientes).

Todos fueron sometidos a una exploración física (tacto rectal) y PET para realizar un reestadificación. Se realizaron dos estudios PET/TC en el mismo día, el primero de ellos con 11C-colina y el segundo con 18F-FDG.

Antes de la inclusión en el estudio, los pacientes dieron su consentimiento informado para su participación en él. Este estudio fue aprobado por el comité de ética y la dirección de la institución donde se ha realizado.

Radiofármacos

El 18F-FDG se sintetizó siguiendo los procedimientos previamente descritos29.

La 11C-colina se sintetizó usando un módulo de metilación. El 11CH3I obtenido de 11CO2 se destiló a 90 oC a través de un cartucho de C18 Sep-Pack cargado con 40 µl del precursor (dimetilaminoetanol). El cartucho se lavó en agua y N-metil-[11C]-colina retenida en un cartucho CM Sep-pack y eludía con 0,9% ClNa a través de un filtro de 0,22 µm a un vial estéril.

Adquisición de imágenes

Todos los pacientes guardaron ayuno al menos durante las 6 h previas al estudio. Siguiendo protocolos convencionales, en cada paciente se realizaron consecutivamente 11C-colina y 18F-FDG PET escáneres. Cinco minutos después de la inyección de 370 MBq de 11C-colina, se inició el estudio PET. Con un intervalo de al menos 3 h, el segundo estudio con PET se inició tras la inyección de 370 MBq de 18F-FDG.

Se estudió a 24 pacientes con un tomógrafo PET (ECAT Exact HR+, Siemens, Knoxville, Tennessee, Estados Unidos) y 68 en una máquina combinada de PET/TC (Biograph DUO, Siemens, Knoxville, Tennessee, Estados Unidos).

Cuando el estudio con 11C-colina se realizó en el tomógrafo PET, sólo se examinaron el abdomen bajo y la pelvis, debido a la corta vida media del [11C]. Sin embargo, en el tomógrafo combinado PET/TC, se obtuvo un estudio corporal completo con [11C]. En los dos tomógrafos se obtuvieron estudios corporales completos con 18F-FDG

En el tomógrafo ECAT Exact HR+, el tiempo de emisión era de 7 min por posición de la cama en un modo 2D. Los datos se obtuvieron con corrección de atenuación de la transmisión utilizando una fuente de 68Ge en forma de anillo extraíble.

Del tomógrafo PET/TC, las imágenes se adquirieron en modo 3D, con un tiempo de emisión de 3 min por posición de cama y utilizando un TC para la corrección de atenuación. Los parámetros del TC helicoidal con detector dual eran: 130 kV, 80 mA, 0,8 s por cada rotación del TC con una anchura de corte de 5 mm y un punto de 1,5.

Las imágenes PET se reconstruyeron con un algoritmo iterativo de reconstrucción iterativa ordered-subset expectation maximization (OSEM) (2 iteraciones y 6 subconjuntos) y fueron reformadas en cortes transversales, coronales y sagitales.

Análisis de imagen

Las imágenes de la PET se interpretaron por dos especialistas en medicina nuclear, sin conocimiento de otro procedimiento diagnóstico. Los resultados fueron analizados mediante una evaluación cuantitativa y cualitativa.

Los estudios con PET se consideraron positivos cuando presentaron acumulación patológica de cualquiera de los dos radiofármacos (PET global). En cada caso, se indicaba cada lugar de captación y el radiofármaco captado.

En las lesiones detectadas, la región de interés (region of interest [ROI]) se dibujó manualmente en la imagen para el cálculo del valor de captación estandarizado (standardized uptake value [SUV]), que se define como la medición de la concentración de actividad dividida por la cantidad del radiofármaco inyectado y normalizado con el peso del paciente.

Análisis estadísticos

Se evaluó el valor de la PET de manera global (resultado con ambos radiotrazadores) y su eficacia ante las distintas situaciones posterapéuticas (radioterapia y cirugía), y de manera independiente con cada radiotrazador (11C-colina y 18FDG). Para ello, se utilizaron la comparación de medias para k muestras independientes, tablas de contingencia 2 × 2 y 2 × k y curvas ROC.

 

Resultados

Estudio descriptivo

Los resultados del estudio descriptivo se detallan en la tabla 1.

La media de tiempo hasta progresión bioquímica fue de 34,7 meses y la mediana, de 27 meses.

La media del PSA nadir fue 0,3 ng/ml (mediana, 0 ng/ml); el nadir de la cirugía en todos los casos fue 0 ng/ml.

En el momento del estudio con PET, la media de PSA fue de 12,9 ng/ml, con una mediana de 3,88 ng/ml.

Todos los pacientes fueron considerados en progresión bioquímica y tratados de acuerdo a las guías clínicas del EAU, en función de su situación, poscirugía y posradioterapia.

PET global

Analizando los resultados de la PET global (se considera positivo si uno o ambos radiotrazadores indican afectación), la evidencia de recurrencia con PET se relaciona con la cantidad de PSA sérico (p = 0,003) y el estadio clínico (p = 0,01). La afectación de la biopsia pretratamiento (unilateral o bilateral), los márgenes quirúrgicos, el estadio patológico y el tiempo a progresión no tienen relación con una PET positiva. La significación está en el límite en relación con el grado de Gleason de la biopsia (p = 0,09).

La curva ROC PET-PSA es significativa (p < 0,0001) (intervalo de confianza [IC] del 95%, 73,2-90,8%) y nos permite calcular distintos puntos de corte; el PSA = 4,3 ng/ml es el que presenta una mayor especificidad (91%) (fig. 1). A partir de este resultado, decidimos tomar varios puntos de corte significativos desde el punto de vista clínico para valorar su utilidad (PSA = 1 ng/ml y 3 ng/ml) y calculamos los riesgos de fallar (proporción de falsos negativos [PFN]). De este modo, la PFN para PSA > 1 ng/ml, > 3 ng/ml y > 4,3 ng/ml es del 24, el 16 y el 8%, respectivamente (tabla 2).


Figura 1 - Curva ROC de antígeno prostático específico con tomografía
por emisión de positrones (PET). Resultado PET global.

PET y radioterapia frente a cirugía

Analizando los resultados en función del tratamiento realizado, y a pesar de que son grupos homogéneos en cuanto al PSA, observamos que existen diferencias significativas en cuanto a la capacidad diagnóstica de la PET con doble contraste en función del tratamiento. Los pacientes radiados presentan una PET positiva significativamente mayor que los de cirugía radical:

- Radioterapia: riesgo de fallar del 21,4% (IC del 95%, 10,2-39,5%).

- Cirugía: riesgo de fallar del 45,2% (IC del 95%, 42,5%-66,6%).

PET con 18FDG

El área bajo la curva ROC fue significativa (p < 0,0001); el punto de corte para una especificidad del 91% es un PSA = 6,51 ng/ml (fig. 2). Utilizando los mismos puntos de corte que en la evaluación global, calculamos los riesgos de fallar (PFN) para los tres valores de PSA anteriormente descritos, > 1 ng/ml, > 3 ng/ml y > 4,3 ng/ml. Se obtuvieron como resultados unas PFN del 50,7, el 40 y el 34,2%, respectivamente. Se obtuvieron unas sensibilidades y unas especificidades en función de los puntos de corte establecidos anteriormente. Los resultados se reflejan en las tablas 3 y 4.


Figura 2 - Curva ROC de antígeno prostático específico con tomografía
por emisión de positrones (PET). Resultado PET con 18FDG.

4-PET con 11colina

El área bajo la curva ROC fue significativa (p < 0,0001); el punto de corte para una especificidad del 91% es un PSA = 5,15 ng/ml (fig. 3). Utilizando los mismos puntos de corte que en la evaluación global, calculamos los riesgos de fallar (proporción de falsos negativos) para los tres niveles de PSA anteriormente descritos, > 1 ng/ml, > 3 ng/ml y > 4,3 ng/ml, respectivamente. Se obtuvieron como resultados unas PFN del 27,1, el 18,4 y el 10,8% respectivamente, que comparadas con los resultados obtenidos con la FDG son sensiblemente mejores (tabla 4). Se obtuvieron unas sensibilidades y unas especificidades, en función de los puntos de corte establecidos anteriormente, mejores que para la FDG. Los resultados se reflejan en la tabla 5.


Figura 3 - Curva ROC de antígeno prostático específico con tomografía
por emisión de positrones (PET). Resultado del PET con 11C-colina.

 

Discusión

Actualmente, no existe ninguna prueba capaz de detectar la recurrencia de cáncer de próstata en los pacientes con progresión bioquímica tras un tratamiento de intención curativa y que presentan unos valores de PSA bajos. Harisinghani et al30 comunicaron que el empleo de contraste con nanopartículas marcadas con hierro, en la resonancia magnética de alta resolución, permite la detección de pequeñas metástasis ganglionares no detectables de otra manera en la estadificación prequirúrgica de pacientes con cáncer de próstata, lo que evidencia la detección de infiltración metastásica en lesiones entre 5 y 10 mm. Sin embargo, estos excelentes resultados nunca se han confirmado en pacientes con recurrencia tras un tratamiento radical.

A diferencia de las técnicas de imagen morfológicas, que tienen una baja sensibilidad en la detección de metástasis linfáticas y en el diagnóstico de la recurrencia, la PET parece detectar con mayor precisión la presencia de tumor viable después de un tratamiento radical, bien a nivel local o locorregional31,32.

Hasta el año 1999, y utilizando como radiotrazador 18FDG, se demostró que su capacidad para evidenciar afectación ganglionar en tumores órgano-confinados era baja14, lo que descartaba su utilización rutinaria en la práctica clínica33. Sin embargo, era ligeramente superior a la TC en el diagnóstico de recidiva en partes blandas34 y, por ello, más útil en la monitorización de la respuesta al tratamiento35.

Algunos autores intentaron valorar la existencia de una correlación entre el grado histológico de Gleason del tumor o el estadio, y la captación de FDG, con resultados discordantes. Algunos no encontraron ningún tipo de correlación36,37, mientras que otros, por el contrario, sí lo demostraban. Se encontró, además, una débil correlación con el PSA, pero que era insuficiente para su aplicación clínica33.

Se ha sugerido que la PET puede detectar de forma temprana las metástasis óseas cuando sólo está afectada la médula17. Sin embargo, y a pesar de presentar un valor predictivo positivo (VPP) del 98% para la detección de éstas, los resultados son más pobres que la gammagrafía ósea, con unas sensibilidades del 20-65%, y el diagnóstico de varias lesiones vistas con la gammagrafía ósea38 falló. En nuestro caso, la proporción de falsos positivos, para el diagnóstico de la recurrencia con PSA por encima de 1 ng/ml, es del 50,7% (IC del 95%, 39-62%), con una sensibilidad del 92%, pero con una especificidad del 28%.

Estos malos resultados indujeron la utilización de radio-trazadores más eficientes, como la colina o el acetato, que, incluidos en otras vías metabólicas, pudieran tener una captación más específica de las células tumorales del cáncer de próstata.

La colina se transporta al interior de las células de manera fosforilada y es atrapada en el interior y empleada para la síntesis de fosfolípidos; se puede demostrar que las células malignas presentan unos valores elevados de colina y una sobrerregulación de la colincinasa39. Estos hallazgos llevaron al desarrollo de análogos de la colina marcada con positrones para el diagnóstico oncológico por imagen. Los resultados de la PET utilizando 11C-colina fueron muy prometedores, tanto en la estadificación preoperatoria como en la reestadificación por recurrencia del cáncer de próstata23,25,40.

Recientemente se ha valorado la eficacia de la PET/TC con 11C-colina en la evaluación de metástasis ganglionar en el cáncer próstata, corroborándola con estudio anatomopatológico de los ganglios linfáticos obtenidos tras linfadenectomía pélvica y/o retroperitoneal; presentó unos resultados de sensibilidad, especificidad, VPP, valor predictivo negativo y una precisión del 64, el 90, el 86, el 72 y el 77%, respectivamente. El diámetro máximo de las verdaderas lesiones era mayor que los falsos negativos (15,0 frente a 6,3 mm; p = 0,0004)41.

Uno de los mayores inconvenientes que presenta la 11C-colina es su corta vida media, lo que hace necesario la disponibilidad de un ciclotrón en el centro, suponiendo el mayor obstáculo para su aplicación clínica rutinaria. Sin embargo, este inconveniente se ha intentado solventar con la utilización de otros marcadores para la colina, como por ejemplo la 18F-colina42,44.

Considerando los límites de detección inherente en varias técnicas de imagen, no es sorprendente que con frecuencia no se encuentre un correlato entre una alteración morfológicamente detectable con unos valores bajos de un determinado marcador. Con el objetivo de utilizar las pruebas diagnósticas de la manera más eficiente posible, ya que algunas de ellas son muy caras, se han realizado varios trabajos para determinar cuál es el nivel de un marcador determinado para el empleo eficiente de esa técnica45,46. En el caso de la recurrencia de cáncer de próstata, De Jong et al40 no encontraron resultados positivos en la reestadificación de pacientes con cáncer de próstata utilizando 11C-colina, con valores de PSA < 5 ng/ml; sin embargo, Picchio et al23 publicaron unos resultados positivos con su utilización por debajo de esos niveles. Heinisch et al47, con el empleo de 18F-colina, encontraron un caso positivo con PSA < 5 ng/ml de 8 pacientes estudiados con PSA < 5 ng/ml, resultados que se encontraban sesgados por la utilización de hormonoterapia previa a la realización del estudio, sin estar del todo aclarada la asociación entre la hormonoterapia y el resultado de la PET. En nuestro caso, la colina mejora los resultados de la FDG (fig. 4), disminuyendo la proporción de falsos negativos con PSA > 1 ng/ ml de un 50,7% (IC del 95%, 39-62%) hasta un 27% (IC del 95%, 18-38%) y mejorando, a su vez, la sensibilidad y la especificidad hasta un 96 y un 44%, respectivamente, para un PSA > 1 ng/ml. Pero los mejores resultados los obtenemos cuando utilizamos la PET con doble contraste (FDG y colina), disminuyendo la proporción de falsos negativos para PSA > 1 ng/ml hasta un 24% (IC del 95%, 15,5-35%) y presentando una especificidad del 91% para un PSA = 4,3 ng/ml.


Figura 4 - Imagen de tomografía por emisión de positrones (PET) con doble contraste en la que se
observa la superioridad de la PET 11C-colina frente a la PET 18F-FDG. Se trata de un paciente con
cáncer de próstata tratado mediante prostatectomía radical con progresión bioquímica (PSA = 0,8 ng/ml).
A: PET con 18F-FDG en la que no se visualiza la recidiva. B: PET con 11C-colina en
la que se visualiza la recidiva en la fosa prostática.

 

Otro de los radiotrazadores estudiados han sido el 11C-acetato, que se empezó a estudiar en cardiología nuclear y fue introducido por Shreve et al48 para el estudio de la patología oncológica, con gran utilidad en el estudio de tumores renales. Su acumulación en las células malignas se debe a su metabolismo lipídico en la membrana celular, asociado con el crecimiento tumoral. Un grupo japonés49 y el grupo de Kotzerke et al50 demostraron sus altas sensibilidad y especificidad en el diagnóstico de la recurrencia del cáncer de próstata, incluso con valores de PSA bajos, resultados que impulsaron otros estudios, como el de Wachter et al51, que demostraron que la PET con 11C-acetato, junto con imágenes morfológicas fusionadas, bien por resonancia magnética o TC, ayuda a localizar con precisión las captaciones patológicas en 37 (73%) de 51 de los casos, destacando que el resultado de la PET con 11C-acetato modificó la actitud de los especialistas en 14 de 50 pacientes (28%).

Sin embargo, los resultados obtenidos en este trabajo con el empleo de doble contraste son superiores a los obtenidos con otros radiotrazadores.

La comparación de la utilidad de la PET en función de los distintos tratamientos empleados no se ha estudiado, y aunque se han realizado estudios con pacientes tratados con ambas modalidades terapéuticas (cirugía y radioterapia)47, las diferencias entre ellas no ha sido estudiadas. En nuestro grupo, la PET tiene mayor utilidad en pacientes radiados frente a los pacientes operados con una proporción de falsos negativos del 21,4% (IC del 95%, 10,2-39,5%) frente al 45,2% (IC del 95%, 42,5%-66,6%) de la cirugía, posiblemente por la persistencia de la próstata, puesto que se trata de grupos homogéneos en cuanto a PSA y estadios clínicos.

Sin embargo, el estudio tiene dos limitaciones. No tenemos confirmación anatomopatológica (limitación inevitable porque es imposible de realizar) y, sobre todo, no se incluye el estudio de pacientes control sin recidiva tumoral en ambos grupos (cirugía y radioterapia), aunque en nuestra experiencia personal a nivel local no hay falsos positivos en pacientes operados y muy ocasionalmente en pacientes radiados.

 

Conclusiones

Podemos concluir que la PET con doble contraste mejora significativamente los resultados de la PET con FDG y 11C-colina. La 11C-colina ha supuesto la mayor mejoría de este trabajo en comparación con la FDG. La PET con 11C-colina tiene una utilidad clínica en pacientes con PSA < 5 ng/ml.

 

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Dirección para correspondencia:
Correo electrónico: jriojazu@gmail.com
(J. Rioja Zuazu).

Recibido el 20 de noviembre de 2008
Aceptado el 4 de mayo de 2009

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