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Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría

versión On-line ISSN 2340-2733versión impresa ISSN 0211-5735

Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. vol.39 no.135 Madrid ene./jun. 2019  Epub 11-Nov-2019

https://dx.doi.org/10.4321/s0211-57352019000100016 

Crítica de Libros

TDAH: más sensatez y menos fármacos

ADHD: more sense, less drugs

Pedro A Marina González1  11 

1Psiquiatra. Centro de Salud Mental de La Corredoria. Oviedo.

11Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

PÉREZ ÁLVAREZ, Marino. 2018. Más Aristóteles y menos Concerta®. Las cuatro causas del TDAH. Pamplona: NED Ediciones, ISBN: 978-84-16737-44-4. 255p.

Todo libro tiene una singularidad que lo caracteriza y la de este viene perfilada, a mi juicio, por dos propiedades destacadas: es enormemente didáctico y genuinamente reivindicativo. Amante de esa verdad que nos hace libres y responsables. Resultando, por tanto, incómodo.

Marino Pérez, psicólogo clínico, catedrático de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de Oviedo, ha hecho y hace sustanciosas contribuciones al análisis de qué son los trastornos mentales. Investigador y escritor inquieto, autor de numerosos artículos y libros, algunos con polémica pero siempre clarividentes, ha dedicado una parte de su esfuerzo intelectual a la difícil tarea de arrojar luz sobre las razones por las que los tratamientos "curan" y, con ello, sobre la naturaleza de los trastornos mentales, yendo "a la raíz misma de las cosas" (1).

En sus escritos acerca de la naturaleza de los trastornos mentales siempre hay una crítica bien argumentada de las consecuencias de un discurso hegemónico que considera, a pesar de la ausencia de pruebas al respecto, que los trastornos mentales son entidades naturales de base biológica que pueden ser entendidas y tratadas (con fármacos) sin atender a la subjetividad y a la interacción del sujeto con el medio (2).

Y este libro es un magnífico ejemplo de esta crítica razonada. Razonada y aplicada, porque, con su ejercicio y la propuesta de algunas alternativas, pretende devolver a la normalidad a lo que hoy en día llamamos Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), arrancándolo de la consideración de "enfermedad". Este "devolver a la normalidad" no significa trivializar ni minusvalorar la gravedad del problema, como ya demostró en un libro previo titulado Volviendo a la normalidad: la invención del TDAH y del trastorno bipolar infantil (3).

Explica el autor en el libro que se reseña cómo el TDAH, a través del empirismo, la investigación científica y la costumbre, ha sido llevado al ámbito de la enfermedad, otorgándole una categoría de entidad natural equiparable a la diabetes o la epilepsia, por ejemplo. Y demuestra que el TDAH carece de los elementos constitutivos que permitan identificarlo como una enfermedad natural, es decir, genética, que ponga de manifiesto la relación del material genético con un mal funcionamiento neuronal, apreciable por la neurofisiopatología, asociado con una lesión cerebral evidenciada por la anatomía patológica. Y recuerda algo obvio: si así fuera, el diagnóstico del TDAH se haría mediante una combinación de pruebas genéticas, marcadores biológicos y neuroimagen, y no a través de los criterios de las clasificaciones de los trastornos mentales DSM o CIE, que se basan en la conducta.

Sin embargo, la fuerza de la costumbre y un método científico defectuosamente aplicado mantienen un statu quo inamovible. El método científico es, en esencia, un método crítico: cuando se aplica correctamente, cuestiona todos los hallazgos hasta que son confirmados de manera irrefutable por todos los investigadores. El autor hace una revisión exhaustiva de los principales estudios sobre el tema y pone de manifiesto que no hay unanimidad en los hallazgos; por tanto, no hay pruebas inequívocas de que sea una enfermedad natural.

Entonces, ¿por qué tanta insistencia? En el libro se señalan argumentos falaces, non sequitur y ex juvantibus construidos sobre la premisa de que si un medicamento alivia síntomas es porque hay una enfermedad de base. Es decir, si los psicoestimulantes que se prescriben a los niños con conducta TDAH hacen que estos mejoren, será porque en su cerebro hay un defecto que los psicoestimulantes reparan.

Lo cierto es que, una vez aceptados los presupuestos falaces, la ciencia trabaja denodada y empecinadamente para encontrar el defecto, con la convicción obstinada de que ahí está aunque se resista a dar la cara. Es cuestión de tiempo y de recursos acabar dando con él. Pero en el caso del TDAH nadie sabe cuánto tiempo ni cuántos recursos. Además, hay motivos para dudar de que se esté buscando en el sitio adecuado.

¿Y entretanto?, ¿tenemos que seguir inevitablemente considerando al TDAH una enfermedad y tratando a los niños como enfermos? La propuesta que hace el autor es suspender este empeño baldío, desprenderse de la tela de datos ("la sobreabundancia de datos no es sinónimo de conocimiento") y plantear el tema desde un lugar diferente, metacientífico y filosófico, que permita acercarse al TDAH desde otro ángulo: salir del terreno de la prueba, que no conduce a ningún sitio, y entrar en el del argumento.

En este punto, reivindica la filosofía como recurso de conocimiento para acceder a la esencia de las cosas, con un planteamiento que pretende persuadir, no demostrar: "No va contra la ciencia ni está fuera de ella". Filosofía y ciencia constituían antaño una sola ocupación; con la revolución científica, siguieron caminos divergentes (podemos decir que la ciencia se olvidó de la filosofía). Con el método científico, las ciencias naturales adquieren un desarrollo extraordinario. La medicina como técnica que se nutre de las ciencias biológicas progresa de modo estratosférico. La psiquiatría, como especialidad médica, confía en seguir ese camino, pero se encuentra con que las conductas patológicas del ser humano no se circunscriben a alteraciones orgánicas, sino que se refieren también a conflictos personales y de relación del sujeto con el medio.

Cualquier proceso mental presupone alguna modificación en el organismo, puesto que somos materia, pero ese mismo acto es conducta y, como tal, significante; por tanto, para retratar dicho proceso aparte de la naturaleza del acto, tenemos que interpretar su sentido, significación y propósito. Y, para ello, el saber que proporciona la filosofía es una ayuda principal.

Pues esa es la propuesta del autor, usemos la filosofía para superar el statu quo y veamos el TDAH desde otro ángulo distinto del biológico: como una conducta con sentido.

El propio título del libro da pistas de esa intención. Evoca a Más Platón y menos Prozac (4), el libro de Marinoff que fue éxito de ventas a finales de los noventa del pasado siglo. Como él, reivindica la filosofía como un modo útil de examinar el mundo y al ser humano dentro de él. No obstante, la intención es muy diferente: mientras Marinoff pretende mostrar de manera prosaica que los filósofos también pueden ser "terapeutas" —en ciertos casos, mejorando a psicólogos y psiquiatras—, la pretensión de Marino Pérez es epistémica, quiere recordar la capacidad de la filosofía, incluso de filósofos clásicos como Aristóteles, para analizar y ayudar a pensar lo que somos y cómo entenderlo, incluido cómo considerar y manejar el TDAH.

Así pues, en las páginas de este libro se pueden encontrar argumentos para dejar de considerar el TDAH como una enfermedad y entenderlo como una variedad de conductas que pueden ser problemáticas en ciertas situaciones y tareas, situando el problema en el contexto social y fuera del cerebro del niño. Contiene también algunas propuestas para llevar al TDAH a la normalidad.

En el libro, este argumentario está dividido en tres partes: la primera, dedicada a la insostenibilidad del TDAH como entidad clínica; la segunda, a la metaciencia del TDAH —el TDAH visto desde la teoría de las cuatro causas de Aristóteles—; y la tercera, a cómo volver a la normalidad.

Pero, además de recoger el retrato actual del TDAH, el libro nos muestra el negativo, es decir, las consecuencias de mantener este problema en el campo de la enfermedad: el riesgo de transformar al yo-sujeto en un yo-neuroquímico exento de responsabilidad (mi conducta surge de mis neuronas averiadas); la estigmatización de la enfermedad (no me comporto así porque soy un niño, sino porque estoy enfermo); la conversión de los colegios en sanatorios donde, en lugar de educar para resolver problemas, se diagnostica y clasifica, logrando una homogeneización de las conductas bajo un patrón de normalidad que olvida su diversidad; el hecho de orientar la investigación hacia aspectos neurobiológicos, alejándola del estudio de los determinantes sociales, y, de este modo, hacer que pase desapercibida la contradicción entre la dinámica actual de la sociedad occidental y lo que pedimos a los niños. Una dinámica tendente a la hiperactividad y la evitación del aburrimiento que no favorece en el niño la atención sostenida, la demora de la recompensa o la estrategia reflexiva.

En definitiva, en las páginas del libro se desgrana el leal empeño del autor por devolver el TDAH a la normalidad, defendiendo verdades incómodas que van a contracorriente de la "ciencia natural", ponen patas arriba los convencionalismos y dejan al descubierto intereses espurios.

No es propio de nuestros tiempos ir a contracorriente ni atacar los convencionalismos, resultando políticamente incorrecto, sin otro interés que buscar el correcto sitio de las cosas, una actitud que apreciarán todos los interesados en el tema.

Bibliografía

1 Pérez-Álvarez M. Las cuatro causas de los trastornos psicológicos. Madrid: Editorial Universitas, 2003. [ Links ]

2 González-Pardo H, Pérez-Álvarez M. La invención de trastornos mentales. Madrid: Alianza Editorial, 2007. [ Links ]

3 (3) García de Vinuesa F, González-Pardo H, Pérez-Álvarez M. Volviendo a la normalidad: la invención del TDAH y del trastorno bipolar infantil. Madrid: Alianza Editorial, 2014. [ Links ]

4 (4) Marinoff L. Más Platón y menos Prozac. Barcelona: Ediciones B, 2006. [ Links ]

5 Pérez Álvarez Marino (2018). Más Aristóteles y menos Concerta®. Las cuatro causas del TDAH, Pamplona, NED Ediciones. ISBN: 978-84-16737-44-4, 255 páginas. [ Links ]

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