SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.34 issue3Anorexia and megestrol acetate: treatment versus placebo controlled studyRenal function in patients treated with a combination of renin-angiotensin blockers and thiazide diuretics: is this appropriate? author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

My SciELO

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Nefrología (Madrid)

On-line version ISSN 1989-2284Print version ISSN 0211-6995

Nefrología (Madr.) vol.34 n.3 Cantabria  2014

https://dx.doi.org/10.3265/Nefrologia.pre2014.Feb.12322 

CARTAS AL DIRECTOR

 

Hiperpotasemia en pacientes hospitalizados. ¿Cómo evitarla?

Hyperkalaemia in hospitalised patients. How to avoid it?

 

 

Dirección para correspondencia

 

 

Sr. Director:

La hiperpotasemia es un trastorno electrolítico grave cuya incidencia está aumentando, especialmente en ancianos, en los que disminuye la liberación de renina1 y a los que habitualmente se les administran fármacos que favorecen la hiperpotasemia, como los inhibidores del sistema-renina-angiotensina-aldosterona (ISRAA)2 o los antiinflamatorios no esteroideos3. No es infrecuente que varios de estos fármacos se utilicen de forma simultánea en un mismo paciente, aumentando el riesgo de hiperkalemia4.

Nos planteamos estudiar la epidemiología de la hiperpotasemia en los pacientes ingresados en un centro hospitalario, realizando un estudio transversal y observacional de prevalencia de período de un año (01/06/2009-31/05/2010), que incluyera adultos con el diagnóstico principal o secundario de hiperpotasemia en el informe de alta.

Se estudiaron variables demográficas, el origen de la hiperpotasemia y factores desencadenantes, entre otros.

La hiperpotasemia se consideró de origen domiciliario si el paciente presentaba hiperpotasemia al ingreso, y de origen hospitalario si las cifras de potasio estaban en rango normal al ingreso y la hiperpotasemia se generaba durante este.

Se definió la hiperpotasemia como leve si el potasio era inferior a 5,9mmol/l, como moderada entre 6-6,9mmol/l y como grave si era superior a 7mmol/l.

Se revisaron los posibles factores causantes de hiperpotasemia, eligiéndose un máximo de dos de los siguientes: fracaso renal agudo (FRA), aporte de fármacos potencialmente hiperkalemiantes, aporte de potasio, insuficiencia cardíaca (IC) o salida de potasio del interior de la célula.

Entre los antecedentes asociados y predisponentes a la hiperpotasemia se incluyeron la hipertensión arterial, IC crónica, enfermedad renal crónica (ERC), diabetes mellitus, hepatopatía crónica o depleción de volumen.

De los 11856 pacientes adultos ingresados en el período de estudio, en 96 (0,8%) figuraba en el informe de alta el diagnóstico de hiperpotasemia. La detección de hiperpotasemia por el laboratorio fue más elevada: un 26% (3098/11856) de los pacientes presentaron niveles de potasio por encima del rango (5,1-12,8mmol/l). La hiperpotasemia fue leve en la mayoría de los casos (n=2715 [87,6%]), moderada en 303 (9,8%) y grave en 80 (2,6%).

De los 96 pacientes con hiperpotasemia codificada en el informe de alta, en 32 (33,3%) esta se generó durante el ingreso hospitalario. Entre los factores precipitantes, los fármacos, el FRA o ambos fueron responsables de la hiperpotasemia en el 80,2% de los pacientes. La edad media fue de 74 (14,3) [19-97] años y el 59,4% eran mujeres.

Encontramos una incidencia acumulada de hiperpotasemia de 0,81% de los ingresos en un año. Se trata de una incidencia infraestimada, ya que la detección se realizó con base en los diagnósticos al alta y muchas hiperpotasemias no fueron incluidas en los diagnósticos en el informe de alta. Solo el 15,4% (59/383) de las hiperpotasemias moderadas y graves detectadas por el laboratorio (K≥6mmol/l) fueron incluidas en los informes de alta. Esto muestra una posibilidad de mejora, ya que el informe de alta, elemento de comunicación entre los distintos niveles asistenciales, debe ser lo más completo posible.

Las hiperpotasemias fueron más frecuentes en pacientes con edad avanzada, en los diabéticos y en aquellos con ERC, y con frecuencia fueron de origen multifactorial, combinando factores comórbidos y fármacos.

El 76% de los pacientes con hiperpotasemia estaban en tratamiento con algún fármaco potencialmente hiperkalemiante, y de estos el 54,8% tomaban dos o más fármacos. Encontramos una correlación estadísticamente significativa (p<0,01) entre el número de fármacos potencialmente hiperkalemiantes y la gravedad de la hiperpotasemia. Aunque en los estudios con fármacos ISRAA en monoterapia el riesgo de hiperpotasemia es bajo5, debemos tener en cuenta que los pacientes incluidos en estos estudios son seleccionados cuidadosamente y se les realiza una monitorización estrecha, por lo que los resultados no son siempre extrapolables a la práctica clínica diaria. Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y los antagonistas de los receptores de angiotensina II son, hoy en día, una de las causas más frecuentes de hiperpotasemia, especialmente en pacientes con otros factores predisponentes. Debe prestarse especial atención a los pacientes con bloqueo del sistema-renina-angiotensina-aldosterona dual o triple, ya que como muestran estudios recientes el riesgo de hiperpotasemia es muy superior6. Un metaanálisis sobre la seguridad de la utilización de aliskiren administrado en combinación con otros ISRAA también ha observado mayor riesgo7.

En la tabla 1 figuran los fármacos, destacando los diuréticos ahorradores de potasio como segunda causa más frecuente, en su mayoría (27/30) con espironolactona y en dosis elevadas (100mg) un 66,6%.

 

Tabla 1. Fármacos asociados con la aparición de hiperpotasemia.

AINE: antiinflamatorios no esteroideos; ARA II: antagonistas de los receptores de la
angiotensina II; IECA: inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina.

 

Un dato de interés en nuestro estudio es que el 73% de los pacientes presentaron FRA y, de estos, en el 50% se atribuyó a causa prerrenal. La hipoperfusión renal favorece la hiperpotasemia debido a la disminución del aporte de sodio y agua a los túbulos renales, donde se intercambia por potasio, disminuyendo su eliminación. En estos casos, la hiperpotasemia podría prevenirse con una advertencia en la ficha técnica de los medicamentos ISRAA, similar a la que aparece en la metformina en relación con el riesgo de acidosis láctica, en la que se recomiende suspender temporalmente el fármaco en situaciones que predispongan a insuficiencia renal, como una diarrea intensa, vómitos o administración de contrastes yodados, entre otros.

Creemos que nuestro estudio, aunque con muchas limitaciones, aborda un tema importante desde los puntos de vista de la seguridad del paciente y la prevención, dirigido principalmente a clínicos, para mejorar el manejo de este tipo de pacientes. En la tabla 2 figuran recomendaciones para prevenir la hiperpotasemia, que se podrían resumir en la mejor utilización de los fármacos potencialmente hiperkalemiantes en poblaciones de riesgo (ancianos, diabéticos, ERC) que sufren depleción de volumen.

 

Tabla 2. Recomendaciones para evitar la aparición de hiperpotasemia.

AINE: antiinflamatorios no esteroideos; ERC: enfermedad renal crónica; FG: filtrado
glomerular; ISRAA: inhibidores del sistema-renina-angiotensina-aldosterona.

 

Conflictos de interés

Los autores declaran que no tienen conflictos de interés potenciales relacionados con los contenidos de este artículo.

 

Patricia de Sequera1, Roberto Alcázar1,
Marta Albalate1, Rafael Pérez-García1,
Elena Corchete1, Pedro Asegurado2, Marta Puerta1,
Mayra Ortega-Díaz1

1 Servicio de Nefrología.
Hospital Universitario Infanta Leonor. Madrid
2Servicio de Admisión y Documentación Clínica.
Hospital Universitario Infanta Leonor. Madrid

 

Bibliografía

1. Palmer BF, Levi M. Effect of aging on renal function and disease. In: Brenner BM, editor. Brenner & Rector's The Kidney. Vol. 2, 5th ed. Philadelphia: W.B. Saunders, 1996. pp. 2274-96.         [ Links ]

2. Muzzarelli S, Maeder MT, Toggweiler S, Rickli H, Nietlispach F, Julius B, et al. Frequency and predictors of hyperkalemia in patients ≥60 years of age with heart failure undergoing intense medical therapy. Am J Cardiol 2011;109:693-8.         [ Links ]

3. Braden GL, O'Shea MH, Mulhern JG, Germain MJ. Acute renal failure and hyperkalaemia associated with cyclooxygenase-2 inhibitors. Nephrol Dial Transplant 2004;19:1149-53.         [ Links ]

4. Uijtendaal EV, Zwart-van Rijkom JE, van Solinge WW, Egberts TC. Frequency of laboratory measurement and hyperkalaemia in hospitalized patients using serum potassium concentration increasing drugs. Eur J Clin Pharmacol 2011;67:933-40.         [ Links ]

5. Weir MR, Rolfe M. Potassium homeostasis and renin-angiotensin-aldosterone system inhibitors. Clin J Am Soc Nephrol 2010;5:531-48.         [ Links ]

6. Mann JF, Schmieder RE, McQueen M, Dyal L, Schumacher H, Pogue J, et al. Renal outcomes with telmisartan, ramipril, or both, in people at high vascular risk (the ONTARGET study): a multicentre, randomised, double-blind, controlled trial. Lancet 2008;372:547-53.         [ Links ]

7. Harel Z, Gilbert C, Wald R, Bell CH, Perl J, Juurlink D, et al. The effect of combination treatment with aliskiren and blockers of the renin-angiotensin system on hyperkalaemia and acute kidney injury: systematic review and meta-analysis. BMJ 2012;344:e42.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Patricia de Sequera,
Servicio de Nefrología,
Hospital Universitario Infanta Leonor, Madrid
E-mail: psequerao@senefro.org

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License