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Dynamis

On-line version ISSN 2340-7948Print version ISSN 0211-9536

Dynamis vol.35 n.2 Granada  2015

https://dx.doi.org/10.4321/S0211-95362015000200007 

 

 

Identidad e integración social: análisis de la sociabilidad en una sociedad de socorros mutuos (1902-1933)

Identity and social integration: analysis of sociability in a mutual aid society (1902-1933)

 

 

Pilar León Sanz (*)

(*) orcid.org/0000-0003-0247-6101. Historia de la Ciencia, Universidad de Navarra. mpleon@unav.es

La investigación se inició con el proyecto "La sociedad de obreros La Conciliación: escenario de prácticas médicas (1902-1984)", PIUNA (2006-09); forma parte del proyecto "Cultura emocional e identidad", Instituto de Cultura y Sociedad, Universidad de Navarra. Un resumen de la investigación fue presentado en el VII Congreso de Historia Social, Madrid, 24-26 de octubre de 2013.

 

 


RESUMEN

El artículo estudia la sociabilidad en las fiestas y en las celebraciones del Consultorio de Niños de Pecho organizadas periódicamente por la sociedad de socorros mutuos La Conciliación entre 1902 y 1933. Eran actos recreativos que también tenían una finalidad educativa. La Conciliación (1902-1984) fue fundada en Pamplona, con carácter mixto y católico, exclusivamente masculina hasta 1936. Su principal actividad fue la mediación laboral y la asistencia en la enfermedad a los socios obreros y sus familias, a través de un subsidio económico y del servicio médico. A partir de las noticias publicadas en la prensa y de los documentos del archivo de la sociedad de socorros mutuos, se describen los acontecimientos y se analizan las prácticas emocionales de las celebraciones. Los actos del Consultorio de Niños de Pecho suscitaron emociones positivas que estimularon los sentimientos maternales, de piedad y caridad, o de utilidad social de las clases acomodadas. En las fiestas de La Conciliación se reconocen los aspectos emocionales relacionados con la comunicación, la movilización y la regulación: las conferencias y los actos proponían a los socios obreros y a sus familias un modelo social y una concepción ideológica y religiosa. El carácter performativo de las emociones reforzó la identidad de los miembros y su integración social en la ciudad. Se trató de una sociabilidad al servicio del proyecto de La Conciliación.

Palabras clave: Sociabilidad, sociedades de socorros mutuos, España, siglo XX, historia de las emociones.


ABSTRACT

This article studies the sociability evidenced in the fiestas and other celebrations held by the Breastfeeding Infant Clinic and periodically organized by La Conciliación Mutual Aid Society between 1902 and 1933 as recreational acts with educational purposes. La Conciliación (1902-1984) was founded in Pamplona as an exclusively male Catholic association (women were admitted from 1936) composed of workers, employers and protector members, with labor, healthcare, and economic objectives under a Mixed Board of Governors with representatives from the three cohorts. The description of the events and the analyses of the emotional practices are based on newspaper reports and the association’s archives. The acts organized by the Breastfeeding Infant Clinic served to stimulate positive emotions and maternal feelings of piety and charity and to arouse a sense of social utility in the upper social classes. We acknowledge the regulatory component of the emotions that appeared in the fiesta of La Conciliation: conferences and social events proposed a social model that reinforced the participation of members and their families in the association’s ideological and religious goals. The performative character of emotions was designed to reinforce the identity of the members of La Conciliation and their social integration in the city. This model of sociability strengthened the project of La Conciliation.

Key words: Sociability, mutual aid societies, Spain, twentieth century, history of emotions.


In memoriam Juan Antonio Paniagua (†)

 

1. Introducción

Son numerosas las líneas de trabajo abiertas sobre el estudio de las emociones que tratan de recuperar la llamada historia de la subjetividad. A través del análisis de las motivaciones e intenciones que explican las conductas o los acontecimientos, proponen escribir la historia de "dentro a fuera" (the inside out)1. Desde esta perspectiva, pretendemos revisar la sociabilidad originada a través de las fiestas (actividades educativas y de ocio), organizadas periódicamente por la Sociedad Protectora de Obreros La Conciliación desde su fundación en 1902 hasta 19332.

Peter N. Stearns y Carol Z. Stearns han demostrado la validez de este acercamiento para la comprensión de la historia de EE.UU. a lo largo de los siglos XIX y XX3. Por su parte, Christian Bailey explica que las emociones interpersonales son normalmente analizadas como agentes de sociabilidad4. Sin embargo, otros historiadores, como William Reddy, han señalado que abordar de esta manera los cambios históricos tiene una dificultad mayor de la que se había considerado inicialmente5. Uno de los mayores problemas de la historia de las emociones es encontrar fuentes adecuadas para saber lo que la gente "sintió" en un tiempo pasado, en el que las emociones se entendían y expresaban de manera diferente a la actual6.

Describimos en primer lugar las características de La Conciliación y el contexto local en el que se desarrolló, como paso previo al análisis de la sociabilidad en las fiestas organizadas por La Conciliación desde el punto de vista de la historia de las emociones. Se trata de una investigación que quiere sumarse a los estudios sobre la sociabilidad en las sociedades de socorros mutuos (SSM) y mutualidades7.

 

2. La Sociedad de Socorros Mutuos La Conciliación

En España, hasta la década de 1940, las SSM y las mutuas tuvieron un protagonismo relevante en la provisión de la asistencia médica y otros beneficios sociales para un alto porcentaje de trabajadores y sus familias8. La Sociedad Protectora de Obreros La Conciliación, fundada en Pamplona en 1902, fue, hasta 1936, la SSM más importante de Navarra9, puesto que el número de obreros asociados se mantuvo por encima de los 1.000. Hasta esa fecha, La Conciliación incluyó asociaciones de trabajadores por cada oficio: albañiles, carpinteros, cerrajeros, tejedores, canteros, zapateros, peones, labradores, servicios diversos, sastres, dependientes, panaderos, tipógrafos, pintores y chocolateros, etc10.

Inicialmente, La Conciliación fue una sociedad de socorros mutuos mixta, formada por obreros, patronos y protectores que siguió las características promovidas por el catolicismo social de comienzos del siglo XX. A lo largo de los años se convirtió en una asociación de sociedades de trabajadores. A partir de 1933, dejó de tener carácter confesional y se constituyó en mutualidad, unida a una veintena de sociedades obreras de diversos oficios. En diciembre de 1936, La Conciliación se fusionó con la pamplonesa Mutualidad de Obreros Profesionales, lo que supuso más cambios en el número y tipo de socios. Tras la Guerra Civil, La Conciliación, como otras instituciones semejantes, perdió uno de sus objetivos principales: la participación en las cuestiones laborales; sin embargo, aun con una tendencia decreciente, continuó prestando asistencia médica y diversos subsidios hasta 1984, fecha en que desapareció11.

Durante el periodo aquí estudiado, La Conciliación fue una institución masculina en la que los socios obreros y sus familiares directos eran los únicos receptores de los servicios ofertados. En investigaciones previas hemos establecido las condiciones y la evolución de los beneficios ofrecidos por La Conciliación, que fueron semejantes a los ofertados por otras SSM y mutuas coetáneas: la mediación laboral, la asistencia en la enfermedad a los socios obreros y sus familias, a través de un subsidio económico y del servicio médico (desde 1902) y farmacéutico (desde 1910), la caja para crónicos (desde 1914) y el servicio de comadrona (desde 1914); una ayuda económica post-mortem (desde 1918); cooperativa (entre 1912 y 1922)12. También hemos estudiado las relaciones que la Sociedad estableció con los profesionales de la salud13; y ha resultado especialmente interesante analizar la percepción de los socios y sus familias acerca del servicio médico-farmacéutico recibido en la Sociedad14.

Por la importancia que tiene para el estudio de las dinámicas asociativas, interesa destacar que La Conciliación se desarrolló en un ámbito exclusivamente urbano. Durante los años aquí considerados, Pamplona era una pequeña ciudad con una población que se estabilizó en torno a los 30.000 habitantes15. Como en otras provincias españolas, también aquí existió un grave problema social derivado de la falta de empleo. La segunda década del siglo XX, especialmente, fue un periodo de dificultades y de penuria por la carestía y escasez de subsistencias16.

La Conciliación, como era habitual en estas entidades, hizo constar repetidamente su carácter apolítico, sin embargo, tomó partido en la vida política y social de la ciudad17 y contó con el respaldo gubernamental y con ayudas institucionales18.

 

3. Las fuentes

Carol Z. Stearns y Peter Stearns han mostrado que es posible examinar la evolución histórica de las normas emocionales de cada sociedad19. Aquí nos interesa observar las experiencias emocionales que se suscitan en las fiestas de La Conciliación, para lo cual revisamos cómo quedaron plasmadas en los documentos de su archivo. También contamos con los periódicos de la época, puesto que las actividades de La Conciliación tuvieron un amplio eco en la prensa local. Como hemos mostrado en otro momento, el Diario de Navarra, fundado en 1903, fue órgano de expresión de La Conciliación porque un buen número de socios protectores eran miembros de la junta de accionistas del periódico20.

Hasta 1933, La Conciliación estuvo gobernada por una junta mixta. Durante los primeros veinte años, la junta estuvo constituida por dieciocho miembros, seis por cada estamento (obreros, patronos y protectores). A partir de 1922 desaparecieron los patronos21. Como en SSM similares, las competencias de la junta mixta eran amplias: resolvían las cuestiones relacionadas con las condiciones y el control de los socorros por enfermedad y la atención médico-farmacéutica; decidían la admisión, expulsión y reingreso de los socios; atendían las reclamaciones y aprobaban las actividades educativas22 y recreativas23, como los actos del Consultorio para Niños de Pecho y la fiesta anual organizada con motivo de la asamblea general de la Sociedad.

3.1. Entrega de ropitas a las madres más pobres

Los médicos de La Conciliación, de forma altruista y con el apoyo de la institución y de las autoridades, pusieron en marcha el Consultorio para Niños de Pecho (1905-1916). Esta iniciativa se enmarca en un movimiento general, en España y en otros países, que trató de disminuir la mortalidad infantil. El consultorio de La Conciliación, además de pesar y medir a los niños, tenía como misión la educación de las madres24.

Como era habitual en este tipo de establecimientos, a partir de enero de 1906, anualmente, La Conciliación organizó un acto para entregar los donativos a quienes habían demostrado una asistencia más constante y un mayor aprovechamiento de los consejos recibidos en el consultorio25. A la celebración asistían los médicos y representantes de la junta mixta, junto con diversas autoridades y la directora, profesoras y alumnas de la Escuela Normal, que colaboraban en la confección de las ropas.

3.2. La fiesta de La Conciliación

El día de la Ascensión u otro día festivo del mes de mayo se celebraba "la fiesta de La Conciliación". La junta mixta preparaba con atención el acontecimiento que constaba de "actos religiosos y profanos procurando que éstos últimos tuvieran carácter familiar, culto, educador y benéfico"26.

A lo largo de los años, "la fiesta" mantuvo una estructura similar: el día se iniciaba a las siete de la mañana, con la celebración de la santa Misa. A media mañana, en la sede de la sociedad se hacía el reparto de dinero, procedente de donativos a los socios obreros que "pasaban entre los más necesitados"27. Normalmente, aquellos que estaban en paro o llevaban más de seis meses de baja por enfermedad, por lo que ya no percibían el subsidio correspondiente.

Posteriormente, tenía lugar el acto central: la junta general de la sociedad con la lectura de la memoria, de las cuentas anuales y la exposición de los proyectos de La Conciliación; seguida de una conferencia de alguna personalidad. En algunos casos (por ejemplo, en 1927, con motivo de las bodas de plata) se organizaba una comida para todos los socios. Por la tarde, se preparaba una velada que incluía algún concierto o recital musical, escenas de obras de teatro, representadas por socios, etc. La crónica de la fiesta celebrada en 1905 refiere:

"Dio principio la velada con una sinfonía por la orquesta. Los otros números fueron la fábula "La filosofía del vino", representada por varios socios. Intermedio por la orquesta. Y la zarzuela "Crimen misterioso", desempeñada por varios socios; que fue muy bien interpretada por los jóvenes que tomaron parte"28.

La velada de 1909 se celebró con arreglo al siguiente programa:

"1o Sinfonía por la orquesta. 2o Juguete cómico en un acto titulado "Noche toledana" representado por varios socios. 3o Aria de barítono, por don José Osés, con acompañamiento de piano. 4o Intermedio por la orquesta. 5o Cuento en un acto titulado "Las Olivas", e interpretado por varios socios. Todos los actores estuvieron muy bien: para ellos el señor Osés y el quinteto dirigido por el amigo Aldaba, nuestro sincero aplauso"29.

La función de 1916 pasó a llamarse "velada lírico-gráfica"30. En 1928, se proyectaron "películas de cine" para los socios y sus familias en el domicilio social de La Conciliación31.

 

4. Un análisis desde la historia de las emociones

Las fiestas añaden a las actividades cotidianas un sentido de celebración y de ocio32. Como señaló Huizinga, "no es posible la cultura sin una cierta afirmación de la actitud lúdica"33. En general, las fiestas conllevan la voluntad de celebrar de quienes participan en ellas34.

Por su parte, la historia de las emociones sostiene que las emociones individuales y colectivas se insertan en las estructuras sociales y en las relaciones interpersonales y son parte de un mundo emocional más amplio35. Se han acuñado diversos términos para ejemplificar este arraigo de las emociones individuales o colectivas: structures of feelings (Raymond Williams), emotionology (Peter N. Stearns and Carol Z. Stearns), emotional regimes (William M. Reddy) and emotional communities (Barbara H. Rosenwein) por citar los más importantes. William Reddy propone el término emotive para explicar que las expresiones emocionales pueden servir para que una persona opte entre varias reacciones emocionales posibles36.

Así se pueden analizar las relaciones entre lo individual y lo colectivo de un modo nuevo; como indica Susan J. Matt, en el ámbito de la historia social:

"[...] los académicos, primero se fijaron en la historia de la clase obrera, luego en las cuestiones de género y raza, y, finalmente, en los intercambios, en las prácticas y en los hábitos de la vida diaria"37.

La perspectiva emocional no necesariamente tiene que ser entendida como una investigación de cuestiones de causalidad o motivación, puesto que las emociones, además, son una parte de las acciones en si mismas, que las acompañan y moldean. Es decir, las emociones no dan tanto una respuesta a la pregunta de por qué se hace algo, sino a la pregunta de cómo se hace algo y lo que significa esa acción. Por eso, aplicamos también el concepto de emotional habitus que incorpora una disposición emocional del que derivan las "prácticas emocionales" definidas por Monique Scheer38. Este enfoque tiene en cuenta el concepto de habitus bourdeuliano que plantea que, junto a las normas establecidas o la lógica o el cálculo racionales existen otros principios generadores de la práctica. El habitus sería la capacidad cognitiva, socialmente adquirida, de un sistema o conjunto de disposiciones y que, a su vez, es principio o matriz generador de percepciones, apreciaciones y acciones39.

Veremos que el emotional habitus subraya la función de las emociones a través de las prácticas y al hacerlo, tiene en cuenta la dimensión performativa de las emociones en el ámbito social y cultural40. Las prácticas de la sociabilidad de La Conciliación fueron cauce y expresión de sentimientos individuales y colectivos. Y siguiendo las categorías expresadas por Monique Scheer en el estudio citado, observaremos que lo emocional "moviliza" a las personas, "escenifica" las actuaciones, sirve como medio de "comunicación" y, ya se ha comentado, contribuye a la "reglamentación"41.

4.1. Comunicar y movilizar

El aspecto "comunicativo" constituye una de las facetas más evidentes de las prácticas emocionales: emociones y sentimientos están involucradas en los procesos de comunicación que, al mismo tiempo, son medio de intercambio emocional42.

En el caso de los actos organizados por el Consultorio de Niños de Pecho interesa resaltar el tono hiperbólico de las expresiones utilizadas en las crónicas: las madres "salían agradecidísimas"; para la sociedad era una "satisfacción" la entrega de las ropitas; los médicos daban "las más expresivas gracias"; y el premio de los donantes era "el agradecimiento de muchas madres de familia". Incluso se habla de "la grata impresión" que el acto causaba en los espectadores43.

Las noticias publicadas utilizan un vocabulario que subraya la idea de lo femenino y la función de la mujer en la sociedad de la época. Así, leemos expresiones como esas "pobres" madres, que eran "premiadas" y puestas como modelo por su "celo" en el cumplimiento "solícito" de los deberes como madre. Y también se habla de "los generosos sentimientos femeninos" y de un "corazón maternal" cuando se hace referencia a la confección de ropas por parte de las "señoras y señoritas". Labores que eran realizadas "en sus ratos de ocio".

La crónica del Diario de Navarra sobre el acto celebrado en enero de 1914 puede servir de ejemplo:

"El director del Consultorio don Agustín Lazcano a quien acompañaban los médicos señores Sanz y Lizarraga (don Saturnino) iba leyendo los nombres de los niños y cada madre sacaba una papeleta que tenía el número de uno de los 42 lotes, y don Pedro Uranga [en aquel momento Presidente de La Conciliación] entregaba las ropitas que les habían correspondido. No hay para qué decir que todas las madres salían agradecidísimas"44.

Con el tiempo, aparecen en la prensa los nombres de las donantes y las prendas donadas. Sirva de ejemplo el siguiente suelto del 28 de diciembre de 1912:

"Han sido donadas para los niños que acuden al Consultorio de La Conciliación las siguientes prendas: La Excma. marquesa de Guinior: 12 camisas, 12 pares de mitones, 12 confortantes, 12 gorras, 12 jubones de piqué, 12 jubones de lana, 6 pañales, 6 fajas, 6 pares de medias, 8 mantillas, 4 toquillas y 3 refajos de lino. La señora de Gaztelu: 6 camisas, 6 pañales, 4 mantillas y 6 chaquetas de lino"45.

También encontramos en las actas y en la prensa el agradecimiento de la sociedad por los donativos monetarios que recibe el Consultorio. En 1906 Agustín Lazcano publicó una carta dirigida al Presidente del festival de la Prensa para dar "las más expresivas gracias por las quinientas pesetas que me ha entregado para el Consultorio de Niños de Pecho que tengo el honor de dirigir"46. En otras ocasiones, el donante permanecía en el anonimato:

"El reputado facultativo don Agustín Lazcano, médico de La Conciliación ha recibido de una persona que oculta su nombre, la cantidad de 250 pesetas con destino al Consultorio de niños. A elogios merecidísimos se hace acreedora la persona caritativa que tan espléndidamente socorre a las madres que acuden al Consultorio"47.

Estos ejemplos evidencian una emotividad colectiva de satisfacción y gratitud. Además, en las fiestas del Consultorio de Niños de Pecho, lo emocional "movilizaba" a los individuos y a los colectivos: el eco de estos actos en la prensa se prolongaba durante varios días y los médicos aprovechaban para insistir en los consejos puericultores, como la lactancia materna. Las noticias servían, además, para sensibilizar a la sociedad y fomentar los sentimientos de piedad y caridad ante las necesidades de los niños y de las madres pobres. Era un modo de solicitar el apoyo de una población que cada año se volcaba con la entrega de más ropas y donativos:

"Las pobres mujeres que sobre atendérseles gratuitamente con prescripciones para la lactancia de sus hijitos, veían premiados su asiduidad y su celo en el cumplimiento de sus deberes de madre solícita, no encontraban frases de agradecimiento para las señoras y señoritas que habían tenido un recuerdo para los niños pobres. A los generosos sentimientos femeninos acudimos hoy en súplica de que no echen al olvido el Consultorio (...). Su premio será el agradecimiento de muchas madres de familia; agradecimiento de corazón maternal"48.

En la actividad del Consultorio de Niños podemos observar la interacción y la cooperación entre La Conciliación y las autoridades, por una parte, y de toda la población de la ciudad, que era convocada para colaborar y participar en las fiestas con fecha y programa organizados.

4.1.1. Las conferencias de las fiestas

Los conferenciantes invitados eran conocidos políticos y activistas socialcristianos de la España del momento, por lo que las fiestas sirvieron para "movilizar" redes de relaciones interpersonales que tuvieron especial importancia en la marcha de los asuntos de La Conciliación. El prolongado apoyo de estos socios contribuyó a la pervivencia de la institución y a las dinámicas de sociabilidad aquí descritas49.

En 1903, para la celebración de la fiesta anual fue invitado Juan Cancio Mena50, carlista, casado con Francisca Sarasate, hermana del famoso violinista navarro. Otros invitados fueron el académico de la Real Academia de Ciencias de Madrid, Francisco de Paula Arrillaga51; el director del periódico La Gaceta del Norte de Bilbao, José María de Urquijo; el ex-ministro Antonio Goicoechea52, etc.

A las fiestas de los años veinte, acudieron, entre otros, Ignacio Navarro, magistrado de Cádiz53; Félix Arrarás, magistral de la Catedral de Burgos54; José María Gil Robles55, entonces profesor de Derecho Político. También aparecieron en la tribuna personalidades pamplonesas como: Joaquín Beunza, abogado pamplonés, concejal y diputado foral de filiación carlista; Daniel Nagore, director del Departamento de Agricultura de la Diputación navarra; Justo Garran y Mosso, abogado, periodista y político, que fue presidente de La Conciliación en 193156.

Con frecuencia, las conferencias hacían referencia a aspectos de la teoría del catolicismo social. Así lo refleja el Diario de Navarra con ocasión de la visita de Víctor Pradera:

"[...] a quién se invitó para que pronunciara en la función de la noche el discurso de apertura de la velada, que como materia más a propósito versa todos los años sobre cuestiones sociales y económicas dentro de las sanas y puras doctrinas de la Iglesia"57.

Aunque, en esta ocasión, Víctor Pradera trató sobre "La higiene de las grandes ciudades"58.

Otras conferencias tuvieron como finalidad promover la puesta en marcha de nuevos beneficios sociales en La Conciliación. Así, se organizaron conferencias sobre las ventajas que suponía la cooperativa de la sociedad59 y se encargó a Álvaro López Núñez, secretario del Instituto Nacional de Previsión, que disertara sobre "las pensiones para los obreros en su ancianidad"60.

4.2. Escenificar

Los actos descritos son prácticas imbuidas de temporalidad, por lo que, contestando a uno de los interrogantes de la introducción, podemos afirmar que la historia de las emociones contribuye a la descripción de los estilos emocionales pasados y a la comprensión de su evolución histórica61. El paso de las veladas musicales y teatrales a las "lírico-gráficas" y luego a las cinematográficas confirma la evolución de los hábitos sociales respecto a al uso del tiempo libre y la aparición de nuevas prácticas de sociabilidad entre la clase obrera62. Corrobora la apreciación de Agulhon acerca de la apropiación por parte de las clases populares de modelos asociativos de clases superiores63. Son, al mismo tiempo, un mecanismo de conservación de formas de vida tradicionales, y de acomodación o aprendizaje de nuevas formas de comportamiento64.

4.2.1. Los lugares de celebración

La historiografía de la sociabilidad ha dado importancia al marco urbano65 y también a los lugares concretos donde los socios de las SSM se reunían, ya que, además de servir para resolver cuestiones de tipo laboral y de gestión de las sociedades, eran espacios de "relación y de sociabilidad obrera" que servían para la difusión de principios ideológicos; también se utilizaban para atender las demandas educativas y de ocio de los socios66.

Los lugares estuvieron ligados a la escenificación de las fiestas y tuvieron un significativo componente emocional. En el caso de "la fiesta de La Conciliación", las ceremonias litúrgicas tenían lugar en templos señalados de la ciudad: en la capilla de San Fermín, situada en la parroquia de San Lorenzo; o bien en la céntrica parroquia de San Nicolás.

Ese mismo día o la víspera, una comisión recibía a los oradores en el andén de la estación de tren. Así leemos, en 1909, "una comisión de La Conciliación presidida por el presidente de esta Sociedad, D. Rafael Gaztelu [recibió] al señor Posse, redactor jefe de La Gaceta del Norte"67.

Los actos tenían lugar en locales emblemáticos: el Teatro Gayarre (antiguo Teatro Principal) o las Escuelas de San Francisco de la capital navarra, donde la reunión se celebraba "con gran bombo y solemnidad". Las crónicas cuentan que "el interior del teatro ofrecía un aspecto deslumbrador; todas las localidades estaban ocupadas, y la iluminación era profusa"68.

El desarrollo de los actos incluía una verdadera puesta en escena: en el teatro se levantaba el telón que mostraba el escenario con la mesa constituida por el presidente y otros representantes de la junta mixta y el orador invitado, a ellos se unió en ocasiones el obispo (figura 1). Se cuidaba con esmero el protocolo y el orden en el que aparecían ocupados los asientos y "destacándose al fondo del palco escénico la hermosísima bandera de la Sociedad"69. Este modo de proceder favorecía la formalidad y la expectación. El inicio del acto era recibido con una "nutrida y prolongada salva de aplausos" por parte de los asistentes70.

 



Figura 1. Fiesta de La Conciliación de 1926 celebrada en el Teatro Gayarre
(Foto Galle, Archivo Municipal de Pamplona).

 

A las fiestas debían acudir todos los socios de La Conciliación, y en efecto, la asistencia, también al acto religioso, parece que era elevada. Así, la crónica de 1909 refiere que "la espaciosa capilla contenía una multitud incalculable de fieles que de manos del digno capellán de la Sociedad recibieron el Pan de los Ángeles, con gran fervor religioso"71. También parece que estaba completo el aforo del teatro:

"A los breves instantes de haber sido abiertas las puertas del Teatro Gayarre, se hallaba éste de bote en bote: todas las localidades fueron ocupadas y no pocos socios hubieron de presenciar la velada de pie en palcos, anfiteatro y hasta intercalados en el patio de butacas"72.

Se ha descrito el carácter interclasista e integrador de estas iniciativas73, y en el caso de una sociedad mixta, como La Conciliación, este aspecto estaba cargado de significado y fue subrayado en la prensa:

"Al lado de un capitalista se veía un bracero: junto a una levita, una blusa: una boina al lado de un sombrero. Allí estaban hermanados el trabajo y el capital, el rico y el pobre, el ignorante y el sabio (...) allí no habla diferencia de clases ni distinción de condiciones"74.

Cada año, la prensa se hacía eco de lo "brillantísimas y solemnes y animadas" que habían resultado las celebraciones. En 1909 aseguraban que "no había decaído nada del esplendor que revestía en años anteriores"75. También reiteran que los oradores eran de gran "elocuencia", "sencillez" y "elegancia". Por lo que no es de extrañar que las disertaciones fueran precedidas y seguidas de gran entusiasmo:

"La presencia del señor Posse en el palco escénico fue acogida con una nutridísima y prolongadísima salva de aplausos: fue una espontánea manifestación de cariño y simpatía que el obrero católico de Pamplona tributaba a su nuevo maestro"76.

La conferencia de Víctor Pradera fue seguida de "espontáneas y estruendosas salvas de aplausos que por sí solas bastan para demostrar la simpatía que su juventud y ciencia inspiraron al público"77. En la crónica del 1 de junio de 1926 leemos: "Al terminar su discurso, bello en la forma y hermoso en el fondo, el señor Gil Robles oyó una ovación delirante y muy prolongada". Los discursos de los miembros de la junta mixta y del señor obispo también eran "aplaudidísimos"78.

Con el tiempo es posible que disminuyera la afluencia porque, en 1928, se propuso agregar al programa una rifa de premios (una gratificación de doce pesetas) entre los socios presentes en el acto. El número de premios fue variando con los años (en 1928, se repartieron 20 premios, en 1929, 40 y en 1930 fueron 50)79.

En los apuntes recogidos en las actas y en las noticias publicadas en la prensa observamos que estos actos constituyeron también acontecimientos para la ciudad. Así en una crónica del Diario de Navarra se recoge que "A las siete de la tarde los alrededores del Teatro Gayarre estaban repletos de gente que presenciaba la gran afluencia de socios de La Conciliación a nuestro pequeño coliseo"80.

4.3. Reglamentar

Por último, uno de los campos clásicos de la investigación de la emoción, es el análisis de las emociones como instrumento de regulación. Se habla de "reglas o normas emocionales" o emotionology, según el término acuñado por Peter N. Stearns para referirse a las demandas emocionales de los lugares y a las etiquetas sociales relacionadas con la gestión emocional en una sociedad concreta81. Por su parte, Ute Frevert refiere que las instituciones -como La Conciliación- juegan un papel esencial en la difusión de las normas y reglas emocionales82. En las fiestas de La Conciliación hemos reconocido guías, estándares emocionales. Los actos fueron un ámbito de expresión de sociabilidad y un referente de identificación que integró a los socios obreros, a los socios patronos y a los socios protectores como actores y como población diana83 creando así un grupo o comunidad emocionales integrada por quienes componían La Conciliación84. En efecto, observamos una importante conciencia de grupo alrededor de las actividades de la Sociedad.

El estudio pone de manifiesto que las personas viven y se mueven en espacios que generan comunidades que comparten estilos y conductas emocionales en los que se comunican y pueden entenderse. A través de los actos descritos se buscaba un tipo de compañerismo, se participaba en concepciones ideológicas, religiosas o políticas. Por ejemplo, aunque desde finales del siglo XIX está descrito en España un proceso de "laicización" entre los obreros que se manifestó en una menor frecuentación de los lugares de práctica religiosa85, el caso de La Conciliación muestra que, al menos en Pamplona, lo católico siguió ocupando espacios de sociabilidad en el ámbito obrero durante el primer tercio del siglo XX.

 

5. El carácter transformador de las emociones

Podemos concluir señalando la dificultad que entraña el estudio de las emociones en la historia social. Por una parte, condiciona la comprensión de la sociabilidad y del fenómeno asociativo en sí mismo. Por otra, no resulta fácil definir las reacciones emocionales individuales de los socios puesto que los sentimientos son expresados a través de relatos de terceras personas y de las crónicas de las fiestas. Al mismo tiempo, la investigación confirma el interés de analizar situaciones concretas: una ciudad, una institución, unos socios, unos obreros, una ideología, un momento, unas actividades, ya que todo ello interviene en la identidad del grupo. Como señala M. Ralle, las investigaciones sobre sociabilidad han de acercarse a la realidad, para que no se queden en aproximaciones abstractas o teóricas86.

Benno Gammerl ha señalado que los estilos emocionales interactúan en los espacios, interpretando lo público o lo privado87. Las fiestas de La Conciliación fueron actos formales, en los que, al mismo tiempo, se querían inculcar "sentimientos familiares". Si, como hemos visto, el habitus de Bordieu se compone de "esquemas de percepción, pensamiento y acción" que producen los actos88, aquí observamos que los gestos de los participantes en las fiestas expresan a los individuos, aunque estén socialmente condicionados. A menudo la reacción personal se guía por recuerdos de situaciones o estrategias pasadas, hábitos que siguen su propia lógica en las prácticas cotidianas o periódicas89. De ahí el interés de la dimensión "performativa" o transformadora de las emociones, propuesta por William M. Reddy90. Como expresaba más recientemente Jeffrey S. Juris, al estudiar las protestas y manifestaciones sociales y laborales, cualquier actividad en el ámbito de los movimientos sociales es performativa91. Lo que proporciona una dimensión dinámica al componente emocional en la sociedad.

En nuestro caso, la expectación expresada en la recepción de los conferenciantes en la estación de ferrocarril, la disposición del escenario o la subida del telón en el teatro Gayarre, la acogida de los discursos,... provocaron emociones que contribuyeron a "re-configurar" la identidad de los asistentes. Las actividades de las fiestas proponían al socio obrero y a sus familias un modelo de conducta. Además, las actuaciones de los socios, protectores u obreros, en las fiestas sirvieron para hacer y formar un grupo. Se trata de una sociabilidad al servicio del proyecto de la Sociedad que dio origen a un fuerte sentido identitario que se prolongó a lo largo de los años.

A lo emocional se une lo racional, lo cual permite la adhesión a las estrategias, o a la lógica intencional, orientada a objetivos. Las fuentes evidencian los sentimientos y estilos de vida de los socios obreros, pero también la intencionalidad de las acciones emprendidas por la mutualidad. Las actividades educativas o lúdicas que organizó La Conciliación estaban directamente relacionadas con la finalidad de la Sociedad y también supusieron un mayor apoyo social e institucional a la entidad.

Como señala M. Scheer, concebir las emociones como "respuestas orientadas a objetivos", ha de evitar pensar en lo "estratégico" como algo superficial92. Si bien es cierto que los recursos dedicados al socorro por enfermedad o a la asistencia médico-farmacéutica fueron mucho mayores, no obstante, estos actos no eran una cuestión marginal: respondían al carácter mixto y católico que mantuvo La Conciliación hasta 1933. Lo cual corrobora las aportaciones de otros estudios sobre sociabilidad93.

El análisis de la sociabilidad ha permitido también aproximarnos al concepto de "obrero" en una época en la que no había una noción uniforme o unívoca94. En el caso de La Conciliación, los socios obreros pasaron a la categoría de patronos y viceversa; algunos obreros eran pobres y otros no. Había obreros especialistas y otros sin formación. Los socios obreros tenían en común el hecho de vivir en la ciudad y la voluntad de asociarse a una organización de esas características, puesto que existían otras, de diferente ideología, que facilitaban prestaciones semejantes.

El modelo de obrero y de institución, objeto de este estudio, se suma a otros muy diferentes, de filiación republicana y socialista, que se desarrollaron en la época. Las emociones descritas en las fiestas de La Conciliación, con los años, formaron "hábitos", rituales y motivo de ocio y pasatiempo. A través de estos actos, se ha dicho, se reproduce la llamada "sociabilidad popular de imitación"95.

Olivier Faure, al tratar del desarrollo de las mutuas francesas a finales del siglo XIX comenta: "La mutualidad era un sueño social y una realidad médica"96. Aquí nos hemos referido al primer aspecto y hemos comprobado que, como señala M. Ralle, la construcción de una identidad obrera no es el resultado de un caminar rectilíneo97. En el devenir de las ciudades emergieron no una sino diversas culturas obreras98, y sus identidades se expresaron en los espacios de la sociabilidad.

 

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Fecha de recepción: 17 de marzo de 2014
Fecha de aceptación: 4 de febrero de 2015

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