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Nutrición Hospitalaria

On-line version ISSN 1699-5198Print version ISSN 0212-1611

Nutr. Hosp. vol.21 n.1 Madrid Jan./Feb. 2006

 

ALIMENTOS FUNCIONALES

 

Contribución a la ingesta de macro y micronutrientes que ejerce un consumo moderado de cerveza

Contribution to the intake of macro and micro nutrients exerted by moderate beer consumption

 

 

J. Romeo, L. Díaz, M. González-Gross*, J. Wärnberg y A. Marcos.

Grupo Inmunonutrición. Departamento de Metabolismo y Nutrición. Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
*Dirección actual: Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Universidad Politécnica de Madrid. España.

Correspondencia

 

 


RESUMEN

OBJETIVO: El consumo moderado de cerveza puede formar parte de una dieta saludable, como la dieta mediterránea. El objetivo de este estudio fue analizar la contribución del consumo moderado de cerveza a la ingestión de energía y nutrientes en adultos españoles sanos.
MATERIAL Y MÉTODOS: Como parte de un estudio intervencionista más amplio, se midió la ingestión dietética mediante un registro de 7 días de los alimentos de la dieta en 24 hombres y 22 mujeres (edad: 34,18 ± 5,80 años) dos veces: durante la última semana de un periodo de 30 días de abstinencia absoluta de alcohol y durante la última semana de un periodo de 30 días de consumo moderado de cerveza. Se analizó el contenido energético y en nutrientes de los alimentos mediante el programa GEA, basado en las tablas españolas de composición de los alimentos1.
RESULTADOS: En las mujeres, el consumo moderado de cerveza aumentó de forma significativa (p < 0,05) el promedio de ingestión de vitamina B6 (1,24 ± 0,32 a 1,47 ± 0,34 mg), B12 (3,87 ± 1,46 a 5,58 ± 2,76 µg) A (614.45 ± 224.75 to 788.3 ± 468.1 µg), y folatos (139,5 ± 39,88 a 168,25 ± 56,32 µg). En hombres, también aumentó de forma significativa la ingestión de vitamina B12 (1,64 ± 0,62 a 1,91 ± 0,46 mg), B6 (1,54 ± 0,63 a 1,80 ± 0,37 mg), niacina (30,01 ± 8,13 a 34,78 ± 6,26 mg), y folatos (153,23 ± 68,70 a 192,32 ± 46,73 mg). No hubo oscilaciones significativas en la ingestión de macronutrientes ni minerales.
CONCLUSIÓN: El consumo moderado de cerveza puede mejorar la calidad de la dieta con respecto a las vitaminas del grupo B in adultos sanos.

Palabras clave: Consumo moderado de cerveza. Cerveza. Micronutrientes. Vitaminas B.


ABSTRACT

OBJECTIVE: Moderate beer consumption can be part of a healthy diet, like the Mediterranean diet. The aim of the present study was to analyse the contribution a moderate beer consumption makes to energy and nutrient intake in Spanish healthy adults.
MATERIAL AND METHODS: As part of a larger intervention study, dietary intake was measured by means of a 7-day food dietary record in 24 men and 22 women (age 34.18 ± 5.80 years) twice: during the last week of the 30 days of complete alcohol abstinence and during the last week of 30 days of moderate beer consumption. Energy and nutrient content of food was analysed by means of the GEA program, based on the Spanish food composition tables.
RESULTS: In women, moderate beer consumption increased significantly (p < 0.05) mean vitamin B6 (1.24 ± 0.32 to 1.47 ± 0.34 mg), B12 (3.87 ± 1.46 to 5.58 ± 2.76 µg), A (614.45 ± 224.75 to 788.3 ± 486.1 µg), and folate (139.5 ± 39.88 to 168.25 ± 56.32 µg) intake, whereas there was a decrease in mean iodine intake (327.1 ± 148.4 to 281.2 ± 135.02 µg). In men, mean vitamin B2 (1.64 ± 0.62 to 1.91 ± 0.46 mg), B6 (1.54 ± 0.63 to 1.80 ± 0.37 mg), niacin (30.01 ± 8.13 to 34.78 ± 6.26 mg) and folate (153.23 ± 68.70 to 192.32 ± 46.73 mg) intake also increased significantly. Energy, macronutrient and mineral intake had non-significant oscillations.
CONCLUSION: Moderate beer consumption can improve diet quality in regard to B vitamins in healthy adults.

Key words: Moderate alcohol consumption. Beer. Micronutrients, B vitamins.


 

Introducción

El consumo moderado de bebidas fermentadas como la cerveza puede formar parte de una dieta saludable como es la mediterránea. De hecho, la pirámide de la dieta mediterránea propuesta recientemente por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria incluye un consumo moderado de vino o cerveza en su propuesta2. Asimismo, otras sociedades científicas internacionales incluyen esta propuesta para la dieta de adultos sanos, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos3.

La cerveza es una bebida fermentada con bajo contenido alcohólico (entre un 4 y un 8 vol. % de etanol). Por su riqueza nutricional, la cerveza ocupa una posición predominante respecto a otras bebidas alcohólicas. De sus más de 2000 componentes, se puede destacar su contenido en hidratos de carbono totales y fibra soluble; minerales y elementos traza como el fósforo, el silicio, el magnesio y el potasio; vitaminas del grupo B (niacina, riboflavina, piridoxina, folatos y vitamina B12), así como compuestos vegetales secundarios, especialmente polifenoles4. En cantidades absolutas, el agua es el componente mayoritario de este producto5. La cerveza es la única bebida alcohólica que contiene lúpulo. Junto con el alcohol y el lúpulo, el anhídrido carbónico contribuye a que la cerveza carezca de microorganismos patógenos6.

Desde el punto de vista científico, el alcohol no está considerado como un nutriente, ni las bebidas alcohólicas se consideran alimentos. Tradicionalmente, éstas se denominaban "calorías vacías", puesto que las bebidas alcohólicas aportaban las 7 kcal/g del alcohol, además del aporte energético proveniente de azúcares propios o de otras bebidas de mezcla7,8. En el caso de la cerveza, el contenido energético medio es de 320 kcal/L. En las cantidades que hemos definido previamente como moderadas (10-12 g/día para mujeres y 20-24 g/día para varones)4, esto significa que para una mujer de mediana edad (25-50 años) y de actividad física moderada, el consumo de 330 ml de cerveza le aportaría 105 kcal a su dieta. De este modo quedarían cubiertas el 4,6 % de las recomendaciones diarias de energía según las ingestas recomendadas para la población alemana, austriaca y suiza9. En el caso de un varón de similares características, el consumo moderado de 660 ml de cerveza aportaría 210 kcal a su dieta diaria. En este caso quedarían cubiertas el 9 % de las recomendaciones diarias de energía9. Pero como ya se ha comentado, la cerveza tiene un bajo contenido alcohólico y un contenido considerable de nutrientes. Por lo tanto, el término de "calorías vacías" queda completamente anticuado en este contexto. Además, toda la literatura científica que existe en torno al efecto cardioprotector de un consumo moderado de alcohol10-13 hace incluso que el alcohol per se, en esas cantidades moderadas, pueda considerarse un "no-nutriente", debido a sus efectos beneficiosos sobre la salud. Por todo ello, hemos considerado que el consumo moderado de cerveza podría tener una implicación importante y saludable en el aporte de nutrientes a una dieta. En este contexto, se ha realizado el trabajo de nvestigación que se presenta a continuación, con el fin de esclarecer este aspecto y determinar si un consumo moderado de cerveza puede mejorar el aporte de nutrientes a la dieta.

Sujetos y métodos

Sujetos

El presente estudio se engloba dentro de un estudio de intervención más amplio destinado a valorar el efecto de un consumo moderado de cerveza sobre el estado nutricional e inmunológico de adultos sanos. Éste se llevó a cabo en 57 sujetos sanos de ambos sexos (27 mujeres y 30 varones) con edades comprendidas entre los 25 y 50 años, con una edad media ± desviación estándar de 34,18 ± 5,80 años, que se presentaron voluntariamente al estudio. Las características de la muestra se detallan en la tabla I. Después de una charla informativa, todos los sujetos firmaron un consentimiento informado. Ninguno de los voluntarios tenía antecedentes familiares ni personales de abuso de alcohol ni patologías que desaconsejaran un consumo moderado de bebidas alcohólicas. Todo el estudio se desarrolló según las normas deontológicas reconocidas en la Declaración de Helsinki, revisada por el World Medical Council en la 52 Asamblea General de la Asociación Mundial de Medicina celebrada en el año 2000 en Edimburgo, Escocia.

Métodos

Se eligió un diseño de intervención longitudinal en el que cada sujeto fue su propio control. El periodo experimental fue de dos meses, durante los cuales todos los sujetos siguieron con sus hábitos de vida y de alimentación habituales. La única modificación introducida fue referente al consumo de bebidas alcohólicas. Durante el primer mes, todos los sujetos tuvieron que abstenerse de cualquier consumo de alcohol. Durante el segundo mes, tuvieron que consumir la cantidad correspondiente a lo que hemos definido como consumo moderado de cerveza, es decir, 12 g para mujeres (330 ml de cerveza de 4,5% vol.) y 24 g para varones (660 ml de cerveza de 4,5% vol.)4. Durante la última semana del período de abstinencia y la última del de un consumo moderado de cerveza se realizó la evaluación dietética mediante la técnica de "registro de consumo de alimentos" durante 7 días consecutivos. Para ello, los sujetos fueron instruidos en cómo rellenar correctamente el cuestionario, el empleo de balanzas de cocina y medidas caseras, etc. De los 57 sujetos, 46 entregaron el registro de consumo dietético en las dos ocasiones.

Una vez conocido el consumo de alimentos y bebidas se transformó en energía y nutrientes utilizando el programa informático perteneciente al grupo de programas para estudios de alimentación "GEA"1. Se analizó la ingesta de energía, etanol y de los siguientes nutrientes: proteínas, hidratos de carbono, lípidos, fibra, expresados en media ± desviación estándar (tabla II), y de vitaminas (vitaminas B1, B2, equivalentes de niacina, B6, folato, B12, C, A [equivalentes de retinol], retinol, carotenos, D, E) y minerales (calcio, hierro, yodo, magnesio, cinc, sodio, potasio, fósforo, selenio), expresados en media ± desviación estándar y mediana; máximo-mínimo (tablas III-VI). Debido a que el programa no incluía para la cerveza más que su contenido en etanol y su aporte energético, se realizó un ajuste de las vitaminas contenidas en la cerveza basado en la composición de la cerveza14.

Debido a que las Ingestas Recomendadas de energía y nutrientes para la población española están pendientes de revisión15, se ha optado por comparar la ingesta energética con las recomendaciones establecidas más recientemente para la población alemana, suiza y austriaca9. Aunque no es objeto de este trabajo valorar la adecuación de la ingesta a las recomendaciones, sino el analizar los cambios producidos por la ingesta moderada de cerveza, se han empleado los requerimientos medios estimados (EAR: Estimated Average Requirement) a modo de referencia16.

Tratamiento estadístico de los datos

El tratamiento estadístico de los datos se llevó a cabo en el Centro Técnico de Informática (CTI) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), mediante el programa estadístico SPSS 13.O en Windows XP. Se realizó un cálculo de los estadísticos básicos (medias y varianzas) y se realizaron pruebas de ajuste de las distribuciones de las distintas variables de la muestra, observándose que todas seguían una distribución normal. Se aplicó el análisis de la varianza (ANOVA) de medidas repetidas. El nivel de significancia estadística se estableció en p < 0,05.

 

Resultados

En las tablas II a VI se recogen los valores correspondientes a la valoración de la ingesta dietética de energía, macro-, micronutrientes y fibra en mujeres y varones durante los períodos de abstinencia alcohólica y de un consumo moderado de cerveza.

A lo largo del estudio, tanto en el grupo de las mujeres como en el de los varones, no se ha observado ninguna diferencia significativa en cuanto a la ingesta de energía, macronutrientes y fibra. Con respecto a la ingesta de micronutrientes, en el grupo de mujeres se ha observado un aumento significativo (p < 0,05) del consumo de vitaminas B6 (1,24 ± 0,32 a 1,47 ± 0,34 mg), B12 (3,87 ± 1,46 a 5,58 ± 2,76 µg), A (equivalentes de retinol) (614,4 ± 224,7 a 788,3 ± 486,1 µg) y folatos (139,5 ± 39,88 a 168,2 ± 56,32 Fg), y una disminución del consumo de yodo (327,1 ± 148,4 a 281,2 ± 135,0 µg). En los varones, el consumo de vitaminas B2 (1,64 ± 0,62 a 1,91 ± 0,46 mg), B6 (1,54 ± 0,63 a 1,80 ± 0,37 mg), equivalentes de niacina (30,01 ± 8,13 a 34,78 ± 6,26 mg), y folatos (153,2 ± 68,70 a 192,3 ± 46,73 mg) también aumentó significativamente (p < 0,05) en el período de consumo moderado de cerveza.

 

Discusión

Una de las principales preocupaciones que tenemos los nutricionistas en torno a la inclusión de bebidas alcohólicas a la dieta es el posible riesgo de aportar un exceso de calorías, además de que estas bebidas pueden desplazar de la dieta a otros alimentos. En el presente estudio podemos observar tanto en el grupo de mujeres como en el de varones que la incorporación del consumo moderado de cerveza durante un mes no ha modificado significativamente el aporte de energía, siendo las oscilaciones observadas aceptables al no suponer un aporte energético extra a la dieta global. Se considera como límite aceptable de consumo de bebidas alcohólicas cuando éstas aportan menos del 10% de la energía total consumida17. En el presente estudio, el aporte energético procedente del alcohol contenido en la cerveza consumida, 4,6 % para las mujeres y 9 % para los varones, está por debajo de este límite.

En una revisión recientemente publicada por Yeomans18, el autor indica que a largo plazo, la energía ingerida en forma de alcohol se suma a la energía procedente de otras fuentes, sugiriendo que un consumo moderado de alcohol conduce a largo plazo a un consumo excesivo pasivo, mientras que a corto plazo el consumo calórico excesivo es activo, debido a la estimulación del apetito inducida por el alcohol. A pesar de la evidencia del aumento en la ingesta de energía que acompaña al consumo moderado de alcohol, la evidencia de una asociación entre el alcohol procedente de la dieta y la obesidad continúa sin esclarecerse, aunque los resultados más recientes sugieren una correlación entre la ingesta de alcohol y el IMC. En nuestro caso, en cambio, después del mes de consumo moderado de cerveza, no se han producido cambios en el peso corporal y por tanto en el IMC ni en mujeres ni en varones (tabla I)19. Pudiera ser que el plazo de un mes no haya sido suficiente para poder observar los cambios ponderales a los que hacen referencia otros autores, en estudios con bebidas de distinta graduación18,20,21, aunque un mes nos parece un tiempo razonable para poder establecer al menos tendencias en el comportamiento alimentario. De hecho, las únicas diferencias observadas en el patrón alimentario han sido en las mujeres una disminución del consumo de lácteos, sin afectar significativamente a la ingesta de calcio (tabla III), así como de salsas y condimentos, y un aumento del consumo de alimentos precocinados. En los varones, después del consumo moderado de cerveza, se observa una disminución significativa de la ingesta de salsas y condimentos (datos no mostrados). Asimismo, las ligeras oscilaciones (n.s.) observadas en la ingesta de macronutrientes no parecen indicar un desplazamiento de éstos en favor del alcohol. Las pequeñas cantidades de fibra alimentaria procedentes de la malta que contiene la cerveza, no han sido suficientes para observar un cambio significativo en su ingesta ni en mujeres ni en varones (tabla II). Por lo tanto, al no presentarse ninguna diferencia significativa entre los datos obtenidos en la última semana del mes de abstinencia y del mes de consumo moderado de cerveza, se puede deducir que no se produce un cambio en la ingesta de macronutrientes y fibra debido al consumo de la misma. Aunque probablemente sería necesario un estudio a más largo plazo para poder confirmar estas tendencias.

Otra de las preocupaciones en torno al consumo de bebidas es que pudieran favorecer la aparición de deficiencias en micronutrientes. Como ya se ha mencionado, la cerveza tiene un contenido considerable de minerales y vitaminas14,22. De hecho, su consumo moderado en nuestro caso aporta cantidades importantes de magnesio (Mg) (13,2% y 6,6% para varones y mujeres, respectivamente (tabla III). En el estudio de Gorinstein y col.23 elaborado en 58 individuos, el consumo moderado de 330 ml de cerveza (20 g de alcohol) durante 30 días, elevó significativamente los niveles plasmáticos de Mg de 0,89 ± 0,01 a 0,98 ± 0,02 mmol/L (p < 0,0025). En la población estudiada por nosotros, la mediana de la ingesta de Mg es indicativa de un cierto riesgo de ingesta deficitaria en casi el 50% de la población (se encuentra ligeramente por debajo de la EAR tanto en varones como en mujeres (263,5 mg para mujeres y 295,5 mg para varones, frente a unas EAR de 265 mg y 330 mg, respectivamente) (tabla III). La mediana de la ingesta de Mg durante el consumo moderado de cerveza no se ve afectada en mujeres (262 mg) pero sí en varones (310,5 mg), mostrando una tendencia a reducirse la probabilidad de ingestas deficitarias. La valoración de la ingesta dietética únicamente ha revelado una disminución significativa (p < 0,05) en la ingesta media de yodo en el grupo de las mujeres al consumir la cerveza. Este dato correlaciona con una ligera disminución en el consumo semanal de pescado (n.s.), aunque cabe destacar que la mediana de la ingesta de yodo (307,5 µg/d) es muy superior a la EAR de 95 µg/día24, incluso durante el período de consumo moderado de cerveza (272 µg/d). En el grupo de mujeres, hay una persona con riesgo de deficiencia de yodo, que se mantiene en esta posición durante ambos periodos analizados, por lo que en este caso su riesgo no parece deberse a la incorporación de cerveza. Aún así, la ligera disminución en el consumo de pescado observada debe ser tenida en cuenta a la hora de dar consejo nutricional.

Con respecto a la ingesta de vitaminas recogidas en la tablas V y VI, en el grupo de mujeres se ha observado un aumento significativo del consumo de vitaminas B6, folato y B12. En el grupo de los varones, este aumento se ha observado en el consumo de vitaminas B2, equivalentes de niacina, B6 y folato. Estos resultados son coherentes, ya que, como se ha indicado, la cerveza contiene cantidades importantes de vitaminas del grupo B4,22. Cabe destacar el aumento del consumo de folatos tras un mes de consumo moderado de cerveza. Algunos estudios han puesto de manifiesto que hay pocos alimentos que ± "per se" ± puedan administrar una cantidad importante de ácido fólico25. Esto resulta especialmente interesante al ser el folato una de las vitaminas de mayor riesgo en la población occidental26. Las medianas en la ingesta mejoran de 135,0 a 156,9 ug/d en las mujeres y de 148,0 a 188,8 ug/d, aunque en ninguno de los grupos ha sido suficiente para adecuar la mediana a la EAR (320 ug/d para ambos sexos27. Al igual que para otros componentes de la cerveza, existen pocos estudios sobre la biodisponibilidad, tiempo y lugar de absorción y destino metabólico en humanos. Por su parte, Delin y Lee28 han estudiado la interacción del alcohol y la biodisponibilidad de nutrientes, así como las consecuencias gastrointestinales del consumo de bebidas alcohólicas, y sugieren que las bebidas alcohólicas constituyen un complemento importante de la dieta, aumentando el nivel de satisfacción y contribuyendo a la relajación necesaria para una buena digestión y una adecuada absorción de nutrientes.

Por otra parte, aunque los resultados no revelan modificaciones en la ingesta de vitamina E, en contraposición con las conclusiones de un estudio que ha destacado que la ingesta de vitamina E es mayor en los consumidores de cerveza29, sí reflejan un aumento significativo del consumo de vitamina A (equivalentes de retinol) en el grupo de las mujeres (tabla VI). Todo ello se debe probablemente, al ligero cambio producido en el patrón alimentario debido al consumo de cerveza.

 

Conclusión

La incorporación de un consumo moderado de cerveza a la dieta habitual de mujeres y varones adultos sanos durante un mes mejora la calidad de la dieta al contribuir beneficiosamente a la ingesta de vitaminas del grupo B y Mg. Los leves cambios producidos en la ingesta de energía, carbohidratos, calcio y yodo son aceptables desde el punto de vista nutricional, aunque deben ser estudiados a más largo plazo.

 

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Correspondencia:
Dra. Ascensión Marcos
Dpto. de Metabolismo y Nutrición
Instituto del Frío Consejo Superior de Investigaciones Científicas
C/ José Antonio Novais, 10
28040 Madrid

Recibido: 15-IX-2005.
Aceptado: 12-XII-2005.

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