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Nutrición Hospitalaria

versión On-line ISSN 1699-5198versión impresa ISSN 0212-1611

Nutr. Hosp. vol.34 no.6 Madrid nov./dic. 2017

https://dx.doi.org/10.20960/nh.1081 

TRABAJO ORIGINAL

 

Validación de contenido de la Encuesta de Calidad de Alimentación del Adulto Mayor (ECAAM)

Content validity of Food Quality Survey of Elderly (FQSE)

 

 

Samuel Durán Agüero, Priscila Candia y Rafael Pizarro Mena

Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad San Sebastián. Chile

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Introducción: existen escasos instrumentos que evalúen la calidad de alimentación de adultos mayores (AM) de la comunidad.
Objetivo: realizar la validación de contenido de la encuesta diseñada para determinar la calidad de la alimentación del adulto mayor (ECAAM).
Material y métodos: basado en la literatura existente se diseñó un cuestionario para evaluar la ECAAM. Se realizó la validación de contenido mediante el Índice de validez de contenido, a través del cálculo de la Razón de validez de contenido de Lawshe. Participaron del proceso de validación 28 expertos. Posteriormente, la encuesta ya validada se aplicó a AM.
Resultados: se validaron en contenido 23 preguntas, distribuidas en las 2 subescalas del instrumento. Las 15 primeras preguntas subescala de Hábitos alimentarios saludables y 8 preguntas subescala de Hábitos alimentarios no saludables. El Índice de Validez de contenido fue de 0,85. Se encuestó a 458 adultos mayores. En la subescala de Hábitos alimentarios saludables, el 11,2% de los hombres y 11,4% de las mujeres presentan hábitos alimentarios saludables, en relación con la subescala de Hábitos alimentarios no saludables, que los presentan el 54,4% de los hombres y el 42,9% de las mujeres. Finalmente, en la suma de ambas escalas, solo el 16,6% de los hombres y 17,6% de las mujeres se categorizan dentro de Buena calidad de la alimentación.
Conclusión: la encuesta ECAAM es un instrumento válido en contenido y fácil de aplicar a AM, y permite evaluar y caracterizar la calidad de la dieta de este grupo etario.

Palabras clave: Adulto mayor. Encuesta. Validación de contenido. Alimentación.


ABSTRACT

Background: There are few instruments that evaluate the quality of food of elderly (ED) in the community.
Objective: To carry out the content validity of the survey designed to determine the Food Quality Survey of Elderly (FQSE).
Material and methods: Based on the existing literature, a questionnaire was designed to evaluate the FQSE. Content validity was performed using the Content Validity Index through the calculation of the Content Validity Ratio of Lawshe. Twenty-eight experts participated in the validation process. Subsequently, the validated survey was applied to ED.
Results: Twenty-three questions were validated in content, distributed in the 2 subscales of the instrument. The first 15 questions subscale Healthy eating habits and 8 questions subscale Unhealthy eating habits. The Content Validity Index was 0.85. Four hundred and fifty-eight ED were surveyed. In the subscale of Healthy eating habits, 11.2% of men and 11.4% of women presented healthy eating habits; 54.4% of men and 42.9% of women presented unhealthy eating habits. Finally, in the sum of both scales, only 16.6% of men and 17.6% of women categorize within Good Food Quality.
Conclusion: The FQSE survey is a valid instrument in content and easy to apply to EL and allows evaluating and characterizing the quality of the diet of this age group.

Key words: Elderly. Survey. Content validity. Feeding.


 

INTRODUCCIÓN

Chile es el país de América Latina con mayor esperanza de vida media, 80,5 años, y el segundo de todo el continente americano, solo por detrás de Canadá (82,2 años) (OMS). De acuerdo al último censo poblacional, para el año 2002 se estimó que el 11,4% de la población chilena era adulto mayor (AM) (1).

La alimentación y nutrición juegan un papel destacado en el desarrollo de enfermedades crónicas asociadas con la edad, como son las enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes tipo 2 , obesidad, algunos tipos de cáncer y osteoporosis (2-4). De hecho, la malnutrición (por deficiencia: desnutrición; o por exceso: sobrepeso y obesidad) es considerada como un síndrome geriátrico (5).

Por otra parte, la evaluación de calidad de la dieta requiere centrarse en los elementos nutricionales considerados como más importantes en relación con la promoción de la salud y prevención de enfermedades (6). Diversos estudios han determinado la calidad de la dieta, utilizando encuestas con puntuación. Sin embargo, los estudios se han enfocado principalmente en los adultos (7,8). Habitualmente para realizar estudios alimentarios se cuenta con las encuestas de recordatorio de 24 horas o encuestas de tendencia de consumo, las cuales tienen la limitación de no valorar la calidad de la dieta de forma inmediata. La historia dietética permite identificar posibles carencias en la dieta habitual del AM. Para una evaluación completa sería necesario estudiar los hábitos alimentarios y valorar la adecuación de la ingesta habitual de los sujetos con respecto a las ingestas dietéticas de referencia. Sin embargo, los métodos disponibles requieren mucho tiempo de análisis, por lo que el Grupo de Trabajo en Nutrición en Geriatría de la Sociedad Española de Gerontología y Geriatría recomiendan registrar los siguientes parámetros en los AM del contexto ambulatorio: el número de ingestas al día, los cambios recientes en las sensaciones de hambre y saciedad, las preferencias y aversiones alimentarias, la existencia de alergias o intolerancias alimentarias, el seguimiento de dietas especiales y el consumo de suplementos dietéticos (9).

Hasta la fecha no existe en el medio nacional un instrumento que permita medir los hábitos alimentarios y valorar la adecuación de la ingesta habitual del AM chilenos.

La validez total de un instrumento de medición está comprendida por la validez de contenido, la validez de criterio y la validez de constructo, ya que cuanto mayor sea la evidencia, más cercano estará de representar las variables que pretende medir. Uno de los primeros pasos en el diseño de un nuevo instrumento de evaluación es someterlo a la validación de contenido. La validez de contenido consiste en que tan adecuado es el muestreo que hace una prueba del universo de posibles conductas, de acuerdo con lo que se pretende medir (10).

En la actualidad, la validez de contenido se considera la condición necesaria (aunque no suficiente) para realizar interpretaciones de las puntuaciones en los instrumentos. El Índice de validez de contenido (IVC, Content Validity Index en inglés), diseñado por Lawshe en 1975 (11), es uno de los índices más conocidos de todos los desarrollados en este campo (12). Consiste en la evaluación individual de los ítems de un test por parte de un grupo de expertos en la materia que a continuación, mediante la Razón de validez de contenido (RVC, Coefficient Validity Ratio en inglés), determina qué ítems/preguntas del instrumento son adecuados y deben mantenerse en la versión final del mismo. Para ello, el propio Lawshe elaboró una tabla que relaciona los valores obtenidos en este índice y el número de expertos empleado. De este modo, el valor crítico de la RVC se incrementa de manera monotónica cuando se emplea entre 40 y 9 expertos (siendo los valores mínimos adecuados de 0,29 y 0,78 respectivamente) y alcanzando el grado máximo (0,99) cuando se recurre a 7 expertos o menos (11).

Si bien todos los métodos presentan puntos débiles y críticas, Polit, Beck y Owen (2007) justifican el empleo de este índice por sus numerosas ventajas, respecto al resto de métodos existentes. Ellos comparan dicho método con un amplio número de índices alternativos y destacan los siguientes beneficios a favor del IVC: facilidad de cálculo, facilidad de interpretación, aporta información tanto a nivel de ítem como de instrumento, así como el hecho de centrar la atención sobre el acuerdo en la relevancia del ítem y el consenso de los expertos más que en la consistencia de las puntuaciones dadas por estos (13).

En consecuencia, el objetivo del presente estudio es realizar la validación de contenido de la encuesta diseñada para determinar la calidad de la alimentación del AM (ECAAM) de la comunidad.

 

MATERIAL Y MÉTODOS

El estudio fue de tipo descriptivo, la muestra fue no probabilística y por conveniencia. Para la presente validación, se incluyeron AM chilenos de 60 y más años, de ambos sexos, y de la región metropolitana. Fueron excluidos AM con alteración de consciencia, con facultades mentales perturbadas o incapaces de contestar la encuesta. Cada AM fue debidamente informado de la naturaleza de la encuesta y firmó el consentimiento informado.

La encuesta se basó en las guías alimentarias chilenas y lineamientos dietéticos internacionales (14,15), además se incluyeron en la encuesta preguntas sobre el Programa del AM (PACAM). El PACAM es un programa de ayuda alimentaria destinado a prevenir y recuperar el daño nutricional en los adultos mayores que incluye una Bebida Láctea y las cremas Años Dorados (16).

El instrumento de recolección utilizado fue una encuesta estructurada con 23 preguntas de selección múltiple, diseñada especialmente para determinar los hábitos alimentarios tanto de alimentos o preparaciones consideradas saludables como de alimentos o preparaciones consideradas como no saludables en adultos mayores de la comunidad y en el contexto ambulatorio. El instrumento Encuesta de calidad de la alimentación del AM (ECAAM) estaba compuesto de 2 subescalas: Hábitos alimentarios saludables y Hábitos alimentarios no saludables.

La primera subescala, Hábitos alimentarios saludables, se compone de 15 preguntas, con una puntuación mínima de 1 y máxima de 5 por pregunta (escala de tipo Likert), que indica la frecuencia de hábitos saludables y la frecuencia de consumo de grupos de alimentos recomendados. Cada pregunta se puntúa desde no consume (1 punto) hasta las porciones día/semana sugeridas (5 puntos). Es importante considerar que las preguntas 14 y 15 no se entran dentro de la suma de la puntuación de la subescala ni de la suma del total del instrumento de evaluación, y solo se registrará en aquellos AM que consumen dichos productos, a modo de antecedente y posible intervención. Con ello, se obtiene una calificación del total de las respuestas de esta subescala, que varía de 13 a 65 puntos (mayor valor, mejores hábitos alimentarios).

La segunda subescala, Hábitos alimentarios no saludables, está compuesta por 8 preguntas, con una puntuación mínima de 1 y máxima de 5 por pregunta (escala tipo Likert) para las 7 primeras preguntas, y puntuación mínima de 1 y máxima de 3 para la última pregunta. Ellas reflejan alimentos o grupos de alimentos identificados como promotores de enfermedades crónicas no transmisibles, así como la frecuencia de los mismos. Cada pregunta se puntúa desde malos hábitos alimentarios (1 punto), hasta no consume (3 o 5 puntos según corresponda), obteniendo una calificación del total de las respuestas de esta subescala, que varía de 8 a 38 puntos (mayor valor, mejores hábitos alimentarios).

A continuación, se deberá sumar la puntuación de las preguntas de cada subescala y de la suma de ambas subescalas, dado que esta encuesta se puede analizar de 2 formas: primero, obteniendo la suma de la puntuación de la subescala Saludable o subescala No Saludable; o segundo, sumando ambas subescalas (mínimo 21 a máximo de 103 puntos).

Antes de su aplicación, la encuesta fue sometida a un proceso de validación de contenido mediante el Índice de validez de contenido (IVC), a través del cálculo de la Razón de validez de contenido (RVC) de Lawshe, utilizando su modelo original que fluctúa entre 9 y 40 expertos.

Inicialmente se formuló un total de 23 ítems/preguntas agrupados en 2 subescalas. En este punto, cada experto debe asignar a cada ítem una puntuación en base a tres posibilidades: que el elemento sea "esencial" (1) para evaluar el constructo; que resulte útil, pero prescindible (0); o que se considere innecesario (0). Sobre esta valoración se aplica la siguiente expresión (14) donde n es el número de expertos que tienen acuerdo en la categoría "esencial" (sumatoria de unos) y N, el número total de expertos que evalúan el contenido (en este caso 28 expertos). El criterio de aceptación original de Lawshe para 28 expertos era igual o superior a 0,37 en el RVC.

Participaron del proceso de validación 28 expertos: nutricionistas de diferentes regiones del país, con formación en gerontología y/o geriatría (diplomado y/o magister), académicos de nutrición del adulto y AM de universidades públicas y privadas, nutricionistas de servicios de salud, del Colegio de Nutricionistas de Chile y/o nutricionistas que desempeñen su ejercicio profesional cotidiano con AM.

Finalmente, se calcula el IVC para el instrumento en su conjunto, el cual no es más que un promedio de la validez de contenido de todos los ítems seleccionados en el paso previo.

Tras la validación, se aplicó la encuesta a adultos mayores autónomos de la ciudad de Santiago de Chile.

Para el análisis estadístico se utilizó el paquete estadístico SPSS 22.0

 

RESULTADOS

Se validaron en contenido 23 preguntas que conforman la encuesta final, con una Razón de validez de contenido de 0,37 o más para cada ítem/pregunta, cómo valor mínimo aceptable, lo que se cumplió para todos las preguntas que se incluyeron en la versión final de la encuesta. Nueve preguntas obtuvieron RVC bajo (0,80: 1 pregunta 0,43; 0,50; 0,57; 0,71 respectivamente; y 5 preguntas 0,79). Además, 7 preguntas obtuvieron RVC en el extremo máximo de 1,00, siendo 5 de ellos de la subescala Hábitos alimentarios saludables. El Índice de validez de contenido fue de 0,85. Finalmente, se hicieron algunos ajustes menores de apariencia en algunas preguntas bajo la recomendación de varios expertos, sin cambiar el sentido de las mismas (Tabla I).

tabla1

 

Es así como la versión final mantuvo las 23 preguntas originales, distribuidas en las 2 subescalas del instrumento. Las 15 primeras preguntas de la subescala Hábitos alimentarios saludables hacen alusión a: toma desayuno; consume lácteos, frutas, verduras, pescado, leguminosas, avena o alimentos integrales; come comida del hogar; cena; consume agua o líquidos; carnes magras o aves; huevo; cuántas comidas consume al día; y consume la Bebida Láctea y la sopa Años Dorados. Estas 2 últimas preguntas (14 y 15) no se incluyen en la puntuación de la subescala ni en el total de la encuesta. Las 8 siguientes preguntas de la subescala Hábitos alimentarios no saludables hacen alusión a: toma bebidas azucaradas, consume bebidas alcohólicas, frituras, utiliza manteca, consume alimentos chatarra, colaciones dulces, café con cafeína, y le agrega sal a las comidas antes de probarlas. En la tabla II se presenta la tabla de clasificaciones de las subescalas.

tabla2

 

Se encuestaron a 458 adultos mayores entre 60 y 100 años (63,1% sexo femenino). El 43,8% de los encuestados presentaba una edad de entre 60-70 años, 33,1% de entre 70-80 y 12,4% más de 80 años. Respecto a la subescala Hábitos alimentarios saludables (Tabla III), se observa que el 11,2% de los hombres y 11,4% de las mujeres presenta hábitos alimentarios saludables, en relación con la subescala Hábitos alimentarios no saludables, el 54,4% de los hombres y el 42,9% de las mujeres presenta hábitos alimentarios no saludables.

tabla3

 

Finalmente, en la suma de ambas escalas, solo el 16,6% de los hombres y 17,6% de las mujeres categorizan dentro de Buena calidad de la alimentación (Tablas IV y V).

tabla4

 

tabla5-parte-1
tabla5-parte-2

 

DISCUSIÓN

Tras un considerable número de años sin avances a nivel cuantitativo en relación con la validación de contenido (15), Lawshe (1975) propone uno de los índices más conocidos de todos los desarrollados, el cual fue denominado como Índice de validez de contenido, que luego, mediante la Razón de validez de contenido determina qué ítems del instrumento son adecuados y deben mantenerse en la versión final del mismo. Además, elaboró una tabla que relaciona los valores obtenidos en este índice y el número de expertos empleados (14).

Siguiendo a este autor, y desde una perspectiva menos estricta, autores como Rubio y cols. (17) afirman que el grado esperado en torno a un ítem se ajuste al número de expertos que participan en la evaluación, que fluctúa entre 9 y 40 (17).

Por ello, uno de los primeros aspectos fundamentales a considerar en el proceso de validación de contenido tiene relación con la apropiada selección de los expertos. Por tal motivo, si se pretende realizar un adecuado análisis de los ítems, resulta fundamental analizar las características y experiencia de los expertos en relación al constructo tratado (15). Para la presente investigación, se escogieron profesionales con experiencia, formación y especialidad en el manejo nutricional con personas mayores, y con un manejo acabado de las guías y recomendaciones alimentarias en este grupo poblacional.

El hecho de que se mantuvieran los 23 ítems/peguntas originales dado que la Razón de validez de contenido de todos ellos fue 0,37 o más, como valor mínimo aceptable, permite señalar que desde la perspectiva de los expertos todos los aspectos manifiestan relevancia a la hora de determinar la calidad de la alimentación de los AM en comunidad en el contexto ambulatorio, en términos de Hábitos alimentarios saludables y Hábitos alimentarios no saludables.

Cuatro preguntas obtuvieron muchos comentarios de los expertos a favor y en contra: a) 0,43, come comida del hogar (guisos, carbonadas, cazuela, charquican); b) 0,50, utiliza manteca en la elaboración de masas o en frituras; c) 0,57, consume café con cafeína; d) 0,71, consume la sopa Años Dorados. En la primera, la principal controversia es que preguntar por comida de hogar y tener la premisa de que son saludables es errado, ya que se pueden preparar muchas comidas no saludables dentro del hogar, por lo que se decidió agregar algunos ejemplos de preparaciones tradicionales y saludables. Con respecto a la pregunta b, los comentarios iban en la dirección de que quizás los AM hombres no cocinasen y, por lo tanto, no sabrían qué ingredientes se utilizan en las preparaciones.

En la pregunta c, se agregó la palabra cafeína, ya que a muchos AM hipertensos se les restringe o elimina el café con cafeína y lo reemplazan por descafeinado, sin embargo, esta restricción no tiene sentido si el consumo es moderado en los otros AM. Finalmente, la pregunta d se mantuvo, pero no incluye puntuación, ya que los principales favorecidos del programa son los AM de 70 o más años y que se atienden en la salud pública.

A nivel nacional, Cardemil y cols. (18) realizaron la validación de contenido de un cuestionario de satisfacción usuaria con la atención abierta en un policlínico ambulatorio de otorrinolaringología de un hospital chileno con 9 expertos y una RVC de 0,75 (18). Lo que muestra la utilización de este método en el medio nacional y en el contexto de la salud.

Desde una perspectiva más estricta, autores como Davis (1992) mencionan interpretar directamente el IVC obtenido, teniendo que ser superior a 0,80 para definir el conjunto de ítems como adecuados (19). Por lo que la ECAAM presenta propiedades psicométricas aceptables para ser utilizado como herramienta de evaluación, al obtener un IVC de 0,85.

Siguiendo las recomendaciones del Grupo de Trabajo en Nutrición en Geriatría de la Sociedad española de Gerontología y Geriatría, el presente instrumento de evaluación de AM de la comunidad y en el contexto ambulatorio contempla 4 de las 6 recomendaciones: número de ingestas al día, preferencias y aversiones alimentarias, seguimiento de dietas especiales y el consumo de suplementos dietéticos (9).

El hecho de que las preguntas "Consume Bebida Láctea" y "Consume la sopa Años Dorados" no se consideraran dentro de la suma de la puntuación de la subescala Hábitos alimentarios saludables ni de la suma del total del instrumento de evaluación permite que el instrumento de evaluación sea utilizado por diferentes poblaciones latinoamericanas y sea validado en otros países.

 

CONCLUSIÓN

En conclusión, la encuesta de la calidad de la alimentación del AM (ECAAM) de la comunidad es un instrumento sencillo y fácil de aplicar a AM y permite evaluar y caracterizar la calidad de la dieta de este grupo etario.

 

BIBLIOGRAFÍA

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19. Davis LL. Instrument review: Getting the most from a panel of experts. Applied Nursing Research 1992;5:194-197.

 

 

Dirección para correspondencia:
Samuel Durán Agüero.
Universidad San Sebastián.
Lota 4265.
Providencia, Chile
e-mail: samuel.duran@uss.cl

Recibido: 01/03/2017
Aceptado: 04/03/2017

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