SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.19 número1Síndrome neuroléptico maligno e hiponatremia relacionados con una intoxicación por risperidonaCandidiasis diseminada con afectación miocárdica índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Anales de Medicina Interna

versión impresa ISSN 0212-7199

An. Med. Interna (Madrid) vol.19 no.1  ene. 2002

 

CARTAS AL DIRECTOR

Pericarditis brucelar

 

Sr. Director:

Las complicaciones cardiacas de la brucelosis son infrecuentes, destacando por su mayor gravedad e incidencia la endocarditis. En ausencia de ésta, la pericarditis es excepcional. Presentamos un nuevo caso de pericarditis brucelar (PB).

Varón de 17 años de edad, en contacto con ganado ovino, diagnosticado 4 meses antes de su ingreso de brucelosis. Fue tratado con doxiciclina (100 mg/12 h) y rifampicina (900 mg/24 h.) durante 45 días con buena respuesta clínica. Permaneció asintomático hasta el día de su ingreso, en el que sufrió dolor retroesternal, opresivo, de dos horas de duración. En la exploración física, se encontraba afebril y se auscultó un roce pericárdico. Analítica: CPK 674 UI/l, CPK-MB 50 UI/l, GOT 117 UI/l, GPT 217 UI/l y LDH 587 UI/l. Hemograma: Hb. 14,2 g/dl, leucocitos 5,7 x 109 /l, plaquetas 195x 109 /l Serología de CMV, enterovirus, anticuerpos heterófilos, ANA, crioglobulinas y factor reumatoide negativa. Rx de tórax: normal. ECG: elevación difusa del segmento ST y T (-) de V3-V6. Ecocardiograma: pericardio engrosado, sin derrame pericárdico. Test Rosa de Bengala: positivo; aglutinaciones frente a Brucella, 1/640; Coombs, l/1280. Hemocultivos (3/3): crecimiento de B. mellitensis a los nueve días de incubación. El paciente fue tratado inicialmente con ácido acetil salicílico, y al conocer el diagnóstico etiológico, con rífampicina (900 mg/24 h), doxiciclina (100 mg/12 h) y cotrimoxazol (80-400 mg/6 h) que se mantuvo durante 2 meses. La evolución clínica, electrocardíográfica y ecocardiográfica fué favorable, y 12 meses después se encontraba asintomático. La PB asociada a endocarditis, se describió hace más de 50 años. Sin embargo, los primeros casos de PB aislada no fueron descritos hasta hace dos décadas (1,2). En una revisión realizada en la base de datos Medline, utilizando los términos Pericarditis/Miocarditis y Brucella desde 1982 hasta la actualidad, y por las referencias aportadas por otros estudios, hemos encontrado 10 enfermos con PB (1-8), dos de ellos con participación miocárdica (6,8). La incidencia de PB es difícil de cuantificar, pero probablemente es excepcional. Así, en una serie de 400 enfermos con brucelosis, se cita un caso de pericarditis (9). En otras publicaciones, no se menciona esta complicación (10). En lo que se refiere a la patogénesis, se han propuesto dos hipótesis: invasión brucelar y depósito de inmunocomplejos (3,7). Es interesante señalar que en los dos únicos pacientes en los que se realizó pericardiocentesis, se obtuvo crecimiento de Brucella sp (2). Las manifestaciones clínicas varían, desde cuadros leves al taponamiento cardiaco (2,5,7). Son frecuentes el dolor precordial, la fiebre y el roce pericárdico. Los hemocultivos fueron realizados en 10 enfermos (incluyendo el nuestro), creciendo Brucella sp. en 8 de ellos. En ausencia de pericardiocentesis el diagnóstico se basa en la demostración de pericarditis coincidiendo con la existencia de brucelosis, una vez descartadas otras etiologías (3). El tratamiento antibiótico de la brucellosis (tetraciclinas asociadas a estreptomicina o rifampicina), ha proporcionado generalmente buenos resultados, y solo dos pacientes precisaron pericardiocentesis, falleciendo uno de ellos (2). En resumen, la pericarditis puede ser una de las múltiples manifestaciones de la brucelosis y debe de considerarse, especialmente en regiones donde esta zoonosis es endémica.

A. Chocarro Martínez, A. González López, P. Zuazola, I. García García

Unidad de Infectología. Servicio de Medicina Interna. Hospital Virgen de la Concha. Zamora

 

1. Cuisinier Y, Blanc P, Doumeix JJ, Virot P, Chabanier A, Delhoume B, Bensaid J. Péricardite au cours de la brucellose. Nouv Presse Med 1982; 11: 3352-3.

2. Ugartemendia MC, Curós-Abadal A, Pujol-Rakosnik M, Pujadas-Capmany R, Escrivá-Montserrat E, Jané-Pesquer J. Brucella melitensis pericarditis. Am Heart J 1985; 109: 1108.

3. Gómez-Huelgas R, Mora M, Porras JJ, Nuño E, San Román CM. Brucella and acute pericaditis: fortuitous or causal association?. J Infect Dis 1986; 154: 544.

4. Rivera JM, García-Bragado F, Gómez FA, Grilo A, Lozano-Gutierrez F. Brucellar pericarditis. Infection 1988; 16: 254.

5. Andrés C, Magallón A, Ochoa FJ, Peña JL, Salcedo FJ, Campo JM. Brucelosis y derrame pericárdico. An Med Interna (Madrid) 1989; 6: 656-7.

6. Delmastro B, Libero L, Bordino C, Birlocchio C, Alfani M, Mantovani M, Casabianca A y D'Anelli A. Su di un caso di pericardite in corso brucellosi acuta. Minerva Med 1989; 80: 1245-9.

7. Anguita M, Díaz V, López-Granados A, Vivancos R, Mesa D, Suárez de Lezo J, Vallès F. Pericarditis brucelósica: dos formas diferentes de presentación para una etiología poco frecuente. Rev Esp Cardiol 1991; 44: 482-4.

8. Marcos F, Vázquez A, Juárez F, López P, Duran A. Afectación pericárdica y miocárdica como forma de presentación de la brucelosis. An Med Interna (Madrid) 1991; 8: 100-1.

9. Lulu AR, Araj GF, Khateeb MI, Mustafa MY, Yusuf AR, Fenech FF. Human brucellosis in Kuwait: a prospective study of 400 cases. Q J Med 1988; 249: 39-54.

10. Zancada F, Roldán A, Fernández A, Jiménez FJ, Agulla A. Brucelosis: estudio clínico serológico en un área rural. Rev Clin Esp 1992; 191: 8-12.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons