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Anales de Medicina Interna

versión impresa ISSN 0212-7199

An. Med. Interna (Madrid) vol.20 no.10  oct. 2003

 

Cartas al Director

Infarto esplénico embólico

Sr. Director:

El infarto esplénico puede estar producido por la existencia de diversos trastornos hematológicos, siendo los más frecuentes la metaplasia mieloide, policitemia vera, enfermedades mieloproliferativas, linfomas y leucemias, anemias hemolíticas y otras hemoglobinopatías (1). Sin embargo, la causa más frecuente es la enfermedad tromboembólica, fundamentalmente debido a una fibrilación auricular, generalmente sin tratamiento de anticoagulación y también puede ser producido por la liberación de embolias sépticas en el seno de diversos procesos infecciosos, como la endocarditis. Otras causas posibles son el aneurisma de la aorta abdominal y de la arteria celiaca, trombosis de la arteria o vena esplénica y trombosis portal, aunque también se ha comunicado en otros muchos procesos (2,3).
Presentamos brevemente un nuevo caso estudiado recientemente por nosotros.
Mujer de 73 años de edad, con antecedentes personales de diabetes mellitus en tratamiento con insulina desde hace 16 años, hipertensión arterial desde hace 6 años en tratamiento con dieta sin sal, arritmia cardíaca en tratamiento con digoxina desde hacía cinco años y prótesis de cadera izquierda dos años atrás.
Consultó por presentar desde hacía cinco días un cuadro de dolor abdominal de características cólicas, localizado en el hemiabdomen superior izquierdo. En las últimas horas el dolor se hacía más intenso y se irradiaba al hombro izquierdo. Se acompañaba de náuseas sin vómitos, no fiebre ni alteraciones en las deposiciones.
A la exploración física , la paciente estaba consciente y orientada, bien perfundida e hidratada. Auscultación cardíaca: Tonos arrítmicos en fibrilación auricular, ligero soplo sistólico de carácter eyectivo. Auscultación pulmonar: normal. Abdomen: blando, doloroso sobre todo en el hemiabdomen superior izquierdo, ligeramente distendido sin contractura muscular ni organomegalias, ruidos intestinales normoactivos. Puño percusión renal bilateral negativa.
Laboratorio. Hemograma: leucocitos: 8.000 mm3, Htº: 37,2%, hemoglobina de 12,1 gramos/dl, 270.000 plaquetas, actividad de protrombina del 96%.
En la bioquímica destacaba una glucemia de 262 mg/dl, amilasemia de 39 U/l, resto normal. Orina elemental normal.
ECG: Fibrilación auricular con respuesta ventricular controlada, trastornos difusos de la repolarización ventricular.
Radiografía de tórax: ateroma aórtico calcificado, cardiomegalia, no condensaciones pulmonares.
TAC abdominal: bazo de 12 centímetros, se observan dos lesiones hipodensas bien definidas, de bordes lisos y morfología triangular, sin captación periférica, sugerentes como primera posibilidad de infartos esplénicos (Fig. 1).
Ecocardiograma: No patología valvular, no crecimiento de cavidades ni derrame pericárdico.
La enferma recibió tratamiento con heparina de bajo peso molecular y posteriormente acenocumarol, evolucionado favorablemente, siendo dada de alta.
En una revisión efectuada tres semanas más tarde la enferma se encontraba bien y no refería dolor abdominal.
El infarto esplénico es una de las causas de dolor agudo o crónico localizado en el hipocondrio izquierdo, aunque también puede presentarse como síndrome febril y en ocasiones como un cuadro constitucional (4,5). En un porcentaje importante de los casos no existen síntomas. La presencia de fiebre suele guardar relación con la existencia de procesos embólicos (4).
Los medios diagnósticos empleados son la ecografía abdominal, que mostrará áreas triangulares hipoecóicas de localización periférica . La tomografía axial computarizada abdominal (TAC) pondrá de manifiesto la existencia de diversas áreas hipodensas periféricas y que no se realzan con el contraste (4,6).
Es fundamental realizar un ecocardiograma, generalmente transesofágico para descartar diversas patologías cardiacas y también la existencia de material embólico en la aorta torácica.
El tratamiento es inicialmente médico, mediante analgésicos y anticoagulación. La cirugía debe reservarse para los casos en que existan complicaciones, tales como el absceso esplénico y la ruptura del bazo o el diagnóstico sea impreciso.

 

F. Marcos Sánchez, I. Albo Castaño, F. Árbol Linde, A. Viana Alonso, F. M. Gómez Soto, 
A. Durán Pérez-Navarro

Servicio de Medicina Interna. Hospital Nuestra Señora del Prado. Talavera de la Reina. Toledo

 

1.  Bauer T, Haskins G, Armitage J. Splenic rupture in patients with hematologic malignancies. Cancer 1981; 48: 2729-2733.

2.  Agolini SF, Shah KT, Goodreau JJ, McLoughlin TM Jr, Sinclair MC. Splenic infarction caused by a large thoracic aortic thrombus. J Vasc Surg 1997; 26: 1069-1072.

3.  Miller FH, Ma JJ. Total splenic infarct due to Aspergillus and AIDS. Clin Imaging 2002; 25: 57-59.

4.  Nores M, Phillips EH, Morgenstern L, Hiatt JR. The clinical spectrum of splenic infarction. Am Surg 1998; 64: 182-188.

5.  Cuquerella J, Ferrer L, Rivera P, Tuset JA, Medina E, Pamos S, et al. Infarto esplénico. Rev Esp Enf Ap Diges 1996; 88: 447-449.

6.  Beeson MS. Splenic infarct presenting as acute abdominal pain in an older patient. J Emerg Med 1996; 14: 319-322.

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