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Anales de Medicina Interna

versión impresa ISSN 0212-7199

An. Med. Interna (Madrid) vol.20 no.10  oct. 2003

 

Cartas al Director

Resolución espontánea de un quiste tímico primario

Sr. Director:

Los tumores mediastínicos constituyen un grupo heterogéneo de enfermedades neoplásicas, congénitas e inflamatorias. En el mediastino anterior se diagnostican hasta el 50% de estos tumores y la mayoría son timomas o formaciones quísticas consideradas inicialmente como benignas (1). A pesar de su benignidad, en todos los casos se recomienda una resección quirúrgica para confirmar el diagnóstico y evitar las complicaciones relacionadas con su ruptura, fistulización, infección, hemorragia, malignización o compresión de las estructuras vecinas por su crecimiento, considerando como excepcional una evolución como la de nuestro paciente (2,3).
Varón de 45 años, exfumador de 20 paquetes/año sin antecedentes patológicos de interés. En los últimos 10 días refería unas molestias retroesternales inespecíficas y febrícula sin tos, disnea, escalofríos o síndrome constitucional. En la exploración física presentaba un buen estado general sin acropaquias, adenopatías periféricas palpables o signos de insuficiencia cardiaca. La auscultación cardiaca y respiratoria fueron normales. La radiografía de tórax demostró la presencia de una masa homogénea y bien delimitada de aproximadamente 6 cm de diámetro mayor en el mediastino antero-superior que confirmó la TC y la resonancia nuclear magnética (RNM), con un contenido líquido que sugería la presencia de un quiste multiloculado a nivel del timo, sin signos de invasión o adenopatías mediastínicas y con un pequeño derrame pleural derecho (Fig. 1). El hemograma, la coagulación y la bioquímica fueron normales, con una valor de la VSG de 36 mm/h y valores normales del antígeno carcinoembrionario (CEA), alfa-fetoproteína, Beta-HCG, Beta-2 microglobulina, inmunoglobulinas y hormonas tiroideas o negativos de las serologías para el VIH y la hidatidosiss. El electrocardiograma, la ecografía abdominal y la broncoscopia fueron normales junto a un test de la tuberculina negativo.
Al mes del diagnóstico de un posible quiste tímico, se realizó una esternotomía sin observar lesiones quísticas en el mediastino y donde el timo era macroscópicamente normal, con una zona de menor consistencia y coloración amarillenta de 1 cm, de aspecto residual en cuya histología solo se evidenció una mínima inflamación crónica localizada sin signos de malignidad. A los 8 meses de la intervención el paciente estaba asintomático y con una radiografía de tórax normal.
Los quistes tímicos son infrecuentes y constituyen menos del 3% de todos los tumores del mediastino anterior. Existen quistes congénitos y adquiridos, estos últimos después de un proceso inflamatorio local o en asociación a neoplasias como el linfoma, el seminoma o el carcinoma tímico (1,3). Más del 50% permanecen asintomáticos en el tiempo y son diagnosticados de forma casual en la radiografía, al aparecer en el mediastino anterior una tumoración homogénea, redondeada, bien delimitada, uni o multiloculada, con una pared fina y un contenido líquido o semisólido que se visualiza mejor con la TC o la RNM (1,4). La posibilidad de aparición de complicaciones, su asociación a determinadas neoplasias o la imposibilidad de diferenciarlos de otras neoplasias quísticas del timo obligan a su resección diagnóstica y terapéutica, con la posibilidad de una posterior recidiva en las formas adquiridas (1).
La resolución espontánea de las lesiones quísticas en el mediastino es muy infrecuente y excepcional en el caso del timo (6). Existen muy pocos casos descritos de una regresión de un quiste tímico y esta evolución suele atribuirse a su ruptura por un aumento de las presiones intratorácicas, la digestión enzimática de su pared por la reacción inflamatoria o su erosión por el contacto con estructuras vecinas de mayor consistencia como la carina o el esófago (5). En nuestro paciente, la presencia inicial de síntomas y un pequeño derrame pleural derecho sugiere su ruptura y posterior vaciado con un comportamiento poco habitual que debería ser considerado en pacientes seleccionados y sin otras alteraciones acompañantes, al permitir una actitud más conservadora a la espera de su evolución a corto plazo cuando existe un mayor riesgo quirúrgico.

 

M. Haro Estarriol, X. Baldó Padró, M. Rubio Goday, F. Sebastián Quetglas

Sección de Neumología. Servicios de Medicina Interna y Cirugía Torácica. 
Hospital Universitario de Girona “Doctor Josep Trueta”. Girona

 

1.  Strollo DC, Rosado CLC, Jett JR. Primary mediastinal tumors. Part 1: Tumors of the anterior mediastinum. Chest 1997; 112: 511-22.

2.  Morgenthaler TI, Brown LR, Colby TV, Harper CM, Coles DT. Thymoma. Mayo Clin Proc 1993; 68: 1110-23.

3.  Komaki R, Putnam JB, Moon D, Cox JD. Thymic neoplasms. Curr Opin Oncology 1997; 9: 158-60.

4.  Choi YW, McAdams HP, Jeon SC, Hong EK, Kim YH, Im JG et al. Idiophatic multilocular thymic cyst: CT features with clinical and histopathologic correlation. AJR 2001; 177: 881-5.

5.  Martin KW, Siegel MJ, Chesna E. Spontaneous resolution of mediastinal cysts. AJR 1988; 150: 1131-2.

6.  Leibman AJ, Morehouse HT, Ziprkowski M. Spontaneous rupture of a thymic cyst demonstrated by computed tomography. J Comput Assist Tomogr 1984; 8: 550-2.

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