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Anales de Medicina Interna

versión impresa ISSN 0212-7199

An. Med. Interna (Madrid) vol.22 no.3  mar. 2005

 

Cartas al Director

La Medicina Interna: horizontes lejanos


Sr. Director:

He leído el artículo "La Medicina Interna: situación actual y nuevos horizontes" (1), y su lectura, sin duda, me sugiere varias reflexiones que deseo expresar por escrito.

Comparto la casi totalidad de este análisis del médico-internista y, ante todo, el fondo de su mensaje, lleno de pasión por la medicina interna.

No obstante, deseo hacer algunos comentarios y puntualizaciones, tal vez de tono menor:

1. Cajal dio pasos de gigante en neurohistología y no en neurofisiología. Severo Ochoa escribió acerca de "los descubrimientos del gran neurohistólogo español", y reconoce, además, que sólo hacia el final de la vida de Cajal algunos de sus más distinguidos discípulos (Castro, Lorente de No) se adentraron en el campo de la neurofisiología (2).

2. Aunque la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) fue fundada en España en 1952, el término medicina interna se utiliza ya en 1919. En el primer Congreso Nacional de Medicina (3) está claramente separada la Sección de medicina interna de la cirugía. Intervinieron en él prestigiosos internistas (Novoa Santos, Marañón, Pittaluga, Bañuelos, etc.).

3. A pesar del indiscutible influjo del controvertido Letamendi (4), un médico y profesor cargado de sorprendentes polémicas que se prolongan desde hace más de un siglo, es difícil aceptarle hoy como precursor o pionero de la medicina interna. Baroja, en sus memorias (5), sentencia de forma contundente: "De la obra Letamendi-Hipócrates ha quedado poco; yo, para mí, creo que no ha quedado nada. Todo era bluff, retórica y palabrería. Creo que la fama de Letamendi la he comenzado a demoler yo". Conviene recordar, eso sí, que Don Pío fue suspendido por Letamendi, y más de una vez, en la asignatura de Patología General. Baroja, además, reconoció en este profesor su estímulo para el estudio de la filosofía (5).

Por otra parte, la admiración de Menéndez Pelayo o de Galdós por Letamendi (5), e incluso de Ramón y Cajal, quien se refirió a él como "el ingeniosísimo y original doctor Letamendi, el gran catalán" (6); o, asimismo, de Pi i Suñer (7), quien lo tachó de "espíritu enorme y genial", contrastan con el juicio histórico de Laín Entralgo sobre su figura: "Letamendi (1828-1897), teórico de la medicina. Con su curso de Patología General, obra compuesta al margen de lo que era la investigación científica del momento, pura especulación de gabinete..." (8).

También en la exposición Los internistas pioneros de la medicina moderna española (Universidad de Alicante, 13-20 de abril de 1994), se mantuvo que "su afición [en alusión a Letamendi] y condiciones para la libre especulación y su amor a la retórica le llevaron a formular una brillante y espectacular doctrina, que el tiempo demostró que no era más que fuegos de artificios sin ninguna base" (profesor Balaguer Perigüel).

Y, por cierto, la ingeniosa frase "el médico que sólo sabe de Medicina, ni Medicina sabe", pertenece al propio Letamendi, y no al doctor Marañón (5).

4. Por último, además del siglo de la tecnificación, nos hallamos en el siglo del envejecimiento (9), con las consiguientes repercusiones para la labor del internista. Y la tecnología médica moderna también ha contribuido, en el nuevo siglo, al olvido de la verdadera práctica clínica, lo que incluye la adecuada exploración física del enfermo, entre otros aspectos.

F. J. Barbado Hernández

Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario La Paz. Madrid

 

1. Gómez J. La Medicina Interna: situación actual y nuevos horizontes. Madrid: An Med Interna (Madrid) 2004; 21: 301-305.

2. Ochoa S. Escritos. Madrid: CSIC, 1999. p. 218.

3. Primer Congreso Nacional de Medicina (20-26 de abril de 1919). Programa y conclusiones de los trabajos presentados. Madrid: Imprenta Gráfica Excelsior 1919.

4. Palafox S. Haz y envés del letamendismo neohipocrático. Medicina e Historia, 1965: 9; 3-15.

5. Baroja P. Desde la última vuelta del camino. Planeta, 1970. p. 317-322.

6. Ramón y Cajal S. Charlas de café. Espasa-Calpe, Madrid, 1982:275.

7. Pi i Suñer A. La unidad funcional. Ensayos de Fisiología interorgánica. Minerva, Barcelona, 1918:5-22.

8. Laín Entralgo P. Historia de la Medicina. Barcelona: Salvat 1978: 490-499.

9. Barbado Hernández FJ. El siglo del envejecimiento, en El País Semanal, 2003. p. 21-12.

10. Barbado Hernández FJ. Exploración física: ¿venida a menos? Revista Médica 2004; 39: 78.

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