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Anales de Medicina Interna

versión impresa ISSN 0212-7199

An. Med. Interna (Madrid) vol.22 no.6  jun. 2005

 

Cartas al Director


Evolución de la enfermedad de Graves tras tratamiento con radioyodo


Sr. Director.

El tratamiento de la hiperfuncion tiroidea con I-131 fue utilizado por primera vez en 1941 y desde entonces, es empleado como terapia de primera línea, en el tratamiento de la Enfermedad de Graves (EG) que recidiva tras la utilización de antitiroideos de síntesis. Es considerado una terapia eficaz, de fácil administración y bajo coste (1,2). El objetivo del estudio es conocer la evolución de la Enfermedad de Graves tratada con I-131.

Se estudia prospectivamente la evolución de la función tiroidea en 32 pacientes diagnosticados de EG que recidivaron tras un tratamiento de 20,25 ± 3,6 meses, con antitiroideos de síntesis. Se analizan los siguientes parámetros, edad, sexo, volumen tiroideo, dosis de radioyodo (ajustada a captación a las 24 h). La función tiroidea previa al radioyodo se normalizó con metimazol (5-20 mg. día). Para el análisis estadístico de empleó el G-Stat software, versión 1.0 (e-biometrica.com, GlaxoSmithKlein-España).

De los 32 pacientes estudiados 22 fueron mujeres (68,7%) y 10 varones (31,2%). Con una edad media de 38,3 ± 11,7 años (19-69 años). Los pacientes fueron controlados durante 34,3 ± 15 meses (12-72 meses). La dosis total de I-131 empleada fue de 22,5 ± 12,9 mCi. Las mujeres recibieron 18,5 ± 1,7 mCi y los varones 30,8 ± 5,7 mCi (p < 0,01). Un 37,9% de los pacientes precisaron de una segunda dosis por nueva recidiva de su hipertiroidismo, siendo el intervalo entre ambas dosis de 8-24 meses. Un 82,4 % desarrolló hipotiroidismo entre los 5,3 ± 4,8 meses de la última dosis de radioyodo administrada. El hipotiroidismo se relacionó únicamente con el número y cantidad de dosis administrada (p < 0,001).

A pesar de que el tratamiento con I-131 en pacientes con enfermedad de Graves es seguro y eficaz, está contraindicado en embarazadas, lactancia y niños (3). La utilización de antitiroideos de síntesis previos al tratamiento con I-131 y sus efectos sobre la eficacia del mismo es un hecha bien conocido, nosotros empleamos el metimazol el cuál no ha demostrados alteración en la efectividad del radioyodo a diferencia del propiltiouracilo (4). El efecto de radioyodo en el tiroides es producir una intensa tiroiditis por radiación seguida por una progresiva fibrosis intersticial y atrofia glandular (1). Para determinar la dosis de I-131 en la EG, se han aplicado distintas técnicas para calcular la dosis, mediante tamaño glandular, captación de yodo y turnover de yodo. Sin embargo diversos estudios de seguimiento en pacientes con EG tratados con radioyodo, utilizando distintos métodos de cálculo de dosis, no han encontrado ninguna ventaja sobre utilizar dosis fijas o dosis ajustadas (5). Conseguir que el paciente permanezca eutiroideo, sería el objetivo deseable. Sin embargo la mayoría de los pacientes desarrollan hipotiroidismo permanente. La incidencia del mismo en la EG es de 103/1000 personas-año mientras que en pacientes con adenoma tóxico y bocio multinodular tratados con radioyodo es de 17-18/1000 (6), en nuestro medio la presencia de hipotiroidismo post I-131 en pacientes con EG es del 82,4% algo inferior al descrito por Herrera y cols que es del 90% (2).


J. Martí, E. Antón, E. Laborda1, P. Santesteban1

Servicio Medicina Interna. Hospital de Zumárraga. Servicio Medicina Nuclear. 1Instituto Oncológico de Guipúzcoa. Guipúzcoa

 

1. Andrade VA, Gross JL, Maia AL. Yodo radioativo no manejo do hipertireodismo da doença de Graves. Arq Bras Endocrinol Metab 2004; 48: 159-165.

2. Herrera MT. Ollero D. Cruces EM. Lillo ME. Gonzalo MA, et al. Evolución a largo plazo tras tratamiento con I-131 en el Hipertiroidismo. Endocrinol Nutr 2004; 51 (Supl. 1): 51.

3. Yamashita Y, Yamane K, Tamura T, Okubo M, Kohno N. Onset age is associated with outcome of radioiodine therapy in Graves' disease. Endocrin J 2004; 51: 127-132.

4. Cooper DS. Antithyroid drugs in the management of patients with Graves' disease: An evidence-based approach to therapeutic controversies. J Clin Endocrinol Metab 2003; 88: 3474-3481.

5. Leslie WD, Ward L, Salamon EA, Ludwing S, Rowe RC, et al. A randomized comparison of radioiodine doses in Graves' hyperthyroidism. J Clin Endocrinol Metab 2003; 88: 978-983.

6. Metso S. Jaatinen P. Huhtala H. Luukkaala T. Oksala H. y cols. Long-term follow-up study of radioiodine treatment of hyperthyroidism. Clin Endocrinol 2004; 61: 641-648.

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