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Gaceta Sanitaria

Print version ISSN 0213-9111

Gac Sanit vol.21 n.4 Barcelona Jul./Aug. 2007

 

ORIGINALES

 

La epidemia por violencia del compañero íntimo contra las mujeres en España. Evolución temporal y edad de las víctimas

Epidemic of intimate partner violence against women in Spain. Temporal distribution and victim age

 

 

Carmen Vives-Casesa,b, Mercedes Carrasco-Portiñoa, Carlos Álvarez-Dardeta-c

aÁrea de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad de Alicante, Alicante, España Red Nacional de Investigación sobre Salud y Género, España. bÁrea de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad de Alicante, Alicante, España. cObservatorio de Políticas Públicas y Salud (OPPS).

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivo: Explorar la distribución temporal y por edad de las muertes y denuncias de mujeres por violencia del compañero íntimo (VCI) para ilustrar una aproximación a los resultados de las medidas desarrolladas en España en torno a este problema.
Métodos:
Estudio epidemiológico descriptivo basado en los datos de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, Centro Reina Sofía para el estudio de la Violencia y Anuarios Estadísticos del Ministerio del Interior (1998-2005). Cálculo de tasas de mortalidad y denuncias de VCI por edad (< 21, 21-50 y > 50 años) y año. Razón entre casos (denuncias y muertes) dados en un mes determinado y mediana de los producidos en el mismo mes en los 5 años anteriores (índice epidémico).
Resultados: Desde finales de 2004 se observa una tendencia decreciente en las puntuaciones del índice epidémico de mortalidad y denuncias por VCI. Las mujeres de 21-50 años de edad son las que mayores tasas y puntuaciones del índice epidémico de mortalidad y denuncias presentan en el período de estudio, excepto en 2004, en que las tasas de mortalidad en mujeres menores de 21 años fueron las más elevadas, y en 2005, en que se incrementan las tasas de denuncias en las mujeres mayores de 50 años.
Conclusiones: En 2005, la epidemia por VCI parece remitir. El hecho de que se trata de un problema que afecta fundamentalmente a mujeres en edades fértiles y laboralmente activas muestra el carácter instrumental de la VCI para retroalimentar una situación de subordinación femenina.

Palabras clave: Mujeres maltratadas. Violencia doméstica. Mortalidad. Denuncias.


ABSTRACT

Objective: To explore temporal distribution and victim age in deaths and women's reports of intimate partner violence (IPV) to illustrate an approach to the results of the measures developed in Spain to combat this problem.
Methods: We performed a descriptive epidemiological study based on statistics from the Federation of Divorced and Separated Women, the Queen Sofía Centre for the study of Violence, and the Home Affairs databases (1998-2005). Rates of mortality and reports of IPV were calculated by age (< 21 years old, from 21 to 50 years, > 50 years) and year. The ratio between the actual number of IPV deaths and reports in a given month and the median number of cases in the same month in the 5 preceding years (epidemic index) was calculated.
Results: From the end of 2004, the epidemic index scores indicate that rates of mortality and reports due to intimate partner violence have tended to decrease. The highest IPV murder and report rates and epidemic index scores were observed in women aged 21-50 years old throughout the period, except in 2004, when mortality rates in women aged less than 21 years were highest, and in 2005, when report rates in women aged more than 50 years increased.
Conclusion: In the last year, 2005, the IPV epidemic seemed to be decreasing. The fact that this problem affects women mostly in ages when they are fertile and active in the workforce suggests the instrumental use of IPV to keep women in a subordinate position.

Key words: Battered women. Domestic violence. Mortality. Reports.


 

Introducción

La violencia del compañero íntimo contra las mujeres (VCI) es un apremiante problema de salud pública1 que actualmente cuenta en España con la primera Ley Orgánica 1/2004 de Protección Integral contra la Violencia de Género2. Se trata de un adelanto importante en respuestas sociales al problema relacionado con medidas de prevención, castigo y asistencia a las mujeres afectadas que deciden romper la relación con sus agresores. La relevancia de este acontecimiento y de la creciente movilización social que ha llevado definitivamente a la aprobación parlamentaria de la primera ley española contra la violencia de género requiere el desarrollo de indicadores para la evaluación del proceso y los resultados que vayan obteniéndose a medio y largo plazo.

La mortalidad por VCI es una variable extensamente utilizada por los sistemas de vigilancia epidemiológica desarrollados en el contexto internacional3-9. En España se ha empleado para la creación del índice epidémico (IE) mensual por VCI10,11. Se trata de un indicador útil para el seguimiento de los resultados obtenidos por las medidas desarrolladas en cuanto a la prevención de la mortalidad por esta causa, y además contribuye al desarrollo de un enfoque más poblacional del problema de la VCI. Por su parte, con respecto a la estimación de la morbilidad consecuente de la VCI, las denuncias por malos tratos a mujeres son hoy en día las únicos datos recogidos con cierta periodicidad. Este limitado repertorio de posibilidades de información cuantitativa útil para la vigilancia epidemiológica de la VCI también se reconoce en otros países.

Para un seguimiento adecuado de las respuestas sociales a la VCI se requiere, además, el desarrollo de indicadores que contemplen algunas de las características de la población diana. Tal como se ha puesto de manifiesto en la literatura científica, el estudio de la prevalencia y la incidencia del problema, teniendo en cuenta la edad de las mujeres afectadas, contribuye a la identificación de las principales beneficiarias de las medidas desarrolladas y, aún más interesante, permite una aproximación al grado de sensibilidad etaria y el desarrollo de estrategias para mejorarla12. En este sentido, se ha observado en el contexto internacional que las medidas desarrolladas encuentran ciertas limitaciones por un efecto de edad que perjudica especialmente a las mujeres menores de 24 años13 y a las mayores de 5014-18.

En España se ha observado un patrón bimodal en la mortalidad por VCI: las mujeres de 22-46 años y las de 82-86 años son las que presentan las tasas de mortalidad más altas19. Este resultado, correspondiente al período 1998-2001, permitió una aproximación a los efectos de las medidas desarrollas hasta la fecha, sobre todo las contempladas en el primer plan de violencia doméstica de marzo de 199820. Sin embargo, los cambios legislativos introducidos hasta la fecha requieren una actualización de estos datos y también con respecto a las denuncias por malos tratos en la pareja.

Este estudio se plantea con el objetivo de explorar la distribución temporal y por edad de las muertes y las denuncias de mujeres por VCI, con la finalidad de ilustrar una aproximación a los resultados de las medidas desarrolladas en España en torno a este problema.

 

Métodos

Se ha realizado un estudio epidemiológico descriptivo basado en los datos procedentes de diversas fuentes de información cuantitativa específica de violencia contra las mujeres. Por un lado, las muertes de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas registradas por la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas21 y el Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia22, que comparten como fuente de información primaria las noticias de prensa publicadas sobre el tema. Por otro lado, se tomó la relación de denuncias que registra anualmente la Secretaría General Técnica del Ministerio del Interior23 y que publica trimestralmente el Instituto de la Mujer en su apartado de Mujer en cifras24.

Tal como se ha indicado, la base de datos de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas es suficientemente exhaustiva, puesto que presenta una coincidencia de más del 97% de los casos en todos los años con respecto a la base de datos de la Secretaría General Técnica del Ministerio del Interior19. Además, proporciona datos desagregados por edad desde su primer año de recogida de información (1998). Este aspecto relacionado con la edad de las mujeres afectadas, junto con la necesidad de tener acceso a información actualizada lo más rápido posible, llevó a la decisión de consultar los datos de denuncias desde la página web del Instituto de la Mujer en lugar de tomarlos directamente de los anuarios estadísticos del Ministerio del Interior, que publica sus anuarios casi un año después de que tengan lugar los hechos.

Por otro lado, la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas dejó de recoger estos datos en julio de 2005, por lo que fue necesario utilizar una fuente de información alternativa. La coincidencia de los datos recogidos por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia con los datos de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas es del 98% en todos los años. La necesidad de realizar un seguimiento en un espacio temporal lo más amplio posible requiere la combinación de ambas fuentes de información porque el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia recoge información sobre muertes por VCI desde 2001, mientras que la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas cuenta con información desde 1998.

Se seleccionaron las denuncias y las muertes de mujeres afectadas por VCI, excepto las provocadas por otro tipo de parientes o desconocidos que también aparecen en las fuentes de información consultadas. Se recogieron los datos de denuncias y de muertes correspondientes al período comprendido entre enero de 1998 y diciembre de 2005. Durante estos años se acumularon un total de 466 muertes y 298.660 denuncias de mujeres por VCI (tablas 1 y 2, respectivamente).

Se calculó la razón entre las muertes por VCI sucedidas en el mes correspondiente (los casos acumulados hasta el último día del mes) y la mediana de muertes del quinquenio anterior (índice epidémico). Para ello, fueron necesarios los datos de muertes desagregados por meses y años desde 1998 a 2005. El primer año con disponibilidad de resultados de este indicador es 2003, porque los primeros datos con los que se cuenta para calcular el IE de mortalidad por VCI son de 1998 (tabla 1). Se consideró incidencia normal cuando el valor resultante se encontraba entre 0,76 y 1,24; incidencia baja si era ≤ 0,75, e incidencia alta si el valor era ≥ 1,2525. Este mismo procedimiento se llevó a cabo con los datos de denuncias de mujeres por VCI. Además, en el caso de las muertes de mujeres, se calculó el IE desagregado por edad. Este cálculo no pudo realizarse con las denuncias por VCI por no disponer de datos desagregados por edad y por mes y año conjuntamente (tabla 2).

A partir de los datos de muertes y denuncias, se calcularon también las tasas específicas por edad. Para cada año, se calculó una tasa ajustada por el método directo, tomando como referencia la población de mujeres españolas mayores de 14 años a 1 de enero de 200026. Se multiplicó la población de mujeres mayores de 14 años de 2000 por los 8 años del período de estudio. En el caso de las muertes por VCI, se calcularon desde 1998. Sin embargo, en el caso de las denuncias, sólo se calcularon desde el año 2000 porque es a partir de esta fecha cuando se cuentan con datos desagregados por edad.

Por último, los resultados se desagregaron en 3 grupos de edad: < 21, 21-51 y > 51 años. Este criterio se estableció en función de la forma en la que están disponibles los datos en la página web el Instituto de la Mujer24. Todos los cálculos mencionados se realizaron con el programa Excel 2000.

 

Resultados

Tanto en 2003 como en 2004, en los resultados del IE de mortalidad por VCI se observan puntuaciones > 1,25 en los meses de mayo, junio y julio. En 2003, también destacan por los valores registrados los meses de enero (IE = 1,6), agosto (IE = 1,4) y noviembre (IE = 2,3). Con puntuaciones menos altas, en 2004, también se registraron 3 meses epidémicos más, que fueron febrero (IE = 1,25), septiembre y octubre (IE = 1,5, respectivamente). A pesar de estas tendencias, en el año 2005 se observó una importante caída, incluso en los meses de verano. De hecho, en todo el año 2005, sólo se observa una puntuación de alto riesgo o epidemia en el mes de noviembre (IE = 2). Las puntuaciones del IE de denuncias por VCI experimentaron también un notable descenso a partir de enero de 2005, que llegó a estar por debajo del umbral epidémico en los últimos 4 meses de este mismo año (fig. 1).

La distribución observada en la figura 2 de las tasas de mortalidad por VCI permite identificar a las muje-res de edades comprendidas entre 21 y 50 años como las de mayor riesgo individual de morir por esta causa en la mayoría de los años. Esta tendencia sólo parece cambiar en el año 2004, en el que la tasa de mortalidad en mujeres por VCI menores de 21 años supera sensiblemente a la de mujeres de 21-50 años. De igual forma, son las mujeres de edades comprendidas entre 21 y 50 años las que mayores tasas de denuncias por VCI presentan en los 5 años de dicho período. Cabe señalar el incremento que se observa en el año 2005 en las tasas de denuncias de mujeres mayores de 50 años (fig. 3).

Al comparar el número de casos registrados por períodos mensuales a través del IE por mortalidad de VCI, se confirmó que las mujeres de 21-50 años son las únicas que atravesaron el umbral epidémico con puntuaciones > 1,25 en enero, marzo, junio, julio y noviembre de 2003, octubre y diciembre de 2004, y febrero y noviembre de 2005 (fig. 4). En los otros grupos de edad no se registró ningún período en el que las puntuaciones del índice epidémico de mortalidad en mujeres por VCI superaran el umbral epidémico.

 

Discusión

La epidemia de mortalidad por VCI parece remitir en el último año, al igual que ocurre con el IE de denuncias. Resulta alentadora esta tendencia decreciente, sobre todo la de los últimos 4 meses del año 2005, por producirse en un contexto en el que la conciencia social sobre el carácter delictivo del tema está bastante desarrollada. A pesar de que las tendencias de 2005 podrían interpretarse como un indicio de reducción de la incidencia de nuevos casos de mujeres maltratadas, el análisis de la mortalidad y de las denuncias por edad revela grupos de mujeres que todavía permanecen con un alto riesgo (de 21-50 años de edad).

La interpretación de los resultados puede verse condicionada por algunas limitaciones atribuidas a los datos de las denuncias por VCI. Se sabe que todavía son muchas las mujeres que no denuncian a sus maltratadores y, por tanto, la utilización de estos datos como aproximación a la morbilidad consecuente de la VCI puede estar minusvalorando la magnitud del problema. Sin embargo, también parece que cada vez son más mujeres las que denuncian como consecuencia de la creciente conciencia social del carácter delictivo del tema. De hecho, el incremento de las puntuaciones del IE de denuncias de los años 2003 y 2004 de mujeres pone de manifiesto el creciente reconocimiento de la VCI como un delito que ha de ser denunciado. Por tanto, la interpretación de las tendencias observadas en las denuncias debe tener en cuenta ambas realidades.

El incremento observado en el año 2005 en las tasas de mortalidad de mujeres menores de 21 años podría ser el principio de un cambio en los patrones del comportamiento violento de los maltratadores considerados hasta ahora27-29. Así, a pesar de que se trata de un grupo en el que no se ha registrado ninguna puntuación del IE que sobrepasara el umbral epidémico, de confirmarse la subida de las tasas de mortalidad en 2005, ya dejaría de tener mucho sentido la tradicional consideración de este fenómeno como el desenlace final de una relación violenta que ha ido agravándose.

El hecho de que las puntuaciones obtenidas tanto en el IE como en las tasas de denuncias sean relativamente pequeñas en las mujeres menores de 21 y mayores de 50 de edad, en comparación con las de mediana edad, podría sugerir que la gravedad del problema no es tal en esos grupos extremos. Además, resulta pertinente una segunda interpretación relacionada con el hecho de que las denuncias son un indicador de las decisiones que toman las mujeres con respecto a las respuestas sociales existentes. En este sentido, podría decirse que, en España, al igual que se ha observado en el contexto internacional13-18, las medidas disponibles parecen todavía tener ciertas dificultades para obtener respuestas de las mujeres más jóvenes y mayores. La doble interpretación a la que están sujetas las tendencias observadas en las denuncias pone de manifiesto, en cualquier caso, la necesidad de otras variables que permitan analizar la morbilidad de la VCI más allá del contexto judicial.

En España, al igual que se ha observado en otros países30-32, son las mujeres que forman parte de la población activa y en edad fértil las que principalmente se ven sometidas a la violencia de los varones. La tendencia observada pone de manifiesto los efectos perjudiciales de la VCI sobre el estatus de las mujeres, puesto que el problema se manifiesta en los momentos de la vida en que deberían tener acceso a oportunidades para adquirir una educación superior, un trabajo remunerado o una oportunidad de promoción laboral33. Por tanto, podría considerarse la conducta violenta y abusiva de los hombres como un modo de mantenerlas en una posición de subordinación social y en sus relaciones de pareja34. Este hecho amerita cierta reflexión sobre el impacto económico y social de este problema.

Por último, el descenso observado en las puntuaciones del IE de mortalidad por VCI podría ser un indicio de las primeras respuestas sociales generadas en torno a la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género. Aunque es demasiado pronto para poder relacionar este resultado con las medidas desarrolladas en torno a esta ley, puede que el cambio cualitativo experimentado al considerar el problema como objeto de ley haya contribuido a la persuasión de los agresores en su conducta homicida. Se trata de una hipótesis que podría tener cierto sentido teniendo en cuenta la tendencia también decreciente en los resultados del IE de denuncias de mujeres por VCI.

 

Agradecimientos

Queremos expresar nuestro agradecimiento por el apoyo económico del ISCIII a la Red de Investigación sobre Salud y Género y el patrocinio del Observatorio de Salud de las Mujeres del Ministerio de Sanidad y Consumo, que han hecho posible la realización de este estudio.

 

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Dirección para correspondencia:
Carmen Vives-Cases.
Departamento de Salud Pública. Edificio de Ciencias Sociales.
Campus Sant Vicent del Raspeig. Universidad de Alicante. Apartado 99. 03080 Alicante. España.
Correo electrónico: carmen.vives@ua.es

Recibido: 14 de marzo de 2006.
Aceptado: 20 de diciembre de 2006.

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