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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

Print version ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.78 n.7  Jul. 2003

 

EDITORIAL


LOS LÍMITES DE LA CIRUGÍA REFRACTIVA

THE LIMITS OF REFRACTIVE SURGERY

DURÁN DE LA COLINA JA1

Ya no somos lo que éramos. Todo se ha transformado profundamente y ahora se nos hace difícil el reconocernos. Apenas recordamos cuál era nuestro trabajo hace un par de décadas y, menos todavía, de cuál era la forma de pensar en la profesión. Aunque podamos sentirnos afortunados por haber participado y contribuido a esta remodelación de la Oftalmología, no estoy tan seguro de que nos sintamos del todo orgullosos.

Ya ha sido ampliamente comentado este fenómeno y no es momento de entrar en ello, pero sí parece necesario reflexionar y tomar aire para no morirnos de éxito. A nadie se le escapa que la cirugía refractiva ha sido uno de los grandes motores de este cambio y probablemente lo seguirá siendo si la presbicia encuentra solución. Por otro lado, también es la que ha movido nuestros pilares y ha hecho trizas muchos de nuestros principios, más sensibles en un mundo donde el prestigio, la ambición y el dinero cobran especial relieve.

Y una primera reflexión me lleva a establecer que no somos los únicos listos, ni siquiera los más listos en este entorno. El negocio de la cirugía refractiva ha sido avistado y bien analizado por las empresas del sector, que se han propuesto (es su finalidad) quedarse con el bocado más grande y suculento de la «tarta». Pero para ello no han dudado en utilizar a los oftalmólogos como «comerciales» de sus productos.

Adquirimos instrumental enormemente caro y no en todos los casos (económicamente) rentable, pero la mayoría de ellos son instrumentos insuficientemente desarrollados. No son escasos los comentarios y las quejas de muchos colegas que, tras usar un nuevo equipo, no alcanzan a tocar la gloria, como lo habían hecho los «investigadores» que presentaban sus apoteósicos resultados. «Pero, ¿es que aún no tienes un FIX II?» (Fluent-intralase-extreme II). Además, al desembolso inicial se han de incorporar desechables, contrato de mantenimiento, tarjetas personalizadas,...

Pero lo que marca el límite actual de la cirugía refractiva (y que me ha impulsado a escribir estos comentarios) son las campañas de algunas multinacionales que tratan de influir en la sociedad y, mucho peor, en nuestra actuación como médicos responsables ante los pacientes. Se anuncia un método «personalizado» de corrección refractiva. Los datos indican que dicho método no ha llegado a obtener resultados satisfactorios y no es aplicable a la mayoría de los casos. Por ser así, esto ya sería criticable e inaceptable. Pero más grave es la indecente presión que se ejercita sobre los oftalmólogos para que la demanda social y la competitividad obliguen a nuevas inversiones, además de generar desconfianza hacia aquellos que no creen que este tipo de tratamiento esté justificado (al menos en el estado de desarrollo actual).

Creo que ha llegado la hora en que nos plantemos ante ciertas prácticas que las empresas vienen ya haciéndolas habituales y que tratan de dirigir nuestra forma de trabajo. Antes de nada, debemos exigir unos instrumentos más fiables y desarrollados. El enorme coste y, más importante, el efecto inesperado sobre el paciente, obligan a un conocimiento más profundo de cualquier nueva técnica que incorporemos. Por poner un ejemplo, las nuevas y carísimas lentes fáquicas y las acomodativas no garantizan ni la emetropía ni la acomodación. Tampoco los anillos intracorneales ofrecen unos resultados tan fiables que puedan justificar su enorme coste. Todo ello sin entrar en las posibles complicaciones que puedan ocasionar.

Lo verdaderamente importante es no olvidar que quien ha de atender al paciente, proporcionar el tratamiento y ser responsable de su resultado, es el oftalmólogo. Sin embargo, debemos preguntarnos si ha llegado el tiempo en que las empresas que han desarrollado los instrumentos participen de la responsabilidad por las complicaciones o los resultados insatisfactorios motivados por defectos de la tecnología. Más aún cuando pretenden adquirir protagonismo y se acercan a la sociedad para anunciar sus excelencias.


1 Doctor en Medicina

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