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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

versão impressa ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.79 no.9  Set. 2004

 

EDITORIAL


ENTRE LA CEGUERA BÍBLICA Y LA «SUPERVISIÓN»

BETWEEN TOTAL BLINDNESS AND «SUPER-VISION»

DURÁN DE LA COLINA JA

Se estima que hay aproximadamente 45 millones de personas ciegas en el mundo y que la cifra se puede duplicar en el año 2020 si no se realizan actuaciones para evitarlo. Aunque se trate de estadísticas imprecisas, no se nos debe escapar la trágica dimensión de estos datos. Pero aún más trágica es la evidencia de que el 80% de esas cegueras es evitable.

Las causas más importantes de ceguera en el mundo se han ido modificando conforme se han ido desarrollando los países más pobres. Es interesante señalar que algunas de las enfermedades tradicionalmente más presentes se han ido solucionando (o al menos mejorando) gracias a programas sociales e higiénico-sanitarios. Así y tras largos y dificultosos programas, entidades como el tracoma y la avitaminosis A ya no constituyen el problema de antaño. Actualmente la catarata es la primera causa mundial de ceguera y el número de ciegos por este problema supera casi con seguridad los 20 millones. También se han incorporado a la cabeza de la estadística el glaucoma y la retinopatía diabética. Estos cambios ofrecen a su vez un nuevo planteamiento: lo que antes era una situación a resolver por organizaciones socio-sanitarias, actualmente se ha convertido en una responsabilidad plenamente ubicada dentro del ámbito oftalmológico. Como consecuencia de este hecho se ha hecho necesaria e imprescindible la participación de los oftalmólogos y su mundo en el enorme y trascendente objetivo de mejorar el panorama antes descrito.

En febrero de 1999 la OMS en colaboración con la Asociación Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB), consciente de la verdadera dimensión del drama, tuvo una iniciativa que denominó «Vision 2020 – The right to sight» (www.v2020.org). Muy resumidos, los objetivos de este ambicioso proyecto son:

• Luchar contra las causas prevenibles de ceguera.

• Formar personal especializado.

• Desarrollar las técnicas e infraestructuras necesarias.

El beneficio de los avances científicos solamente alcanza a los países privilegiados. La oftalmología es la evidencia de la cada vez mayor separación entre países ricos y países pobres. Las carencias económicas son el mayor lastre para el acceso a la atención oftalmológica, pero no debemos olvidar las barreras sociales y la escasez de otro tipo de recursos, como las dificultades para la información, el cumplimiento terapéutico o el desplazamiento físico. Quien conoce el mundo de la cooperación es consciente de todas estas dificultades e imprevistos que solamente la perseverancia y la ilusión pueden resolver.

Pero, ¿estamos preparados para ello? En el entorno indolente del progreso, es probable que los valores exponentes de la sociedad civil, como la generosidad o el sentido de la justicia, puedan volcarse en oftalmólogos comprometidos y en programas para mejorar la ceguera. Los motivos por los que los oftalmólogos se ofrecen a cooperar son variados pero, en cualquier caso, su contribución es imprescindible al aportar su trabajo especializado.

Pero más importante si cabe es el diseño de programas adecuados. Los tiempos de las expediciones de catarata han de desaparecer. Hoy en día solamente tienen cabida las acciones de cooperación mantenida, basadas en el compromiso de la mejor calidad asistencial posible. No podemos aceptar ni la expedición aislada ni la cirugía de prácticas. La obtención de malos resultados quirúrgicos desprestigian la cooperación y añaden mayores dificultades.

En el mundo y en España son cada vez más los oftalmólogos involucrados. También son cada vez más las organizaciones que presentan programas de distinta índole para que haya menos ciegos. En algunos países, como Australia, los grupos han unido esfuerzos para incrementar la eficacia de su trabajo. En el congreso de Valencia tuvo lugar la primera reunión de grupos de cooperación y sería deseable que continuasen en los próximos años. También sería deseable que la SEO contribuyese, aunque solo fuera brindando su incuestionable capacidad de convocatoria.


1 Catedrático de Oftalmología de la Universidad del País Vasco. Bilbao.

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