SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.79 número12Metástasis coroidea de carcinoma renalMathias Schou-Theis el Ciego (1747-1824) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

Compartir


Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

versión impresa ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.79 no.12  dic. 2004

 

SECCIÓN HISTÓRICA


 DOS INSTRUMENTOS QUIRÚRGICOS OFTALMOLÓGICOS DISEÑADOS EN 1872

LÓPEZ DE LETONA C 1

José Mocholi y Quilis, licenciado en Medicina y Cirugía, presenta en 1872 una extensa memoria en el Instituto Médico Valenciano en la cual afirma haber diseñado dos instrumentos quirúrgicos destinados a intervenciones oftalmológicas.

El Instituto Médico Valenciano había sido fundado en la capital del Turia en las primeras décadas del siglo XIX y venía a ser como una réplica de la Academia de Medicina y Cirugía. Refrendaba algunos descubrimientos científicos al tiempo que concedía el título de socio de mérito a sus autores, como fue el caso de nuestro personaje.

La memoria en cuestión mereció los honores de la publicación verificándose ésta en Valencia a través de las prensas de la imprenta de Ferrer y Orga situada «A espaldas del teatro principal».

Dos son los instrumentos que se nos ofrecen, uno destinado a fijar el globo ocular, utilizado sobre todo en las operaciones de cataratas, casi con seguridad las más practicadas por entonces.

El otro era un dispositivo destinado a dislacerar la cápsula cristaliniana, sirviendo también para desprender las sinequias que pudieran fijarse en el iris.

Respecto a los fijadores oculares existentes antes de 1872, José Mocholi cita al menos cuatro indicando los inconvenientes de cada uno de ellos.

Eran la pica de Pinard (Un vástago que contenía un dispositivo puntiagudo y afilado que fijaba el ojo por punción), la sortija de doble dardo de Desmarres (Un simple círculo metálico con dos extremos afilados en su interior), la pinza de doble diente de ratón (Antecesoras de las actuales pinzas de forcipresión) y el fijador de Nelaton (Un elevador del párpado superior que a su vez fijaba el globo ocular por compresión).

Todos ellos tenían el inconveniente de ser estructuras fijas sin posibilidad de adaptarse a las dimensiones reales del globo ocular, el cual quedaba en muchas ocasiones dislacerado y maltrecho.

El primer diseño de nuestro autor es un simple dispositivo de tornillo mediante el cual se podía separar o aproximar dos aletas plateadas de modo que éstas se adaptaban perfectamente a las dimensiones del ojo. Para fijarlo, las aletas disponían en sus bordes de una serie de anfractuosidades destinadas a sujetar mejor el ojo y tres picos, uno central y dos laterales destinados al mismo fin.

Mediante la curvatura del mango y el armazón que lo sostenía podía salvarse el reborde nasal ya que el dispositivo debía disponerse siempre en el ángulo interno del ojo.

El autor enumera las ventajas de su diseño, en total ocho, entre ellas que resulta muy poco lesivo para el ojo, no causa dolor pudiendo graduarse el grado de presión de la fijación de modo que al utilizarse en la intervención de cataratas pudiese disminuir ésta al verificar la punción y contrapunción de la córnea.

El aplicarlo siempre en el ángulo interno permitía dejar un campo más amplio al tiempo que las reducidas dimensiones de las aleta movibles contribuían también a esto.

El dispositivo fue fabricado por un «mecánico platero» llamado Alejandro García.

Es posible que Mocholi, aunque médico, se dedicara a la práctica de la Oftalmología de manera solo ocasional, ya que a veces operaba algún ojo en colaboración con otro médico más dedicado a estos quehaceres, era José Aparicio y García.

Como venía siendo norma en esta clase de trabajos clínicos de Oftalmología da cuenta de los casos que se han operado utilizando su fijador.

Sabemos a través de su cuidadosa lectura que se empezó a usar en 1870 y que entre junio y agosto de dicho año se utilizó en once ocasiones unas veces por el autor y otras por Aparicio.

Se continuó utilizando al año siguiente hasta que fue avalado por el Instituto Médico Valenciano en la fecha indicada.

En realidad los resultados de las intervenciones debían estar poco relacionados con el uso de este dispositivo, pero se nos informa de que se intervinieron cuarenta y tres pares de ojos desglosándose en estos cuatro apartados: Treinta y seis para extraer cataratas, cinco para pupilas artificiales (iridectomías), otro caso para extraer restos capsulares y un último para retirar un cuerpo extraño.

Ofrece un dato curioso y poco frecuente: los fracasos que tuvo en las citadas intervenciones, ya por haberse desarrollado «Flegmasia posteriormente» en cinco ocasiones o por exudaciones que obstruyeron las pupilas artificiales una vez extraídos los cristalinos, o por ser cataratas glaucomatosas. «Cuyas operaciones se hacen más para aliviar los dolores que atormentaban a los enfermos que con objeto de restaurar la visión».

Como fin de esta primera parte el autor atribuye los éxitos a una perfecta fijación del ojo por medio de su dispositivo ya que permitía una mayor limpieza quirúrgica en la realización de las intervenciones.

El segundo instrumento diseñado venía a ser un quistotomo con aguja retráctil, se articulaba en torno a un mango de madera hueco en cuyo interior se alojaba dos muelles que se podían accionar desde el exterior, con un mecanismo de vaivén, a través del cual una fina aguja de acero aparecía y desaparecía en un punto del dispositivo.

Como se dijo podía utilizarse para deshacer las adherencias existentes en la cápsula del cristalino y en el borde pupilar del iris y para dilacerar la cápsula cristaliniana, ofrecía la ventaja respecto de otros quistotomos de que no causaba heridas en la córnea.

La memoria de Mocholi concluía solicitando que ambos instrumentos fuesen aceptados por el instituto ya que ello sería la mejor recompensa que se podía dar al autor, al tiempo que pedía la concesión del título de miembro de número de dicha corporación.


1 IOBA Valladolid. España

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons