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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

versão impressa ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.80 no.10  Out. 2005

 

SECCIÓN ICONOGRÁFICA


SANTA OTILIA (¿660? — HOHENBURG, ¿720?)

NOGUERA JJ1

No hay datos concluyentes acerca del lugar ni el año de nacimiento de Santa Otilia —o Santa Odilia—, máxime cuando su biografía fue escrita por un anónimo autor a principios del siglo X, casi trescientos años después de su muerte y con más de leyenda que de realidad. Es muy probable que naciera en Alsacia, hoy la región más pequeña de Francia, lindante con Alemania y Suiza, y situada entre el Rhin al este y los Vosgos al oeste; hay quien afirma que nació en Estrasburgo, la actual capital de Alsacia.

La niña nació ciega y su padre, el duque alsaciano Adalrico, pagano recién convertido al cristianismo, la repudió. Siempre según la leyenda, Adalrico deseaba tener un hijo varón y el nacimiento de una niña —¡y ciega!— debió de irritarle hasta tal extremo que, cuando tenía dos años, decidió matarla. La madre, Berswinda, la envió con una sierva al humilde convento de Balma, hoy Baume-les-Dames, en el actual departamento de Doubs de la región de Franche-Comté, justo debajo de Alsacia.

Allí fue educada por las monjas, y al cumplir los 12 años fue bautizada por el obispo San Erardo, hermano de San Hidulfo. Se cuenta que San Erardo había tenido un sueño en el que se le indicaba que debía bautizar a la niña ciega que vivía en aquel convento. En el bautismo la llamó Otilia, nombre al que se le atribuye el significado de «luz de Dios». También se interpreta este nombre de origen teutón como derivado de Otelo, diminutivo de Otón, «dueño de cuantiosos bienes y riquezas». Cuando San Erardo bautizaba a Otilia rezó: ¡que se abran los ojos de tu cuerpo como se te han abierto los del alma! En aquel momento, la niña empezó a ver.

Tras un sinnúmero de vicisitudes, Otilia regresó con su familia. Al principio fue mal recibida por su padre, quien la obligó a vivir con la servidumbre del castillo. Al cabo de los años, rendido a la dulzura, la humildad y la caridad de su hija, el padre cambió su comportamiento y mostró por Otilia un profundo respeto y un gran amor. Sólo el anuncio del deseo de ser monja volvió a crispar el carácter de Adalrico; pero finalmente, en el año 667, le entregó el castillo de Hohenburg para que lo convirtiera en el monasterio del que fue la primera abadesa benedictina.

Murió el 13 de diciembre, en un año próximo al 720 sin recibir los últimos sacramentos; resucitó tras las fervientes oraciones del centenar pasado de hermanas que vivían en el convento y falleció tras comulgar de un cáliz.

Con Santa Lucía, con quien comparte el 13 de diciembre en el martirologio romano, es patrona de los ciegos y los oftalmólogos. Desde 1807 es la patrona de Alsacia, donde recuerdan a Santa Otilia el 14 de diciembre. En Brasil parece que es patrona de los leñadores. Hay referencias de la festividad de Santa Otilia el nueve de agosto y también, como en Villel (Teruel), a orillas del Turia, a 15 kilómetros de Teruel, camino del Rincón de Ademuz… donde nuestra santa es honrada el nueve de septiembre.

El dos de febrero de 2001 se erigió el monasterio de San Salvador del Monte Irago, en Rabanal del Camino (Camino de Santiago-León) cerca de Astorga, perteneciente a la Congregación de Santa Otilia de la Confederación benedictina.

El sello de hoy fue emitido en Sarre durante la ocupación francesa (1). Corresponde a la emisión de 1930, Yvert 132/38 (137). Es la reproducción de un cuadro pintado por Martin Feuerstein (Barr – Alsacia, 1856/Munich, 1931) y encontrado en la capilla del Hospital de las Hermanas de Niederbronn, en Estrasburgo: Santa Otilia dando de beber a un caminante cansado.


1 Oftalmólogo. Pamplona.
E-mail: JNOGUERA72B@terra.es

 

NOTAS

1. Véase el número de Archivos de diciembre de 1999.

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